miércoles, 5 de agosto de 2020

Ensayo sobre su ceguera


De una forma o de otra este blog está lleno de relatos y textos sobre ratas, aunque casi siempre bípedas, de atractivas caderas y generosos labios, o de traicioneros abrazos y bocas embusteras.
Hoy os dejo un relato que escribí al leer una noticia publicada en un periódico norteamericano. Espero que os guste. Como pone a veces en las películas de sobremesa de A3, "BASADO EN HECHOS REALES"


Aquella mañana Diana Casperson redactora del informativo nacional del canal Fox, abandonó la oficina del director de informativos dando un portazo. Diana odiaba los reportajes sensacionalistas en los que la obligaban a jugarse el tipo o a pasar por situaciones extremadamente desagradables y la última ocurrencia de los jefes del canal era que realizase un repor sobre la proliferación de ratas en el subsuelo de la ciudad y los peligros aparejados por el crecimiento de la colonia de roedores. Debería bajar al subsuelo con Michael, su cámara y con John, el técnico de iluminación y sonido. Hubiera preferido bajar con un escuadrón de Marines pero los medios del canal aunque impresionantes, siguen siendo limitados.

Los tres periodistas descendieron por la escalerilla que terminaba a ras del hueco para la tapadera de la alcantarilla que retiró amablemente el agente de la unidad de subsuelo de la Policía Metropolitana que les facilitó el acceso tras presentarle los correspondientes permisos.

El sistema de cloacas de Nueva York era una inmensa red de galerías y túneles que se extendía por casi medio centenar de kilómetros bajo la ciudad y que estaba sometido al mantenimiento y las esporádicas revisiones del personal del servicio de limpieza municipal. La Unidad de Subsuelo de la Policía              Metropolitana realizaba tareas de reconocimiento y seguridad en aquel desagradable lugar y se cuidaba de que aquellos túneles y pasadizos no fuesen utilizados por delincuentes comunes, narcotraficantes o incluso por terroristas para moverse con libertad de cara a cometer sus fechorías. La iluminación era bastante pobre. Unas bombillas en los techos y repartidas estratégicamente para evitar la oscuridad total ahorrando la mayor cantidad posible de dinero al presupuesto municipal alumbraban tenuemente aquel entramado de estrechos pasillos junto al caudaloso rio de aguas fecales.

No tardaron mucho en descubrir un gran número de ratas que entre grititos nerviosos por su presencia se acercaron a curiosear. Eran roedores de gran tamaño, larga cola y poderosos incisivos. El mordisco de una de aquellas ratas podía transmitir docenas de enfermedades al Ser humano.

Diana tragó saliva y se colocó entre los cientos de ratas y el objetivo de la cámara dispuesta a terminar lo antes posible el trabajo y salir de allí. En el momento en el que John encendió los focos las ratas salieron corriendo con gran algarabía. El equipo de periodistas siguió a los roedores y cuando encontraron la ocasión de grabar con un buen ángulo y con planos decentes Diana comenzó de nuevo. Las ratas volvieron a salir corriendo cuando a Michael se le cayó una batería al suelo, revotando sobre el cemento con algo de estrépito.

En aquel momento Diana observó con curiosidad que una enorme rata gris se había quedado allí sin moverse del sitio mientras el resto del grupo escapaba enloquecido. Aquella rata permaneció frente a ellos con la boca abierta y olisqueando con intensidad el aire. Diana le pidió a Michael que la hiciese un buen primer plano por si no volvían a arrinconar al grupo y tenían que tirar de aquellas imágenes para montar el reportaje. Obedeciendo  a Diana , Michael comenzó a grabar cuando sucedió algo que le sorprendió sobremanera. Otra gran rata gris se acercó prudentemente hasta la que se había quedado allí. Esta rata portaba un palo en la boca asomando entre los dientes y cuando llegó junto a la rata que estaba grabando el cámara de la Fox, esta mordió también un extremo del palo que le acercó aquel miembro de su manada y sorprendentemente ambas comenzaron a caminar abandonando el lugar.Aquella rata que se había quedado allí debía de ser ciega y siguiendo algún tipo de costumbre en casos como aquel, se quedó en el mismo sitio hasta que acudieron en su busca y la ayudaron a volver con el grupo.

Aquellas imágenes sin duda pasarían a la historia de la televisión y puede que llegaran a optar al premio de periodismo de la National Geografic.

Diana, Michael y John regresaron al exterior con la sensación de que algo había cambiado en su interior. Incluso los animales más odiados por el hombre se rigen por nobles normas de comportamiento.Cuando se emitió e reportaje con la crónica de Diana sobre el subsuelo de la ciudad, numerosos investigadores de la fauna newyorkina, coparon la centralita del canal solicitando hablar con algún miembro del equipo que lo había realizado.

Desde aquel día incluso yo mismo miro a las ratas de otra manera.


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