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miércoles, 15 de junio de 2016

Inmensamente agradecido.

Espero ser capaz de entreteneros o al menos de arrancaros una sonrisa con el espectáculo que estoy preparando con mi amigo y pianista de cabecera, Oscar Lobete y , al que se van a sumar diversos artistas de diferentes disciplinas, con los que mantengo una relación absolutamente noble y sincera, basada en el mayor de los respetos y en la admiración que su trabajo despierta en mi.
Algunos de ellos ya me están confirmando su adhesión desinteresada a esta propuesta tan singular, que estrenaremos el próximo septiembre en uno de los lugares con más encanto de mi querido Valladolid.
El estreno de "Canciones para una nueva vida" tendrá lugar durante las ferias y fiestas de  esta urbe que tantas alegrías me está dando, al echar por tierra infinidad de tópicos sobre sus gentes, como que somos excesivamete duros, asperos y mezquinos  y, puede que algo fríos. Pero creo que eso se debe principalmente al clima. Somos los guardianes del muro y protegeremos Invernalia, cueste lo que cueste. 
Aquellos amigos  que se acerquen desde diversas ciudades españolas o desde alguno de los países donde he vivido, podrán aprovechar para disfrutar de nuestra "feria de día", de la "feria del folclore y la gastronomía" y de la muy especial programación cultural y lúdica durante esas fechas.
Para mí este espectáculo va a ser algo sumamente especial y terriblemente emocional, pues va a ser mi auténtica vuelta a la arena del circo, donde me mediré con las más espantosas fieras que produce un alma torturada y con la inmensa responsabilidad de actuar en una provincia, donde los gladiadores de la cultura, han convertido la escena vallisoletana en un referente internacional.
Han sido más de dos años horribles, en los que he sufrido lo indecible. He perdido amores y me he despedido para siempre de seres muy queridos, he pasado por unos minutos de muerte clínica y por casi una semana de coma y he despertado para ver como se me esfumaba un trabajo que me hacía más que feliz, aunque me pidiese que le entregase demasiado a cambio. Ahora gracias a Dios, a Supergato o a quien sea, eso ya es agua pasada y jamás volverá a mover las palas de este molino, excepto para que la piedra de moler machaque lo banal, lo innecesario y lo absurdo de mi vida. Soy consciente de mi más que inmensa fortuna y sobre todo y por encima de todo, del cariño y el apoyo de un impresionante número de personas de toda condición, que lo mismo me ofrecieron su hombro mientras estuve hemipléjico, que me secaron las lágrimas cuando fallecieron mi padre y mi querida "Bella durmiente",  o me demostraron que en esta vida todo tiene un sentido, todo se transforma y siempre merece la pena luchar.
Muchos de esos amigos, han propuesto (a petición mía y en el "caralibro"), una canción para que la adaptemos a este nuevo espectáculo en el que Oscar y yo, revisamos letra y partitura de las canciones que de alguna manera se han ganado un puesto en la banda sonora de una vida construida sobre la mayor de las esperanzas.
Al despertar de aquella pesadilla, la música me devolvió muchos recuerdos y traté de resituar mi esencia volviendo a escuchar a Santi Iglesias(cantautor de excelente calidad humana, que mientras estuve en la UCI colocó una foto mía en un atril durante uno de sus conciertos y le dedicó una canción a aquella representación de mi ser), a mis queridos Cosmic Birds, (cuyo batería fue una de las primeras personas que vi al abrir los ojos, pues trabaja en el hospital donde estuve ingresado) o Macaco,(a quien he admirado y admiraré en todas mis vidas y tuve la suerte de conocer en persona y compartir un buen rato de conversación, durante los primeros capítulos de esta mi segunda temporada). El hecho de volver a escuchar "La canción más bonita del mundo", al volver a un concierto de Los Pichas y llorar viendo a Javi Carballo dedicarme esa versión del My Way, que me inspiró el texto más hermoso (y que decidió arrancar de su repertorio hasta que volviese a verme en uno de sus conciertos )  me ha llenado el alma por completo tapando con una muy especial y resistente "masilla" de cariño, los agujeros por los que perdí tanto y tanto.
Hoy solo puedo estar agradecido a todos,principalmente a mi familia,  a los amigos, a mi "vieja guardia", a mi editora, a los contactos de facebook, a las mujeres que me han demostrado porqué he vuelto a ser el eterno enamoradizo aunque haya pasado una pequeña temporada renegando del amor, al despedirme de uno de los amores más sinceros y más especiales.
A todos vosotros, los que habéis estado y estáis a mi lado, os prometo que voy a intentar a estar a la altura de vuestro cariño sin reservas y a la altura de vuestra amistad.
No pienso volver a verter una lágrima en mucho tiempo,  a no ser que sea de felicidad y  voy a terminar de pasar página del todo y a escribirme una vida lo más digna posible y en la que siempre estaré a vuestra disposición.
No voy a desvelar detalles de el estreno de este espectáculo pero ya os he dicho que además del arte y la valía de Oscar Lobete, contaré con la presencia de hombres y mujeres que ya han demostrado lo impresionantemente artistas que son, y que me aportan la seguridad de que este espectáculo estará a la altura del agradecimiento que quiero demostraros.
Gracias, con el corazón ( y os juro por Supergato, que no es una frase hecha) prometo estar agradecido.

domingo, 12 de junio de 2016

Rindo mi espada e imploro clemencia.

He arriado la bandera del desamor y tras doblarla marcialmente, la he entregado junto a mi espada al comandante en jefe de las fuerzas de reconquista, o sea a Cupido, que tiene en común con Napoleón, además del tamaño, lo impresionante y efectivo de sus estrategías. Durante varios días me ha torturado con miles de mensajes subliminales, utilizando para ello a dos gatitos adorables. Que listillo el angelote, cómo sabe donde hacer daño y con qué tocarme la fibra.
Para rematar la jugada, ha utilizado una táctica sublime, recuperando un antiguo amor del pasado, del que hacía más de quince años que no tenía noticias y que misteriosamente se puso en contacto conmigo hace tres días, cuando yo me encontraba de lo más beligerante, presentando dura batalla al amor y peleando palmo a palmo la defensa del poco terreno de mi pecho que había conseguido independizarse de la tiranía de Cupido.
Con el adiós definitivo de la que ha sido muy probablemente la mejor de las parejas que he tenido nunca, decidí no volver a sucumbir a las ofensivas del sentimiento que siempre ha movido mi cuerpo y mi mente. El amor.
En esta ocasión, la maravillosa granadina que conquistó mi ser y yo, nos tuvimos que plegar a las circunstancias y, la distancia geográfica fue insalvable, pues el radio de acción de nuestros corazones fue disminuyendo desde la primera batalla en la que triunfaron los dictados del rojo músculo con aurículas y ventrículos. Lloré su pérdida y me juré no volver a abandonar la trinchera.
Gracias a Dios, ella y yo, nunca fuimos ni seremos enemigos, firmamos la paz, que llegó tras un necesario armisticio y tras contabilizar las bajas de aquella "guerra", ambos decidimos evitarnos más sufrimiento.
Me rebelé contra el poder del ciego ser alado, que no sé de que manera conseguía atraversarme el pecho con sus flechitas una y otra vez y, me cubrí con una estupenda cota de mallas que creí me haría invulnerable a sus continuas agresiones. Pero el muy cabrón ha encontrado un hueco entre los coseletes y ha vuelto a hacer blanco. Aunque en un principio me arranqué la saeta y desenvainé mi espada, no me dí cuenta de que este dardo iba impregnado de un dulce veneno que casi termina conmigo hace quince años y para el que aún no se ha encontrado antídoto.
Hay muchos tipos de distancia. La más difícil de salvar, es esta de la que habla mi siempre admirado Macaco en la canción que encabeza esta entrada, la de escasos los milímetros entre sus labios y los mios.
La distancia ya no volverá a ser un problema en mi vida. Bastantes problemas he tenido y he ido superando día a día. Nadie sabe que se me entrenó desde pequeño por el mejor de los maestros, que me inculcó las más completas artes de defensa y ataque e hizo de mi un guerrero poderoso.
Pero hoy rindo mi espada y solicito clemencia. No podría soportar más sufrimiento. Si es posible, prefiero una digna ejecución por un pelotón de fusilamiento y sin cubrirme los ojos. Desnudaré mi pecho y miraré al rostro  al amor, cuando sea disparado y me atraviese el corazón otorgándome esa muerte en vida en la que únicamente respiras por y para la persona amada. Eso sí, antes de que me fusilen, quiero un bombón de Da Silva, una copa de Ribera del Duero y un pitillo.

lunes, 15 de febrero de 2016

Aguja y tinta.

Tarareando un tema del último disco de Macaco, su cantante de cabecera, se acercó hasta el estudio de tatuaje donde le habían dibujado la piel en las últimas cinco ocasiones.
La de anoche se convirtió en su víctima número seis y pensó sonriendo que se le iba a terminar el espacio en el cuerpo para conservar estas historias.
La había conocido por el facebook a través de una amiga común que vivía en Logroño y al ver su foto no dudó en solicitarla amistad, solicitud que fue aceptada en menos de dos horas.
Pilar, era una mujer bastante popular dado el número de "amigos" con que contaba en esta red social.
En la información de la página aparecía como divorciada y locutora en una radio local. Era más joven que él pero apenas un par de años, por lo que encontró muchas cosas que supuestamente tenían en común.
No le costó demasiado esfuerzo engatusarla con disimulo, halagando su profesionalidad y su voz. En una semana diseñó la cita perfecta a la que ella accedió de inmediato sin saber que con esa buena disposición, estaba firmando su sentencia de muerte.
Tras cenar en un conocido restaurante de las afueras de Soria, apenas tuvo que insistir en que le acompañase a la casa de turismo rural de un amigo para pasar una noche romántica y al desviarse de la carretera principal y entrar en el camino que les conduciría hasta el alojamiento ella no sospechó nada. Detuvo el coche en una zona muy arbolada con la excusa de haber visto un cervatillo y al bajarse y acercarse a abrir su puerta para que le acompañase a ver al animal ella agradeció su caballerosidad.
No se habían alejado ni cien metros del coche cuando decidió que se encontraba a salvo de cualquier testigo inoportuno y amparado por la espesura del pinar y por la noche cerrada, colocándose tras ella la tapó la boca para ahogar gritos con la mano izquierda y tras sacar el cuchillo con la mano derecha se lo hundió en el costado hasta la empuñadora por lo menos una docena de veces.
Dejó el cadáver en el suelo del pinar, entre níscalos que comenzaban a brotar y piñas caídas.
Sentado en el sofá del estudio le pidió a su tatuador que le dibujase un cervatillo en el hombro derecho.
El ecosistema de su piel se componía de una fauna muy variada, perros, gatos, tiburones, loros, caballos y ahora un cervatillo.
La red era el lugar ideal para hacerse con mujeres que purgaran con su sangre todo el dolor que aquella hija de puta le causó tras mentir ante Dios y los testigos, prometiendo que estaría con él en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza. Solo acertó consintiendo que fuese la muerte la que los separase.
Murió agarrada a las riendas de su caballo y fue el único crimen que pasó directamente por un accidente, otorgándole de inmediato un oportuno  estatus de afligido viudo. 
Mientras la destrozaba el cráneo con la culata de su pistola, Iván agradeció todos los conocimientos que había adquirido durante sus veinte años en el cuerpo de policía y pensó en como disfrazar aquello como un accidente de equitación, producido al caer de cabeza su queridísima esposa, impactando contra el muro de piedra de una acequia durante el galope.
Untando con Bepantol la herida de su nuevo tatuaje, acarició la idea de tatuarse un nuevo animal en el hombro izquierda, un zorrito podría ser perfecto. Una zorra, como ella.