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martes, 27 de enero de 2009

Fort Apache

Quizás los que me leáis muy a menudo, penséis que reniego constantemente de mi ciudad.
Y es cierto.
Tengo con Valladolid, una relación amor-odio tremenda, intensa, pasional.
A un tiempo la detesto y no puedo vivir en otro sitio.
Uno de los principales motivos para ello, es el tema hostelería.
Estoy un poquito hasta los cojones de tener que disculparme al pedir un vino (por malo que este sea) y os juro que más de una vez me he negado a recoger el guante de algún hostelero, más por desidia que por cobardía.
Lo siento, pero me enerva que me traten mal.
Yo tampoco soy el tío más simpático del mundo pero intento que la gente que esté a mi alrededor se encuentre a gusto.
El caso es que, con la edad, antepones la calidad a la cantidad (menos con los torreznos, que una cosa no quita la otra) y el trato del hostelero es el mejor indicador de la calidad de un garito.
Pues bueno, he encontrado mi sitio.
Que conste que esto no es publicidad barata, ya sabéis que en otras ocasiones le he dado caña a algún establecimiento y no me ha temblado el pulso.
He descubierto un sitio casi perfecto ( y digo "casi" porque soy un hombre "casi-casado") donde poder comer sano (ensaladas, guacamole, sushi...), tomarte unas copas espectaculares y unos batidos naturales e infusiones del copón, escuchar buena música (jazz, house, funky, revival...) y encima son super majetes.
Solo con deciros que este garito se inauguró con un concierto privado de Amparanoya creo que lo demás sobra.
Para mi se ha convertido en un lugar de descanso emocional.
Se llama " La pasión " y está junto a la Universidad. No os pongo el nombre de la calle porque ya os he dicho que no pretendo hacer publicidad (os aseguro que ni me pagan por ello, ni me invitan a los vinos). Solo deciros, a los amigos que vivís aquí y a los que tenéis pensado acercaros, que esta de puta madre, que te puedes olvidar de toda la mierda ahí dentro y que los indios se quedan fuera, girando en circulo sobre sus caballos y disparando a los cristales de la fachada.
En fin, que si algún día me llamáis y me he quedado sin batería a lo mejor me encontráis allí.
¡Ah! y que le den por el culo a los sitios "de toda la vida", donde para pedirte un DYC, hay que explicar mediante power point, tu árbol genealógico.