miércoles, 14 de enero de 2015

De nuevos niños perdidos

Y por encontrarse a si mismos en Nunca Jamás.
Tras el incidente con Garfio y su tripulación, Peter pasó unos días muy relajado, vagueando y soñando con que un día Lia le diría que se había enamorado de él. Pero la vida es como es y las ensoñaciones no son más que eso y Peter volvió a hacerse cargo de su vida normal y de sus amiguitos quienes habían aprendido la lección y ahora extremaban las precauciones cada vez que se aventuraban por aquella tierra llena de magia y de lugares sorprendentes.
Una noche Peter se despertó con los gritos de alerta del centinela de la casa árbol y al levantarse corriendo a ver que sucedía encontró que los niños habían apresado a un rapáz de apenas diez años,muy asustado y con cara de haber llegado hasta allí por algún motivo duro de verdad.
Peter lo acompañó a la cocina y le calentó un tazón de leche con cacao animándolo a pasar el susto y tratando de averiguar las circunstancias por las que aquel pequeño había llegado a Nunca Jamás.
El niño dijo llamarse Fran y le contó su historia. Al parecer su padre les abandonó a su madre y a él y su madre enloqueció de dolor al perder al hombre de su vida. Peter tragó saliva al imaginar que un día Lia decidiera no volver nunca de uno de sus viajes y aún no siendo nada comparable aún, sintió que entendía bien el dolor de la madre de Fran
Aquella mujer de alguna manera culpaba al pobre niño de la marcha de su padre y de hacía un tiempo a esta parte había comenzado a abofetearlo con cualquier excusa.
Los malos tratos infantiles están a la orden del día en el mundo real, por eso muchos de los niños deciden escapar de la realidad y se transportan a Nunca Jamás, donde pasan a formar parte de la banda de los niños perdidos.
Fran mostraba en su piel las marcas de los golpes de su madre y aquello hizo que Peter sintiera mucha lástima por aquel pequeñó de mirada asustadiza.
Hizo la presentación oficial al grupo y el resto de pequeños acogió al recién llegado con mucho cariño y le explicaron que a partir de ese momento formaría parte de su banda y jugaría con ellos, vivirían aventuras juntos y aunque en ocasiones echaría de menos lo abandonado en el mundo real, allí tendría todo cuanto podría soñar aunque debería tener mucho cuidado de no caer en manos de los piratas de Garfio y de no volar en solitario pues podría perderse y llegar a otros lugares donde seguro no querría estar.
Por primera vez desde su llegada Fran sonrió y aquella sonrisa le indicó a Peter que este crío llegaría muy lejos allí y se integraría a la perfección, cosa que le hizo sentir muy bien.
Si acaso quiere volar,debería pensar en algo encantador o pedirle a las hadas que le rocíen con ese polvo mágico que  hace que uno se eleve por encima de todos los problemas. 
Una vez les hubo acompañado al curto de las literas, Peter regresó a su habitación y se quedó dormido pensando en los preciosos ojos de Lia y en su enorme sonrisa.
Poco a poco comenzaba a dejar de ser el niño que antaño abandonó el mundo real.

viernes, 9 de enero de 2015

Soñando nuevos soles


Así estoy ahora mismo, como dice la letra del himno de la alegría, "soñando un nuevo sol",
Se han ido los nubarrones, se ha despejado el cielo y me he encontrado con ese sol con el que llevaba meses soñando al quedarme solo.
Ahora si que si, ahora ya puedo volver al ruedo y enfrentarme a lo que sea porque me han liberado del mayor de los lastres: el miedo.
La vida se me presenta como una tierra por colonizar. Igual está llena de aborígenes antropófagos o de fieras y alimañas salvajes pero vamos que me da igual, si se me tienen que comer, espero que al menos me encuentren sabroso.
Creo que entre la familia y los amigos me han aderezado con las hierbas adecuadas así que el bichito afortunado que me hinque el diente que lo disfrute.Creo que además voy muy bien para eso de regular el estómago, vamos, que estoy rico que te cagas.
Este sol ilumina un paisaje francamente chulo, con alguna cima muy elevada en la distancia, pero si creyera que se me terminó lo de escalar y jugarme el tipo en la escalada sería un auténtico gilipollas.
No tengo ni mapa ni brújula, pero se que si me pierdo,podré pedir ayuda de nuevo.
Desde luego ya no hay aventureros como los de antes, ahora todos tiran de móvil a la primera de cambio, pero tiene que haber cobertura claro, si no "vas dao" .
Pertenezco a la mejor compañía del mundo,la "buena compañía" que me garantiza por escrito que siempre tendré saldo y teléfono operativo.
Espero que no resulte que es un timo como tantas otras, que prometen y prometen hasta que te la meten y luego donde dijeron digo, dicen una sarta de soplapolleces tremenda.
El caso es que tenía muchas ganas de que me dejaran desembarcar en esta nueva vida llena de posibilidades y esperanza, así que estoy deseando ver donde coloco mi bandera.
Prometo no esquilmar recursos naturales, terminar con la población autóctona ni saquear los bienes que encuentre.
No soy de esos, yo lo mio me lo gano como mejor puedo y puestos a terminar con algo, me terminó la sopa y listo.En cuanto a lo de esquilmar, siempre pensé que era hacer esquí acuático.
Vale que tengo el cerebro lleno de cicatrices pero también lleno de ilusión e ideas por llevar a cabo, así que es un estupendo "ahora o nunca"
Tengo un inventazo en mente, se trata de tensar seis cuerdas a un mástil y una caja de resonancia, veréís como la humanidad entera lo va a flipar en colores.
De esta me forro, Lo llamaré "Guindarra" porque va a ser la guinda en todos los conciertos.
También se me está ocurriendo un libro sobre un señor al que se le pira la almendra a fuerza de leer libros de caballerías y se pira por ahí con un operario a desfacer entuertos. Lo llamaré "El fijote"  porque fijo que triunfa en todas las listas de "más vendidos".
En cualquier caso hay mucho por hacer y se acabó ya lo de quedarme acurrucadito debajo de la cama.
Hasta el infinito y más allá!!!!



jueves, 8 de enero de 2015

Mis super poderes.

Pues es curioso que mi super héroe favorito desde hace años fuera Logan,un tipo algo hosco, salvaje y  más conocido como Lobezno.
Según una de mis hermanas debo de tener algún tipo de "gen Lobezno" dada la rápida y asombrosa recuperación desde aquel puto accidente.
No tengo ni un gramo de amianto en mi cuerpo, suficientes sustancias cancerígenas me meto ya con cada pitillo.
Tampoco poseo ese lado tan animal, nada de lobo, en cualquier caso algo de gato y no por el sigilo, si no por la capacidad de hacerse al entorno superando los molestos cambios.
Nunca he sido un tipo duro, soy de naturaleza más bien sensible y en cuanto a lo de hosco, siempre me han considerado un chaval simpático y he tratado de ser lo más amable posible. Si peco de algo es de "bien queda".
He aprendido a atribuirle mis fracasos y mis anhelos a una especie de "alter -ego" sobre quien acostumbro a escribir.
Campanilla no es ni más ni menos que todo lo que he amado como hombre y en ella recuerdo centenares de noches con diferentes historias de amor y diferentes nombres, aunque sus ojos verdes iluminarán mi pasado, mi presente y mi futuro.
Ahora Peter Pan está viviendo el romance al que no me atrevo a enfrentarme y como el que escribe soy yo, le concederé la gracia de un final feliz.
Lo que está claro es que la vida real es dura, mucho, nunca imaginé cuan dura podía serlo hasta hace escasos años que comenzaron las verdaderas zancadillas vitales.
El record de dureza lo he experimentado este año, al perder al que sin duda ha sido mi amor más real, al destrozarme contra el suelo tras caer de la jodida moto y al perder al hombre a quien más he admirado nunca, mi padre.
Ahora todo eso ya es pasado.
Tengo la inmensa fortuna de vivir, contra todo pronóstico y sin ningún tipo de alteración física o genética en un laboratorio clandestino.
Noto cambios en mi. Siempre fui un tipo muy vital para quien el  día carecía de las horas necesarias y la cuenta corriente de la cantidad oportuna para mantenerme en juego constantemente.
Cientos de amigos, de planes, de fiestas de actividades, cientos de excusas para no parar en casa y de paso para dejar escapar aquello que no llevaba mi ritmo.
Mucho trabajo, mucho y además encantado de haberlo conseguido y deseoso de ser el mejor en mi campo.
"¿Tu nunca descansabas?" (me preguntó la neuróloga durante la rehabilitación)"Muy de vez en cuando me caía de cansancio y no podía seguir hasta que no dormía unas cuantas horas"contesté yo.
Respuesta algo difusa, como mi lesión.
He aprendido a descansar, me he vuelto un señor prudente y responsable, excesivamente celoso de las normas de conducta y de la moral.
Creo que me gusta escribir sobre un Peter Pan valiente y audaz, porque me veo a mi mismo algo apocado y temeroso de los hados.
Yo quiero volver a ser aquel tío "echau palante" y comerme el mundo one more time.
"Todo llegará" "poco a poco" y "no tengas prisa" son mis directrices desde hace meses.
Este miedo a todo está haciendo que pierda entre otras cosas un cariño muy especial de una mujer muy especial, que pierda autoestima y la capacidad de enfrentarme a los problemas como antaño, entre risas y pensando más en como celebrar que los solucioné que en los problemas en si.
Mi mayor audacia desde hace semanas es esta, ponerlo por escrito.
Lo que si que he aprendido es que aunque pueda considerar que este tiempo ha sido duro, no es ni con mucho, más duro que el tiempo por el que pasan millones de personas a mi alrededor.
No puedo ni quiero compararme con nadie, son muchos los que arrastran su dolor y viven con él, los que pierden a seres queridos y los que experimentan cambios en su vida.
La putada es que yo hay algo que conservo por completo y es la necesidad de escribir.
Puede que esto sea un tipo de exhibicionismo como muchos otros, aunque no necesite una gabardina ni unas gafas de sol.
Simplemente me siento y escribo.
Hoy he decidido que se acabo, que de una puta vez voy a ponerme de pie y voy a pelear por lo que quiero, aunque no lo consiga, pero recibo tanto de tanta gente que creo que lo mínimo es demostrar que todo lo que me han dado me ha devuelto la ilusión.
Sacaré mis garras y me arrancaré la camisa si es necesario, pero a partir de hoy 7, no, 8 de enero, voy a recuperar mi vida por completo.
Seguiré echando de menos a los que ya no están, pero se que también yo habré de marcharme cuando toque y con suerte me reuniré con ellos, en Andrómeda, el cielo o en un hormiguero gigante, depende de que creencias sean las acertadas.
Mientras tanto quiero volver a hervir de amor, besar unos labios ardientes, acariciar un rostro bonito  y ganarme el pan honradamente. Tatuarme un último dibujo en la piel y aprender a escribir solo para mi, sin necesidad de compartirlo todo.
Mis superpoderes son la constancia y la esperanza.
Igual hasta me hacen de la Patrulla X.


 

miércoles, 7 de enero de 2015

Cacareando que es gerundio

Peter volvió a su casa árbol más que contento. Había pasado un rato muy ameno con Lia y de alguna manera sabía que habría muchos más, si ella quería, claro, aunque no dudaba de que se estaba creando una conexión más que especial entre ambos y eso era algo fantástico. Igual hasta le pedía que le acompañara en alguna aventura, pero cuando el hadita rubia se hubiera recuperado del todo, que aún estaba algo delicadita.
Cuando aterrizó en la rama de acceso a la vivienda, Peter se dio cuenta en el acto de que había pasado algo y no precisamente muy divertido
Uno de los niños perdidos que había escapado de los piratas de Garfio le contó en el acto lo acontecido y Peter montó en cólera de inmediato.
¡¡¡Canallas!!! se lo haría pagar caro.
Dejó a los pequeños recogiendo el estropicio de aquel ataque y salió escopetado en busca de los tres chiquitines secuestrados.
Localizó el barco a pocas millas de la costa y al acercarse sigilosamente escuchó como aquellos sinvergüenzas celebraban su gran hazaña.
Aprovechando que estaba oculto en la cofia del vigía en el palo mayor, hizo un rápido recuento de los piratas que había a bordo, ya que la inmensa mayoría estaban en cubierta bebiendo ron y cantando cancioncillas de abordajes y saqueos.
Por lo que pudo entender los niños perdidos se hallaban en las bodegas a buen recaudo, así que perfecto, puesto que no sufrirían peligro alguno durante la acción de rescate.
Dieciocho piratas  formaban parte de la tripulación de Garfio, y diecisiete se encontraban allí, dedujo que el que faltaba debía de estar sirviendo la cena en el camarote del capitán, luego no habría mejor momento para preparar una distracción adecuada y rescatar a los pequeños.
Voló rápido y sin ser visto hasta la Santa Bárbara y con destreza y cuidado empalmó varias mechas a la pólvora que allí se guardaba para ser usada en los cañones.
Con la llama de uno de los faroles cercanos,encendió el extremo de la mecha y calculó que tendría unos cuarenta segundos para salir de allí y prepararse para cuando empezara todo.
Con sumo cuidado reptó hasta la entrada de la bodega y silbó a los rehenes con su silbido secreto.
Los pequeños le dijeron que podían moverse y caminar, pero que estaban atados entre ellos por las muñecas.
Peter les pasó su daga por entre las rejas y cortaron rápidamente las ligaduras.
Justo en el momento en el que recuperaba su daga y forzaba con ella el candado de la puerta, una violenta explosión puso fin a la fiesta de aquellos delincuentes y Peter no disimuló su sonrisa.
Los piratas hicieron una cadena para pasarse cubos de agua para tratar de apagar aquel fuego en la Santa Bárbara y entre maldiciones, juramentos y blasfemias. no dejaban de preguntarse quien habría sido el idiota que había tirado una colilla encendida por esa zona.
Al abrir la puerta enrejada, espolvoreó a los niños con polvo de hadas para que pudieran seguirle y cuando iba  a levantar el vuelo con ellos para regresar a salvo, sintió un contacto frío y metálico en su cuello.
Garfio le había descubierto y desafiante y muy enojado le colocó la punta de su sable de abordaje junto a la yugular.
En un rápido movimiento de defensa con la daga Peter se libró de aquella hoja en su cuello y tras fintar y saltar se colocó frente a aquel cobarde y sucio marino. que hacía ya mucho tiempo debió confundir el rumbo.
Los gritos de Garfio atrajeron hacia aquél lugar a sus hombres, pero Peter pudo ver aliviado por el rabillo del ojo como los tres niños perdidos escapaban volando.
El cacareo de Peter sonó alto y claro por encima del bullicio que reinaba en el navío y ambos contendientes se lanzaron mandobles y estocadas sin cesar hasta llegar a la barandilla de cubierta más cercana.
Garfio trató de atravesarle el pecho lanzándole una estocada de frente y al apartarse ágilmente Peter, Garfio perdió el equilibrio yendo a caer por la borda.
Peter levantó el vuelo para escapar de la tripulación que se abalanzó sobre él con sables, dagas y hachas y apenas se había elevado unos metros cuando escuchó el horroroso grito de Garfio.
Peter vio como en la mala fortuna del capitán, al caer a aquellas aguas se encontró con un viejo conocido: el enorme cocodrilo marino que le había amputado la mano en el pasado, por lo que el pirata tuvo que colocarse en el muñón que le produjo aquella amputación el temible artilugio que le dio su nombre.
En ese momento Garfio trataba de escapara del cocodrilo que habría sus fauces con la sana intención de cenar marino pedante.
Algo dentro de Peter hizo que no pudiera consentir aquello y aunque resulte extraño, voló en picado hacia el asustado capitán y llegó a agarrarle de su única mano en el momento en el que el cocodrilo iba a disfrutar del primer bocado.
Para sorpresa de Garfio, Peter le depositó con suavidad en cubierta, bien lejos de aquellos furibundos piratas , pero antes de irse de allí, cerró el puño de su mano izquierda y  atizó un terrible zurdazo directo a la mandíbula a aquel veterano bucanero, con la advertencia de que si volvía a atacar a los niños perdidos, la próxima vez el cocodrilo debería ver Master Chef en la televisión, para elaborar la receta adecuada para que aquel cuerpo viejo y lleno de cicatrices le supiera lo más rico posible.
De vuelta a casa, extenuado por el esfuerzo pero feliz con los resultados, Peter volvió a  cacarear y pensó en lo perfecto que sería besar y abrazar  a Lia para celebrar todo aquello.
Pronto sus deseos se harían realidad, pero eso es otra historia.

lunes, 5 de enero de 2015

De danzas tribales y piratas sin escrúpulos.

La danza tribal llegó a su fin en medio de cánticos y brincos y los guerreros indios dieron por invocado al espíritu del bisonte que cazarían a la mañana siguiente.
Era mejor para ellos ir poniéndose en paz con el animal que alimentaría a la tribu durante unos cuantos días y además cedería su piel para realizar chalecos y mocasines.
Salvajes los llaman algunos, pero que equivocados están, realmente son un pueblo muy civilizado y en comunión con la naturaleza.
Peter pensó que en el mundo real, se han perdido ciertas costumbres que dignifican al ser humano como la de agradecer los bienes naturales necesarios para la supervivencia y respetarlos.
La hoguera se fue apagando y Lia comenzó a tiritar, habiendo estado malita días antes no era bueno que volviera a enfriare por lo que Peter la propuso acompañarla de vuelta a su casa, cosa a la que el hada accedió de inmediato.
El muchacho se levantó y tras ser espolvoreado con esos mágicos polvos que las hadas le regalan para que pueda volar, despegó tomando a Lia de la mano caballerosamente, de tal manera que ella pudiera reservar fuerzas y no se agotará en el vuelo a casa.
Puede que fuera la luz de la luna, pero Peter se fijó en los ojos azules de Lia y aunque la tonalidad no era la misma,por el tamaño y la expresión gentil y amorosa le recordaron mucho a los de su querida Campanilla.
No pudo evitar recordar durante un buen rato todo lo vivido con aquella hada de la que se había despedido pocas jornadas antes y si algo tenía muy claro, era que siempre la había querido y siempre la querría, pasara lo que pasara.
Campanilla personificaba todas sus aspiraciones y deseos, la pena es que su historia no hubiera funcionado como ambos habrían querido, simplemente se dieron cuenta de que aunque se adoraban, no estaban hechos el uno para el otro y eso es algo que condiciona la vida, tanto en la Tierra como en Nunca jamás.
El niño que es Peter echa de menos la calidez y la seguridad que siempre encontró en Campanilla y el hombre que comienza a aflorar en el muchachito de vida aventurera, añora el contacto de sus labios y de su piel.
No hubo discusión alguna entre ellos dos, simplemente decidieron que se estaban privando el uno al otro de una de las partes más hermosas de la vida y se concedieron la libertad para vivir en el concepto más amplio de la palabra.
Puede que fuera una pavesa que se le metió en un ojo al sobrevolar el poblado o puede que su alma necesitara expresarse, pero una lágrima le resbaló por la mejilla y trató de disimular.
Lia es un hada muy inteligente y habiendo mediado en la separación de ambos y siendo buena amiga de Campanilla, al percatarse de las lágrimas de Peter enseguida comprendió y en un acto lleno de cariño y comprensión, optó por mirar hacia otro lado y le apretó con fuerza la mano, transmitiendo apoyo y dulzura.
Peter se sintió muy afortunado porque sabía que si era posible volver a disfrutar de un amor pleno y generoso, lo haría junto a aquella hada de carácter afable y expresión cordial.
Mientras tanto una desagradable sorpresa esperaba a Peter en su casa del árbol, ya que mientras él estaba gozando de la compañía de Lia, Garfio y sus secuaces atacaron el refugio de los niños perdidos y raptaron a tres de ellos, que por desgracia no eran tan rápidos como el resto de sus amiguitos y no pudieron ponerse a salvo.
Los piratas los cargaron de cadenas y los arrastraron hasta el navío anclado en la costa más cercana y tras encerraros en la bodega, comenzaron a discutir con su capitán las condiciones del rescate que debería pagar Peter Pan como persona al cargo de este grupo de niños perdidos.
Tras un buen rato de trifulcas y discusiones llegaron al acuerdo de que pedirían por cada uno de ellos tres barrriles de ron y cuantas piedras preciosas pudiera almacenar Peter en el interior de su gorro.
Lo que estos malencarados marinos desconocían era que con el señor Pan no se podía jugar de forma tan vil y al día siguiente los acontecimientos darían un giro inesperado.
No todo va a ser amor en el corazón de Peter y tengamos en cuenta que de su cinturón pende una daga tan afilada como los dientes de un cocodrilo, pero eso es otra historia.

sábado, 3 de enero de 2015

Cuentos

La vida sigue en Nunca jamás.
Peter no deja que pase un día sin sentarse con las rodillas cruzadas a escribir en su agenda las experiencias del día en forma de cuentecito o de relato, se ha acostumbrado a hacerlo y disfruta cambiando los finales a la realidad de su vida.
La fantasía se extiende por toda aquella tierra mágica y lógicamente se refleja en los textos de Peter.
Lia le ha invitado a dar un paseo porque ya se encuentra mejor y se levantó de la cama esta mañana.
Cuando Findi, el hada que le transmitió el mensaje de Lia le comunicó aquello, Peter no cabía en si de gozo.De hecho habían quedado en que Peter la recogeria en su casa al caer el sol, pero aún n había oscurecido aún y Peter llamó a la puerta de la joven hadita rubia.
Para sorpresa de Peter, Lia se encontraba atareada en un cuento, puesto que como le explico en el acto, ella escribía desde hacía muchos años y de hecho era el motivo de su existencia, ya que debía escribir cada semana un cuento para que los niños no dejaran de soñar con un mundo más hermoso y donde todo fuera posible.
Peter ocultó que él escribía desde hacía relativamente poco y además todo lo que escribía estaba fundamentado en sus propias experiencias, por lo que no creía que los niños allá abajo pudieran tener el más mínimo interés por sus textos.
Lia le permitió leer el cuento al terminarlo y Peter se quedó impresionado por la belleza de aquel texto y por la imaginación que Lia había empleado en escribir la historia de un niño que tras perder a sus padres, encuentra la felicidad y el amor en una manada de lobos del bosque cercano a su casa.
Aquella muchachita no dejaba de sorprenderle y Peter se sintió aún más pequeñito frente a ella.
Ese hada era perfecta, un compendio de los deseos de muchos niños y niñas que soñaban esas cualidades y habilidades, ser tan hermosa y tan lista, poder volar y escribir así de bien, era lo que había heredado Lia de los sueños de muchos pequeñines allá en el mundo real.
Una bella melodía comenzó a sonar en el momento en el que terminó su lectura y aunque buscó el equipo de música, se percató de que sentada al piano que había en el salón contiguo, otro hada tocaba con mucho sentimiento.
Aquella era el hada Amel, el hada de la música, un hada que siempre amenizaba las fiestas de cumpleaños de los niños perdidos, incluso de los cumpleaños de los piratas de la tripulación del barco de Garfio.
Entonces Lia le tomó de la mano y juntos abandonaron la casa y comenzaron a volar.
No tenían un destino fijo, pero Peter sabía que iría al fin del mundo con ella, incluso la acompañaría a una vida normal.
Por suerte para él no hizo falta llegar a tanto, Lia se detuvo junto al poblado indio y se sentó a contemplar la danza de la tribu en torno a la hoguera central del campamento.
Es genial vivir en Nunca Jamás, pensó Peter y sintió como le sonreía el corazón.

viernes, 2 de enero de 2015

Cuidar de Lia

Puede que fuera ese vuelo por entre las grutas de los acantilados, la humedad, el frío o la emoción del momento, pero al regresar a su casa Lia ya se encontraba algo pachucha y tras beberse un vaso de leche calentita se acostó en la cama con algo de fiebre.
Seguro que suena a poco problemático, pero las hadas son muy vulnerables durante los estados febriles ya que su energía disminuye mucho y son incapaces casi hasta de volar, mover las alas a la velocidad necesaria para despegar requiere de mucho esfuerzo.
Durante días Peter no supo de ella y preocupado, se acercó al refugio de Lia a interesarse por ella, pues en el trayecto de vuelta desde aquella cueva ya la encontró algo desmejorada.
Lia agradeció su visita y tras charlar un rato con ella, Peter la dejó descansar y se retiró para que el hadita pudiese dormir y recuperar fuerzas.
Esa tarde Peter se quedó muy preocupado, más que por la fiebre de Lia, por la sensación de que por mucho que quisiera hacerlo, no podría cuidar de ella como realmente quería.
Prepararla una infusión de hierbas curativas, acomodarla en el lecho, leer en voz alta junto a su lecho, lo que fuera para hacer que su convalecencia fuese más cómoda y agradable.
No tiene sentido, si se acaban de conocer como quien dice y ambos saben de las carencias de Peter.
Un tipo tan terriblemente inmaduro que apenas puede cuidar de si mismo, cuidando de aquella hada.
No obstante era eso lo que le preocupaba, no sabía como demostrar a Lia que algo en su corazón le pedía que estuviera pendiente de la joven hadita, pero Lia no era un hada cualquiera y mucho menos un hada débil o indefensa.
Aquel hermoso fragmento de magia y fantasía estaba más que curtido en la vida adulta y responsable y bien lo sabía Peter, quien entabló gran amistad con ella precisamente a raíz de haberla solicitado ayuda y consejo.
Peter no se sentía a la altura de sus pretensiones y una cosa es pelear contra piratas o guerreros indios y otra muy distinta conquistar el corazón de una mujer.
Campanilla misma se había quejado en más de una ocasión de que no se involucrara lo suficientemente en la vida de pareja y aunque lo quería muchísimo, terminó por buscar el amor en otro lado.
Peter había decidido también comenzar a pescar en otras aguas, pero aquello había surgido de repente, sin buscarlo, sin preparar siquiera la caña con el cebo adecuado.
Aquello nada tenía que ver con las artes de pesca, simplemente se presentó así por las buenas, sin avisar y agarró a Peter desprevenido.
Quizá había llegado ya la hora de comenzar a crecer, quizá era el momento de cambiar, pero Peter sabía que siempre sería un niño para muchas cosas y aunque se planteó beber unos tragos de poción de madurez, hecha con reducción de "muelas del juicio" y materia gris, abandonó la tentación ante la idea de convertirse en aquel del que llevaba muchos años escapando.
Si Lia lo amaba, sería porque podría amar todo de él, sin reservas y sin pedirle que se transformara en otro.
El amor es un sentimiento muy poderoso, más aún que los hechizos de los más antiguos nigromantes y Peter decidió relajarse, salir a volar un ratito y tratar de aprender a ser paciente.
La paciencia es algo que siempre guardaba debajo de la alfombra, como la calma, pero había llegado el momento de sacar algunas cositas de sus escondrijos y hacer uso de ellas.
Levantó el vuelo y escuchó a través de sus auriculares esta canción de Radiohead.

jueves, 1 de enero de 2015

De ojos verdes y copitas de Jerez.



 No he podido evitar trabajar sobre este relato que publiqué hará poco más de dos años bajo el título de "Cantando por diversos palos"
Creo que no ha perdido fuerza con el tiempo, al contrario, casi me gusta más ahora que antaño, pero necesitaba algunos retoques.
Ahí os lo dejo, a ver si os gusta tanto como a mi o me he excedido con la "remasterización".


Sentado en la mesa más apartada, en el rincón más oscuro de la taberna más ajada de la ciudad, no pudo evitar recordar sus preciosos ojos verdes al apurar la copa.
Es consciente de que esta es la única manera de rescatarla del pasado, de compartir con su recuerdo un último beso, un brandy, media docena de palabras de amor y otra copa de Jerez.
Y es que el tiempo pasa tan deprisa como el resto de las cosas buenas de la vida, cercenando las ilusiones con su guadaña mellada de días perdidos, de noches que malgastó con otras mujeres, de dolor y de tardes de oro y grana.
Cincuenta años atrás, ella se casó con otro, destrozando por completo el corazón de aquel joven torero .
Desde aquél día decidió arrimarse más que nunca a las astas de los morlacos suplicando una  pronta muerte en el albero, pero ni Dios ni el toro le concedieron el alivio de la sangre.
Hoy, la guitarra sigue sonando flamenca, por peteneras de alcohol y llanto.
Su voz, quebrada por el exceso de vino y la amargura, hace de él, el espontáneo más triste y nostálgico del cante jondo.
Hoy vuelve a brindar por ella como cada noche, y entre las cicatrices que adornan el cuerpo del torero, sangra aún y más que nunca, la que aquella mujer le dejó al partir.
Esta cicatriz dibuja perfectamente la trayectoria de la herida, que ocupa todo su pecho, de lado a lado..

martes, 30 de diciembre de 2014

Bajo el prisma de tu mirada

Ya no te podré dar un paseo en Vespa, con lo guay que era ver las cosas desde la moto y con el encanto que cobraba todo desde una Vespa.
De todas formas eso me importa poco, lo que dota a todo de verdadero encanto es tu presencia y la vida a tu lado debe de ser absolutamente hermosa, casi tanto como tu.
No obstante me he vuelto un tipo muy conformista y ya te he dicho que conozco mis limitaciones,así que aunque no pierda la ilusión, viviré con lo que tengo a mi alcance, que es mucho, aunque tu aún estés fuera de mis posibilidades.
¿Sabes? creo con sinceridad que  al someterlo al prisma de tu mirada, todo cobra un color especial y una dimensión muy distinta de la real, más bonita y elegante.
Supongo que ya sin conocerte te hubiera imaginado como la protagonista de muchas de mis historias pero ahora que te conozco, tengo que hacer un esfuerzo para no situarte en todo lo que escribo.
Tu espíritu impregna de paz y delicadeza aquello que toca y eso es genial, pero quizá le resta naturalidad y fuerza a mis textos, ya que al tenerte continuamente en mente, soy incapaz de escribir cosas que se alejen de los sentimientos, pequeñita.
Por otro lado me viene bien por que eres también un filtro que limpia todo aquello que sale sucio de mi alma, bien por unas circunstancias u otras, pero en cualquier caso se somete a la limpieza del contacto espiritual contigo y mejora.
Haces que escriba más y con más ganas y al sentarme al teclado del ordenador siento como si me sentara a tu lado y pudiese ver la pantalla a través de esos dos ojos tan bellos.
El cielo siempre estará estrellado para mi si imagino tu rostro en él al caer la noche y por las mañanas quisiera que fueras la única nube que se interpusiera entre el astro sol y mi piel.
Igual sería una protección factor "lo que haga falta" y de esa forma no me quemaría al exponerme demasiado a sus rayos.
En cualquier caso que fantástico es sentirte como parte de mi vida aunque no sea de continuo, pero ya hace un tiempo que apareciste y espero que sigas aquí hasta el fin de mis días.
Puede que nos besemos o puede que no, en cualquier caso tranquila porque no me concederé esa licencia poética y no escribiré una historia en que mi boca se adueñe de la tuya durante un rato, sería practicamente como invadir a traición una propiedad privada y soy un tipo respetuoso del código legal...y moral.
Ya sabes que mi corazón siempre será tuyo, aunque lo intente no puedo disimularlo.
Como dice la oración que aprendimos de pequeños "tuyo es, mio no, tómalo"
Tómalo cuando quieras hacerlo, no tiene por que ser ahora, te aseguro que estaré más que dispuesto a desprenderme de él para que te lo coloques en torno al cuello con una cadenita y seré yo quien te aparte el cabello  para que lo luzcas a tu antojo.
También tu cabello es precioso, pero bueno, es que me gusta todo de ti. Todo.
Hay tantas cosas que querría someter al prisma de tu mirada que de momento las iré bajando al trastero porque el día que pasen por ti, recuperarán el esplendor que pudieran haber perdido en ese cuartito lóbrego y apartado de todo.
Se que aún no tengo la habilidad suficiente, pero espero que llegue el día en el que pueda escribir un texto que esté a tu altura.
De momento seguiré practicando.
Tuyo para siempre:
     Juan.

 







lunes, 29 de diciembre de 2014

Mis días por el mundo



Claro, no encontraba mejor presentación para esta entrada que este tema de Vetusta Morla, uno de mis grupos favoritos ya que me gustan tanto sus melodías como sus letras, que son muy muy directas y sinceras.
No se la de veces que he hablado de la gran labor terapéutica que ejerce en mi la literatura, pero escribir obviamente no es lo único que me cura o que me ayuda a pasar cada día de la mejor forma posible.
Puede que habiendo cumplido ya los cuarenta debería de comenzar a plantearme el porque de esa necesidad mía de transcribir todos mis miedos y mis deseos.
He encontrado un chollo en plasmar aquello que me conmueve en mi alter ego, además es cierto que al escribirle viviendo mi día a día, puedo cambiar el final de cada aventura y adecuarlo al como me gustaría que hubieran salido las cosas.
Alimento a ese alter ego con todo el cariño que recibo de mi familia y de mis amigos, este combustible de cariño y confianza es muy importante y el único que no estropea el motor.
Combustiona limpiamente y no contamina,  en vez de expulsar humos nocivos y sucios, crea textos y se puede seguir el rastro de mis vivencias a partir de ese humo blanco.
Por descontado el mejor catalizador que complementa a ese combustible lo he encontrado en besar a la persona adecuada y ojo, no vale cualquier beso de cualquier persona, solamente llegaré al equilibrio perfecto cuando acaricie la nuca de la chica en cuyos ojos quisiera perderme para siempre mientras descubro en su boca la materialización en vida del paraíso celestial.
Comprendo perfectamente que debo acostumbrarme a que en ocasiones me quedaré sin combustible y deberé estacionar en el arcén y caminar hasta una estación de servicio cercana donde adquirir todo lo necesario para volver a poner en marcha este vehículo tan susceptible a las averías que soy yo.
Estoy tratando de asegurarme a todo riesgo, pero me sale por un ojo de la cara y no hay seguro que cubra ciertos daños.
Es más factible que te cambien las lunas gratis a que te consigan el recuerdo perdido de aquella luna de verano bajo la que hiciste el amor por primera vez con ella, extasiado de emoción.
No se cuantos años o kilómetros tengo de garantía de la casa, pero ni quiero saberlo, ya he pasado en un par de ocasiones por talleres y todo lo que sea chapa y pintura me preocupa lo justito, o sea nada.
Me da más miedo tener algún problema de ingeniería y terminar en un desguace sin haber podido realizarme por completo, por eso lucho a diario y vivo tan intensamente.
Puede que estos últimos meses circule mucho más despacio, ahora he descubierto el verdadero placer de conducir. 
Hacer kilómetros disfrutando del paisaje está fenomenal. La vida está llena de colores y a veces he circulado tan rápido que de alguna forma veía todo en blanco y negro y me perdía los parajes más impresionantes donde detenerse a fumar un cigarrillo y disfrutar de la vistas.
También se que me he dejado a alguna autoestopista que de haber subido al coche, me habría cambiado la vida. Si no las recogí fue más por miedo que por cualquier otra cosa.
Llegará el día en que me adapte a las exijencias del mercado y me convierta en un coche familiar con varias sillitas para niño y pantallas de dvd en el respaldo de los asientos, donde proyectar la película de dibujos de Peter Pan, espero que les guste a mis hijos.
De momento como dicen los Vetusta, "pago la jaula al domador". 
Lo bueno es que ni soy una fiera ni un deportivo con volante de competición.
Creo que soy un clásico y aunque en ocasiones pienso que soy un tipo de coche que ya no se lleva, me gusta cerciorarme de que hay modelos que nunca pasarán de moda.
Buf...no se ni como me ha dado hoy por escribir con metáforas de automoción, yo, que ni tengo carné de conducir, tenía la licencia para poder llevar la vespita, pero ahora ya solo tiro de bono bus.
En cualquier caso puedo escribir a doscientos por hora, que en este tramo no hay límite de velocidad ni radares.
Echaré de menos a mi profesor de autoescuela y seguridad vital, digo vial.