Al caer el sol, mantuve con una amiga tan sorprendente como necesaria,una conversación telefónica de más de hora y cuarto y entre otras muchas cosas, hablamos del estreno en un escenario municipal durante las fiestas de Valladolid de 2012, del espectáculo "Canciones para una noche en vela", que monté junto a mi pianista de cabecera y amigo, Oscar Lobete. Ella asistió a ese estreno y anoche me recordó, que yo estaba tan obnubilado con mi pareja de entonces, que no tenía ojos más que para ella, por eso no me fijé en su presencia allí.
Para mi desgracia, la cosa acostumbra a ser así. Cuando me enamoro, me enamoro y, aquella mujer que entonces compartía su vida, sus proyectos,su impresionante sonrisa y muchas de sus noches conmigo, me tenía absolutamente entregado.
La memoria es así de caprichosa y poco a poco conseguí que me devolviese una larga lista de recuerdos sobre aquella relación, que terminó poco tiempo después.
Uno de los recuerdos más dolorosos, hace mención a la letra de este tema de impresionante factura, de ese poeta urbano y elegante, que es Joaquín Sabina, quien se ha ganado un hueco por derecho propio, en todos los espectáculos que monte con Oscar. Durante una fiesta en ese lugar tan bucólico como especial que es Espejo de Tera (Soria), "E", la ex pareja de la que os hablo, me dijo parafraseando este tema de Sabina, que "antes de que me quieras, como se quiere a un gato, me largo con el primero que se parezca a ti.". Francamente, no sé si él se parecía a mi, o si ni siquiera hubo un "él", eso me da igual, lo que no me da igual es que desde entonces ya no hay ella.
Lo que este belezón de inmensa sonrisa perpetua no sabía, es lo mucho, muchísimo que yo quiero a mi Gato. A ella también la debí querer por lo menos tanto, prueba de ello es la nochecita que he pasado.
Una cosa lleva a la otra y pensar en ella, me ha hecho pensar en todos y cada uno de mis fracasos sentimentales. No he buscado culpables en ninguno de ellos. Sé que en todos, directa o indirectamente el culpable he sido yo y, esa es otra de las cosas que quisiera enterrar junto a los restos de mi Vespa para que esta "segunda temporada" no se pueda medir en fracasos, sino en triunfos.
Hace poco escribí un texto que colgué aquí, que se llama "Me cago en el amor". Pues va a ser que no. Va a ser que al contrario de lo que pensaba, tanto beso recibido y disfrutado sin receta, no ha tenido el efecto laxante del que hablaba en ese tema sino todo lo contrario, ha funcionado como ese medicamento de emergencia que te enchufas con un vasito de agua tras comer una ración de ensaladilla rusa en un chiringuito de playa de dudosa reputación y a cuarenta grados a la sombra.
Lo que sí debo tener es un terrible diarrea mental, que me lleva a evacuar absolutamente todo lo que me pasa del conducto emocional al cerebral, empapado en una peligrosa combinación de jugos gástricos y nostálgicos.
A veces recuperar recuerdos perdidos no es el chollo que se piensa. La ignorancia suele ser tan cómoda como atrevida. En ocasiones es mejor ni saber, ni recordar ciertos conocimientos adquiridos con alguna de las maestras que me están enseñando a vivir. Y lo triste y dura que puede ser la vida.
"Ya no cierro los bares, ni hago tantos excesos.Cada vez son más tristes, las canciones de amor."
2 comentarios:
También puedes escuchar mi versión
Pues sería un placer que un día te decidieses a cantármela al oido.
Publicar un comentario