La cama está helada.
Trato de compensarlo subiendo la calefacción pero hay una especie de escudo anticalor en mi dormitorio.Creo que este condenado frío sale de mi interior, se nutre de mi propio ser.
No puedo dormir.
La almohada es de hielo y encogido bajo el edredón me siento como un gatito abandonado en medio de un pinar.
Me abrazo a mi mismo, pero no sirve porque solo consigo tener más frío.
Respiro y el vaho empaña los cristales de la ventana.
Pruebo a cantar, a rezar a maldecir y a mandar la vida al carajo.
Pruebo a barrer los recuerdos y los deseos, los escondo debajo de la alfombra, los tamizo, los arrojo por el fregadero pero siempre terminan volviendo para congelarlo todo.
Me abrigo con sus ojos, pensando que será más que suficiente y al final resulta que lo único que hago es tropezarme...y hacerla tropezar.
Soy el equilibrista de nieve que camina sin red por la cuerda floja de todo lo que no quiero y de tantas cosas que querría decirle y no puedo.
Abajo hay un jardín de estalactitas.
El sol no termina de salir, y me prometieron que saldría, me convencieron de que si miraba fijamente al horizonte todo sería mucho más fácil, pero el sol no sale.
Golpeo el suelo con las plantas de los pies, salto, enciendo cerillas entre los dientes.
Lloro cristalitos blancos con los que hacer un collar y unos pendientes a juego.
No consigo entrar en calor, aunque me coja de la mano, aunque me bese en los labios, aunque me grite su rechazo una y otra vez, aunque me diga que me quiere con la boquita pequeña.
Solo me sirve esto.
2 comentarios:
Si además de escribir quieres desahogarte hablando, llamamé.
Y que este abrazo que te mando te haga subir un poco la temperatura, aunque solo sea un gradito. Si eso funciona promete enviarte más.
Firmado: Tu fiel admiradora del "pueblo de la pancarta" ¿ya sabes?
Agradezco mucho ese abrazo.
Aún me cuesta hablar, me resulta mucho más dificil que escribir, porque para lo que tendría que decir no hay metáforas ni recursos hermosos...solo verdades.
Tengo que crecer un poquito, solo un poquito y en cuanto me sienta lo suficientemente fuerte poner las cosas en su sitio.
Entonces hablaremos largo y tendido.
Gracias.
Por todo.
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