Este texto lo escribí hace unos años al replantearme retomar el show junto al pianista Oscar Lobete y, ofrecer una segunda parte de nuestro espectáculo Canciones para una noche en vela. En él ofrecíamos al público una revisión (Oscar de las partituras y yo de las letras) de aquellas canciones que nos acompañaron y acompañan durante esas noches en las que te resulta prácticamente imposible conciliar el sueño al abrir las compuertas de la presa del pecho ,y permitir que las emociones fluyan en forma de lágrimas intentando así controlar el caudal de sentimientos.
Es un texto muy yo. Muy de verdad, muy emocional y muy sincero. Lo escribí en su día como acostumbro a hacer cuando quiero escribir algo que realmente siento, mojando la pluma en el tintero del alma. Puede que termine llegando el momento de llevarlo a escena.
O puede que no.
Quasi
Me pides que me vaya porque no quieres hacerlo mal, porque
tienes miedo, porque crees que no sabes hacerlo mejor. No tengas miedo. No te
asustes, no me vas a hacer daño. Lo único que me haría daño es alejarme de ti,
por eso no voy a irme a ninguna parte, porque una vida sin tu presencia es una
vida de tormento, y no quiero sufrir más.
Te asusta saber quién soy, pero no te preocupes, porque eso
ya lo sabes y lo que realmente te asusta es ratificar que lo que sientes al
mirarme es real. Soy yo, soy aquel que los hados eligieron para ti, acéptalo
sin miedo, del mismo modo que desde que te conocí no me costó ni un segundo
darme cuenta de que eras tú, de que eras la que mi dios escogió para colmarme,
para restaurar el equilibrio, para demostrarme que en efecto mi dios es
infinita bondad, infinito amor e infinita sabiduría. Amarte es el único fin de
mi existencia y soy feliz al quererte y al saber que haga lo que haga lo haré
por ti.
Dices que tienes el abrazo inevitable y no sé porque
consideras un error acogerme de nuevo entre tus brazos, que son mi morada, mi
refugio y el único lugar en el que me siento seguro, tus brazos son la
fortaleza de la que no quisiera tener que marcharme jamás.
Y no te confundas, no tienes el corazón insoportable, tienes
el corazón lleno de vida, intenso, poderoso y sencillamente adorable. Y
deslumbras con tu luz, una luz que se refleja en mi mirada azul, y que intento
que ilumine cada palabra azul hasta que sea capaz de conseguir que desaparezca
por completo la oscuridad. Hasta que despeje de sombras un futuro incierto y
peligroso, porque me aterra que no estés en él.
Si que sirves para amar, y puedes darme más y es que me das mucho más de lo que crees, me
lo has dado todo simplemente con respirar con tu respirar, me lo das todo con ser y con estar. Bendito verbo to be.





