La rubia y elegante mujer que llegó a la taberna del puerto de Barcelona acompañada de un hombre de mirada huidiza y esquiva, se acercó a la barra y pidió una botella de vino del Penedés y dos vasos. Cuando la tabernera sirvió lo que le había pedido, pagó con una moneda de plata que sacó del minúsculo bolso que llevaba colgado del brazo y, con un gesto de elegancia, encendió un cigarrillo americano con filtro y aspiró con delicadeza y clase una primera calada tan profunda e intensa como su mirada.
El hombre que había entrado con ella se encargó de servir el vino en los vasos y cuando ella exhaló el humo, le entregó uno de ellos y alzó el que había tomado él, en un brindis silencioso al aire. Ella imitó su gesto manteniendo su mirada y antes de llevarse el vaso a los labios, le dedicó la más tierna y cariñosa sonrisa.
-Sabes que te quiero más que a mi vida, Elena. Y mi corazón no soporta escucharte llorar por las noches, cuando la nostalgia te atrapa y te transporta hasta la mansión de tu familia en Cantabría.-
-Mi casa estará siempre donde estés tu y aunque a veces al caer la noche, la memoria me traiga el olor de la hiedra de la fachada del caserón y del salitre del cercano Cantábrico, esos olores ya no me evocan los años felices y despreocupados de mi infancia,sino el día en el que mi padre decidió que no podía amarte por haber nacido en un hogar humilde. Ese humilde hogar tuyo distaba mucho del mio, con cuadras, enormes salones con chimeneas y con amplios escalones hasta una puerta de entrada, que lejos de hacerte entrar en mi familia, se convirtieron en mi huida del hogar y en la entrada a tu historia. El único sentido de mi vida eres tu y lo mejor que he hecho a lo largo de mi existencia, ha sido renunciar a que mi felicidad y mi amor, se midan en posesiones terrenales y en nobles apellidos.-
El hasta ese momento hombre de tímido y reservado aspecto, pareció experimentar una transformación motivada por el arrebato de sinceridad de su pareja y tomándola de la mano, se arrodilló frente a ella y clavando en el bello rostro femenino, sus azules pupilas, le dijo entre suspiros,
-Elena. Aunque tu familia termine dando con nosotros y llevándome ante la justicia con cualquier pretexto, no me arredraré ante el apellido Busquets y si quieres hacerme el hombre más feliz de esta España convulsa y peligrosa, cásate conmigo y comparte para siempre mi suerte, mi ilusión y mi corazón, que es tuyo desde el primer momento en el que cruce la mirada contigo.-
La rubia belleza de noble origen, se arrodilló frente a él y lo besó apasionadamente, entregando de esta forma su consentimiento y consiguiendo al hacerlo, que el corazón del otrora tímido enamorado, latiese desaforadamente.
En ese momento, el puerto se llenó de alboroto y ruidos de trifulca, pues una vez más, las dos Españas ocultas bajo nuevas siglas, volvían a medir fuerzas junto al Mediterraneo.
2 comentarios:
og og og og cómo me gusta!!! :-)))))
Encima nombras Barcelona!!! MUAAAA
Zeroide,
Besitos mil.
Me alegro muchísimo de que te guste La escribí en menos de media hora al ver la foto de una mansión asturiana que colgó una amiga en el carlibro. De ahí salió todo.
No puedo evitar que todo lo que me rodea me inspire una historia de amor.
Ya sabes...soy así de ñoño, aunque a veces me desquite y trate de demostrar que puedo ser cualquier cosa.
Muchso besos. Por lo menos 999, que noe stá la cosa para grandes alardes. :)
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