miércoles, 10 de diciembre de 2014

Mi optimismo sobre el pesimismo

                                                     

Lo cierto es que en mi muro del "caralibro" (o facebook para aquellos que no gustan de bromas chorras con los idiomas) he colgado un poema llamado "el pesimismo" del joven poeta vallisoletano Enrique Zamorano, recogido en su poemario "La muerte del hombre orquesta".
En este poema escribe " no recuerdo el primer beso que nos dimos, sino el útimo" y a mi eso me ha tocado la fibra una bestialidad.
Gracias a Dios, recuerdo el último beso que ella me dió, pero también el primero que se me tatuó en el cerebro por lo sorprendente de aquello, ya que jamás creí que aquella mujer se decidiera a besarme y mucho menos que compartiera su vida conmigo.
Ya no está, se fue y aunque aún me esfuerzo en aprender otra vez a dormir solo, mi optimismo es tal, que creo que algún día volverá a mi.
No pienso dejarme vencer, al menos no por el pesimismo, aunque sea tan hermoso como el que escribe Enrique.
Fijo que voy a perder miles de batallas, pero esta quisiera afrontarla con la esperanza del que se sabe más débil y casi derrotado antes de desenvainar siquiera.
Recuerdo todos y cada uno de sus besos y me sumerjo en los recuerdos harto de felicidad,ya que son muy nítidos, antaño tuve una memoria excepcional y ahora que la perdí, voy recuperando los archivos más importantes de la biblioteca de mi cabecita.
¿Cómo podría olvidarme de sus labios? ¿Cómo siquiera no recordar su sabor? si como dice mi amigo Luis, podría dibujarlos a carboncillo con los ojos cerrados.
Puede que me esté pasando de romanticote, pero a mi estos sentimientos son los que me hacen sentarme a escribir, por encima de otras muchas cosas.
Se que ella no es para mi y que yo aunque me esfuerce, no seré para ella, pero en mis recuerdos siempre reposaremos el uno en brazos del otro, además yo puse una velita a todos mis santos,ahí está, para que pienses mucho en mi.
En la última entrada escrita en este blog, hablaba de lo bonito que debe ser quererse como se quisieron mis padres y eso me hizo pensar mucho.
Se que soy capaz, aunque sea un egoísta inmaduro y peterpanesco, y se que algún día mi hada particular se dará cuenta de ello.
O quizá no, pero ya os lo he dicho, mi optimismo gana al pesimismo.
Espero lo mejor de esta vida, lo peor creo que ya lo he pasado.
Puestos a pensar asi, a ver quien es el chulo que no es optimista, en cualquier caso tu recuerdo me hace bien.




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