Una hater que frecuenta este blog(o un hater, no lo sé la verdad, pues se ampara en el anonimato) y que debe de amarme en secreto y tocarse a escondidas pensando en mi dado que al parecer me odia y le horripila cuanto escribo, pero no deja de visitar Laespinilla y de escribir comentarios aún sabiendo que hay un filtro mediante el que le privaré siempre de esos segundos de gloria que desde su mediocridad persigue, me acusa de escribir siempre la misma novela. Y mira tú por donde, esta vez no va del todo desencaminada, pues tras Incluso lo bueno, presentaré Inocentes y, lo cierto, es que aunque están ambientadas en épocas y continentes muy distintos, ambas hablan de amores supuestamente imposibles o al menos muy complicados, y narran las peripecias de oficiales de caballería que se debaten entre las necesidades y obligaciones del servicio y sus principios morales y sus emociones y sentimientos.
Inocentes además incorpora algo nuevo en mis novelas y creo que eso puede culminar con el antes y el después que me propuse al comenzar Incluso lo bueno, y que aunque no logré llevarlo a cabo en ella al cien por cien, sí es evidente la diferencia con el resto de mis novelas anteriormente publicadas.
Mis protagonistas masculinos ya no son yo, ya no se parecen a mi, no hablan como yo y no frecuentan mis bares, beben mis vinos , disfrutan de mis manjares preferidos y besan a quien yo beso, o quisieran besar.
El decurión de la caballería de las legiones de Roma, es un hombre de tez morena y cabello oscuro, parco en palabras, poco dado al ocio y mucho menos al vicio, y absolutamente neófito en los lances amorosos.
Una vez más estoy disfrutando lo indecible al documentarme sobre cuanto describo y cito al narrar las vicisitudes de un soldado romano destinado en la Judea del año cero, y una vez más, espero ofrecer a los lectores una novela con rigor histórico y de lectura ágil, entretenida e interesante.
En unos meses (ya en 2026) tras su conclusión y el correspondiente trabajo editorial, la lanzaré al mercado para que seáis vosotros quienes podáis juzgarla, si así lo queréis.
Creo que esta vez he dejado que mi corazón escriba y rubrique cuantas páginas conforman esta historia, pues como dije en la presentación de Incluso lo bueno, si aquí el amor forma parte de la novela, en Inocentes, la novela forma parte del amor.
Así que ahora a trabajar y a intentar hacerlo lo mejor posible, porque ya sabéis: Todo termina llegando.
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