Hay caricias que superan cualquier amnesia, hay besos que nunca se desdibujan, hay personas que jamas se marchitan.
Han pasado más de quince años desde nuestro último encuentro, han pasado demasiadas cosas, se han vertido demasiadas lágrimas y hemos despedido a demasiados seres queridos.
De repente te has asomado de nuevo al balcón de mi vida y y aunque me avergüence un poco el que la hayas encontrado hecha un desastre, conoces mi carácter y sabes que no tardaré en ponerla en orden.
No sabia que eres lectora de este humilde blog y eso me tranquiliza, porque para mi desgracia soy lo que escribo y escribo lo que soy.
Por circunstancias me cuesta recuperar muchos recuerdos, principalmente los agradables, es decir, que aquellos que viví contigo no sé donde los habré metido, pero voy a ponerlo todo patas arriba hasta que de con ellos. Alguno ya lo estoy localizando, pero los quiero todos.
Ha pasado el tiempo suficiente para haber limado la mayoría de mis fallos, aunque tengo demasiados. He aprendido mucho, pero uno nunca termina de aprender, y de todo, absolutamente de todo, se aprende.
He encontrado el verdadero amor en un adorable felino que me ha enseñado lo que es la fidelidad,la lealtad y el cariño desinteresado. Es triste no haber aprendido estas cosas de una mujer pero da igual como se adquieran los conocimientos, lo verdaderamente importante es interiorizarlos y hacerlos tuyos.
Poco a poco me he ido desnudando de mis vicios y prejuicios, hasta quedarme con la ropa justa con la que abrigarme el alma.
He descubierto que quiero ser y soy por encima de todas las cosas, escritor. Sé que te escribí muchas cartas en el pasado, principalmente cuando volví de Inglaterra y tu te quedaste allí, pero ahora el cuerpo me pide ir mucho más allá y necesito vaciarme en el blog o en los diversos libros en los que estoy trabajando con mi editora.
Este blog es mucho más que un blog. Es un tratamiento que me tengo que administrar varias veces por semana si no quiero morir de nuevo. Es mi jardín encantado, mi parque de atracciones y el desván donde a veces encierro a mi conciencia, castigada por no haber obedecido y no haber hecho los deberes. Vivo en negro sobre blanco y así trato de asegurarme la inmortalidad. Todo es posible.
Tu voz, a través del teléfono, me ha abierto una puerta al pasado que hace mucho que no había vuelto a abrir, no encontraba la llave y soy tan idiota de no haberme dado cuenta de que solo se abría desde el otro lado.Pero la has abierto y me has invitado a pasar y de repente me he encontrado con canciones que hacía mucho tiempo que no escuchaba, como esta que encabeza la entrada.
Ahora soy otro Juan, ni mejor ni peor, simplemente soy otro y me ha costado demasiado aceptarme tal y como soy en este momento. Puede que ahora tenga algo que contar, puede que haya extraido alguna lección de los acontecimientos y puede que pueda compartir las enseñanzas.
La más importante de todas y el consejo que no dejo de dar a la gente que quiero. es frena. Si no frenas tú, te frenará la vida, sea de la forma que sea.
Al fin he aprendido a decir que quiero a la gente que quiero. y a identificar los sentimientos que me sacuden constantemente y a llamarlos por su nombre.
Al fin he aprendido muchas cosas, entre ellas que necesito seguir aprendiendo y no dejar de aprender.
Me alegra saberte por aquí, pasa y ponte cómoda, Bea.
2 comentarios:
Gracias, no sólo por esa versión 2.0 de Juan, siendo sincera no he visto tanto cambio después de estos 15 años sin saber el uno del otro, sigues con esa esencia del chico jovial, divertido y artista que conocí , así que gracias por seguir siendo tú, quizás más maduro y aunque no sea la mejor expresión a emplear dadas las circunstancias, con la cabeza más asentada. Sigue con el reto de tu nuevo yo, que el camino te esta sentando bien y estás aprovechando esta nueva oportunidad que la vida te ha dado.
Te dejo una cita que desde que la leí me gusto y ayer al hablar contigo me vino directa a la mente.
Y sé feliz. Pero no por alguien. Tampoco por algo. Quizás con alguien.
Nada de eso; sé feliz porque, al fin y al cabo, es lo que mereces.
Loreto Sesma
Gracias Bea, da gusto leer cosas así.
Prometo intentar con todas mis fuerzas ser feliz y aprovechar al máximo esta oportunidad. Lo hablaremos con un vino, o una birra sin alcohol, depende del día.
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