martes, 13 de septiembre de 2011

Cerrando etapas.

Pues ya está.
La falda limpia y doblada en una maleta de cartón, la guitarra en su funda, aguardando callada su próxima escapada.
Los títeres en su cofre, la nariz de clown polvorienta de los caminos relegada a un cajoncito de la caravana.
Muchos kilómetros, demasiados quizás.
Muchas horas de viaje, muchos ratos montando y desmontando, preparando el show y despidiendonos de los paisanos.
Muchos vinos, muchos gazpachos, mucho jamón.
Ratos de lectura a la sombra de un buen árbol, noches de gaitas, mañanas de resaca.
Entrevistas en la radio, la voz amiga de Eva, la formalidad de Diego.
-¿A qué tu eres Juan?-
¡¡Premio señora!!!
-Os sigo por la radio.
-Lamento defraudarla, soy más bajito en persona.
Los niños que rodean la caravana desde que aparecemos por la calle mayor del pueblo, como un feroz escuadrón de bicicletas, armados con cientos de preguntas y risas nerviosas.
"Sola", que se escapa y hay que salir corriendo, no vaya a ser que algún perrillo la haga suya, figurense, que número. Yo que me escapo y hay que salir corriendo no vaya a ser que algún perrillo me haga suyo, figurense que número.
Viejos amigos, nuevos amigos, algún que otro momento de nostalgia.
-Tranquila mamá, estamos bien.
-Me da mucho miedo la carretera
-A mi me da más miedo la vida.
Una niña en Nicaragua que se mete en internet y contempla las fotos de esos señores extraños que andan pidiendo títeres en su nombre, allá en la madre patria.
Tensión, nervios, discusiones, hoy me enfado yo, mañana te enfadas tu, pasado se enfada él.
No puedo más...si puedo más, si puedes más, tenemos que poder.
De repente sale el sol y todo es tan bonito y tan fácil que te llena de energía y te preparas para lo que pueda venir.
El patoso de turno, la maruja de turno, el que te mira como a un apestado, la señora que te regala unos chorizos, el alcalde que te abraza al despedirse, el niño que corre tras la caravana diciendo adiós.
Todos vienen con nosotros.
Las noches de tormenta, sintiendo la lluvia golpear con fuerza en la caravana y nosotros a la luz de una vela, con una copa en la mano, en medio de la nada, preguntándonos si será esto la libertad.
Ríos, pozas, lagos, neoprenos, gafas, aletas.
Suso, chuchi, Luis, Marta, amigos que vienen a compartir unos días de ruta y nos dejan un poquito más vacíos, pero mucho más llenos.
Los días que solo tienes ganas de llorar, los que te ríes por cualquier cosa.
Te haces un poquito más adulto cada día y al final vuelves a casa con más distancia en los ojos.
Muchos aplausos, muchas sonrisas.
Muchas gracias a todos por creer en nosotros.
El año que viene, puede que más y mejor.











sábado, 3 de septiembre de 2011

Baraka

Diego ha embarcado con el resto de su unidad en el vuelo de las Fuerzas aéreas Españolas, que con escala en Egipto, lo trasladará hasta Afganistan.
Su misión durante los próximos seis meses, será la de asegurar una vía de comunicaciones para el libre paso de convoyes.
Vivimos una época, en la que las guerras geopolíticas y geoeconómicas son el pan nuestro de cada día.
Miles de soldados están muriendo en los lugares más recónditos del planeta, para asegurar la cuenta corriente de unos cuantos hijos de puta, que deciden en que punto exacto, una familia será bombardeada, un niño perderá las piernas o un fiel soldado plantará la bandera en la cota más alta, el punto más caliente o la frontera más convulsa.
Lo que estos hijos de mala madre prefieren ignorar, es que en cada misión, hay profesionales, valientes militares que eligieron por vocación la defensa de su país y que ahora no son más que la carne de cañón, barata y prescindible que ciertos individuos utilizan para jugar a su Monopoly particular.
Diego ha dejado en España a su mujer y a dos niños pequeños.
Es su trabajo, para eso se ha preparado, para eso ha pasado años duros de formación y para eso se levanta cada mañana...o eso creía él
Lejos del noble sentimiento de proteger a sus conciudadanos de posibles peligros, los capullos que dirigen el mundo, que son los hijos y los nietos de otros capullos que en su momento dirigieron el mundo, mueven en secreto los hilos para que hombres valientes y resignados como Diego, planten la barriga en tierra detrás de una duna y fijen el blanco en pos de unos cuantos barriles de petróleo, de un gaseoducto o de una mina de litio.
Hoy en día, los ignorantes cargan tintas contra los soldados, al igual que aquellos gilipollas que escupían a los muchachos que volvían del Vietnam, llenos de traumas, de tics nerviosos y de agente naranja.
Yo me descubro ante quienes son capaces de cumplir con su misión, como los viejos Tercios de Flandes, codo con codo, aguantando el temporal, a sabiendas de que quienes deciden su destino, desconocen que ellos, con pundonor, cierran filas con los suyos y por lo bajito, se cagan en la madre que parió al imbécil que les metió en aquel charco.
Los árabes llaman "Baraka" a la suerte o a la protección divina que salvaguarda a ciertas personas.
Yo deseo que esa Baraka, te proteja y te traiga a casa sano y salvo, que vele por tu integridad moral y que te libre de hacer nada con lo que tus principios no estén de acuerdo.
Sé qué tendrás cuidado, el valor, como a todo soldado español desde hace cientos de años, se te supone.



martes, 30 de agosto de 2011

Lo que me diferencia de un mono

Pues no son tantas cosas...la verdad.
El hecho de vivir en sociedad, me ha llevado a aletargar ciertas conductas que no obstante, aún continúan latentes y en ocasiones tratan de aflorar.
Mal que le pese a la Santa Madre Iglesia, el hombre no es más que un primate evolucionado y en algunos casos dotado de raciocinio.Obviamente, que un hombre tenga raciocinio, que Ramoncin sea un hombre y que por tanto, Ramoncin tenga raciocinio, no es un silogismo válido (este mismo silogismo se cae igualmente si sustituimos "Ramoncin" por Bush, algunos antidisturbios, los "cumbayas", todos los estarras y en general, esa clase de alimañas que pululan por el mundo).
Si me dejo llevar por mis pulsiones más primitivas, iría por la vida robándole los helados a los niños, los cupones a los ciegos, las mujeres a los amigos y la pértiga a los gondoleros, pero gracias a Dios, aún me sostengo.
Ayer tuve la desgracia de ver "El origen del planeta de los simios" (mi nota: puta mierda). En este film, se nos viene a decir que cuanto más inteligentes, peor...más animales somos.
No nos engañemos, no es cuestión únicamente de inteligencia.
Conozco muchas personas con retraso psicológico, que diferencian perfectamente lo que está bien de lo que está mal.
La aberración llega en el momento en el que las personas inteligentes, inventan justificaciones ficticias para ocultar que, a sabiendas de que lo que hacen está mal, lo han hecho porque les ha salido de los mismísimos.
La mega aberración llega cuando con sus santos cojones tratan encima de convencernos de ello.
Un ejemplo perfecto, es la reforma de la constitución española.
Hablando ayer con mi amigo Chuchi, lo equiparaba con un golpe de estado, ya que mediante esta reforma, pretenden suprimir las medidas Keynesianas alegremente, en nuestros morros y hacer después de su capa un sayo.
Creo que en la política española hay demasiados chimpancés con corbata y traje de rayas.
Lo peor de todo, es que a base de sobresaturarnos de información innecesaria, para desinformarnos de la realmente necesaria, han conseguido que muchas personas inteligentes se sienten junto a ellos en la misma rama, a comerse la banana.
Yo no me llego...que putada.
Miren ustedes:
hay mucha, mucha gente buena y cabal, que está sufriendo lo indecible ante los atropellos a los que les está sometiendo el sistema.
Ya está bien, coño.
Porque yo me sujeto y de la misma manera que no despiojo la espalda de mi vecino, no me lanzo desde un árbol sobre determinadas personas y las mato a golpes, aunque ganas, no me faltan.
Pero se está consiguiendo poco a poco una compleja situación, que es que aunque ahora estemos más formados, más preparados y hayamos trabajado mucho más los diferentes tipos de inteligencia, hemos empezado a involucionar.
Yo, particularmente, tengo sed de sangre.
Me gustaría como aquel mono de Kubrik, coger un enorme fémur y aplastarle el cráneo a más de uno.
Levantarlo y dejarlo caer con todas mis fuerzas sobre sus destrozados cráneos hasta que la tierra rezume fluidos y sexos triturados.
A veces llevo los ojos rojos, como el conde Drácula y mataría, mataría con mis propias manos, me abalanzaría sobre aquellos que me hacen daño y les arrancaría la traquea.
Y eso...no está bien.
Aún me sigo controlando, pero ya empiezo a notar ciertos síntomas que no me gustan nada.
Si ellos pueden ordenar el apaleamiento, la humillación, el robo e incluso la muerte de quienes no consideran más que moneda de cambio, nosotros podemos tomar la Bastilla una vez más, levantar adoquines en París, lanzar tuercas en los astilleros, quemar ruedas en las carreteras y cajeros en las ciudades, entrar a cuchillo en el parlamento al grito de" se sienten coño" o al de "hagan la conga, coño", plantar cara en "Casas viejas" y limpiar el mundo de escoria.
Somos más y más cabreados ( "perdón "indignados") y si esto sigue así, vamos a tener que plantearnos si merece la pena montar tiendas de campañas y talleres de convivencia, o si por el contrario va a ser más efectivo descargarnos manuales de guerrilla urbana.
Hoy en el día un niño de trece años te hace un cocktel molotov con los ojos cerrados y al terminar, encima te prepara un daikiry.
Yo estoy dispuesto a hacerme respetar y a tratar de preparar un mundo mejor, aunque eso suponga liberar el instinto más arcaico del hombre: la ira.
No nos durmamos, porque se aprovechan de nuestra pereza.
No nos callemos, porque se alimentan de nuestro silencio.
No transijamos, porque copulan con nuestra resignación.
Joder...hay que dejar de ver pelis de monos...a partir de ahora solo documentales de pescaditos y arrecifes de coral.








sábado, 27 de agosto de 2011

Ínfulas

Hay que ver...manda cojones.
Uno se levanta una mañana con tremenda indigestión de "pochas con verduras", a sabiendas de que cuando un tarro de legumbres en conserva lleva tres años caducado, es mejor no comérselo.
¿Pero quien dijo miedo?
Bolsas en los ojos, flojera de vientre y el deseo fervoroso de alcanzar el parnaso.
Supongo que así comenzaron Alberti, Dámaso, whitman y demás.
Mama...voy a ser poeta!!!
Te muerdes los carrillos como Galliano y como él, te lanzas a la espantajeria y a la mamarrachez (grande Joaquín Reyes) y te sientas ante el teclado convencido de que los dedos transmiten la magia que el cofre de tu creatividad ha liberado.
Y cuando terminas, te das cuenta de que eres el puto pitufo poeta.
El pitufo poeta fue el único que no se cepillo a la pitufina, que como no era tonta, después de traginarse a toda la comunidad menos a él, se largó a Formentera, a vivir en una cueva con el pitufo atleta, que será medio gilipollas pero es de los de cuatro sin sacarla y además prepara el estofado de ciervo que ni Arzak.
Mientras el pitufo poeta, que es gilipollas entero, sigue buscando la palabra que rime con pitufina, para poder pasar al segundo verso.
Y es que la poesía es una prolongación del ego, no nos engañemos. Para ser poeta de verdad, hay que tener más ego que Bianca Castaffiore.
Yo siempre he presumido de tener varios egos, con uno no me alcanza, pero se conoce que esto debe ser como lo de las vidas de los gatos, en cada ocasión que la realidad me ha puesto en mi sitio, he perdido un ego.
Así que nada, me voy a buscar al pitufo poeta, a ver si lo convenzo y me lo llevo de putas y lo emborracho, y después entre los dos, cogemos al pitufo atleta y le damos una buena mano de hostias y lo tiramos al pilón, que ya esta bien de ir por la vida sacando bola y apretando el culo.
Me vuelvo a la cama, a digerir lo que queda de las pochas.





Cuando el miedo te vence.

Viene y va, como un monstruo furtivo que escudriña desde las sombras,
marchitando a su paso cualquier forma de vida,
y corro a mirar dentro de mi,
porque temo que se esconda entre el dolor y la rabia.
Viene, y al arañarme las entrañas me hace gritar y llorar,
y cuando se marcha, me arrojo a la desesperación de saber que va a regresar,
esperando desnudo de valor y de sueños,
dormitando a ratitos en un colchón de nubes negras.
Es el amor y el desamor a la vez,
es la certeza de un momento terrible,
es la alimaña que se nutre de vidas,
es el nada de la palabra todo.
No quiero vivir alimentando sus larvas,
sino enfrentarlo de una vez por todas,
y hacerme una capa con su piel de lodo,
y un collar con sus dientes de azufre.




miércoles, 17 de agosto de 2011

Bancos de piedra.





Está sentada en un banco de piedra, junto al brezo, en el jardín abandonado donde todo ha crecido salvaje.
El aire es frío y arrastra las amarillentas hojas de un lado a otro, como el mar cuando juega con los barcos antes de engullirlos.
Está sola y llora.
Llora porque hoy ha sentido como se le rompía el corazón.
Llora porque la luna no brilla tanto como lo hizo ayer.
Llora porque camina sola, en vez de abrazada a su cintura.
Tanto margen le dio, que los márgenes se hicieron mundo y él descubrió que había vida más allá de ella.
Tanto amor le dio, que terminó por ahogar el amor que él sentía.
Tanto lo quiso y tan mal, que él aprendió que el amor muerde y duele y decidió despojarse de su boca.
Ahora ella sostiene su foto entre las manos, como una niña que ha recogido del suelo un pajarito herido.
Ahora es tarde para insuflarle su aliento, para acariciar sus alas rotas.
Ahora, no hay nadie más en ese banco y la respiración se acelera, hasta que cae la primera lágrima. Luego viene otra y después mil más, todas, como una estampida, todas, todas sus lágrimas.
No puede contenerlas, no quiere detener el éxtasis del dolor.
Duele y duele y duele y nota con exactitud el punto donde quema el pecho, porque quema de verdad, abrasa, pero no cauteriza la herida que sigue abierta y manando llanto.
Los ojos empiezan a escocer, la sal de las lágrimas erosiona la piel de las mejillas y un carro lleno de angustia aprovecha los surcos y recorre su cuerpo.
No tiene consuelo, porque esta vez sabe que no va a volver, que lo ha dejado partir, que se ha llevado toda la risa, todos los buenos momentos, todos los sueños y los planes, los proyectos y las aventuras, en un hatillo con remiendos de otras historias de amor.
Se siente estúpida añorando los ojos azules que hacía un tiempo habían dejado de interesarla.Se pregunta como será la vida sin él.
Le duele conocer la respuesta.
Del otro lado del muro de hiedra, él está sentado en el suelo, junto a una flor marchita.
No quería marcharse.
Siente como un puñal de hielo se le incrusta en la garganta antes de empezar a repetir su nombre como una letanía.
Se ha vuelto muy pequeñito, tanto que podría pisarse a si mismo si no pone cuidado.
Se sube los cuellos del gabán en un gesto que de alguna manera recuerda a sus caricias, cálidas y oportunas.
Que difícil ha sido partir, que terrible es no saber a donde.
Apenas unos pasos y ha caído desplomado, exhausto, herido de muerte al volver la cabeza y mirar hacia atrás y verla tratando de retenerle con las pupilas empapadas, levantando la mano en un último intento por detener el tiempo y volver a días mejores.
El mismo viento gélido que congela las lágrimas de ella, alborota los rubios cabellos de él.
Parece un personaje de Dickens, tan frágil, tan abandonado, tan desprovisto de ganas de vivir.
Trata de no pensar, de no sentir, de arrancarse su imagen de la memoria, pero la lleva impresa en cada centímetro de su piel.
Huele a ella, sabe a ella.
Tendrá que armarse de valor y colocar su recuerdo encima de la chimenea, donde pueda verlo cada noche al avivar las ascuas.
Tanto daño hace amar, que prefiere no olvidarla.
Tanto daño hace amar, que tendrá que vendarse las heridas con cientos de versos.
Enciende un cigarrillo que baila entre sus labios que tiemblan.
Aspira el humo queriendo ser humo también y desvanecerse, pero nada de eso pasa y sigue siendo quien es.
Se levanta despacito, a sabiendas de que va a empezar a caminar y no sabe exactamente que rumbo tomar.
Esta perdido sin ella.
Se mete las manos en los bolsillos y coloca un pie delante del otro.
Ella esta tiritando.
La noche ha caído sobre la ciudad y en el parque solo hay silencio, como el que se escucha en su alma.
Se levanta despacito, a sabiendas de que va a empezar a caminar y no sabe exactamente que rumbo tomar.
Está perdida sin él.
Se mete las manos en los bolsillos, hace mucho frío.
Coloca un pie delante del otro.












































































sábado, 23 de julio de 2011

37






Pues otro año más que se me ha escapado.





Recuerdo que siendo pequeñito (ahora no es que sea mucho más grande), una tarde volvía del cine con mi padre, de ver una peli de Indiana Jones.





Pregunte a mi padre cuantos años podría tener ese pedazo de héroe con látigo y sombrero y él me respondió que por el físico y demás, unos treinta y siete.





Tras meditar un poco, le dije a mi padre que a mi también me gustaría tener treinta y siete años, porque consideraba que entonces sería un hombre hecho y derecho, aún joven físicamente, pero con la vida formada y cierta sabiduría a mis espaldas.





Hoy cumplo treinta y siete, y solo me parezco a Indiana en que cada vez que piso la baldosa que no es, me disparan dardos empapados en curare y una bola enorme, de piedra o de mala suerte trata de aplastarme.



Soy un héroe de pacotilla, la verdad.



Me dan miedo las arañas y me tapo los ojos con un cojín cuando veo películas de terror.



La chica, casi siempre termina marchandose con el malo y yo me quedo sentadito en una playa, con un hilito de sangre escurriendome por la barbilla y tirándole piedras al mar.



El sombreo me queda enorme y parezco una setita.



De pequeñito, mi padre y el bueno de Indiana eran mis héroes y yo quería ser como ellos, ahora, con treinta y siete, me he dado cuenta de que Indiana es un fraude y de que mi padre, sin látigo y sin sombrero, es a quien de verdad quiero parecerme.



No tengo hijos y no creo que pueda tenerlos y me da rabia pensar si acaso, de haber tenido un chavea, dentro de unos años hubiera querido parecerse a mi.



En fin...



Hoy es mi cumpleaños y aprovecho para hacer un repaso de mi vida.



Una vez escribí que cuando quería hacerme daño, miraba hacia adentro y hacia un poco de introspección.



Ahora creo que he aprendido a dominar mis demonios y ya no me duele sumergirme en mi.



Espero poder cumplir otros treinta y siete y que vosotros estéis ahí, para felicitarme.



Besos y abrazos.





viernes, 15 de julio de 2011

El bastón de mando.



Uno, que se pasa los veranos a bordo de una caravana llena de títeres y de buenas intenciones, tiene la suerte de ir conociendo a mucha gente por los caminos.

Gente de todo tipo, gente buena (la mayoría) y mala gente y gente mezquina (que de todo hay en botica).

Entre la buena gente, unos cuantos alcaldes de pequeños pueblos castellanos, pueblos de cien o doscientas almas, con las calles sin asfaltar y el pilón lleno de agua cristalina y fría, donde puede que hace unas docenas de años fuera arrojado algún que otro comediante de escasa chispa o de piropo inoportuno a la moza más jaquetona, que por norma, suele estar aparejada con el labriego de manos más grandes y paciencia más escasa.

Yo por si acaso, solo le suelto requiebros a mi señora y en ocasiones a mis primas, que ya se sabe: "el primo a la prima se arrima y si es prima hermana, con más gana".

Decía que he conocido a un par de alcaldes de esos de los de antes, de los que no se metían en política para "forrarse", como dijo aquél ladilla, sino que sacrificando un buen puñado de horas al día, trataban de que su pueblo no desapareciera bajo el agua de un pantano, y de que los jóvenes no tuvieran que marcharse a buscar las lentejas en los altos hornos, o en los bajos, o en los medianos da igual, porque todos están lejos de la plaza y la plaza sin muchachos y muchachas, se convierte en un nuevo cementerio, encalado y triste, silencioso y frío.

Hay personas que al recoger el bastón de mando, no tratan de metérselo por el culo al vecino de lindes, ni se hacen con el una cerbatana para aguijonear a los del pueblo de al lado.

Hay alcaldes, que aplauden como niños al terminar la función y te abrazan y te invitan a un vinito y a un plato de jamón, mientras te explican que al margen de las ideologías y los partidos, están las personas.

Hace un par de noches, me tomé una copa con el alcalde de un pueblo serrano, que ya va por la treintena de años al frente de la casa consistorial y que después de cuarenta inviernos afiliado a un partido construido sobre buenas intenciones, les ha devuelto el carné, sugiriendo que se lo introdujeran donde la espalda pierde el nombre.

Todos le saludan mientras camina por las calles de su pueblo, los azules y los rojos, los indignados y los satisfechos, los gordos y los flacos, los que se visten a escondidas con las sayas de sus señoras y los que persiguen a pedradas a los gatos.

Trabaja y no cobra, y en los ratos libres se remanga el blusón y araña el terruño, como lo hizo su padre y antes de su padre su abuelo.

Y yo no puedo por menos que admirar a ese señor, que no necesita de sastres, ni de coches oficiales, ni visas oro, ni dietas, ni de noches de burdel sufragadas por el erario público.

Entonces surgen las preguntas: ¿en que se ha convertido la política? ¿ya no están a nuestro servicio alcaldes y diputados, presidentes y parlamentarios?

La respuesta es tan obvia que en las tiendas de campaña instaladas en todas las plazas de España, hasta los jóvenes "ninis" la conocen.

A lo mejor es que no son tan "ninis", a lo mejor es que estamos consintiendo que nos tomen el pelo, una centena de hijos de puta.

Yo quiero representantes como este señor del palillo en la boca y la mirada franca.

Yo quiero que miren por el interés de mi pueblo, y no por el de una agencia de calificación con sede en las Caimán.

Yo quiero que me arreglen el frontón, y que dejen en paz la era, con sus proyectos de adosados y campos de golf.

Yo quiero que nazca un nuevo Machado, que cante a los campos de Castilla y que al doblar la última cuartilla manchada de versos, se tome un vino con el señor alcalde.


miércoles, 6 de julio de 2011

A cada cerdo, le llega su San Martín.



Vaya,

hacia tiempo que no me sentaba ante el teclado con los colmillos tan afilados.

Hoy me siento un Nosferatu de la red, dispuesto a hincarle el diente a esta cuadrilla de garrapatas sin alma, que gracias a la intervención de la Guardia Civil, se han presentado como lo que realmente son: unos ladrones y unos sinvergüenzas.

Existen muchas maneras de robar, no hay porque echarse al monte con un trabuco para ser un bandolero.

Estos miserables, se han permitido el lujo de ampararse en los derechos de los artistas para extorsionar a todo aquel que se le ha puesto por delante.

Son conocidas por todos nosotros mil y una situaciones esperpénticas en las que han reclamado su particular impuesto revolucionario en bodas, hospitales, conciertos benéficos, fiestas de fin de curso en colegios de primaria, peluquerías y un largo etcétera de momentos dignos de la tradicional picaresca española.

Bajo el pretendido afán de garantizar el cobro de los derechos de autor, estos hijos de puta han organizado un entramado empresarial paralelo, donde desviar los fondos y se han dedicado a forrar de tapices la cueva de Alí Babá.

Pero que estúpidos.

Acumulan decenas de denuncias de autores que no han visto un duro aunque sus creaciones hayan sido reproducidas en diferentes medios hasta la saciedad.

Y es normal, porque como de costumbre, el que no tiene padrino no se bautiza y casualmente, los únicos que han trincado pesetitas, han sido los colegas de la junta directiva y su camarilla de lameculos.

Lo del canon digital, fue algo que irritó a la sociedad española sobremanera.

No me voy a explayar aquí, explicando lo complejo y ridículo de semajante desfachatez, lo que si diré, es que por encima de la jetada que es el cobrar un dinero porque si, porque hoy es hoy como la caja roja de Nestlé, a mi particularmente me tocó mucho lo que no suena el que presupusieran que todo aquél que comprará un CD, era para delinquir.

Mira por donde, ya se ha visto quien es el verdadero delincuente.

Y es que a cada cerdo le llega su San Martín y en este momento, el matarife les está atando las patitas para subirlos a la mesa de matanza, mientras un paisano revisa el filo del cuchillo, largo y recto que les va a entrar por el cuello, justo debajo de la boca.

No veas como lo estoy disfrutando.

Vivimos en un país donde los chorizos engalanan sus cagaderos con cuadros de Miró y los piratas derrochan millones de euros en ostentosas sedes sociales.

Luego que nos indignamos.

Si es que esto es para tomar la Bastilla y hacer un merendero en el patio.

Lo peor de todo es que todavía tenemos que ver a gilipollas como Sabina, que es un gran cantautor y un genio de la palabra, pero un soberano estúpido que tira piedras contra su propio tejado al cerrar filas junto a esta caterva de maleantes.

En fin, voy a comprar una tarrina de cedesesy me voy a pasar la mañana haciendo el mal, con especial gustito y mala leche.

Señores de la SGAE, que os den lo que merecéis, vereis que risas.


miércoles, 29 de junio de 2011

Lo tuyo es puro teatro

Pues como pasa el tiempo.
Ha llovido mucho, cerca de seis años ya, desde que los productores aceptaron el libreto y se decidieron a apostar por este par de promesas de las tablas.
Cada uno en su camerino, nerviosos, calentando la voz y repasando texto.
Es difícil meterse en el personaje, a veces les da la risa y para un actor eso es una putada porque, si no transmiten con vehemencia los sentimientos oportunos en cada momento, el público lo nota.
Mucho método Stanislavsky, mucho trabajo actoral.
Se conocieron hace una veintena de años en la escuela de arte dramático. Dos jóvenes actores comprometidos con el sueño de la fama.
Fueron años duros, Mariano hacia payasos y cuentacuentos los fines de semana en cumpleaños y comuniones y Jose Luis recorría la linea 6 de metro durante horas, con su camiseta de rayas y la cara pintada de blanco.
Ahora todo es diferente.
Se han convertido en dos estrellas de la farándula.
Han actuado en las mejores salas: el parlamento, el senado, la ONU, la Unión Europea, EEUU.
Han conseguido llenar estadios y plazas de toros.
Se puede decir que han alcanzado el Parnaso.
José Luis está muy enfadado, el siempre fue el galán y Mariano el secundario cómico y ahora, por un absurdo capricho de los productores, las cosas han dado un giro de ciento ochenta grados.
Pero si Mariano tiene una dicción espantosa...
No puede entenderlo. ¿Qué ha salido mal?
Mariano, sin embargo, se frota las patitas en su camerino como una mosca posada en un gran y hermoso mojón.
Ha tenido que acostarse con alguno de los productores, si...¿y qué? José Luis también lo hizo en su momento, no puede venir ahora presumiendo de moral.
La farándula es muy dura, hay muchas puñaladas y como dicen por ahí "más cornadas da el hambre" y Mariano no volverá a pasar hambre, no volverá a alojarse en pensiones mugrientas plagadas de chinches, no volverá a su tierra como un fracasado, como una rubia de Iowa que marchó a Hollywood buscando el estrellato y regresó preñada de un guionista de tercera.
Mariano sabe lo que quiere y va a ir a por todas, además... Jose Luis y tuvo su momento, está "demodé", a nadie le convence ya su soniquete de actor de la posguerra, su exagerado maquillaje, su sonrisa forzada.
Es el momento del cambio, los que ponen la pasta saben que el público necesita de nuevas estrellas.
El público... ¡ah!, el maravilloso y estúpido público.
Quieren reír, quieren sentirse bien, quieren pasar un buen rato, olvidarse de sus miserias cotidianas.
Mariano se lo va a dar.
Se lo va a dar todo.
José Luis, sin embargo, reniega de aquellos que le encumbraron y ahora le dejan caer, pero la fama es efímera, lo sabe.
Rescatará del cajón los guantes blancos, el jersey de rayas y el bombín negro.
Volverá a pintarse la cara y volverá a caminar por los andenes con su maleta de cartón, esperando la próxima oportunidad.
El maravilloso mundo de la farándula.

lunes, 20 de junio de 2011

Desconchones.

Poco a poco, los recuerdos se van desprendiendo de mi memoria, como la pintura de las paredes de esta habitación.
Estoy enfermo, Alzheimer se llama este mal, que es doblemente traicionero, no solo por lo que olvida sino también por lo que inventa.
Releo las mismas páginas del libro una y otra vez, a sabiendas de que mañana, cuando me siente en el sillón de mimbre, volveré inexorablemente a empezar de nuevo.
Entre neblinas atisbo a recordar ciertos títulos que marcaron mi vida, y que cada día parecen más confusos y lejanos.
Ya solo me queda esperar, esperar a que me llegue el final, o a despertarme una mañana y no saber siquiera si he amado y a quien lo hice, o si he sido alguna vez un hombre bueno, o quizás, si en algún momento del pasado, me sentí plenamente vivo.
De pequeño, tumbado en la pradera, solía buscar formas en las nubes.
Ahora identifico recuerdos en los desconchones de la pared.
Siempre confusos, tristes y caducos.

jueves, 16 de junio de 2011

La luna se harta de anisetes.



La luna ya no va a la fragua, si acaso de deja caer con el pelo sucio y una bata espantosa por la tasca del Manolo, a tomarse unos anises y a recordar tiempos mejores.
La luna ha vendido su polisón de nardos por veinte miserables euros que no le alcanzan para nada.
Lo que pasa el que el niño ya no la mira, ya no la está mirando.
El niño ahora tiene cosas más importantes que hacer. Su casa se ha ido al carajo bajo las cadenas de un carro de combate Israelí, y la fragua de su padre saltó en pedazos, junto con el resto de los comercios y talleres bombardeados.
La luna se pone roja de rabia como hoy, o a lo mejor es de vergüenza, no lo se.
Enciende un pitillo en la barra, con dos ovarios, que para algo es la luna y a ella no va a venir nadie a decirla que a fumar a la calle.
Expulsa el humo con desidia, mientras piensa en aquellos salvajes sacrificando carneros en su honor, en las sacerdotisas que bailaban extasiadas bajo su luz.
Pide otro anís, pensando que es el último, o el penúltimo que coño, total, no espera nadie en casa.
Manolo sirve el "machaquito" con la mano izquierda, con la derecha arroja al suelo los restos de berberechos y las servilletas grasientas que hay sobre la barra.
-Lo que yo he sido, Manolo...
Manolo no quiere volver a lo de todas las noches y compasivamente dice
- Vamos señora, no beba usted más.
La luna escupe sin fijarse siquiera donde cae su gargajo de meteorito.
En la tierra, a una distancia más o menos de "a tomar por culo" de allí, unos cuantos nos sentamos en lo alto de un cerro en nuestras sillas playeras y abrimos una cervecita mientras pensamos en lo maravilloso del espectáculo.
Somos tan gilipollas que no nos damos cuenta de lo absurdo que es todo, y de que el planeta se lamenta, el sol amenaza con achicharrarnos a todos y la luna se ha vuelto una vieja borracha y mal maquillada, que no puede ocultar los rubores inoportunos.
Puede que en alguna parte, en alguna plaza, alguien este pensando en lo triste que es ver como la vida se pinta siempre del color más embustero.
"La luna se fue a la fragua, con su polisón de nardos, el niño la mira mira, el niño la está mirando", balbucea la luna mientras el bueno y paciente de Manolo la acompaña fuera del local, y sujeta su cabeza, una mano en la frente recogiendo el cabello y otra en la nuca, ayudandola a vomitar toda la mierda que se ha ido tragando.
Manolo es tan buena gente que aunque está hasta los mismísimos de orquestar esta debacle, aún no ha cerrado el bar, es decir, aún sigue siendo Dios.

miércoles, 1 de junio de 2011

Miro los pepinos de la patria mia...



Decía un amigo de la infancia que a los alemanes no les rulan bien las ideas en la cabeza, porque las tienen excesivamente cuadradas y se les quedan atoradas en las esquinitas.
Generalizar es de necios, pero es más de necios morir matando, en vez de pronunciar una excusa a tiempo.
La ministra germana que dio la rápida voz de alarma, cargando las tintas sobre la verde hortaliza española, se encontró con un gran dilema,dado que a ella siempre, desde que era adolescente, le encantaron los hermosos pepinos españoles.
Los descubrió por vez primera en Mallorca, en ´su viaje de fin de bachillerato con el colegio.
En aquella ocasión, no pudo resistirse y dio buena cuenta de tres de ellos (aunque según compañeras de clase, se avalanzaba golosa sobre todo pepino que veía).
Con la edad, se aficionó salvajemente a nuestros grandes y deliciosos pepino, porque aunque en Alemania también se encuentran, lo cierto es que son bastante sosos y no le satisfacían lo mismo.
Su marido la plantó a los pocos años de matrimonio, harto de que en cuanto surgía la oportunidad, la buena señora se desplazará a la vieja España, a hincharse de su manjar preferido.
Aquello era cuasi orgiástico, en la cama, con las carnes sueltas y el típico color cangrejo de los guiris que se pasean por nuestras playas sin broncearse con factor tres millones, la ministra se agarraba con glotonería a cuanto pepino español se acercara a su boca anhelante.
Por eso ahora, al reafirmarse en culpar de la muerte de varios ciudadanos europeos a sus hermosos amigos cilíndricos, no pudo evitar que una lágrima le resbalara por la mejilla.
No se preocupe señora, porque siempre habrá un caballero español dispuesta a satisfacer sus desmesuradas ansias por amarrarse a un buen pepino.

viernes, 27 de mayo de 2011

Javier Pascual Bailón



Hola Javier,
ayer me enteré de forma casual de tu muerte.
La vida en ocasiones, es una puta mierda, ya que abandona a aquellos que han sido rectos y honorables y permite a las alimañas seguir campando a sus anchas.
Fuiste mi profesor hace ya unos cuantos años, pero también y durante mucho más tiempo, has sido mi amigo.
Amigo desde el respeto y la distancia, no el típico colegueo del profe modernete al que se le llena la boca de tonterías "chachi-guays-como molo".
Fuiste un hombre sabio con el que poder hablar de literatura, de música, de filosofía...
La última vez que te vi, hace tan solo unos meses nos tomamos un par de vinos recordando viejos tiempos, tiempos en los que yo era un joven díscolo con desmesurada tendencia a repetir cursos y tu un paciente maestro que se obcecó en ayudarme e inculcar en mi dispersa conducta la tan necesaria fuerza de voluntad.
Siempre me apoyaste y cuando muchos quisieron verme caer, allí estuviste tu para sujetarme con tu aliento.
Gracias a tu persevereancia llegué a la universidad y gracias a tu perseverancia controlé la necesidad interior de emborronar cuartillas y comencé a ordenar aquello que quería decir.
Tantas charlas tomando café, en el bar de la esquina.
Gallego peleón, enamorado de su cultura y de su tierra, yo te grababa cintas de música celta y tú me hablabas de Castelao y de Rosalia.
Las cosas no salen nunca como nos gustaría que saliesen.
Al final de tus días perdiste a la mujer que amaste tanto tiempo y tu rostro, espejo de un alma enorme y generosa, transmitía el pesar de la ausencia de paz.
Las tertulias improvisadas dieron paso a lacónicos silencios delante de un vaso y aunque tratabas de disimular, se podía oler tu pena.
Al final un certero aneurisma disparado a tus arterias desde el arco firme de la desesperanza terminó para siempre con el dolor.
Me han contado que partiste en silencio, solo, en tu casa. Que te encontraron en el suelo, las gafas caídas a un lado.
Me hubiera gustado estar allí, para cogerte la mano mientras facturabas tus pecados y pasabas por el detector de metales.
Me hubiera gustado decirte, que fuiste para mi un ejemplo de persona prudente, amable y buena.
Hoy ya es demasiado tarde para eso, aunque me queda la certeza de que allá donde estés, seguro que tratarás de conducirte como lo hiciste en vida, con esa media sonrisa y un libro en la mano, dispuesto a ayudar a quien más lo necesite.
Hoy mi alma está un poco más rota y aunque casi no tengo sitio para más penas en el cofre, buscare un hueco para la tristeza que me está haciendo llorar por un amigo al que no volveré a ver.
Adiós Javier.
Y gracias.

viernes, 20 de mayo de 2011

Boicot a los ciudadanos




Y dale...
Por mucho que se empeñen en desinformar y en tratar de asustar al mundo, ciertos medios de comunicación van a tener que terminar envainandosela y además, cuando todo esto termine, serán los primeros perros que vendrán meneando la cola buscando su galletita.
No se como tienen la poca vergüenza de publicar titulares como este, aunque la guinda se la ha llevado la cadena "plural" INTERECONOMIA (INTERFELONIA), emitiendo una entrevista a un supuesto "joven indignado", que se encargó de echar por tierra la imagen de los ciudadanos acampados en SOL.
Hay que ver, que cosa más burra.
Ya están empezando a asustarse y todavía intentan desesperadamente tratar de asociarnos con grupúsculos radicales de extrema izquierda, con peligrosos "antisistema" e incluso, válgame Dios, con los cachorros de ETA.
Aunque no les guste, se van a tener que aguantar, porque esto no es un botellón, ni un festival rollo "Benicassim".
Esto es una revolución...pacífica, pero revolución al fin y al cabo.
Ala...a seguir lamiendo la mano de vuestro amo mientras pueda acariciaros el lomo.
Veremos que pasa cuando el amo os abandone en medio de la autovía, o cuando saque el palo, cabreado porque no habéis sabido guardar la casa.
Que enfermiza fijación en defender lo que está mal y en atacar a quienes quieren hacer de este mundo algo mejor.
Nos veremos en las calles.

martes, 17 de mayo de 2011

Más personas que plazas.



Tengo un amigo, un buen amigo que además de ser compañero farandulero, es sociólogo.
Él me informó sobre la pasada manifestación del 15M y me insistió en que lo acompañara y yo, tonto de mi, no le hice caso.
Siempre se te ocurre algo mejor que hacer, o algo menos trabajoso que salir a la calle a exigir que cese esta absurda manipulación de la sociedad por parte de políticos corruptos y banqueros sin escrúpulos.
Me arrepiento de no haberle acompañado, porque el pasado quince de mayo, ha comenzado a cambiar el mundo, nuestro mundo.
Pero sigue cambiando, esto ya no habrá quien lo pare y voy a ser testigo y partícipe de la patada en el trasero a muchos de los que expolian a diario nuestra vida y nuestra dignidad.
Basta ya de bipartidismos, de mismos perros con diferentes collares, de garrapatas sedientas de la sangre y la energía de los hombres y mujeres decentes de este país.
Basta ya de pagar con miseria y sufrimiento las poltronas de los asquerosos que deciden con un gesto de abanico que padre o que madre de familia va a tener que mendigar, que suplicar un trabajo miserable con un salario que no pagaría tan siquiera las cerillas con las que ellos se encienden los habanos.
Basta ya de ceder al adoctrinamiento de muchos medios de comunicación vendidos al demonio del interés.
Es la hora de levantar la cabeza con orgullo y gritar a los cuatro vientos que ya estamos cansados, que no necesitamos sus migajas, sino que aspiramos a disfrutar de nuestra parte de ese pastel que llevamos años cocinando a base de doblar la rodilla en los fogones y pagar el azúcar y el chocolate con el futuro de nuestros hijos.
Me descubro ante todos esos ciudadanos, de todas las edades, de todos las clases sociales, que acampados en una plaza han sido desalojados a la fuerza por los perros del pastor.
Hay más personas que plazas y más personas que perros.
Ayer expulsaron a cien, hoy serán miles los que ocupen su lugar.
Joderos romanos, porque yo también soy Espartaco, y mi mujer y mis hermanos, y mis padres y mis amigos y mis vecinos y todos nos levantaremos en contra de vuestra eterna gula.
No tenéis cruces para todos.
Esto es una revolución social en toda regla y ha llegado el momento de posicionarse a favor de la lógica y en contra de las desigualdades.
No va de política, no somos de un partido, somos de todos y de ninguno, a favor de aquellas personas con criterio y decisión, con verdadera capacidad de gobernar.
Queremos que el pueblo tome las riendas de una forma real, queremos una democracia auténtica donde no se manipule la decisión del ciudadano.
No sois nuestros amos, trabajais para nosotros, no sois nuestros jefes sino nuestros servidores.
Actuad como tal.
Esto ha comenzado a rodar y espero que lo siga haciendo de forma pacífica pero firme.
Contad conmigo, con mi indignación y con mi rabia, con mi voluntad de trabajar por el bien común.
Contad con mi respeto por todas las personas que sueñan con un mundo mejor.

lunes, 16 de mayo de 2011

Garrapatas



Hay que caminar con cuidado por la vida, porque está llena de garrapatas.
Las hay de todos los tamaños y de todos los colores.
Huelen a limpio y ni siquiera te das cuenta de que se están alimentando de ti, hasta que un día empiezas a sentir que te faltan las fuerzas y te vas consumiendo.
La garrapata se hincha y saborea tu sangre y te da abrazos que son mordiscos porque no quiere soltarte.
Las hay en la política, en los bancos, en las oficinas, incluso están donde piensas que te encuentras a salvo.
Estad alerta, porque un día podéis amanecer secos.
Que jodios animalicos.
Y es que no hay manera de quitárselas de encima.Dicen que si un collar antiparásitos, que si una pipeta de insecticida que te puedes extender por la espalda, que si aceite de oliva.
A las garrapatas les gusta el aceite de oliva...y la albahaca y los piñones y los espárragos y joderte la vida.
Me agarro a la mano de mi mujer, que ve como me desangro y trato de ponerla a salvo y pido misericordia.
Las garrapatas no tienen conciencia, ni misericordia, ni piensan el daño que hacen y si lo piensan, les da igual.
Te sientas en una esquinita a llorar porque sabes que poco a poco vas muriendo, pero eso no supone nada, ni para ti, ni para la garrapata.
De todas formas se acabó.
Voy introduciendo los cartuchos en la recámara, uno a uno, despacito y sonriendo, porque estoy hasta los cojones de garrapatas y voy a empezar a pisotearlas o a volarles la cabeza.

lunes, 2 de mayo de 2011

IDIOTAS




Pues ya vuelvo a ser el de siempre...o peor.
Vivo rodeado de idiotas.
No se que está pasando en esta sociedad de mierda, pero mucha gente está perdiendo el norte.
Antaño ( y no hace tanto, leñe, que tengo treinta y seis años)había algo de honestidad en las personas y una especie de vergüenza torera, un no querer cagarla en exceso o algo de prudencia, no se.
Hoy en día cualquier mindundi se siente con pleno derecho para abrir la bocaza y ciscarse en la educación, los modales y el protocolo.
Por educación y por autoestima, uno piensa lo que va a decir antes de calentarse, sobre todo si lo que tiene que decir es algo hiriente o desagradable.
Desde hace un tiempo para acá, vengo escuchando que a "fulanito" hay que consentirle su falta de tacto porque "es muy sincero" o a menganito se le debe querer como es, porque siendo desagradable se protege del mundo.
¡¡Señores por Dios!!
Es muy fácil rebuznar y espantar moscas con la cola.
Lo verdadermente difícil es aguantarse las ganas de destrozar a una persona con dos frases bien hiladas o si me apuran, romperle el espinazo al "señor" que te falta al respeto de manera gratuita.
Nos guste o no, vivimos en sociedad y hay ciertas normas según las cuales evitamos el volver a portar faca a la cintura, o espada, sable, montante, pistola de perrillos o el Tan afamado AK47.
Es tarea muy ardua sujetarse y apretar los nudillos, pero los ejercicios de contención dignifican al ser humano.
No sirve de nada ampararse en traumas o supuestas virtudes para hacer daño a las personas con las que te vas cruzando en la vida, ya que todo, todo, vuelve.
Uno empieza a plantearse si esta educación que nos han trasmitido otras sociedades supuestamente mas avanzadas y basadas en la competitividad y la agresividad como método de ascenso social, no será el verdadero germen que destruirá a la raza humana.
A mi me enseñaron que si uno no quiere, dos no se pelean y que a enemigo que huye puente de plata y no se que de la otra mejilla y que el que se retrata perdura.
Empiezo a cansarme de la desfachatez de mis conciudadanos, que se aprovechan de las buenas personas y de las personas pacientes y de los que huyen de enfrentamientos banales.
La calle está llena de adoquines.
No se si lo habréis notado...pero se me están empezando a cargar los electrodos.
No quisiera tener que batirme, como los españoles de antaño, a los que bastaba un "vuestra merced" para tirar de toledana y desjarrete.
Eso se lo dejo a Alatriste.
Yo quiero que me traten como yo trato y que me respeten como yo respeto, porque en cada hombre y en cada mujer de este planeta vive un demonio con la boca enorme y llena de dientes afilados, que está en continua pugna y al que por el bien común, hay que reprimir.
Sino...nos convertiremos en lo que se espera de nosotros y eso terminará con todo.
Sinceramente y perdonadme la vulgaridad, hoy estoy hasta la picha de idiotas.

domingo, 1 de mayo de 2011

Madre



En un día como el de hoy, en el que los niños llevan a sus madres las manualidades que han hecho en clase y en el que los padres se meten en la cocina a fregar los platos y envían ramos de rosas, yo tenia que escribir a mi madre.
Mamá,
seguramente el día en el que te postraste en aquella camilla y pasaste las de Caín hasta que el doctor me convenció para salir a dar una vuelta, pensaste un futuro diferente para mi.
Aquí me tienes, sentado en un ordenador haciendo lo que más me gusta hacer, escribir.
Lo siento...dejé Derecho y aún estás esperando que te enseñe el título de Maestro.
Me perforé la lengua y la ceja, y la ternilla.
Me he tatuado el tobillo y la muñeca derecha y hace tiempo que renuncié a los pantalones de pinzas y las camisas Oxford.
Se que no soy el hijo que habías soñado y a ratos piensas que te he decepcionado.
Pero si supieras cuanto te quiero y lo presente que estás en mi vida, quizás podrías pasar por alto esas otras cosas que seguro te han afligido.
Me casé por amor, y no por la Iglesia, como a ti te habría gustado.
No te he dado nietos aún y no creo que te los de nunca (de hecho me lo han prohibido en Europa, Asia, África y cuarenta estados USA)pero eso es lo que menos me preocupa, porque ya tienes tres que te quieren con locura.
He sido tan irresponsable que en ocasiones te habrás preguntado si hacia las cosas por hacerte daño.
No mamá.
Siempre, incluso en mis peores momentos he recordado tus besos y tus miradas y tu sonrisa, y la forma que tienes de defenderme y excusar todos mis pecados delante de cualquiera que haya insinuado nada en contra de mi.
No hubiera podido imaginar una madre mejor.
Te he visto sufrir muchas veces y han sido muchas las noches en las que te oí llorar bajito, para no despertar a nadie.
Porque entre las virtudes que tenéis las madres, también está la de saber sufrir hacia adentro y sonreír con el alma rota.
He aprendido mucho de ti y en gran manera, mientras yo viva tu siempre vivirás, porque te llevo en cada gesto, en cada suspiro y en cada carcajada.
Lo que tengo de buena persona o de hombre de provecho o como quiera que se llame eso, es gracias a ti y a papá y eso no se estudia en ninguna universidad ni se aprende en ningún oficio.
Tengo tanto que agradecerte que no se por donde empezar.
La vida es dura y aunque tu siempre has querido protegernos, no nos queda más remedio que vivir. Y sufrir.
En cada envite, en cada momento triste o cuando todo se vuelve negro y llueve y hace frió y las ramas de los arboles se acercan para llevarme muy lejos, ahí está tu imagen poderosa y tranquilizadora que ilumina las tinieblas y espanta a los monstruitos.
Si supieras cuantas noches, siendo ya un adulto (o algo parecido) he llorado abrazado a una almohada, recordando lo seguro que estaba a tu lado, no te lo creerías.
Ya no soy aquel pequeñajo rubio y con pantalones cortos que salia corriendo del colegio para llegar cuanto antes a casa y estar contigo, pero estoy ahí, siempre.
La verdad es que sigo siendo pequeñajo...pero eso es otra historia.
Tengo cientos de recuerdos hermosos, miles, pero de entre todos quizás me quede con las noches en las que siendo un niño me acostabas y dejabas la puerta de la habitación abierta y te oía trastear en la cocina y hablar con papá.
Aquella sensación de seguridad y de amor solo he vuelto a sentirla cuando conocí a la que ahora es mi mujer y supongo que de alguna manera, todas estáis conectadas.
En fin mamá, para mi todos los días son el día de la madre y no hace falta ponerle una fecha al reconocimiento para vuestra labor, porque es algo eterno y universal.
Espero llegar a ser lo que alguna vez soñaste mientras tejías patucos azules.
A mi manera, en una caravana, en el escenario o desde las páginas de un libro siempre te voy a recordar y siempre te querré.
Un beso.
Juan.

jueves, 21 de abril de 2011

Mi amigo el suicida



No sabia por cual decidirse, cada uno tenia su aquél.
Obviamente, colgarse de una soga era realmente efectivo, y muy visual, pero requería de mucha parafernalia, así que lo descartó.
Con las pastillas no quería repetir. La última vez que lo intentó, lejos de morir, se agarró un melocotonazo tremendo y terminó bailando semidesnudo en la puerta de la catedral, con lo que amén del malestar del lavado de estómago, al despertar sintió un ridículo terrible, porque un fotógrafo de la prensa local que pasaba por la calle lo inmortalizó mientras realizaba el paso conocido como "el robot", con los calzones por los tobillos y la camisa anudada sobre el ombligo.
Que vergüenza.
Tiene una pistola,pero no se decide a usarla.
Una vez vio un documental sobre los suicidios con armas de fuego y allí se contaba que en muchas ocasiones, si se coloca mal el arma, únicamente se dañaban algunas partes del cerebro "no vitales" con lo que además de seguir vivo, te quedas tontito del todo y te pasas el día comiéndote los mocos y haciéndote tus necesidades encima.
Hace unos meses, en su cuarto o quinto intento (la verdad es que ya he perdido la cuenta) mi amigo saltó desde un puente, con tan mala fortuna que fue a caer sobre un camión que transportaba ovejas churras al esquilador.
Fue un aterrizaje ciertamente mullido que solo le deparó alguna contusión (producida por los puñetazos que le propinó el camionero)y un disgusto muy gordo, al ver que en cinco minutos que pasó entre los ovinos se había llenado de garrapatas y de pulgas.
Desde aquella no ha vuelto a comer lechazo.
El muy gilipollas decidió un día abrir la espita del gas de la cocina y encenderse un pitillo y pasó toda la mañana en el trabajo deleitándose con la imagen de la explosión sin recordar que tenia vitrocerámica.
Me reí muchísimo el día que me contó que acudió al circo con la intención de arrojarse a los leones cual cristiano en el coliseo, pero que al saltar a la jaula de las fieras en un descuido del personal, descubrió con horror que todos los felinos estaban a punto de cascarla de viejos, desdentados, sin apetito y sin gana alguna de comerse a nadie. Incluso me contó que un león le lamia el dorso de la mano mientras la cuadrilla de enanos trapecistas lo sacaban de la jaula a base de cabezazos en los cojones.
Más tarde le llegó una denuncia del mismísimo Ángel Cristo, reclamandole judicialmente siete mil euros, porque a uno de los "reyes de la selva" aquella situación le provocó tal estres que murió en el acto fulminado por un infarto de miocardio.
Y es que quitarse la vida es por lo visto casi tan difícil como vivir.
Mi amigo no se corta las venas porque es una persona muy pulcra y las manchas de sangre salen fatal, así que dese el principio descartó cuchillos, navajas y demás objetos cortantes.
No quiere suicidarse en plan romántico, a base de botellas de absenta, porque dice que con su suerte seguro que no se mata y la absenta engorda muchísimo, así que seguiría viviendo y se dejaría un dineral en endocrinos.
Hoy me ha pedido que lo ayudara a morir.
Me ha preparado una coartada estupenda, me ha regalado unos guantes de cuero negros y a su señal, he comenzado a oprimirle la traquea, pero justo cuando empezaba a ponerse morado le ha sonado el móvil y tras pasarse más de una hora discutiendo con una comercial de orange se ha pillado un cabreo tremendo y lo hemos tenido que dejar para otro día.
La verdad es que empiezo a estar harto de mi amigo.
Yo creo que realmente no quiere morirse, solo trata de llamar la atención de la gente que le rodea, pero ya le hemos dicho todos que nos empieza a cansar con tanta depresión y tanta tontería y que lo que tiene que hacer es comprarse un cahorrito y pagarse unas cañas.
En fin, al final a ver por donde nos sale.
Que ustedes lo pasen bien.

lunes, 18 de abril de 2011

Hijos de puta



Pues estoy calentito.
Resulta, que hoy me entero por el telediario, de que a una pareja de etarras, con delitos de sangre, el estado español les esta subvencionando los tratamientos de fertilidad, para que puedan tener cachorritos (imagino, que a alguno de los dos, el veneno que les corre por la sangre habrá envenenado la simiente).
Más de diez mil euros en lo que es el tratamiento en si y otros mil en desplazamientos para las pruebas.
Además, se les va a reubicar en la misma prisión para que puedan criar juntos a su retoño.
¿ESTAMOS TONTOS?
Esto es ya lo último.
Me jode una barbaridad costear con mis impuestos el remedio para la incapacidad de esos escorpiones, de tener larvas.
¿Y qué sucede con los padres sin hijos, los hijos sin padres, los hermanos sin hermanas y todos los destrozos familiares que han provocado esos hijos de puta?
Esto no se puede consentir...semejante bajada de pantalones.
Están en la carcel, cojones, no en la granja de Pin y Pon.
No se adonde vamos a llegar, pero estos desgraciados se aprovechan de los medios del "estado opresor" al que atacan, y aquí seguimos poniendo el culo, para lo que gusten.
Me avergúenzo horrores del gobierno y de las leyes que nos rigen.
No quiero ni imaginar lo que estarán pensando las viudas y los huerfanos de las víctimas de ETA.
Es absolutamente indignante que tengan que pasar por semejante pitorreo.
A esta cerda asesina, deberían esterilizarla, y por caridad cristiana y misericordia (palabra que ellos desconocen) se le permite vivir, presa, pero con unas condiciones más que dignas.
Los presos de ETA chupan de la teta de España con todo el descaro, con glotonería.
Estudian carreras con becas estatales (a las que muchos jóvenes españoles no pueden acceder)y de esta manera, además de labrarse un futuro, redimen pena, saliendo antes de la cárcel para seguir haciendo de las suyas.
No soy ningún fascista, ni ningún radical, pero gestos como estos claman al cielo.
Y no me da apuro ninguno repetir, que estos "papis" con las manos llenas de sangre, son unos hijos de puta.

domingo, 17 de abril de 2011

Cartas de amor



Hace tiempo,mucho tiempo quizás, que no te escribo cartas de amor.
Y el amor es como un animalito que si no lo alimentas y lo tratas con dulzura se termina muriendo.
Ya son unos cuantos años, compartiendo tantas cosas...
Me conoces, conoces mis virtudes y mis defectos, conoces mis carencias y mis excesos, mis miserias y mis miedos.
Conoces todos los juanes que viven en mi.
La vida es un juego sin reglas donde todo vale y en ocasiones se comporta de forma caprichosa.
Yo he escogido amarte con todas las consecuencias.
He elegido amarte por las mañanas, cuando te tapas la cabeza con la nórdica y reniegas del astro sol.
He elegido amarte mientras dibujas, cuando discutes con la teleoperadora de Orange y cuando te empeñas en que la perra no se suba al sofá.
He elegido amarte cuando me amas e incluso te amo cuando dejas de quererme y lloras...y yo lloro también.
Te quiero cuando me besas, cuando me acaricias y cuando me reprochas mis faltas.
Te quiero cuando estás cansada de todo, cuando estás cansada de mi.
Quererte en ocasiones es casi tan difícil como dejar de hacerlo, pero eso es porque quererme a mi mismo es mucho más complicado.
A veces estoy lleno de amor, a veces estoy lleno de dudas, a veces estoy tan lleno de ti que soy mejor persona y en ocasiones estoy tan vació que soy tan solo yo.
Muchas noches me siento como un niño pequeño que se soltó de la mano de su madre en un centro comercial, y llora al pie de la escalera mecánica. Y entonces te abrazas a mi y siento tu calor inundándolo todo.
Trato de ser lo mejor para ti pero todo me sale mal y solo puedo ofrecerte un corazón lleno de tiritas y de gasas.
Lucho por hacerte feliz pero me siento como el payaso que no hace reír a nadie y se vuela la cabeza en su rulot.
Se que en ocasiones he sido ingrato, te he fallado y te he desilusionado y me arde el alma pensando que ha habido momentos en los que te has sentido sola.
Siempre he sido el sombrero que dibuja la serpiente tras tragarse al elefante, aunque quisiera por un día ser el niño con las respuestas adecuadas, el cabello rizado y un planeta que regar.
Tu sin embargo eres el reflejo de una estrella muy lejana, que ilumina todo lo que tiene alrededor y que brilla tan hermosa que hace daño a los ojos.
Te quiero y no me avergüenza escribirlo y que todo el mundo lo lea porque habría que ser un estúpido para avergonzarse de amarte.
Nunca me separaré de ti, aunque se fusione el núcleo y la luna se llene de chalés adosados con parcela y garaje para dos coches.
Estaré aquí, contigo, el día que decidas que es suficiente y la noche en la que todo se torne oscuro.
Estaré a tu lado mientras te vayas porque aunque quizás yo me marche antes, siempre estaré donde estés tu.
Estaré en tus cuadros y en el bombín de las funciones, en la nariz de clown y en las sandalias que siempre olvidas en el coche.
Estaré muy calladito, apartándote el pelo de la frente mientras observas el mar, con los pies semienterrados en la arena y las manos en las caderas, orgullosa de estar viva.
Y lo demás...quien sabe.

miércoles, 13 de abril de 2011

Algo positivo



Hoy me han pedido que escriba algo positivo.
Supongo que debería ser algo sencillo, pero llevo aquí sentado media hora y solo se me han ocurrido siete maneras "positivas" de empalar a una persona.
Imagino que para el empalado no sera demasiado positiva ninguna de ellas, pero tendrá que reconocer que al menos, tiene el honor de ser el protagonista y con un poco de suerte, si consigo no afectar ningún órgano vital, puede que me acepten la creación en ARCO y podamos exponer la "instalación" durante el tiempo en que tarde en desangrarse.
Ya estoy viendo a los peleles de turno debatiendo al respecto y preguntándole a las masas si no es una sublime y fatalista demostración de lo efímero del arte.
Para mear y no echar gota.
En este momento, mientras escribo suena un disco de música "de raíz" donde un muchacho al que conozco, está dejándose los carrillos en una larguísima pieza para dulzaina.
No se porque me he retrotraído a las antiguas novelas de piratas..ya ves, que tendrá que ver, donde tras pasar meses en alta mar, los marineros enfermaban de escorbuto y pillaban un colorcete "yonki" de lo más sano, empezaban a perder las piezas dentales y terminaban volviéndose locos.
Joder...esto tampoco apunta hacia el positivismo.
Necesito que alguien me practique un enema king-size.
A ver...voy a tratar de reconducirme.
La vida es preciosa, ha salido un sol espléndido y los pajaritos cantan.
Las muchachas comienzan a lucir cacha y ombligo y los novios y maridos caminan a su lado, mirando a todas partes a la vez, buscando cruzar la mirada con la del salido que no le quita ojo a sus chicas.
El aire huele a testosterona y a lubricante anal, a crema para acelerar el bronceado y a chicle de sandía.
La primavera en su máximo esplendor.
Miro por la ventana y observo al vecino del chalé de enfrente, un octogenario con gorra de "caja rural" que riega orgulloso las flores de su jardín.
Laura está aquí al lado, enfrascada en la pintura de un oleo y cuando pinta no se la puede molestar.
Es lo que tienen los artistas.
A mi me da igual que me molesten, en parte porque no soy un artista y en parte porque en el fondo busco cualquier excusa para sacar la cabeza del agua y coger aire.
Ahora bien, como me vuelva a llamar la pesada de telefónica voy a poner una bomba en la sede central que riete tu de Muroroa.
Me concentro y rebusco motivos para escribir algo positivo.
Veamos: mi empresa se ha ido a la mierda y jamás conseguiré cobrar los impagos, aún con sentencias judiciales a mi favor.
Simplemente me han jodido.
Los amigos.
Los amigos están ahí, vale.
Algunos te quieren aunque no les cuentes chistes, otros te quieren aunque los chistes que les cuentes no tengan ni puta gracia y otros están esperando que tropieces para pisarte la cabeza y claro...a esos no les cuento chistes por que no me sale de los cojones.
La familia.
Quiero a mi familia y se que mi familia me quiere a mi, por eso hoy, los voy a dejar al margen.
El amor.
El amor se alimenta de vida, de cruces de miradas y de tapas por el centro.
Hoy te quiero, hoy me quieres, mañana te quiero y tu no me quieres y pasado te quiero, pero ya es demasiado tarde.
El futuro.
El futuro está lleno de proyectos futuros, y de sueños futuros y de ilusiones futuras y de momentos futuros, pero entonces llega el monstruo peludo del presente y comienza a escupir fuego y tras su paso, solo quedan restos carbonizados convertidos en pasado.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, se me está ocurriendo una historia divertidísima.
Me acaba de venir a la memoria una escena de la película "Gátaca" (no se si la habréis visto) en la que el protagonista, obsesionado con no dejar rastros de su ADN en el trabajo, se cepilla compulsivamente el traje y se exfolia de forma salvaje en la ducha, antes de salir de casa.
Me gustaría saber si uno puede frotarse muy fuerte, lo suficientemente fuerte como para volver a ser el de antes.
Frotar y frotar y dejar que caigan todas las células muertas; las células de rabia y las de tristeza, las de enfermedad y las de insomnio, las de errores y tropiezos y que se te quede el cuerpecico nuevo, como el de un bebé de treinta y seis años y empezar a vivir otra vez.
Seguro que aun no ha venido nadie del futuro para presentarnos semejante poder de limpieza y desinfección.
Mierda de publicidad.
A lo que iba...algo positivo.
Pues mira tu por donde voy a terminar encontrando algo positivo: si adelantas el reloj anochece más tarde.
Esto que parece una estupidez, puede salvar muchas vidas, creerme.
Me estoy planteando convertirme en un nuevo tipo de superheroe, uno que se esconde en las taquillas de los gimnasios y adelanta los relojes, que despista a los taxistas y aprovecha para modificar el reloj del coche.
El superheroe que se sube a la torre de todos los ayuntamientos y mueve las manecillas en las esferas: "Capitán luz solar".
Ya tengo una misión en la vida.
Atención señoras y señores, niños y niñas, si se os adelanta el reloj no penséis que está estropeado,no, seguramente habrá sido que he pasado muy cerquita y sin que os diérais cuenta os he concedido más día y menos noche.
Porque la noche está llena de lobos y de falsos profetas y de gente con las manos bonitas y la mirada huidiza.
Pero no os preocupeis, que aquí estoy yo, para protegeros.

martes, 12 de abril de 2011

Asco de mundo



Hoy me he desayunado con una noticia que me ha roto el corazón.
No me refiero a que la lista del paro en España se haya engrosado con unos cuantos miles de parados más, hasta llegar ya a los cuatro millones novecientos mil, no.
Tampoco tiene que ver con que hayan adjudicado a Japón la misma categoría de desastre nuclear que a Chernobil, tampoco.
Nada que ver con la guerra civil de Libia, con los desmanes de los presidentes africanos ni con el retroceso en la lucha contra el terrorismo de las sanguijuelas batasunas.
Esta mañana he llorado, al ver como Banesto, "solo" presentaba unos beneficios anuales de ciento setenta millones de euros.
Se me parte el alma...es tan, tan triste.
No se me va de la cabeza la imagen de los pobres miembros del consejo de administración del banco a punto de saltar desde la azotea del edificio de la sede en Madrid.
Y es que es horrible.
¿Qué van a hacer ahora?
Esperemos que el gobierno del "socialista" Zapatero, salga corriendo al rescate, como el séptimo de caballería y les inyecte un par de cientos de millones de euros.
Total...ya nos los cobrará a nosotros con nuevos gravámenes, o recortando un pelín las pensiones de nuestros abuelos, que al fin y al cabo contemplar las obras desde la verja es gratis y una barra de pan para echar a las palomas del parque tan solo vale tres céntimos...o treinta, o trescientos (hace tanto que no compran pan, ni beben café, ni pagan la factura de la luz, que nuestros políticos no tienen ni puta idea de lo que vale un peine...salvo Anasagasti).
Esta mañana, entre cohiba y cohiba no se hablaba de otra cosa en la primera clase del vuelo a Bruselas.
Nuestros pobres eurodiputados se echaban las manos a la cabeza, desesperados al imaginar semejante sufrimiento para la entidad bancaria.
Menos mal que la azafata ha conseguido las diecisiete botellas de Don Perignom que le solicitaron para pasar el mal trago.
Que asco de mundo.
Lo cojonudo es que al parecer, los beneficios son un diecinueve y pico por ciento menos que el año anterior.
¡¡coño!!
Pero si el año pasado estábamos inmersos en una terrible "crisis financiera" !!!!
Algo no me cuadra.
Si los bancos ganan cientos, miles de millones de euros en medio de esta merienda de negros ¿quien esta sufriendo la supuesta crisis financiera?
Ay Dios...las familias medias.
Que gilipollas soy.
En fin, mañana me acercaré por la sucursal de mi barrio a prestarle mi hombro al director de la oficina, porque seguro que estará llorando a moco tendido y ahí es donde tenemos que estar los buenos ciudadanos, consolando a los banqueros y ofreciendoles nuestras vísceras para que se hagan un souflé.
A mi, si quieren, me pueden ir comiendo la po...

viernes, 8 de abril de 2011

Angel

Quisiera que el alma se me escapará del cuerpo. Me gustaría ser etéreo y flotar, me gustaría ser un ángel de largas alas de plumón blanco. Observar a los hombres desde las nubes y mofarme de sus súplicas y sus lamentos. Me gustaría lanzar una saeta contra aquellos que detesto, una saeta divina, impregnada en curare de Dios, de ese que te atenaza los sentidos y te va dejando morir poco a poco, hasta que te conviertes en nada y esperas la vida en un mundo futuro. Quisiera volar muy rápido, lo suficientemente rápido para estar en todos los sitios a la vez. Acechar junto a la cabecera de la cama del que implora ayuda y susurrarle al oído que se pegue un tiro y luego volar hasta la cúpula de una catedral y observar a las beatas arrodilladas, pasando muy rápido las cuentas de sus rosarios. Me gustaría ser omnisciente, para dejar de tener preguntas, para vender las respuestas y corromper las conciencias. Me gustaría tener una espada de fuego y hundirla en el pecho del malvado, del odioso, del impuro, del ingrato, del cruel, del inmisericorde. Hundirla hasta la empuñadura en las entrañas del avaro, del que ejerce su poder sin conciencia, del que envenena la tierra y el mar. Quisiera ser yo el que castiga, el Ángel de la muerte, la ira de Dios. Y sin embargo camino por la calle escuchando los pensamientos de la gente, sin poder hacer nada. Quisiera ser un Angel negro, porque siempre he tratado de ser un Ángel de amor y eso me ha vuelto débil y ahora agacho la cabeza.

miércoles, 6 de abril de 2011

Y hoy me ha dado por allá.




Julían tiene nueve años, pesa ochenta y cinco kilos y mide más de un metro ochenta.
Al margen de su descomunal tamaño, Julián nació con un cerebro privilegiado, ya que a los tres años, hablaba a la perfección tres idiomas, escribía artículos de opinión en su propio blog y encontró un remedio para solucionar la grave crisis financiera que asolaba su país. Aunque jamás lo compartio con nadie...ya se sabe, a rió revuelto, ganancia de pescadores.
Los padres de Julián, incapaces de asumir tamaño espécimen, terminaron divorciandose.
Su padre quedo muy tocado con la separación y los fines de semana en los que Julian acudía a su casa, aprovechaba la ocasión para asesorar a Julián en cuestiones femeninas, aunque la verdad, con una visión del tema muy particular.
Para el padre de Julián, las mujeres, todas, son seres malvados y egoístas que solo buscan su provecho, aun a costa de destrozar la vida del hombre que este a su lado.
Julián, que es bastante más inteligente que su padre, escucha en silencio y le va rellenando la copa de vino, una y otra vez, sabedor de que a partir de la segunda botella, su padre se irá agotando poco a poco hasta caer inconsciente.
En ese momento Julian toma posesión del hogar paterno y aprovecha para entrar en el ordenador del despacho y transferir pequeñas cantidades de dinero a una de las cuentas que se ha creado a través de internet.
En ocasiones, da rienda suelta a su instinto y tras inmovilizar al pequeño gato persa de su padre, lo somete a un sinfín de pequeñas torturas, eso si, sin dejar ninguna marca que pueda delatar su "diversión".
Y es que Julian, es un pequeño psicópata.
Algunos fines de semana los pasa en casa de su madre y el nuevo novio de esta.
El novio, Castor, es un ser pusilánime y asustadizo que entendió a la perfección quien mandaba el día en que Julián, con una frialdad impropia de un niño de su edad, casi demoniaca, le agarro firme por la nuca y le dijo muy despacito, que si no hacia todo lo que el pidiera, mataría a los dos pequeños de Castor, fruto de un anterior matrimonio.
Al llegar el verano, Julian iba a pasar un par de meses a casa de sus abuelos, en una población costera de Galicia.
Desde los siete años Julian habia entrado en contacto con algunos narcos locales, los que sorprendió con unos sabios consejos que permitio a estos burlar la vigilancia de la Guardia Civil y aumentar considerablemente sus ingresos.
Julian, delante de sus abuelos se comportaba como un niño normal, no quería estropear su tapadera.
Incluso acompañaba a su abuelo a pescar, ya que este conocía a la perfección cada recoveco de la endiablada costa gallega y esa información, era vital para el buen desarrollo de los planes de Julian.
Bien es cierto que tenia que aguantar por el camino las batallitas interminables de su abuelo, pero bueno, era un pequeño precio a pagar.
Una mañana, su abuelo se levantó antes de lo habitual y sorprendió a Julían "divirtiéndose" un poco con el cebo vivo que utilizaban para la pesca.
El abuelo descubrió algo horrible en los ojos glaucos de aquel niño que estaba disfrutando descuartizando a las pequeñas lombrices y observando como se retorcían.
No pudo resistir la impresión y el corazón se le paró allí mismo, y murió.
Mientras la abuela lloraba desconsolada en la ambulancia, preguntándose donde se habría metido su nieto, Julían se dirigía solo hacia una pequeña cala, para controlar el desembarco de más de mil fardos de su propia mercancía.
Y es que Julían, con tan solo nueve años, se había convertido en uno de los mayores traficantes de cannabis del país.
La idea le surgió al ojear aburrido un cuento absurdo e infantil, donde el protagonista plantaba unas semillas mágicas que hacían brotar una planta descomunal.
Encerrado en el garaje que había alquilado con un DNi falso, y que pagaba puntualmente desde una de sus cuentas, Juliánn trabajó duro hasta conseguir mutar una variedad de "Sativa" que produjo la asombrosa cantidad de setenta kilos con tan solo tres macetas.
En la actualidad, Julián disponía de varias naves industriales y la producción global ascendía a más de ocho mil kilos anuales.
Por supuesto, él solo nunca habría podido controlar todo aquello, por lo que creo en la red un complicado entramado de direcciones, links y páginas falsas, a través de las que contrató a un centenar de sicarios rusos y colombianos, que tan solo sabían de su jefe que respondía al alías de "gato negro" y que si le fallabas, estabas muerto.
Al volver a Madrid, tras la muerte de su abuelo y tras haber comprobado que las vías de desembarco eran seguras y que la mercancía sería distribuida correctamente a todos los colegios e institutos de España, Julian se dio un pequeño capricho, entró en un Burguer King y pidió un dople Wooper.
Pero la vida, en ocasiones es cruel.
Al tragar el segundo bocado, algo duro (más tarde se descubrió que se trataba de un diente de rata, un incisivo, para ser más concretos)le obturo la glotis.
Julián no podia respirar y comenzó a revolcarse por el suelo.
Los empleados de la hamburgueseria, le observaron unos segundos y tras llegar a la conclusión de que seria un niño, presa de una pataleta por no poder comer más, siguieron como si nada con sus quehaceres.
Julían murio allí mismo, maldiciendo su negra suerte y deseando que todo el mal que habia hecho en vida, no lo estuviera aguardando al otro lado del tunel.
Por primera vez en su vida, Julián se equivocó.
El médico de guardia solo pudo certificar la defunción del muchacho, aunque hubo algo que le llamó poderosamente la atención. En el rostro frio de aquel niño, el doctor descubrió un rictus, una mueca de espanto como jamas había visto en sus largos años de profesión. Era como si en el último momento, aquel niño hubiera contemplado la faz del diablo.

martes, 5 de abril de 2011

Hoy me ha dado por aquí.




Ondas en el agua

El niño había llegado hasta la playa caminando desde la casa de sus abuelos, a unos dos kilómetros de allí. Conocía bien el camino, ya que cada verano, al llegar las vacaciones estivales, su madre lo enviaba a Galicia con la abuela y el abuelo, y su pequeño perro de aguas, llamado Lupa.


El no decía nada y preparaba su maleta, lo hacía solo, no porque ya fuera muy mayor, sino porque desde que sus padres se separaron, cada fin de semana tenía que escoger la ropa, preparar el neceser, elegir un par de cuentos para leer por la noche y un único peluche que le acompañara, ya que no le permitían llevar más.


Dependiendo en casa de quien le tocara pasar el fin de semana escogía unos cuentos u otros.


Si dormía en casa de su madre, se llevaba el cuento de las habas mágicas, y en silencia, al llegar la noche, lo leía una y otra vez desde el refugio de su cama.


Quisiera tener esas fantásticas semillas, para trepar por la planta hasta llegar más arriba de las nubes, lejos, muy lejos, tan lejos que el novio de su madre no pudiera alcanzarlo con sus insultos y sus bofetadas.


Y es que este niño, cometió el pecado de estar gordito.


El novio de su madre, Castor, tiene dos hijos modélicos. Juegan en el equipo de futbol del colegio y sacan muy buenas notas, sobre todo en Educación física.


Son altos y esbeltos y Castor está muy orgulloso de ellos. Sin embargo a Julián, que es como se llama este pequeño, lo detesta.


Siempre lo está humillando, llamándolo “gordo”, “croqueta”, “bola de sebo” y algunas otras originales lindezas.


Cuando la madre de Julián no está delante, Castor aprovecha cualquier excusa para soltarle un par de bofetadas y si Julián no puede contener las lágrimas, vuelve a abofetearlo, para que aprenda a ser un hombre.


Una vez Julián sorprendió a su madre contemplando una de esas vejaciones desde la puerta de la cocina y al volver sus ojos hacia ella, anhelando una palabra de ayuda, ella aparto los suyos, se giro y desapareció en silencio.


Si dormía en casa de su padre, Julián se llevaba en la maleta un cuento my cortito, llamado “El gato”, que hablaba de un niño huérfano que descubre que puede hablar con los animales y entabla una gran amistad con un gato negro.


Julián quisiera poder hablar con el gato de su padre, un minino persa que soporta a regañadientes sus caricias y preguntarle porque su padre está siempre triste y solo, llorando frente a la foto del día de su boda y bebiéndose las botellas de vino despacito, una detrás de otra, sentado en el sofá del salón.


Castor al menos nota su presencia, su padre ignora que aquel niño es lo único que le queda de su triste matrimonio. O quizás no lo ignora y por eso prefiere olvidarlo en la habitación del fondo, pintada de azul.


Con la llegada del verano, Julián vuelve a sonreír.


Los abuelos le quieren y tratan de hacerle sentir un niño normal. No le pegan, ni le insultan, ni hacen como si no estuviera delante, al contrario.


Cada mañana el abuelo toma un par de antiguas cañas de pescar y prepara el cebo. Julián ha aprendido a desenterrar lombrices para rellenar el bote del cebo y siempre lo tiene rebosante de escurridizos gusanos.


El abuelo y él caminan despacio durante un buen rato, hablando de cosas sin importancia.


En ocasiones el abuelo le cuenta historias de barcos fantasmas y de monstruos marinos y a Julián le gustaría que no terminara nunca.


Pero esta mañana Julián ha ido solo a la playa.


Se sienta en la orilla y comienza a lanzar piedrecitas al mar, haciendo que surjan unas ondas diminutas y concéntricas en la superficie.


Julián hoy se ha despertado con los ladridos de Lupa, unos ladridos nerviosos, casi frenéticos, unos ladridos que anunciaban que algo no iba bien.


Y efectivamente, cuando el abuelo estaba preparando las cañas, como todos los días, su corazón se ha parado de repente y se ha caído al suelo.


Lupa ladraba histérica al equipo del SAMUR que se ha acercado hasta la casa, entre sirenas y luces.


La abuela lloraba desconsolada y sin darse cuenta de que dejaba en la casa un niño de nueve años, solo y asustado, se ha montado en la ambulancia y se ha ido al hospital, sujetando entre lágrimas la mano inerte del abuelo.


Julián arrojó otra piedra y otra más y sin darse cuenta comenzó a llorar.


Julián tiene nueve años, pero ya no quiere vivir, solo quiere desaparecer con su tristeza, que le desgarra las entrañas y le nubla la visión.


La tristeza y la desesperación son unos seres horribles que si se adueñan de ti, te van matando poquito a poco, alimentándose de imágenes grises y de malos recuerdos y cuanto más comen ellos, menos ganas tienes tu de comer.


Cuando alguien está muy triste, comienza a adelgazar un poquito cada día, despacito pero inexorablemente.


Al bajar del autobús que le condujo de vuelta a Madrid, donde lo esperaban su madre y Castor, este gritó sorprendido “vaya, parece que el zampabollos se va a convertir en un niño normal”.


Julián se fue consumiendo poquito a poco, alimentando los monstruos que vivían dentro de él con las pocas fuerzas que le quedaban.


Su madre le llevó al médico, pero este no le encontró ninguna dolencia que diagnosticar así que le recetó un complejo vitamínico y una dieta rica en hidratos y proteínas y le despachó con una palmadita en la espalda.


Pasaron un par de meses y Julián tuvo que ser ingresado. Apenas pesaba veinte kilos y nadie se podía explicar cuál era el mal que se estaba llevando la vida de aquel niño.


Julián no tenía fuerzas para hablar y los pocos ratos que no permanecía sedado o dormido, los pasaba sollozando en voz muy queda.


De vez en cuando algún enfermero trataba sin éxito de hacerle sonreír, pero poco a poco todos empezaron a temer entrar en la habitación de aquel niño triste.


Su padre solo fue a visitarle un día, se quedó frente a él muy serio, sin decir nada y al poco las lágrimas comenzaron a resbalar por su rostro, humedeciendo la larga barba rubia. Entonces se dio la vuelta y se marcho, y no volvió más.


En ese momento Julián noto como los monstruos que le devoraban por dentro, acababan de escoger su próxima presa.


Castor acompañó a su madre en alguna ocasión y al principio se quedaba junto a la cama observándole, casi con lástima o puede que con algo de remordimiento, pero también se cansó de perder el tiempo en aquella habitación y dejó de venir.


Una noche, Julián se despertó sobresaltado por un ruido tremendo, y cuando sus ojos pudieron acostumbrarse a la tenue luz que irradiaban los monitores donde permanecía continuamente conectado, Julián se quedó estupefacto.


A los pies de su cama, destrozando el suelo con las raíces había brotado una planta enorme, que perforando el techo ascendía vertiginosa por encima de las nubes.


Julián se levantó curioso y al acercarse al colosal tallo y observar aquel formidable milagro, escuchó muy nítido un maullido, alzó la vista y arriba, muy arriba, posado plácidamente en una rama, había un gato negro que le observaba atentamente.


“Hola” dijo Julián y para su sorpresa el gato abrió la boca y en perfecto castellano le contestó y le dijo “ven, sube, no tardes, porque tu abuelo te está esperando para ir a pescar, ya va a amanecer y los peces con el sol se vuelven muy precavidos y no asoman a la superficie”.


Julián se puso con cuidado sus zapatillas y comenzó a trepar y trepó y trepó y con cada metro que ascendía por aquella planta mágica sentía como los monstruos que le habían estado devorando durante meses dejaban de morder y sin más, de repente, se fueron.


Julían distinguió entre varias la voz cantarina y amable de su abuelo y entonces comenzó a trepar más rápido y sin darse cuenta, sonrió.


El médico de guardia se acercó a comprobar los monitores, tomó el pulso del pequeño y no pudo hacer otra cosa que certificar la defunción.


Hubo algo que le llamó tremendamente la atención, en el semblante plácido de aquel niño triste, brillaba una enorme sonrisa.