Ese dolor ante la pérdida, es algo universal y muy sencillo de comprender. ¿Quien no va a empatizar con el que pierde a la persona que ama?. Ahora entiendo que esa no es la única de las pérdidas de las que habla esta pieza. Nos habla de la toma de conciencia, del que entiende que se le ha esacapado la vida, entre intensas vivencias, unas agradables y otras dolorosas.
Mi vida se fue, dejando un rastro de miguitas de pan en forma de dudas, para que pudiese seguir su rastro y volver a alcanzarla. Lo hice, la alcancé y guardé en el interior de mi pecho y de mi cerebro, todas esas dudas que me llevaron a dar con la fugitiva a tiempo.Ahora las trato de solucionar. Lo más triste de todo, lo que realmente me duele hasta lo indecible, es que también se fue aquel que siempre me ayudó a solucionar cuanta duda se me presentó en el pasado, con excelente criterio, el más sabio consejo, la palabra oportuna y el mejor ejemplo a seguir. Qué no pueda oír su voz, no quiere decir que no le consulte a diario. Sé que de alguna manera, podre seguir caminando agarrado a su mano.
Lo que no consigo comprender es de qué manera puedo controlar esas dudas, para que no se extiendan por todos los miembros de mi cuerpo, como la gangrena, y al final me toque amputármelo todo, de flequillo para abajo.
No consigo comprender muchos de mis actos. Por más que froto con fuerza, no termino de desempañar el cristal de mi intuición y la ventana de la razón, desde la que debería tratar de atisbar el camino a seguir, y no dar un paso en falso.Ya no. Creo que mi cupo de pasos en falso, está más que cubierto. Ahora toca hacer las cosas bien y no tropezar de nuevo.Esta obsesión por no cometer errores, me lleva al mareo, al pánico mas brutal y a la ansiedad que provoca el ser consciente de que errar es parte de mi condición humana. Pero no rindo mi espada. Puede que me surgan mil dudas más, eso es parte de estar vivo. Y celebro seguir dudando.
El recuerdo de su recta conducta y de su firme voluntad, su ecuánime comportamiento, su acertado juicio y su caballerosidad, me servirán de mapa. Trataré de no salpicar a nadie con el agua de los charcos sobre los que acostumbro a chapotear. Si os he salpicado y os he manchado la ropa, la razón, o el alma, lo siento mucho, de verdad. Creedme y por favor, perdonadme.
Esta segunda temporada, quiero que sea la mejor de la serie. Me consumen las ansias por conseguirlo, e incluso a veces me confunden también.