Te fuiste en medio de la noche, sin dar un ruido. Fuiste siempre tan discretito y tan comedido, que hasta en tus últimos momentos, no quisiste montar jaleo y preferiste no llamar la atención.
Que diferentes éramos en eso.
Cuando llegué a este hogar, ya estabas allí. Era tu territorio y tu manada y con gran hospitalidad, me permitiste instalarme junto a vosotros. Los gatos somos muy territoriales. Si yo hubiese tenido tu tamaño y tu fuerza y alguien de mi tamaño hubiese tratado de meterse en mi territorio, se habría ido con un par de recuerdos en el lomo y un poco de cirujía ocular.
Eras un perro y yo soy un gato, pero me abriste tu corazón y por encima de las diferencias entre especies, fuiste el mejor de mis amigos, mi protector y mi guia.
Me enseñaste a respetar a los miembros de la manada, a obedecer las decisiones del líder, a proteger y ayudar a la hembra madre y a cuidar de los cachorros.
Me enseñaste también, cual era mi lugar en el grupo y favoreciste siempre mi presencia en él, disculpando mis errores y camuflando mis carencias sociales.
Los humanos se empeñan en que los perros y los gatos tenemos que ser enemigos pero la verdad es que no tienen ni puta idea. Muchas veces en la variedad está la diversión y las diferencias lejos de ser un problema, nos enriquecen.
Aprendí mucho de ti, Sinva. Compartiste conmigo el amor de tu manada y me hiciste sentir el gato más feliz del universo.
Ahora ya no estás y el líder trajo esta jarrita con tu olor, donde introdujo tu collar y parte de las cenizas que son tú y que huelen a ti. El resto las dispersó en tu árbol del jardín, donde te tumbabas siempre a relajarte después de la dura jornada.
Me gusta dormir al lado de tu recuerdo, respirar tu olor y sentirte junto a mi. Al líder, a la hembra madre, a los cachorros y al resto de los humanos les asombra que haya trepado hasta el lugar donde descansas y les resulta curioso lo tranquilo y lo a gusto que duermo junto a ti. Lo que ellos no saben, es que tú y yo, nos prometimos estar siempre juntos.
Tu manada no te olvidará nunca. Siempre te recordaremos y te querremos.
Volveremos a vernos, pero aún no. Aún no.
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