Ayer hablando con mi amiga Jimena, comenté que estaba planteándome incluso el preparar un nuevo libro para contar de forma amena todo lo que he aprendido en estos meses pasados y sobre todo lo sensacional del cariño recibido por tanta y tanta gente.
Recuerdo que el día de la presentación de aquel Historias para según qué días, ilustrado por ese genial y creativo angelito que es Estela Labajo, mi querida amiga Eva Moreno llevó un libro en blanco para que los asistentes escribieran sus dedicatorias, y vaya si lo hicieron, estos días he releído esos textos, unos más jocosos que otros y entre ellos he encontrado el que escribió mi padre, quien rubricó: "Escribir es una forma de fijar el pensamiento, no lo dejes nunca. Enhorabuena por tener tantos amigos"
No voy a dejarlo nunca, porque para mi escribir es una manera muy especial de abrir el corazón y comunicarme con la humanidad y a veces incluso cuento cosas interesantes y divertidas, otras doy mucho el coñazo quizás, ya lo siento.
Lo cierto es que pensé que lo de los amigos lo escribía mi padre por la cantidad de gente que aquel día acudió a acompañarme en la presentación de mi primer retoñito de papel, pero ahora he comprendido lo que quiso decir con esas palabras.
Y es que llevo una temporada en la que me paso el día con las emociones a flor de piel, tal es el inmenso cariño que se me está transmitiendo.
Yo no me he considerado nunca un tipo fuera de lo normal, bajito si, y con un sentido del humor algo omnipresente, pero nada más, como digo ahora, jamás he rescatado un niño de un incendio ni tan siquiera he bajado un gatito de un árbol (a ver...no llego a las ramas) por lo que no pensé ser merecedor de tanta buena energía y tanto afecto de tantísima gente.
Lo cierto es que salgo a la calle y me siento algo "osito de peluche" dada la cantidad de abrazos que recibo, pero eso mola mucho, y como hablé con el médico, mi recuperación se debe en parte a todo lo que se me ha transmitido desde tantos lugares.
Desde el cariño de amigos músicos que tuvieron detalles increíbles en conciertos, como Snti Iglesias o Los Pichas rondilleros, el cariño de mis amigos actores que me emocionan al verles en escena y transmitirme su alegría de encontrarme entre el público (esto lo viví ayer en el Shock&Show) el cariño de tanta y tanta gente dedicada a todo tipo de cosas, hosteleros, comerciantes, funcionarios, técnicos, gente de la cultura, militares...
Vamos que vivo en tal subidón de azúcar que ¿cómo no me voy a recuperar completamente? si hasta mis queridos artesanos de Da Silva me van a acabar utilizando de materia prima, de lo dulce que me he vuelto. Yo que siempre soñé con ser un durete estilo Indiana Jones.
Ahora estoy en pleno borrón y cuenta nueva y trato de enmendar errores del pasado, como la disculpa moral que le debo al gran Joaquín Sabina, al que seguramente por envidia nunca le otorgué el lugar que le correspondía, hasta que mi amigo y compañero de espectáculo, el genial pianista Oscar Lobete tuvo el gran acierto de seleccionar la canción Ruido, de Sabina, para nuestro show "Canciones para una noche en vela".
Ahí pude redescubrir al Sabina que me gustaba de pequeño antes de que me creyese un escritor y me entrara envidia de aquellos que escribían mejor que yo.
Tengo otras cosas que ir solucionando del pasado y mucho que enmendar, pero gracias a Dios, a mi gente y a los médicos, vuelvo a tener una vida por delante.
Mucho de este cariño que me ha alimentado llega desde mis queridos "Vesperdidos", compañeros del club de Vespa y a quienes ahora les doy la paliza con que tengan cuidado, que las motos son peligrosas.
No hablemos del recibido por parte de la familia, que ha sido inmenso y de la mejor calidad.
Y ya no digamos nada del que me han transmitido mis chicas, tantas y tantas amigas, ex novias y romances frustrados, que me aportaron felicidad durante su tiempo y aún me siguen aportando millones de cosas, ignorando mis defectillos que mandaron al traste las relaciones.
Desde la chica con la sonrisa más bonita del mundo, a mi florecilla preciosa pasando por la siempre presente y amada "Campanilla".
Todas me colmáis.
No pienso obviar a mi gente de radio y televisión, quienes han sido también un bálsamo en estos días.
Sinceramente, no se si merezco tanto, que también tengo mis cositas y a veces soy un poco pelelón.
En cualquier caso desde aquí, os mando un abrazo inmenso a todos y todas ("todas" no os preocupéis, que este va sin segundas intenciones)
Esta segunda temporada voy a esforzarme por mejorar como persona para hacerme merecedor de todo lo que se me ha entregado y devolver cuanto pueda (aquí van incluidos Hacienda y Seguridad Social :) , porque si no me pusiera en paz con todos no sería una segunda temporada digna )
Estoy recuperado, sigo con mi 1,68, sin pronunciar la r al hablar y con cierta afición por la pasta italiana.
He vuelto, así que borrón y cuenta nueva.
Sobre todo muchas, muchísimas gracias a todos.
Me habéis hecho ver la vida de otra forma y valorar de verdad lo hermoso de la amistad.
A mi gente que tengo lejos, os llevo en el corazón a todos, lo sabéis y eso es lo importante.
Voy a tener que ir al IKEA a encargar un corazón más grande, empotrado también, que no me caben muchos más amigos a los que querer.
Mis colegas de "la vieja guardia" los de toda la vida, los que me sufren desde pequeñito, sois mis órganos vitales.
En fin, como podréis ver, mi sentido del humor sigue aquí, así que vuelvo con todo el poder.
Esto...también sigo siendo muy enamoradizo, pero no preocuparse, que ahora estoy muy tranquilito y sin ánimo de complicarle las cosas a nadie.
Lo dicho, a partir de aquí cierro capítulo.
Se os quiere.