Hace no demasiados años y en un reino no demasiado lejano, vivieron dos príncipes que crecieron juntos y juntos se enfrentaron al destino.
El joven Iván era mayor que la princesa Alexia y según la ley. heredaría el trono cuando el poderoso rey Jurid falleciese.
Jurid era un rey amado y respetado por su pueblo y reinó impartiendo justicia entre sus súbditos durante muchos años, en compañía de su amada esposa, la reina Fuensan.
Los reyes Jurid y Fuensan decidieron educar a ambos príncipes en igualdad de condiciones y los pequeños fueron instruidos personalmente por su padre, con la ayuda ocasional de diversos sabios y consejeros de la corte.
Alexia destacó por su inteligencia y responsabilidad aventajando rápidamente a Iván en conocimientos y sagacidad pero Iván lejos de sentirse celoso, siempre estuvo muy orgulloso de su hermana la princesa y se sintió verdaderamente dichoso el día que la acompañó a sus esponsales con Yevor, un poderoso guerrero del reino vecino.
Con el tiempo el rey Jurid falleció de muerte natural y los dioses quisieron recompensar la virtud del noble rey,concediéndole una muerte rápida e indolora en brazos de su amada reina.
Iván acababa de sufrir un espantoso accidente al caer de su montura cuando regresaba a palacio de un viaje diplomático y la muerte de su padre le sorprendió en pleno proceso de recuperación de sus terribles heridas.
Alexia al conocer la noticia del accidente de su hermano se había trasladado hasta las dependencias donde los curanderos y magos del reino le estaban tratando y la noticia del fallecimiento del rey se les comunicó a los príncipes al mismo tiempo.
Los príncipes lloraron abrazados y Alexia ayudó a Iván a llegar cojeando y apoyado en su hombro hasta la sala del trono, donde su madre velaba el cadáver del rey y recibía las condolencias de todos los monarcas del mundo conocido, quienes siempre habían apoyado al rey Jurid, del que alababan su rectitud y magnificencia.
Los nobles del reino se arrodillaron ante el joven Iván y le aclamaron como nuevo rey pero Iván les pidió que se alzasen y tomando a la joven Alexia de la mano, se dirigió a los nobles, diciendo con voz solemne aunque embargada por la emoción:
-Queridos compatriotas, ante el cuerpo de mi padre el rey y en presencia de su majestad, la reina, anuncio mi decisión irrevocable de renunciar al trono en favor de mi hermana la princesa Alexia quien es sin lugar a dudas la más digna heredera de su padre. Ha llegado el momento para derogar la absurda ley que por fuerza pone el destino de un reino en manos de un hombre, aunque no le llegue a la mujer que le sigue en la linea sucesoria ni a la suela de los zapatos.
La princesa Alexia ya ha demostrado en multitud de ocasiones su extraordinaria sabiduría y su buen juicio y a fe mía que sin duda, guiará el destino del reino con mano firme y acertada, al igual que hizo nuestro difunto padre el rey.
Mi espada estará siempre a su servicio y no dudaré en cercenar con ella, la cabeza de todo aquel que pretenda contravenir sus reales disposiciones, pues no hay en este reino ni en ningún otro persona más justa y bondadosa.
Quiero que el consejo real y la corte acepten de buen grado este más que necesario y oportuno cambio en la sucesión al trono y estaré dispuesto a medirme en singular combate con aquel que no quiera aceptar que entre hombres y mujeres no hay más diferencias que las que puedan existir en sus almas sin género ni sexo.
La reina Fuensan, orgullosa de la decisión de su hijo fue la primera en arrodillarse frente a Alexia e inclinando la cabeza, se despojo de su propia corona y se la ofreció a su hija. El joven Iván la tomó de manos de su madre y la colocó con cariño y respeto en las sienes de su hermana y tras hacerlo se arrodilló junto a su madre.
Al grito de "El rey ha muerto, viva la reina Alexia" todos los presentes en la sala del trono se arrodillaron de buena gana inclinando las cabezas en señal de sumisión y vasallaje ante la nueva reina.
El reino de Sótover vivió a partir de aquel momento una nueva etapa donde las doncellas demostraron a sus compatriotas y a los habitantes de todos los reinos del planeta, que aquella decisión del noble Iivan había sido no solo acertada, sino también precursora de grandes y significativos cambios en las costumbres de Sotover y del mundo, que hicieron que todos celebrasen hasta el fin de los tiempos la sabiduría y el acierto del rey Jurid, al haber educado a sus hijos en unos valores tan necesarios como la igualdad, el respeto y la justicia.
Y colorín colorado, este cuento aún no se ha acabado y Alexia siempre será el orgullo de su hermano y del reino.
lunes, 15 de febrero de 2016
Aguja y tinta.
La de anoche se convirtió en su víctima número seis y pensó sonriendo que se le iba a terminar el espacio en el cuerpo para conservar estas historias.
La había conocido por el facebook a través de una amiga común que vivía en Logroño y al ver su foto no dudó en solicitarla amistad, solicitud que fue aceptada en menos de dos horas.
Pilar, era una mujer bastante popular dado el número de "amigos" con que contaba en esta red social.
En la información de la página aparecía como divorciada y locutora en una radio local. Era más joven que él pero apenas un par de años, por lo que encontró muchas cosas que supuestamente tenían en común.
No le costó demasiado esfuerzo engatusarla con disimulo, halagando su profesionalidad y su voz. En una semana diseñó la cita perfecta a la que ella accedió de inmediato sin saber que con esa buena disposición, estaba firmando su sentencia de muerte.
Tras cenar en un conocido restaurante de las afueras de Soria, apenas tuvo que insistir en que le acompañase a la casa de turismo rural de un amigo para pasar una noche romántica y al desviarse de la carretera principal y entrar en el camino que les conduciría hasta el alojamiento ella no sospechó nada. Detuvo el coche en una zona muy arbolada con la excusa de haber visto un cervatillo y al bajarse y acercarse a abrir su puerta para que le acompañase a ver al animal ella agradeció su caballerosidad.
No se habían alejado ni cien metros del coche cuando decidió que se encontraba a salvo de cualquier testigo inoportuno y amparado por la espesura del pinar y por la noche cerrada, colocándose tras ella la tapó la boca para ahogar gritos con la mano izquierda y tras sacar el cuchillo con la mano derecha se lo hundió en el costado hasta la empuñadora por lo menos una docena de veces.
Dejó el cadáver en el suelo del pinar, entre níscalos que comenzaban a brotar y piñas caídas.
Sentado en el sofá del estudio le pidió a su tatuador que le dibujase un cervatillo en el hombro derecho.
El ecosistema de su piel se componía de una fauna muy variada, perros, gatos, tiburones, loros, caballos y ahora un cervatillo.
La red era el lugar ideal para hacerse con mujeres que purgaran con su sangre todo el dolor que aquella hija de puta le causó tras mentir ante Dios y los testigos, prometiendo que estaría con él en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza. Solo acertó consintiendo que fuese la muerte la que los separase.
Murió agarrada a las riendas de su caballo y fue el único crimen que pasó directamente por un accidente, otorgándole de inmediato un oportuno estatus de afligido viudo.
Mientras la destrozaba el cráneo con la culata de su pistola, Iván agradeció todos los conocimientos que había adquirido durante sus veinte años en el cuerpo de policía y pensó en como disfrazar aquello como un accidente de equitación, producido al caer de cabeza su queridísima esposa, impactando contra el muro de piedra de una acequia durante el galope.
Untando con Bepantol la herida de su nuevo tatuaje, acarició la idea de tatuarse un nuevo animal en el hombro izquierda, un zorrito podría ser perfecto. Una zorra, como ella.
viernes, 12 de febrero de 2016
Bendita condena
De repente cuando todo estaba perdido y parecía que los orcos volverían a ganar la batalla apareciste tu para poner orden en mi vida y en mis emociones.
No solo me has regalado amor y otra oportunidad para crecer, has llenado mi vida de maravillosas coincidencias.
Es curioso que siendo tú funcionaria de prisiones, en el hotel madrileño donde pasamos nuestra primera noche juntos, nos dieron la habitación 211, como la celda de aquella película de Luis Tosar y Marta Etura.
Fue solo por aquella primera noche pero si me condenasen a permanecer allí el resto de mis días contigo como carcelera, aceptaría gustoso la bendita condena.
Algo me dice que disfrutaremos juntos del resto de las coincidencias, como la de que también escribas con regularidad en tu blog literario y siempre textos que nacen del corazón o de tus circunstancias, pasadas por un tamiz literario, como los mios.
Hay veces en que parece que las personas que han nacido para estar juntas no podrán encontrarse y la vida ya se encarga de que de una manera u otra, superen las barreras que el destino colocó en su camino y terminen abrazadas en la cama de un hotel o en el andén de una estación.
De pequeño, en el instituto, una compañera de clase monísima y encantadora con la que aún conservo la amistad, me escribió en la carpeta(si, en mis tiempos llevábamos carpetas y no tablets,no te pueden firmar una tablet, eso que se pierden los chavales de ahora):"Si un rubio te pide un beso y un moreno el corazón, no desprecies al moreno por un rubio besucón". Yo te he pedido ambas cosas y ambas has accedido a darme sin pedirme que me oscurezca el cabello.
Tu corazón lo cuidaré y lo mantendré caliente y sano, no te preocupes. Besos podremos intercambiar cada vez que estemos juntos, tantos como quieras.
Te leo con asiduidad y tu blog se ha convertido en mi blog de cabecera. Es curioso también que yo haya elegido a Peter Pan como alter ego y tu blog se llame "Los asesinatos de Peter Pan". Sabes que yo no mataría ni una mosca pero me hace gracia encontrar a mi alter ego en tu blog.
También es curioso que hayas crecido en una de las ciudades que más han marcado mi vida y donde pasé unos años muy felices y llenos de experiencias maravillosas: Granada.
Tenemos por delante toda una aventura para vivirla juntos y sé que agarrado a tu mano podré afrontar lo que sea, me has hecho recuperar el valor.
Si te parece bien ábreme la celda y déjame salir al patio a fumar un cigarro, prometo no intentar fugarme, no quiero, solo quiero quedarme aquí contigo.
jueves, 11 de febrero de 2016
Organizando la cabeza
No soy ningún genio ni un tipo particularmente inteligente, como podréis interpretar de la lectura de mis textos, pero lo que sí que tengo en abundancia son ideas que dan lugar a historias que a su vez dan lugar a textos, relatos, poemas y novelas.
A veces siento la cabeza abarrotada de pensamientos que lejos de quedarse tranquilamente sentaditos en su sillón neuronal, se dedican a ir de un lado a otro buscando una salida.
La única vía de escape es la de ver la luz convertidos en letras que se estampan sobre un folio en blanco o sobre la pantalla de un ordenador.
Emergen como jinetes persiguiendo a princesas, caballeros del sur, asesinos en serie, policías buscando setas o niños escapando del fuego y al desarrollarse se convierten en palabras, frases y párrafos para con suerte terminar enterrados entre las páginas de un libro o entre los millones de cadáveres que como ellos inundan la red.
Es maravilloso saber que de alguna manera te conviertes en un contador de historias y las personas como yo, acostumbramos a alimentar con nuestras propias experiencias o con nuestros sueños, deseos, placeres o miedos cada una de ellas, con mayor o menor fortuna pero sin otra pretensión que la de compartirlas con los demás y regalar algún ratito de evasión a quien quiera leerlas.
Personalmente las suelo aderezar con todos y cada uno de los sentimientos que me inundan el pecho y sé que escribo de una forma muy diferente cuando me siento desgraciado o cuando me siento feliz.
Siempre que amo necesito escribirlo, pues amo demasiado y no tengo tanta capacidad de almacenamiento y si me lo guardase a presión dentro, se me terminaría pudriendo y eso no voy a consentirlo.
En ocasiones me pregunto si daré con la persona adecuada que pueda y quiera comprender todo lo que tengo en la cabeza y en el corazón y que me ayude a organizarlo para que ni se pierda n se termine estropeando pero sé que no es fácil.
No puedo ofrecer más que todo lo que soy y lo que quiero ser y sé que eso tampoco es ningún chollo.
Por fortuna la búsqueda termina dando su fruto y entonces aparecen muchas más ideas para sustituir los vacíos que han dejado las que se fueron para ser escritas. Estas nuevas ideas generalmente nacen para convertirse en historias de amor, de pasión, de complicidad y cariño, aumentando mi ya de por naturaleza elevado nivel de azúcar a la hora de escribir.
En cualquier caso creo que esta puede que sea la organización definitiva y que por fin consiga incluso hacer inventario y adjudicar una referencia a cada una de las ideas para que luego pueda combinarlas con precisión al crear cada historia.
Puede que esta vez no me rompan el corazón ni el alma y no me hagan en cualquiera de los dos sitios nuevos agujeros por donde se me escapen más ideas en forma de lágrimas.
lunes, 8 de febrero de 2016
Esperanza
El prota (y esto no es spoiler) es un hombre a quien la pérdida completa de esperanza, tras fallecer su familia en un bombardeo de la aviación rusa que sometía a su pueblo, decide cometer un atentado,y hasta ahí puedo leer o mejor dicho, hasta ahí puedo escribir.
Lo que terminó de precipitar el que tomara esa decisión, fue la muerte de su único hijo, quien al separarse de él en el centro de la ciudad done residían, de forma obediente, siguió el consejo de su padre de no moverse del último lugar en el que habían estado juntos hasta que él se acercase a recogerlo.
Me gustaría escribir sobre como hubiera sido todo si aquel niño no se hubiera quedado en ese lugar, expuesto a los efectos del bombardeo.
Siempre hay esperanza.
Aterrado, el pequeño comprobó que estaba solo. Se subió como pudo a una farola para tratar de localizar a su padre entre los cientos de personas que corrían despavoridas escapando de los dos cazabombarderos Mig que sobrevolaban la zona del mercado, atestada de gente en aquel momento pero no consiguió identificar sus largos y negros cabellos recogidos en una coleta sobre la nunca.
Entonces decidió desobedecer el consejo de su padre que siempre le pedía que en caso de que se separasen no se moviese del último lugar en el que habían estado juntos y corrió a ponerse a salvo bajo unos soportales cercanos.
La primera bomba estalló a los pocos segundos de haber conseguido refugiarse y horrorizado vio cuerpos desmembrados junto a la farola que acababa de abandonar.
Durante un par de minutos se sucedieron las explosiones y los gritos y el aire se llenó de humo.
Cuando por fin aquellos mensajeros de la muerte pusieron proa hacia otra parte y decidieron marcharse de allí las calles rebosaban de cadáveres y heridos.
Vio aproximarse a su padre corriendo y con el rostro descompuesto por el pánico y al conseguir llegar hasta él lo abrazó con todas sus fuerzas, consciente de que había estado muy cerca de morir y reencontrarse con su madre en el paraíso donde seguro que los esperaba desde hacía unas pocas semanas, cuando una bala perdida atravesó su corazón.
Al llegar a casa su padre le pidió que hiciese la maleta y cogiera tan solo lo más necesario ya que tenían por delante un viaje muy largo y peligroso.
Durante dos días que parecieron meses padre e hijo recorrieron tres millares de kilómetros hasta cruzar la frontera española y llegar a una ciudad llamada Valladolid, donde se alojarían con un pariente lejano que había abierto un restaurante de comida del este de Europa. En Valladolid le matricularon en un colegio público donde pudo hacer amigos y volver a jugar al fútbol.
Con el tiempo accedió a la universidad y se licenció en derecho especializándose en derecho internacional para intentar ayudar de la forma más efectiva a otros niños que como él sobrevivieron a los bombardeos.
Su padre trabajó como camarero en el restaurante durante un par de años y cada noche le besaba en la frente antes de arroparle. Al cabo de cinco años publicó su primer libro "Siempre hay esperanza" donde relataba su experiencia como refugiado político y como había podido darle a su hijo una vida, una educación y un futuro.
Lástima que esto sea solo literatura, pseudoliteratura o como prefiráis llamarlo. Me gustaría que todas las familias que han sufrido una desgracia de este calibre pudiesen rehacer su vidas al igual que yo estoy rehaciendo la mía tras mi guerra particular (metafóricamente hablando, claro) y encontrasen tanta esperanza como la que yo tengo ahora mismo.
martes, 2 de febrero de 2016
Relato cañí.
Este relato lo presenté a uno de esos certámenes a los que me presento de vez en cuando a probar suerte.
Alguna vez ha sonado la flauta y me han sonreído los hados por lo que de vez en cuando vuelvo a probar fortuna.
Una vez que compruebo que no estoy entre los finalistas puedo publicar los relatos en mi blog ya que de otra forma no podría hacerlo sin contravenir las direztrices del certamen.
Valgo para esto.
Al menos los españoles hemos aprendido bien las
enseñanzas de nuestros antepasados en cuanto a la guerra de guerrillas.
Viriato, que era un caudillo con bastantes malas
pulgas pero con una más que demostrada inteligencia de campaña, nos enseño como
combatir un enemigo superior en número y en formación militar.
No voy a comparar al ejército napoleónico con las
legiones romanas que ocuparon estas tierras hace cientos y cientos de años pero
lo que sí puedo comparar es el valor de los españoles que actualmente forman
las partidas guerrilleras con el de los hombres del famoso caudillo hispano.
En mi partida hay de todo, predominamos los
andaluces pero también tenemos compañeros madrileños, castellano, extremeños e
incluso hay un gallego muy simpático que se pasa el día cantando en su lengua
natal y llevando el ritmo sobre la cantimplora de cuero que apoya en su pecho
como si estuviera tocando uno de esos “pandeiros” que tocan ellos en sus
fiestas populares y romerías.
Él dice que se llama Xoan pero aquí todos le
llamamos “Juanito el gallego”.
Lo cierto es que le debo la vida y si no fuera por
su habilidad con la faca, un endemoniado “dragón” francés me habría atravesado
la tripa de lado a lado con su bayoneta.
Aquella noche emboscamos a los gabachos a la salida
de Linares, cuando se dirigían a reforzar a las tropas destacadas en Jaén y caímos
sobre ellos en cuanto entraron en el olivar donde les esperábamos ocultos entre
los benditos olivos.
A una señal de nuestro jefe, abrimos fuego gritando
como demonios, blasfemando y jurando en arameo, en el más castizo madrileño e
incluso un compañero granadino se iba cagando en los muertos de Napoleón
mientras le cortaba el cuello con su albaceteña de siete muelles a los gabachos
que habían caído heridos y que le pedían en su maldito idioma que tuviera
piedad o algo por el estilo.
Piedad…si claro, la misma que tuvieron ellos al
entrar a degüello y pasar a cuchillo a todos los que encontraron en la iglesia,
mujeres y niños incluidos.
Aquello fue lo que me llevó a echarme al monte y
juntarme con esta partida de guerrilleros.
Mi mujer y mis padres se encontraban en la iglesia
del pueblo el día que llegaron los gabachos con sus hermosos uniformes azules
sus altos morriones y sus largas bayonetas caladas.
Dicen que venían descompuestos de rabia y de ira
pues uno de los pocos regimientos regulares españoles que aún conservaba su artillería
les había dado para el pelo días antes y necesitaban vengarse de aquella
afrenta a su honor.
Honor, esa palabra les viene grande a los franceses.
Honor el de mi paisano “Miguelillo” que con su
escaso metro y medio se enfrento a culatazos con dos coraceros y al derribarles
de sus monturas aún les permitió que se pusieran en pie para intentar
defenderse antes de reventarles el cráneo con la culata de su trabuco.
Cuando terminó aquello “Miguelillo” tuvo que
quitarse trozos de sexos franceses de la chaquetilla y hasta de la coleta.
En cuanto a
bravura he de decir que los polacos que han venido acompañando a los franceses
son quizás los soldados más valientes del mundo, después de los españoles
claro.
Aquí están matándose soldados franceses, polacos,
ingleses, portugueses y españoles.
De todos ellos los polacos destacan por una valentía
que raya incluso en la locura pues he visto cargar a media docena de lanceros
polacos contra todo un batallón inglés que se dirigía al asedio de Badajoz.
Por supuesto no fue una acción premeditada, los
polacos son valientes pero no idiotas. Sencillamente se dieron de morros con
ellos y lejos de arredrarse picaron espuelas y se lanzaron contra los ingleses
pensando que podrían abrirse camino entre ellos ya que no tenían posibilidad de
retirada pues un regimiento portugués les cerraba la salida por la retaguardia.
La guerra saca lo mejor de cada hombre pero también
lo peor.
Uno de mis compañeros de partida es un educado
señorito castellano, al que todo esto le sorprendió de vacaciones en el cortijo
de unos amigos de la familia y al tratar de regresar a su tierra no le quedó
más remedio que unirse a nosotros cuando un destacamento francés iba a
lincharle por considerarlo un espía, ya que solo a él se le ocurrió hablarles
en su idioma y de manera afectada.
Le rescatamos con la soga al cuello, literalmente.
Acabamos con los gabachos que no se esperaban que
una partida de guerrilleros les aguara la fiesta y no habían puesto vigilancia
ninguna, cosa que nos vino fenomenal para pillarles por la espalda y terminar
con ellos sin sufrir una sola baja.
Don Nicolás, el señorito que iba a ser colgado, no
ha olvidado nunca lo cerca que estuvo de la muerte y en cuanto tiene
oportunidad gusta de cortar las orejas y la nariz de los prisioneros heridos.
Creo que disfruta haciéndolo y la verdad es que me
da un poco de miedo. Mientras les rebana la nariz suele reírse a voz en grito y
sus carcajadas se escuchan a cientos de metros.
A mí que el muchacho ha enloquecido al pensar que no
volvería a su finca donde seguramente se acueste con las criadas de sus padres
y se entretenga amargándoles la vida a los campesinos que recogen el trigo de
la familia allá en Tierra de campos.
Es curioso que el guerrillero que le salvó de
aquella muerte segura fuese precisamente Miguelito “El limonero”, un malagueño
de Alhaurin el grande al que llamábamos “el limonero” porque se dedicaba a su
cultivo allá en sus tierras junto al Guadalhorce en la sierra de Mijas.
El limonero con el paso del tiempo y ya conociendo
la clase de persona a la que habíamos salvado de una muerte segura, siempre le
afeó esa costumbre de mutilar a cuanto gabacho podía y no se llevaban nada bien
pero aquella tarde cuando el malagueño vio que iban a colgar a un compatriota
algo se le debió revolver en las entrañas y se lanzó como un salvaje a su
rescate.
Nicolás no podía creer que aquel hombre al que conocía
de nada fuera capaz de jugarse el tipo por salvarle y creo que aquello fue lo
que le animo a quedarse con nosotros y unirse a la partida guerrillera.
Los españoles somos así, si encontramos un motivo para
unirnos contra alguien no nos lo pensamos ni por un segundo, igual que si vemos
a un compatriota en apuros echamos el resto para ayudarle.
Parece que
las cosas empiezan a cambiar.
Nos ha contado un
oficial de caballería de Salamanca, con el que solemos encontrarnos de
vez en cuando para recibir información y órdenes del ejército español, que en Cádiz
se ha proclamado una constitución, “La Pepa”, menuda guasa tienen los
gaditanos, no podían haberla puesto otro nombrecito.
Nos ha contado un poco por encima de qué va esto de
la constitución y al margen de resultarnos algo utópica, a todos nos ha dado un
alegrón ver que los políticos empiezan a apostar por buscar puntos de unión
entre todas las culturas que comparten territorio y que ya se han hermanado para
echar a los franceses del país.
Vamos a ver si conseguimos organizarnos también para
darle el golpe de gracia al ejército de Napoleón.
Yo ya llevo más de un año desjarretando gabachos y
polacos y aunque ya no me espera nadie en casa, me gustaría regresar al pueblo
con los que han sobrevivido a esta locura y volver a mi taller de carpintería.
Creo que con todo lo que han robado y quemado estos malnacidos voy a tener
muchos encargos, por no hablar de la cantidad de ataúdes que tendré que hacer.
De todas
formas creo que aún me queda mucha faena aquí. Aún hay demasiados extranjeros
por estas tierras y me parece que no se van a ir por las buenas así que habrá
que gastar a aún mucha pólvora y muchas balas para indicarles el camino de
regreso a su hogares.
Mañana tenemos que atacar a una columna francesa que
está moviéndose hacia Cádiz. Parece que les ha escocido lo de La Pepa y
pretenden dar un escarmiento con los gaditanos para que toda España se entre que
aquí no hay constitución que valga, solo los designios de su enano general en
jefe.
Se están reuniendo diversas partidas de guerrilleros
que nos desplegaremos a lo largo de su trayecto hasta Cádiz para darles un poco
de su propia medicina y si quieren escarmientos que no se preocupen, que van a
tener uno bien gordo.
La Virgen de la Macarena me ha protegido hasta ahora
y seguro que mañana me acompañará durante la emboscada.
Los gabachos también son cristianos por lo que ningún
bando puede apropiarse de la ayuda divina pero creo que en cuanto a justicia y
derecho moral, nosotros somos los ofendidos y los ocupados a traición y Cristo
dijo hermanos, no primos.
Por si acaso llevo mi medallita de la Virgen junto
al corazón y cada noche cuando me tumbo a dormir las horas que me corresponden después
de mi turno de guardia, echo un trago de la bota y aprovecho para rezarle a la
Virgen.
Me han contado que en otra partida que se mueve por
este territorio hay un par de seminaristas que consiguieron escapar con vida
del seminario y ahora se han convertido en dos fieras que mucho latinajo y
mucho persignarse doscientas veces antes de entrar en combate pero luego son
auténticos bárbaros sanguinarios que no hacen prisioneros.
Con la iglesia hemos topado.
Toca volver al campamento y descansar unas horas.
Mañana será un día duro y seguramente caerán algunos compañeros e incluso puede
que yo mismo.
Ahora sé que valgo para esto y nunca pensé que se me
diera bien algo que no fuera la carpintería pero ya he demostrado que soy
disciplinado, leal, arrojado y certero.
Espero que no tenga que seguir mucho más tiempo
matando franceses, que la maldita guerra termine lo antes posible y que nos
dejen tranquilos con nuestras creencias, nuestra nueva constitución y nuestros fandangos.
Si no que se atengan a las consecuencias.
De regreso a nuestro escondite pude charlar un rato
con “el limonero” quien me dijo que creía haber reconocido a uno de los
oficiales que mandaban las tropas invasoras el día que llegaron a su pueblo.
Hoy mientras le clavaba la faca en el costado,
Miguelito aprovechó para preguntarle si le había gustado la limonada de su
pueblo.
En Andalucía hay una guasa muy particular y por las
buenas la gente es encantadora pero por las malas no conozco mayores cabronazos
Napoleón, igual es mi faca la que te llevas de recuerdo
a tu país, clavada en la espalda.
Un trago de la bota y a descansar, que mañana será
otro día.
¡¡¡Viva España, copón!!!
domingo, 31 de enero de 2016
Carne de probador.
Era ya esa hora en la que muchas personas abandonan las compras para tomar un vermut en los bares que ha nacido como setas junto al Corte Inglés y yo me decidí por unos tejanos pitillo azul marino y tras pedir mi talla a la dependienta de la sección de moda vaquera, me dispuse a probármelos y entré con ellos en los probadores más cercanos.Eran mi talla, al parecer los excesos navideños no habían causado demasiados estragos en mis medidas por lo que me entró un momentáneo subidón de autoestima.
Estaba quitándomelos cuando alguien llamó a la puerta y contesté con un escueto y rotundo "ocupado". Para mi sorpresa volvieron a insistir por lo que entreabrí la puerta lo justo para asomar el rostro y decirle al pesado o pesada de turno que debería esperar a que terminase de cambiarme y abandonase el probador para utilizarlo. Al abrir aquella puerta y asomarme en busca del impaciente usuario me encontré con la sonrisa de la dependienta que me había atendido.
Era una atractiva pelirroja que tras colocarme el índice de su mano derecha en los labios sugiriéndome silencio, me empujo hacia dentro del probador con su mano izquierda y entrando de forma sigilosa y sorprendentemente felina tras de mi, cerró echando el pestillo.
Era tan solo unos tres o cuatro centímetros más bajita que yo por lo que no le costó lo más mínimo recorrer la distancia hasta mi boca y en cuestión de segundos sentí su lengua buscando la mía.
Mientras me besaba con ardor, terminó de desabrocharme los pantalones de los que yo mismo había comenzado a despojarme antes de abrir la puerta e introdujo sus manos en ellos acariciándome allí donde las caricias son más placenteras.
No podía creerlo. Había oído hablar de sexo en los probadores de los grandes almacenes y en alguna ocasión me había servido de ellos para besarme con compañeras de clase con las que había faltado a las horas de las materias más aburridas pero aquello se escapaba a mis sueños más húmedos.
No soy feo pero tampoco soy Brad Pit por lo que no terminaba de creerme aquello, aunque cuando se arrodilló ante mi poderosa y rápida erección para regalarme una impresionante sesión de sexo oral, busqué inconscientemente la cámara oculta pensando que era objeto de alguna terrible broma de mis maquiavélicos amigos.
Nada de cámaras. Aquella sugerente dependienta de acento andaluz y sonrisa pícara se despojó de la falda y de la ropa interior, me sentó en el típico taburete que hay en todo probador que se precie y comenzó a cabalgarme enterrando mi cabeza entre sus pechos.
Doy fe de que aquello ha sido hasta la fecha lo más impresionante que he vivido nunca y es que , como dice la canción, la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.
Desde entonces me he convertido en un comprador compulsivo y me he dejado los ahorros en la sección donde trabaja esta señorita, acudiendo puntualmente lunes, miércoles y viernes a las dos de la tarde al probador número cuatro.
Y yo caí, enamorado de la moda juvenil, de los chicos de las chicas de los maniquís, enamorado de ti.
Etiquetas:
El corte Inglés,
pantalones pitillo.,
Probadores
miércoles, 27 de enero de 2016
El rey en el norte.
Soy de Invernalia y estoy acostumbrado a vestir de negro como el resto de los guardianes del muro y me viene fenomenal porque ya de paso, guardo un encubierto luto por todas las historias de amor que murieron y que tuve que sepultar en el fondo de mi alma.
Mientras hago mi ronda en el muro, me subo la capucha de la capa en previsión de que el viento helado del norte se adueñe de todo mi ser y vuelva a congelarme el corazón.
No quiero tiritar y no lo haré si me puedo arropar con sus besos y entrar rápidamente en calor. Sé que conseguirá mantener mi sangre caliente con sus palabras precisas.
Cubriré el lecho de páginas repletas de pensamientos cálidos y confortables y me ocuparé de que nunca falte un leño en la chimenea para que pueda sentarse junto a ella y calentarse las manos, si llegase a transmitirla el frío que en ocasiones me congela el espíritu, pero no será necesario.
Vive bajo un sol radiante y besa en la distancia y con acento pero no escatima en besos ni en palabras incandescentes que colocar entre las sábanas para hacer las noches plácidas.
A veces mientras me encomiendo a los dioses antes de entrar en combate con los caminantes blancos, oigo el sonido de su cuerno a lo lejos y entonces desenvaino mi espada con la certeza de que no será mi cabeza la que terminará clavada en una pica al llegar el ocaso.
Ella me ha ayudado a vencer muchos temores, entre ellos el peor y más salvaje, que anidó en mi pecho y crió docenas de pequeños temores que me estaban empezando a devorar por dentro.
Soy un guerrero vestido de negro dispuesto a vender cara mi vida y ya no permitiré que nadie me inoculé su helado veneno.
Soy el rey en el norte y ella es mi reina allá donde quiera que esté, por muy lejos que sea.
Conseguiré que los dragones nos despejen el camino hasta el trono de hierro y desde allí gobernaremos los siete reinos.
La historia la escribiremos nosotros y la escribiremos juntos. Nos gusta escribir.
Etiquetas:
Canción de hielo y fuego,
Juego de tronos
domingo, 24 de enero de 2016
Terminando la partida
De las horas que compartí con los "vesperdidos", tan agradables como siempre, quizás me quedo con el momento en el que uno de ellos, buen amigo y cabal persona, me regaló el disco de este joven cantautor vallisoletano.
Esta mañana lo he escuchado mientras me tomaba un café calentito y ha sido un placer haberlo descubierto, ya que tenía ganas de escuchar letras escritas desde la realidad cotidiana y no desde los topicazos que han impuesto los adolescentes americanos al mundo de la música.
Este "Bob Dylan" pucelano me ha hecho pensar muchas cosas sin tener que salir de mi provincia, aunque fuera de forma metafórica.
Cada uno comparte su mundo interior como mejor sabe, bien con una guitarra o bien en negro sobre blanco.
Agradezco inmensamente las continuas referencias literarias en sus canciones y lo inteligente y humano de sus letras que como rítmicos relatos, nos transportan a lugares comunes por los que todos hemos transitado en alguna ocasión.
Me enorgullece pertenecer a una ciudad que cuenta con buenos cantautores que van más allá de cuando llueve es que ella no me quiere" o " ayer se montó un buen cisco dentro de la disco".
Tengo la suerte de haber creado lazos de amistad con alguno de ellos, como Santi Iglesias, que durante mi hospitalización a raíz de aquel fatídico accidente de Vespa, tuvo el hermoso detalle de sacar una foto mía al escenario del teatro donde estaba dando un concierto y dedicarle una canción, como si yo mismo estuviera allí con él y pudiese hacerle los coros.
La literatura y la música siempre han sido compañeros de trinchera en la guerra contra la mediocridad y en ocasiones comparten pitillos y vino antes de lanzarse juntos a la carga.
Tengo la costumbre de encabezar muchas de las entradas de este blog con temas musicales que o bien me inspiran un texto o bien cuadran adecuádamente con el texto escrito.
Espero haberos descubierto algo interesante hoy.
viernes, 22 de enero de 2016
Nunca estaré solo ante el peligro.
No, ya no.
Siempre llevaré conmigo el recuerdo de tu cuerpo desnudo concediéndome el deseo por el que cualquiera estaría dispuesto a morir y ese recuerdo me acompañará hasta el mismísimo infierno.
Al caer el sol me enfrentaré a quien ha jurado realizar a mi costa otra muesca en la culata de su revolver y aunque él no pueda verte, caminarás a mi lado por las calles del pueblo y desenfundarás con la rapidez de un rayo a través de mi mano izquierda
Desde aquella noche en la que reuní el valor suficiente para robarte un beso, supe que tu destino y el mio estarían unidos hasta el final.
No tengo miedo a lo que pueda suceder al llegar el ocaso, si he de morir lo haré satisfecho pues habré amado hasta quedarme sin munición y no hay pistolero en el estado que tenga el valor de tratar de acertar con un beso certero en el mismo centro del lunar que luces junto al escote.
Si no soy tan rápido como creo ser y él desenfunda primero, por favor, cuida de mi caballo. Ha sido un fiel compañero durante estos últimos años.
Enterradme con el chaleco y el sombrero negros, con las botas de piel de serpiente y el cinto con el revolver y munición, nunca se sabe que puede aguardar en la otra vida.
Esto no es un adiós, es un luego nos vemos. Siempre volveré a ti, de una forma o de otra.
El whisky y el tabaco no me han permitido dejar un bonito cadáver pero al menos conservo mi cabellera, muchos guerreros apaches trataron de colgarla en sus tipis y he tenido que privarles de semejante capricho a balazos.
No es necesario que te diga que te quiero, prometimos no decírnoslo nunca y siempre trato de cumplir mis promesas.
Vive libre, volveremos a vernos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)