Mañana presentaremos en sociedad el libro de relatos, canciones y poemas que la editorial Suseya ediciones ha decidido publicar como reconocimiento a una iniciativa que nació de la afirmación que acostumbro a repetir tras haberla ratificado en mis propias carnes, la literatura salva vidas.
A raíz de cierta catastrófica desdicha que ahora no viene al caso, decidí crear un taller literario en el que a lo largo de distintas sesiones y con la colaboración y la inestimable ayuda de algunos talentosos y muy especiales amigos, los integrantes del taller fueran poco a poco dándole forma a su pasión literaria y a su necesidad de escribir, que es lo que distingue a un verdadero escritor de todos los demás.
El poder sanador y catártico de la literatura se hizo evidente a lo largo de unos cuantos meses, de poco más de un año en el que mis alumnos y yo nos conjuramos para permitir que los libros fueran la más eficaz medicina para combatir nuestras dolencias y nuestros males y al ver que había aún alguna bacteria emocional que se nos resistía, trabajamos la elaboración de las más efectiva vacuna en negro sobre blanco. Y ha tomado forma con 142 pags y pasta blanda y mañana se presentará en sociedad en el mismo maravilloso espacio que acogió generosamente todas las sesiones del taller, La bien pagá espacio escénico.
Parafraseando a cierto hedonista y campechano monarca que añora su patria desde el exilio, me llena de orgullo y satisfacción ver el resultado de mis aportaciones en la creatividad de mis alumnos y el cómo ellos han crecido literariamente trabajando distintos estilos y esforzándose en ofrecer lo mejor de ellos mismos.
Y como no podía ser de otra forma, esa relación de aprendizaje se fue transformando poco a poco en cariño y amistad.
Y mañana lo celebraremos con familiares, amigos y lectores en general.

2 comentarios:
Ni yo misma lo hubiese definido mejor. Creo que eso de dar con la gente adecuada y en el momento justo, en esta ocasión se ha dado como pocas que yo pueda haber vivido.
Hay que seguir con la misma ilusión y las mismas ganas. Una vez más, gracias.
Citando a mi añorada Lina Morgan, "emocionado y agradecido, solamente puedo decir, gracias por venir".
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