martes, 14 de julio de 2015

Escapando del escaparate

Aquella mañana al despertar, la agente del cuerpo nacional de policía, Elena Ayuso, supo que el día sería particularmente activo.
Estaba a punto de solucionar un caso en el que llevaba meses trabajando. 
Desde que la destinaron a la brigada de antivicio de aquella  provincia castellana la investigadora intuyó que tendría que demostrar a sus rancios compañeros que ella no estaba allí por su cara bonita, si no que tras salir de la academia había trabajado duro para medrar y el ser mujer seguía siendo casi un lastre hoy en día.
No solo había tenido que esforzarse más que sus compañeros varones, si no que además se pasaba el día ignorando las insinuaciones y los comentarios y actitudes machistas de muchos compañeros.
De un tiempo a esta parte se habían intensificado los robos con fuerza, los asaltos a establecimientos y el menudeo de drogas en el entorno de la Calle Varillas.
Ayuso dedujo que la crisis había derivado en que muchas personas honradas tuvieran que intentar salir adelante al precio que fuera y que además, los delincuentes de toda la vida aprovechaban las circunstancias para escudarse en la falta de oficio de los nuevos en el equipo.
Eligió con cuidado la ropa con la que saldría a tratar de cerrar el caso esa noche. En días como aquel añoraba aquellos tiempos de agente uniformada, el uniforme ya de por si es un elemento disuasorio.
Introdujo la Gl Glok de 9mm en su bolso tras comprobar que estaba municionada correctamente y se encaminó hacia la brigada.
Tras un día tenso y particularmente caluroso en el que tuvo que realizar la parte más tediosa de su trabajo ( escribir informes, solicitar ordenes de registro al juzgado, comprobar las fichas de los sospechosos) llegó el momento de echarse a la calle.
Según su informante, esa noche habría una importante transacción de cocaina para el menudeo entre el jefe del clan merchero de la zona y el líder de una pandilla de delincuentes juveniles que escudada tras señas de identidad neo-fascistas aprovechaban el miedo que despertaban entre la población para hacer de las calles su propia red de distribución al por menor.
Apoyada sobre el escaparate de uno de esos comercios de proximidad en los que podías encontrar de todo, la agente Ayuso vio llegar a los dos traficantes o como se decía ahora pese a tener pruebas más que válidas y concluyentes "presuntos traficantes".
El joven neofascista intuyó algo en la forma de mirar de aquella rubia de vestido negro, a la que habría tirado los tejos en circunstancias normales pero algo le olía a podrido en su pertinaz fijación.
Shackespeare hubiera escrito "algo huele a podrido en Salamanca" pero no es el caso, así que me ceñiré a la realidad de los hechos.
El "hermano ario" desenfundó un revolver Astra del 38 y encañonó directamete a la agente Ayuso quien al percatarse de las aviesas intenciones de aquel muchachote rubio de cabeza rapada tuvo tiempo de sacar su arma y tirarse al suelo antes de que le alcanzara la primera bala del 38.
El merchero también saco su arma, una escopeta de cañones recortados y en cuestión de segundos se desató un infierno en la calle.
Los cartuchazos del merchero reventaron el cristal del escaparate, ofreciendo a la agente Ayuso una vía de escape de la situación y tras saltar hacia dentro del local mientras disparaba su Glok, aún pudo escuchar el estruendo de las sirenas de los coches patrulla que prevenidos se acercaban a toda velocidad.
Una vez se sintió cubierta del fuego y a salvo, Ayuso busco un lugar desde donde responder al fuego sin demasiado riesgo y cuando tuvo al merchero en el punto de mira disparó.
Aquella noche el trabajo policial terminó con dos "presuntos narcotraficntes" muertos por arma de fuego, un agente de policía herido y una valiente defensora del orden público propuesta para condecoración.
Cuando llegó a casa la agente Ayuso pensó que aquel vestido que había elegido era bastante mono, pero altamente incómodo para participar en un tiroteo aunque le había servido para escapar de aquel escaparate con cierta dignidad al llegar la prensa.

lunes, 13 de julio de 2015

Siempre que llueve, escampa...o casi siempre.

El joven escritor no pudo contener una lágrima pensando en las ironías de la vida.
Durante mucho tiempo la quiso, la quiso tanto que terminó perdiendo la razón e imaginando situaciones de lo más diversas, donde lograba conquistar su corazón,  celebrando despues un hermoso matrimonió a la luz de la luna.
Disfrutaba imaginando que acudía a recogerla al establecimiento donde trabajaba y al esperarla entre los clientes de último momento, uno de ellos sacaba un arma del bolsillo de la cazadora y exigía la recaudación de la jornada apuntándola fijamente entre sus dos hermosos ojos, entonces él, que era un tipo más bien pacífico y tímido se abalanzaba sobre el atracador y trataba de arrebatarle el arma, recibiendo un balazo en el intento.
El delincuente salía corriendo y una de las empleadas del comercio llamaba a la policía y a una ambulancia mientras ella se arrodillaba junto a él y le agarraba de la mano entre sollozos, conmovida por su acto de heroísmo.
Entonces moría desangrado y al hacerlo encontraba en ella el amor que siempre había ansiado.
En otras ocasiones fantaseaba con enfermedades de todo tipo e incluso llegó a escribir un cuento en el que ella fumaba como cada día en la puerta del trabajo y comenzaba a llover.
Él salía con prisa de la oficina temiendo llegar tarde a buscarla y caminaba por la ciudad a paso de marcha, apurando un pitillo tras otro para sobrellevar mejor los nervios del camino.
A apenas diez pasos de donde ella esperaba fumando bajo la lluvia, un intenso dolor en el pecho y un extraño calambre en el brazo izquierdo lo postraban a sus pies y al poco, el médico del Samur certificaba el infarto y lo trasladaban en una UVI móvil.
Al despertar en la cama del hospital, sondado, monitorizado y aturdido la encontraba junto a él preocupada y asustada por lo que pudiera pasarle, apretándole con fuerza la mano y besando con cariño su rostro rígido y casi frío por la falta de una normal circulación.
Al recuperarse y abandonar el centro hospitalario ella le acompañaba porque se había dado cuenta de que había estado tan cerca de perderlo que ya no querría dejarlo nunca.
Aquel cuento lo selecciono para el compendio de cuentos y relatos que publicó unos años antes pues para él era mucho más de lo que los lectores podrían adivinar, era una fantasía con la que pasaba horas y horas reviviendo el imaginario ataque al corazón y todo lo que rodeaba aquel momento, hasta que vencía la resistencia de su alma y terminaban siendo felices y comiendo perdices.
Se conoce que la perdiz ya debe de estar en peligro de extinción y la han retirado de los mostradores  de todas las carnicerías y de las cartas de todos los restaurantes.
La vida es una bromista de muy mal gusto y como dice el proverbio "ten cuidado con lo que deseas, porque puede llegar a cumplirse".
Cierta noche camino de casa y con prisa, tras encender el último pitillo de la segunda cajetilla de aquel día, sintió un agudo pinchazo en el corazón y solo recuerda haberse llevado la mano al pecho y haber maldecido que no lloviese y que ella no estuviera allí esperándolo.
Después perdió el conocimiento.
Un día despertó en una cama de hospital, sondado, monitorizado y aturdido y como lo había imaginado cientos de veces, ella estaba junto a su cama y le sujetaba la mano con fuerza con unas lágrimas asomando de sus esmeraldas.
No hubo más similitudes con sus enfermizas fantasías y cuando dejo el centro, ella no le acompañaba, las perdices seguían siendo unas aves fáciles de conseguir en cualquier parte y la felicidad se seguía escondiendo detrás de la puerta o debajo del sofá del salón.
De aquello solo ganó un prolongado y merecido descanso, que le sirvió entre otras cosas para ser consciente de la realidad de la vida y de la importancia de otras muchas que nunca había valorado,como el ser merecedor de su incondicional amistad.
Conoció a otras mujeres con las que se volvió a sentir vivo y descartó conseguirla y  mucho menos de una forma tan absurda y patética.
El joven escritor se arrepintió de haber deseado pasar por semejante experiencia y maldijo haber escrito aquel cuento en el que sufría un infarto y conmovía a una persona a la que a raíz de todo aquello, descubrió que nunca, nunca, querría ver sufrir.
 Aprendió a desearla toda la felicidad y una vida plena sin artificios de ningún tipo.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, ya escribirá otro.

 

sábado, 11 de julio de 2015

Batallitas

En esas estoy liado desde hace unos meses, en contar batallitas.
Dentro de la novela que estoy escribiendo ahora "Colgado de la cuerda oportuna", ambientada durante la guerra de secesión estdounidense, el protagonista, un teniente confederado enamoradizo y opuesto a muchas de las prácticas de su tierra natal, acude con el regimiento en el que sirve a la que será la madre de todas las batallas: Gettysburg.
En aquella batalla murieron más de 50.000 soldados entre yankis y confederados y fue la confrontación que cambiaría el curso de la guerra declinando la suerte a favor de la Unión.
Tengo la costumbre de inspirar los personajes de mis textos en personas reales y de mi entorno más cercano, por lo que al igual que en la novela que publicaré en breve (Dios mediante y si el tiempo lo permite) "Temporada de setas", permito que mueran muchas de las personas que querría borrar de mi vida, por unos motivos u otros, en esta apretaré el nudo de la soga en el cuello de quien querría colgar en el mundo real..
Al uniformarlos y enviarlos al frente,  como es este caso,  en ocasiones me doy el gusto figurado de que un yanki clave la bayoneta en las entrañas del combatiente escogido para tal fin.
En "Temporada de setas" era un enigmático asesino en serie el que iba matando por mi a aquellas que me mataron en vida, con lo que se puede considerar un acto de justicia poética o de repugnante venganza literaria, según como se mire.
Adoptar un "alter ego" es sencillamente estupendo pues trasladas tus circunstancias y vicisitudes allí donde eres Dios, juez y verdugo y la ley nunca podrá tocarte.
En la vida real soy un tipo pacífico que detesta la violencia y que jamás se enfrentaría a no ser que alguien lograra despertar  la bestia (cosa harto difícil)  por lo que muchas personas se confunden y creen que trago con todo y que se me puede vapulear sin ningún tipo de repercusión. Gran error, lo que no sufran en este mundo lo sufrirán en el mio y ahora es cuando me río mientras acaricio la cabeza de mi gato, como los malos de las pelis. Mi venganza será terrible y no solo yo, muchos se entretendrán  leyendo como estos personajes mueren envenenados, degollados, ahorcados o disparados.
No pasa nada. Al igual que escribir sobre el amor (jodido leit-motiv) no hace que aquella a quien amo me ame, escribir sobre sucesos trágicos o dantescos no hará que quien quiero que muera, fallezca.
Creo que soy carne de psicólogo o de psiquiatra.
Lo que seguramente soy y seré es carne de la crítica.
No sabéis hasta que punto es bueno esto de escribir.
 

 

lunes, 6 de julio de 2015

Va y viene, como la falsa moneda.

Esta es la banda sonora perfecta para escribir sobre uno de esos días en los que por lo que sea la inspiración ha decidido echar el cierre y poner el cartelito de "vuelvo en diez minutos" pero hace horas que la estoy esperando.
No suelo tener días tan difíciles cuando me siento al teclado. Cada día, uno tras otro, dedico el tiempo que puedo a garabatear en la pantalla de mi ordenador con todo lo que me bulle en la cabeza, a veces coherente, a veces menos pero siempre las ideas acuden a mi silbidito, como si fuesen un ejército de "pepitos grillo".
Puede que dada la temática habitual de mis textos, necesite estar algo triste para ser productivo o excesivamente feliz para resultar divertido, lo que está claro es que los términos medios en esto de la literatura son menos concurridos que los extremos.
Un vez escribí que los términos medios son los lugares más visitados pero si es cierto que siempre se encontrarán las puertas abiertas, poco puedes llevarte de allí.
Resulta más sencillo escribir en medio de una angustia profunda, un enamoramiento febril o durante el mayor de los cabreos y aunque podría agarrarme a algunos recuerdos y abusar del pasado en cualquiera de esos estados que he mencionado para atraer la inspiración, de un tiempo a esta parte he decidido ser absolutamente sincero con mis textos y más comedido con la exteriorización de mis sentimientos.
Estoy en un buen momento, con motivos suficientes tanto para sentirme feliz y afortunado por lo que tengo y lo que me rodea y escribir sobre ello, como para poder darme el gusto ocasional de sacar los demonios fuera y convertirlos en metáforas y exorcizarlos.
Quizás es porque me he propuesto no remover el dedo en las heridas del ayer que ya se van cerrando y claro, si sangran es más sencillo encontrar las palabras adecuadas pero no quiero depender del dolor para escribir.
Como nunca he jugado a ser un escritor maldito, otra de las cosas que me niego en redondo a hacer,  es el buscar la inspiración en el fondo de una botella, en sustancias que alteren mi razón o en el hada verde que vive en la absenta.
Lo siento pero eso lo considero hacer trampas y frente al teclado y en el juego se conoce al caballero.
Hay momentos en los que uno se siente vivo en el sentido más amplio de la palabra y me hayo inmerso en una vida plena a todos los niveles; tengo mis miedos y mis problemas como todo perropicha pero eso también forma parte de sentirse vivo.
Supongo que la parte de escribir que se considera trabajo, radica en buscar y buscar hasta dar con ellas si por el motivo que sea han decidido permanecer ocultas en el fondo del cerebro, o del alma, ya que yo me surto de ideas que brotan en ambos lugares.
Ahí están, desperezándose legañosas y despeinadas pero ya han decidido acudir a la llamada.
Os dejo que me voy con ellas de viaje a la guerra de secesión americana donde se desarrolla la novela en la que me estoy vaciando desde hace unos meses.
Espero que al igual que "Temporada de setas", novela que ya tengo revisada, completa y en manos de la editorial, "Colgado de la cuerda oportuna" consiga ver la luz.
Todo se andará pero de momento voy a ensillar el caballo para el protagonista que debe formar junto a su regimiento para cabalgar hasta donde aguarda el general Lee. Que Dios le asista hoy, creo que van a caer muchos personajes y debo protegerle, su prometida le aguarda para contraer matrimonio.

domingo, 5 de julio de 2015

Cuando se alinéan los astros

Todo se llena de luz y de magia.
Ayer debió de haber algún tipo  de conjunción interplanetaria o lo que sea y los astros decidieron alinearse con mi buena estrella.
Celebré una fiesta en mi casa, una fiesta muy simbólica puesto que es la primera que me he decidido a organizar desde que entré en esos tiempos oscuros que ya estoy dejando atrás y además fue la primera en este piso donde me vine a vivir hace ya un año.
Lo realmente duro y difícil fue realizar una criba en la lista de invitados pues gracias a Dios tengo muchos amigos pero dadas las dimensiones del piso me vi obligado a entrar en esta dinámica tan de moda de los recortes.
Me dolió mucho no poder tener aquí a personas muy importantes para mi, algunas por la dichosa distancia y otras por compromisos previos o asuntos laborales pero en un piso de menos de 70 m2 nos juntamos más de 20 personas y un gato.
Todas las personas que acudieron a la llamada son han sido y serán parte de mi vida, de mi corazón y de mi felicidad.
Hubo hermanas, cuñados, primas, amigos, amigas incluso hadas y bailarinas.
Uno de los detalles más bonitos fue el que tuvieron mis queridos amigos Ruben y Judit, de Da Silva Gastronomía, que no podía asistir pero se acercaron a traerme una deliciosa tarta sorpresa personalizada que hizo las delicias de todos.
Menudo lujo.
Aquellos que por un motivo u otro no estuvisteis físicamente os aseguro que en espíritu estuvisteis muy presentes pues ayer recuperé muchas cosas de mi vida y todas las pienso compartir con vosotros.
Quiero a la gente que quiero y no me cansaré de repetirlo pues me siento un tipo realmente afortunado por muchas cosas y sobre todo por la amistad de personas tan increíbles como las que forman mi círculo más íntimo.
Para completar el día, uno de los amigos que vinieron anoche fue además portador de excelentes noticias que atañen a mi vida profesional.
Anoche se respiraba cariño en el ambiente y recibí tantos abrazos y besos que me sentí el hombre más rico del planeta.
Controlé mi labilidad todo lo que pude pero me fue imposible al escuchar a mi hermana Elena, que se marcó uno de sus espichings cuando partimos la tarta.
La jodía es muy graciosa y en Youtube podéis ver alguno de sus monólogos pero además sabe tocarte el corazón con cinco palabras, como el famoso golpe secreto de Kill Bill.
La noche terminó algo desenfocada pero más que por exceso de alcohol por un consumo elevado e incontrolado de cariño.
Me acostaron los labios más dulces y el de esta noche ha sido un sueño realmente plácido y un merecidísimo descanso emocional
Solo puedo agradecer a la vida que pueda disfrutar de momentos como el de ayer y de personas tan maravillosas.
Os dejo, que se me ha metido algo en el ojo..

sábado, 4 de julio de 2015

Demasiadas sombras

Que se arrastran por las paredes de mi habitación y del pasillo.
Sombras incoloras, inodoras e insípidas pero pertinentes en su afán de trastornar mi vida.
¿Qué cojones queréis de mi? ¿Porqué esos bailes a contraluz y sin música alguna?
Igual esperabais que me hubiera sumado al grupo, pero lo siento, aún tengo mucho que hacer aquí.
Igual no os gusta que os confine a la oscuridad de los armarios o debajo de la cama aunque para seros sincero, no pienso ser yo quien os invite a pasar y a poneros cómodas en mi día a día.
Sombras del pasado que se fue, de corazones que impregnaron mi esencia con su calor y de sueños que no llegué a cumplir.
Puede que sean sombras de mis alter egos o incluso de los personajes inventados.
En cualquier caso no pintáis nada aquí y prefiero que os vayáis por donde habéis venido.
Estoy sentado al teclado, escribiendo un texto o trabajando en una novela y de repente veo como se deslizan sigilosas y se acercan a confundirme.
No tengo nada que ofreceros y ya tengo muchos amigos, gracias, no os necesito.
Para que mentir, alguna se me ha antojado incluso demasiado sugerente y ha despertado mi lívido.
No puedo amar a una sombra y eso lo digo con conocimiento de causa, ya lo intenté pero necesito abrazar carne, acariciar piel y penetrar en ese lugar tan cálido y húmedo que se encuentra entre las piernas de algunas diosas a las que he venerado.
Las sombras no respondéis mis preguntas ni tan siquiera os reís con mis chistes. Sois cada vez más y me niego a habitar un mundo de sombras.
Por eso no cejo en mi empeño de encontrar la luz o al menos a aquella que ha de iluminarme.
Lo único bueno es que las sombras no ocupáis espacio y gracias a Dios aún puedo ofrecer un hueco en mi cama junto al gato y junto a mi.
Solo servís para boxear y hace ya tiempo que no practico así que ni para eso.
Idos, me aburrís.
Alguna vez he preferido vuestra compañía a la de algunos seres humanos pero si eso ya os llamaré yo, no hace falta que os presentéis a todas horas o cuando os apetezca.
Hasta aquí hemos llegado queridas ocupas, pienso proceder al desalojo.
Si por mi fuera viviría a plena luz y sin posibilidad de daros la oportunidad de aparecer en cualquier rincón, así que lo siento pero id saliendo.

miércoles, 1 de julio de 2015

Tantas cosas que no llegué a decirte.

Se me vienen a la cabeza todas cuando escucho esta canción.
Te gustaba este disco y lo ponías a menudo en casa y en el coche hasta que cometí el error de prestárselo a un amigo sin tu consentimiento y claro, te enfadaste conmigo.
Creo que durante muchos tiempo no supe demostrarte mi amor y mi respeto y no es que no te respetara, al contrario te he respetado, te respeto y siempre te respetaré igual que te quise, te quiero y te querré hasta el último suspiro.
Ahora que ya no estas me doy cuenta de todos los errores que cometí en el pasado.
Un día te fuiste, así de repente y me dejaste muy solo ante el peligro de mis decisiones erróneas y mis monstruos del armario.
Puede que no te dijese lo mucho que te quería tantas veces como lo pensé pero no se porque absurda razón me avergonzaba hacerlo.
Cometí muchos fallos y no estuve a la altura en demasiadas ocasiones pero tendías a perdonármelo todo.
Personas como tú no son fáciles de encontrar y cuando las pierdes es cuando realmente te das cuenta de lo especiales que son.
Ya he dicho en alguna ocasión que soy un ferviente partidario de esa teoría que asegura que de todo se aprende y lo ratifico, de todo se aprende.
De ti aprendí muchas cosas y creo que la más importante es saber dosificar lo que necesito y no solo lo que tengo para no entregarme con ansia desmesurada a las necesidades reales ni crearme otras inexistentes.
Me he resistido inconscientemente a poner en práctica esos conocimientos adquiridos pero creo que ha sido por una terrible inmadurez que aún me condiciona en muchos de mis actos.
Mis actos...como dice el refranero popular "obras son amores y no buenas razones".
No necesitabas calentarme la oreja con "comos" o "porques", simplemente actuabas y en cada acto demostrabas tu valía como persona.
Eso no te voy  a mentir, lo envidio en grado sumo.
No tuve ocasión de despedirme, no pude besarte por última vez aunque de hacia un tiempo a esta parte viví con el miedo a que pudieras desaparecer en cualquier momento.
Se que no habrías querido irte así, pero fue la mejor de las formas posibles, sin portazos, sin despedidas tristes, sin gritos, sin dolor añadido a todo el dolor de tu ausencia.
Pusiste el listón muy alto y aunque me esfuerzo por imitarte soy consciente de mis limitaciones.
Te echo de menos cada día, papá.


 
 
 

domingo, 28 de junio de 2015

Insisto en beber de la misma copa siempre.

No sabes Andrés la de veces que me he sentido identificado con ese "bohemio ya sin fe" que "se ve triste en la cantina, llorando sin remedio por la ingrata que se fue".
Como en su caso, nada remedié con llanto ni con vino y he tratado de morder la copa para que el filo me destrozara la boca y "poder sangrar gota a gota el veneno de su amor" pero se conoce que mis piños son más delicaditos que los de aquel personaje que cantó antes que tú José Feliciano.
Lástima que el día que al fin se me partieron los dientes , no fuese en el intento tan sumamente romántico de tratar de adulterar los Riberas del Duero con nostalgia y penas de amor, si no por algo tan vulgar como llevar un casco Jet y no uno integral, eso si, el Jet era monísimo.
El vino está reconocido como alimento por la FAO pero no dicen nada de sus propiedades curativas para los males del corazón.
Alimentarme me alimento bien eso si, que vivo en una provincia con cinco diferentes D.O. ahí es nada.
Además llevo toda la vida empalmando un motivo con otro para tratar de mordisquear las copas y claro, a la larga se me terminará logrando.
Como decía la protagonista de Cóctel, aquella película de dudosa factura y aún más dudoso mensaje moral:  "Todo termina mal, si no no terminaría" .
Algo de razón si que llevaba la mujer pero mi único consuelo es pensar que mi historia de amor más hermosa, por la que llevo suspirando día tras día, no va a terminar mal.
 Para que algo termine mal, primero tiene que empezar.
Estoy hasta dispuesto a renunciar a esa historia solo por miedo a que termine como el rosario de la aurora.
Supongo que esto será el sumun de la cobardía.
Cada vez que escucho esta canción me entra una pena espantosa y al mismo tiempo un alivio tremendo porque me ratifica en la universalidad de este tipo de sentimientos que para nuestra desgracia, situaciones como la de este bohemio se producen a diario por todo el planeta.
Deberían entregarnos un manual para esto del amor, no terminó de dar con la solución y no sé porque´algunos dan con ello a la primera y yo llevo docenas de intentos y nada.
 Igual es que soy un poco idiota.
Igual es que tengo tantas ganas de creerme las palabras bonitas, los abrazos y las caricias en la nuca que me las creo aún sabiendo que forman parte de un proceso natural de camuflaje, embustero y muy practico... y claro, resulta que al final me he generado yo mismo la desilusión.
No es que esté triste hoy, tan solo es que siento que fracaso con todas aquellas mujeres que amo y eso me lleva a pensar que no sé amar en condiciones o que no he terminado de comprender el concepto del amor propiamente dicho.
Puede que confunda las cosas por tratar de conseguir aquello que deseo a cualquier precio y claro, generalmente el precio a pagar el demasiado elevado.
Ya voy identificando señales y creo que para que exista el amor que persigo, debería haber una buena dosis de ingredientes varios, como el respeto, la atracción, el cariño, la confianza y el deseo.
Vaya desde aquí mi más sincero reconocimiento hacia todas aquellas mujeres que me han brindado la oportunidad de arroparme con sus labios.
Siento no haber estado a la altura emocional o psicológica de muchas de ellas pero también hubo alguna que no quiso avisarme de que no lo estaba  haciendo bien y optó por romper la baraja en vez de seguir jugando.
Como en las partidas importantes creo que este juego merece baraja nueva.
Desprecintemos los naipes y repartamos con cuidado y con esmero, soy jugador y aún me queda alguna ficha ; cada vez menos pero nadie me va a volver a echar de la mesa. 
En lo que reparten me iré pidiendo un vinito, a ser posible en copa rota. 
Todavía no he sangrado todo el veneno de su amor.
Los Whiskis con cocacola light en copa de balón y con mucho hielo, los reservas de la ribera del Duero en copa rota.
Para picar una racioncita de ilusión con  esperanzas aliñadas con optimismo, la ensalada más deliciosa .

 

 











viernes, 26 de junio de 2015

¿Qué nos pasó?

Lo que más duele es no saberlo pero este es un dolor que ya he añadido al resto de los dolores y lo que no mata engorda salvo como dice un amigo, los kebabs , que matan y engordan.
Mikel Izal vuelve a cantártelo por mi: "prefiero preparar una fiesta de despedida por cada uno de aquellos días que fueron tan mágicos, ingrávidos, espléndidos...tan románticos que se marcharán".
Supongo que yo mismo debería saber la respuesta a ese ¿Qué nos paso? que me ha llevado a preguntárselo al viento, a la soledad de mi salón y al pobre gatete que está un poquito hasta los cojones de que le pregunte siempre cosas para las que no tiene respuestas, debe de ser de ciencias puras.
Imagino que no debería andar preguntándome estas cosas y mucho menos preguntándotelas a ti, ya te he dicho que respeto tu indiferencia pero aún me cuesta dar con el motivo que hizo que pasásemos de querernos por encima de todo a ignorarnos por costumbre.
Puede que la respuesta esté en que realmente nunca me quisiste por encima de todo, hay sentimientos y actitudes que no se pueden pasar por encima y si lo pienso así, las piezas de este puzzle encajan a la perfección pero da mucha pena.
Te recuerdo constantemente y te sigo echando de menos aunque hace ya tiempo que decidí seguir con mi vida y darle otra oportunidad a este corazoncito mio.
A ver si sale ya mi número que hace rato que cantaron linea y dijeron aquello de "seguimos para bingo" y aquí estoy,  siempre a falta de uno para completar el cartón y llevarme el "acumulado".
No hay posibilidad de hacer trampa ninguna, no puedo marcar aquellos números que no cante la señorita que extrae las bolas con dulzura casi erótica y por mucho que cruce los dedos se me está resistiendo el hijo de puta, fijo que por muchas vueltas que den al bombo, la bolita con el 32 se queda debajo de todos los demás.
Recuerdo tu sonrisa, la ternura en tu mirada y tus uñas en mi espalda cuando hacíamos el amor.
Recuerdo la delicadeza de tus gestos.
Solo he conseguido olvidar por completo la forma y el día en que nos dijimos adiós para siempre y el verdadero motivo por el que lo hicimos, bueno, lo hiciste porque a aquella despedida yo asistí como mero convidado de piedra, como un reo sin posibilidad alguna de defensa ante el tribunal del adiós y el jurado del abandono.
Ya me conoces soy de aquellos con tendencia a tropezar con la misma piedra las veces que haga falta y será que estoy deseando golpearme de nuevo con el corazón de una mujer hasta que dé con el que no sea duro sino mullido y cómodo.
Esa mujer no serás tú pero siempre permanecerás en mi como el fantasma de un ajusticiado por los casacas rojas en un castillo escocés.
Aquí termina todo para mi, para ti hace ya mucho que terminó y escribo en este blog lo que no supe decirte nunca, te quise más que a mi vida. Al perderte a ti y en aquel momento contra mi voluntad, se me concedió conservar la vida al menos, ya que los hados consideraron que con una pérdida era suficiente.
Este no es un texto plañidero de reconquista ni nada parecido, desde entonces he vuelto a experimentar muchas cosas y he vuelto a sonreír, a disfrutar y he podido acariciar otra piel.
Es una despedida definitiva y como no puedo componer una canción ni soy Pablo Neruda y no me creo con la suficiente técnica y sensibilidad para escribir el poema más triste del mundo, desahogo los restos de angustia y dolor aquí y como la Real Academia de la lengua antaño, limpio, pulo y doy esplendor, solo que no al idioma, a mi alma.
 





martes, 23 de junio de 2015

Era todo (la secuela)

Ya sabía yo que aquella entrada "Era todo" que publiqué aquí mismo el 4 de octubre de 2012 tenía que tener una secuela al menos y fijo que si me descuido media docena de ellas.
Lo onírico da mucho de si y más ahora que tengo un verdadero caos allí arriba y la noche es muy dada a fabricar sueños absurdos e incluso monstruos.
En esta ocasión todo transcurría en las oficinas de Hacienda.
Una preciosa música de violonchelo amenizaba la espera de los condenados. Todos vestíamos uniforme a rayas y llevábamos la típica bola negra encadenada al tobillo y a las muñecas esposadas.
No se porqué un violonchelo y no algo más aterrador como el Fary, bueno si se porqué, creo que antes de dormir estuve comunicándome con una amiga violonchelista que tocó en mi boda y con la que hacía mucho que no cruzaba mensajes.
El horror comenzó cuando por megafonía un funcionario dijo eso de " y a por otro, a por otro, a por otro contribuyente piloto" y después añadió mi nombre, dejando desolados a todos los asesinos en serie que aguardaban sentados junto a mi y uno de ellos me guiñó un ojo y se pasó la lengua por los labios en un ademán de todo menos erótico.
Me levanté y arrastré mi bola hasta la ventanilla y para mi sorpresa me atendió Fedra Llorente, la "Bombi", joer...que cabeza la mía.
Tiró de impresos oficiales y me hizo firmar la venta de mi alma (con IVA, eso si) la cesión de mis propiedades (un gato y un paquete de Chester mediado más o menos) y mi consentimiento al derecho de pernada del futuro presidente del gobierno. Acto seguido se despojó de la blusa y me enterró el rostro entre sus pechos.
Cuando conseguí sacar la cara de tan agradable zulo, me encontré en un escenario ante un público numerosísimo que pedía "otra, otra" y reparé en que estaba ataviado con un traje de época, de gobernador o comendador o algo de eso y que me quedaba algo "pesquero" pues el bajo no cubría por completo la silla de ruedas como en el famoso chiste de Clara, la de Heidi.
Traté de saludar dignamente inclinando el cuerpo y en ese momento caí estrepitosmente despertando la carcajada general, aplausos y gran ovación del respetable.
Creo que esto viene de mi vuelta a los escenarios esta misma noche que me tiene acojonado.
Cuando estaba megahumillado en las tablas de la escena una mano me ayudó a levantarme y alzando la vista descubrí a una criatura adorable y de reducidas dimensiones que me sonrió y me dijo"Hola soy yo, tu pequeñita, tu medía mandarina, me estabas esperando y he venido"
No se porque aquella chavalita impresionante me levantó del suelo con una sola mano y de repente cambió de nuevo el decorado y nos encontramos en mi habitación, desnudos en la cama y fumándonos el que debería ser el típico "pitillo de después"
Mi gato estaba recostado entre los dos, vestido, eso si y con las famosas botas del "gato con botas", unas "Katiuscas" amarillas que hacían juego con su largo impermeable de pescador de anuncio de "Capitán Pescanova". Estaba de lo más gracioso el jodío.
Terminé el pitillo y me lo apagué en el pecho sin molestia ninguna, me giré hacia la pequeñita y antes de que pudiera decir lo más mínimo la besé con todas las ganas introduciendola mi lengua hasta las entrañas y en el acto apareció un bebé de la nada, como en "Amanece que no es poco" y ella dijo  "Es que me obra enseguida, yo soy así, underground"
El llanto de un bebé junto a la ventana de mi habitación (vivo en una entreplanta frente a un colegio y la calle se llena de madres y padres que acuden con prisas a depositar o recuperar a sus niños de las aulas, dependiendo de la hora del día) me rescató de aquel sueño tan extraño y me he levantado jurando en arameo y buscando a la chavala por toda la casa.
No bebo y desde luego no consumo ningún tipo de sustancia nociva más allá de los torreznos y el lacón con grelos pero algo raro pasa en mi cabeza.
Igual es que me está volviendo el sentido del humor pero a través de los sueños.
Lo que está claro es que las cosas están cambiando dentro de mi, no solo fuera.
A ver si me recompongo, recupero el humor, el valor y las ganas de enamorarme y me dejo ya de tantas chorradas.
Todo llegará.