Es verdad, "aún no me he atrevido a jugar mis cartas y ya tengo miedo a no poder jugarlas".
Supongo que esta frase de la canción, resume gran parte de los años vividos, aunque lo que ya he aprendido es que no se puede vivir con miedo, el miedo te paraliza y se nutre de tus entrañas, como la pena.
Por eso desvelarse en medio de la noche, asustado y tembloroso es tan absurdo como tratar de desvelar los misterios que encierra cada historia de amor.
Si me dan a elegir, paso de conjugar verbos, no quiero ni desvelarme ni que nada me sea desvelado antes de tiempo, la vida es más interesante cuando te atreves a que el momento llegue y decides disfrutar del momento, llegue como llegue, más que de planificar un momento perfecto.
Ahora me siento más vulnerable, pero no por ello más asustadizo, lo que tenga que ser será y visto que uno puede incluso con lo más atroz, ya no temo a lo cotidiano ni a lo imaginario.
Las mejores cosas se presentan sin avisar, simplemente suceden y como no estés dispuesto a recibirlas o no llegarán o se convertirán simplemente en eso, en cosas.
Desvelarse en mitad de la noche no genera nada bueno, a no ser que tengas al lado a alguien dispuesto a dejarse despertar con una sonrisa en la boca y a acompañarte con sus besos y sus caricias.
Dormir está guay, pero despertarse sin miedo está mucho mejor.
Ya no digo nada de despertarse con alguien que te regala amor según abres los ojos.
Si temes a que al despertar, ese amor se haya convertido en cualquier otra cosa, estás francamente jodido, porque el temor a que eso suceda puede disfrazar la realidad de aquello a lo que temes y aunque no sea más que un puto disfraz, no serás capaz de identificarlo como el camuflaje que es.
Si uno ignora esos temores absurdos, seguramente disfrutará más de la vida y recibirá más de lo que cree merecer.
Si temes, no recibes nada.
La prudencia no está de más, he aprendido a ser prudente, pero de la prudencia a la cobardía hay un trecho muy largo.
Como canta "El barrio" en una canción bastante pegadiza "Hay un dicho muy presente; el valiente ha sio valiente, hasta que el cobarde ha querio"
En cualquier caso hay que sacar a los monstruos del armario a patadas y apagar la luz.
La vida sin miedo es como una playa paradisiaca, donde habrá tiburones, si, pero en tu cabeza está el nadar junto a ellos o no.
Los tiburones que nadan junto a mi playa puede que estén deseando devorarme, o quizá solo quieran arrastrarme agarradito a su aleta, en cualquier caso el que evita la ocasión, evita el peligro y lo que haré será tumbarme junto a cierta señorita preciosa a tomar el sol y a tomarme una cervecita fría, vamos...a disfrutar del momento y sin miedo ninguno, con cierta prudencia, pero sin miedo.
Os deseo una vida sin miedo, que no sin peligros, los peligros siempre estarán a nuestro alrededor, pero si no teméis, viviréis.
Yo estoy en fase "quiero vivir sin miedo"
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