miércoles, 25 de diciembre de 2024

¿Fácil de querer?

A veces me sorprendo a mi mismo pues me descubro disfrutando de lo hermoso de la vida, desterrando miedos y angustias, rozando la felicidad e intuyendo que no necesito escaparme.

 No hace mucho una de las artistas de esta curiosa formación musical de indiscutible sonido cuki-punk, que nació de las inquietudes musicales de algunos miembros de la sanidad pública de mi ciudad , me dijo algo francamente bonito en medio de una improvisada cena, "tu no eres una persona difícil de querer".

Partamos de la base de que aunque ya me siento orgulloso y afortunado de poder llamarlo amiga, no hace más que unos meses que nos conocimos por medio de un gran amigo en común, y al ser yo de la teoría de que la gente se une por afinidad, y además mi amigo Pablo ya me había contado maravillas de ella, no me sorprendió lo más mínimo que tanto con ella como con la vocalista del grupo, haya nacido una amistad que seguramente durará el resto de mis vidas.

El que una mujer a la vista inteligente y con amplia experiencia vital (además de ser artista cuki punk, es enfermera de la UCI de un hospital vallisoletano) de apariencia algo tajante, o incluso dura (pero como se ha demostrado de adorable interior, esponjoso y dulce) me sorprendiera con algo así de repente, me ha hecho pensar mucho.

Si bien es cierto que me harto de decir que quiero mucho a la gente que quiero, que soy jodidamente emocional y que a la hora  de escribir, siempre lo hago mojando la pluma en el tintero del alma, me ha sorprendido que quien apenas me conozca pueda pensar algo tan bonito de mi.

Nunca escondo que se me diagnosticó como persona de alta sensibilidad, aunque seguramente debería hacerlo, pues para mi lo de la etiqueta de PAS es casi hasta contraproducente, ya que me he encontrado con mujeres y hombres que confunden sensibilidad con debilidad, y que han tratado  de destrozarme la vida o de vampirizar mi energía, mis recursos, mis sueños y mis sentimientos. Pero yo soy como soy y eso es algo que por muchos golpes que me de en la cabeza, por mucho que mi cerebro y mi corazón se duerman para despertar asustados contra todo pronóstico, y por mucho que pueda llorar al ser consciente de algunas realidades de mi vida, no va a hacer que deje de ser el tipo peleón y dispuesto a seguir luchando hasta el final que siempre he sido. Y es que eso lo llevo en los genes. No me rendiré jamás. Podré caer derrotado, pero rendirme nunca será una opción, y si esta decisión existencial contribuye en algo a que las personas (y los gatos) de mi entorno crean que soy digno de su simpatía, de su cariño e incluso de su amor, pues adelante, lo celebro y me ratifica que mal del todo no lo debo hacer. 

En estas fechas en las que todo el mundo se desea felicidad casi por obligación o por compromiso, yo acostumbro a decir a quienes aprecio que les deseo toda a felicidad del mundo siempre, Navidades y año nuevo incluido.

Y es cierto....moriría sin dudarlo por ver felices a quienes amo, y eso no me hace una mejor persona, pues entiendo que debe de ser algo universal, solamente me posiciona como persona enamorada del amor, de las buenas personas que me rodean, de Ella, y de aquello que hace que quiera ser el mejor Juan que pueda llegar a ser.

Lo dicho. Feliz vida, Navidad y año nuevo incluido.

 

miércoles, 18 de diciembre de 2024

Por los amores imPOSIBLES.


 Sí...soy un romántico empedernido, un soñador sin remedio, un esperanzado y ferviente adorador de Cupido, de Afrodita y de Eros, y un incorregible iluso.

Si hay algo que me guste más que los libros o los gatos, no es otra cosa que el impresionante sentimiento que te embarga y domina tus actos cuando encuentras a esa persona que el destino eligió para confundir tus sentidos, y tu razón. He tenido la inmensa fortuna o la fatal desgracia de vivir  historias de amor tan impresionantes que los mismos amantes de Teruel envidiarían, romances que harían sonrojarse a la propia Melibea y, relaciones que convertirían a Romeo y a Julieta en unos aprendices en las artes amatorias.

Y sigo amando a quien amé, recordando a quien jamás olvidaré y maldiciendo en todas mis lágrimas a quien pisoteó mis ilusiones convirtiéndolas en destrozados fragmentos del corazón que un día se rindió a sus falsas promesas, a sus  impostadas palabras de amor  y a sus embusteras caricias.

Pero de todo lo sufrido, lo experimentado, lo perdido y lo sangrado, aquello que realmente me llevó a creer en el amor por encima de todas las cosas, fueron esos sueños compartidos a los que se bautizó como amores imposibles.

Para identificar un amor imposible, creí que tan solo debía fijarme en aquello que lo alimenta en mi literatura, que no es otra cosa que los versos más hermosos, las metáforas más acertadas y los párrafos más deliciosos, y aquello que lo define en la realidad cotidiana, las promesas por cumplir y lo proyectos en común que jamás se llevan a cabo. Pero por desgracia, todo esto que alimenta los amores imposibles sirve también como el combustible que aviva las llamas de los amores que creemos poder alcanzar. Y quizás lo imposible no es el amor, quizás lo imposible es hacer que tus oraciones sean escuchadas, sobre todo cuando sabes que Ella te ama y cuando tu sabes perfectamente cuanto la amas a Ella. Lo único imposible entonces, es conseguir que los astros terminen de alinearse y que los hados sean propicios a las historias que nacieron condenadas a la más increíble de las pasiones, al más abrasador de los fuegos y a la mas amarga de las hieles. 

En cualquier caso el amor lleva implícitos en su ADN la molécula de la esperanza y el gen de la perseverancia. Hay personas a las que se nos condenó a amar cada segundo de nuestras vidas, y a quienes en un momento de debilidad y de clemencia, los dioses permitieron que no llegásemos a enloquecer por completo. Quizás eso más que clemencia es tan solo crueldad, pues ha habido momentos en los que al no poder despertar a su lado, o al despertar junto a quien no debía hacerlo nunca, he preferido estar muerto o decididamente loco.

Por eso y solo por eso, porque vivo y aún se me puede considerar un hambre cuerdo, creo que todos los amores son imPOSIBLES.

Y de nuevo y pese a todo,  brindo por ellos, por todos ellos.



viernes, 13 de diciembre de 2024

Todo arde


 Y es un fuego capaz de incinerar cada día sin Ella, y de congelar todos los besos que un día se fueron y no han de volver.

El tiempo pasa, pero nunca amanecerá para mi si Ella no duerme a mi lado, si su sonrisa no ilumina mi mañana y si con los ojos no cuestiona cada una de mis palabras de amor, clavando fijamente sus pupilas en mis poemas y negando la evidencia. Y es que llevo siglos tratando de explicar que cada vida que me regalan los hados es para amarla a Ella, para morir por Ella y para escribirle las palabras más hermosas.

Es un hada, es una sombra en la roca desnuda, una voz en el viento, un horizonte feliz, una pradera de suspiros y un ramillete de caricias.

Ella es todos y cada uno de mis sueños, todos y cada uno de mis deseos, todas y cada una de mis derrotas y también la mayor de mis victorias.

Ella me enseñó lo que significa hacer el amor, y no aspiro a aprender una lección más sublime , deliciosa e intensa a lo largo de mis vidas. 

Arde la tierra, arde la luna en el cielo y arde este amor que bebe de su humedad, respira su esencia y baila el ritmo de sus caderas.

Y con cada llamarada me siento más humano. Y más desprovisto de todo.

domingo, 1 de diciembre de 2024

De casta le viene a la galga


 Para mí es un verdadero orgullo presentaros la novela, Ni contigo,  de mi amiga y editora Eva Melgar.

Hace aproximadamente seis años que por avatares de la vida y en uno de los más literarios espacios de Valladolid, la Casa/Museo de José Zorrilla, conocí a esta gran persona, acertada escritora y mejor amiga.

Fue durante un encuentro de relatistas organizado por su prima, la también editora y amiga, Paz Altés, directora de la casa/museo del poeta. Durante aquel encuentro se leyeron los relatos seleccionados para comentar y corregir públicamente, entre los que se encontraba el que yo había presentado, pero fue el que se leyó de esta hasta entonces desconocida para mí el que me cautivó el alma y me robó el corazón, pues era de una inquietante belleza nacida de las más duras circunstancias relatadas con tal acierto, sensibilidad y destreza, que de inmediato quise conocer a la autora. Y al término del encuentro Paz me la presentó.

Eva acababa de llegar de Euskadi, abandonando su vida allí, para instalarse con su padre, el genial periodista y ampliamente galardonado con premios nacionales e internacionales de televisión, Luis Tomás Melgar, quien fue un vallisoletano de pro que quiso regalar sus últimos años de vida a la ciudad en la que se hizo un hombre, y comenzó su camino, convirtiéndose con el tiempo en un intelectual que por encima de todo y de todos amó la literatura, a la que aportó casi una veintena de publicaciones de diversa índole y a la que en breve obsequiará con una una obra póstuma, que verá la luz de la mano de Suseya ediciones, el sello vallisoletano que ha publicado mi trilogía de novela negra,  #crimenesdetemporada.

Para mí fue un verdadero placer servir de Cicerone a esta madrileña de nacimiento y vasca de corazón,  a quien guié por las calles de Valladolid compartiendo con ella vinos de nuestras cinco distintas D.O y apasionantes conversaciones sobre autores y obras de todos los géneros y estilos literarios. Y sobre una vida que a veces se nos presenta demasiado cruel y complicada.

Al igual que su padre, su prima Paz, su hermano Luis, su tío Fernando Altés y otros miembros de esta singular y muy culta familia, la literatura es parte del alimento vital que permite vivir a Eva melgar, bien como la ecléctica e insaciable lectora que siempre ha sido, como una  exigente, muy profesional y excelente editora, o bien como la brillante escritora que ha demostrado ser.

Curiosamente Eva está desprovista del ego de autor que viste a todos cuantos nos enfrentamos a un folio en blanco, y jamás quiso aceptar que más que talento, tiene un don, y aunque se negaba a participar en concursos, a publicar sus manuscritos o a compartir sus textos, estos últimos años junto a su padre en el pueblo vallisoletano de Mojados le han servido para superar sus reticencias, e influenciada por el consejo, el orgullo y el cariño de su padre, por fin aceptó presentarse a un certamen internacional de novela negra, cosechando el primer premio con esta realmente interesante Ni contigo, que hoy os presento en el blog que ella prefiere no leer, pues como amiga y como editora, me pide que trate de contener ese caudal de emociones que me llevan a sincerarme en la red, y a desnudar mi alma frente a quienes igual utilizan mis confesiones únicamente como armas con las que lacerar mi cuerpo. Pero lo siento mucho, Eva, hoy no te voy a hacer caso (bueno, mejor dicho hoy tampoco te lo hare, sorry).

En cuestión de semanas se presentará públicamente esta novela, aunque sé que ya se pueden comprar ejemplares en la web de la editorial Cosecha negra, y en las librerías de toda España en las que este sello distribuye las obras de sus autores.

Debo mucho a Eva como escritor, pero también como persona, pues con su amistad carente de cualquier otra cosa que no sea un sincero cariño, una confianza plena y una idéntica pasión literaria, me está ayudando a crecer como ser humano, y como autor.

Dicen que los amigos son la familia que uno elige, y me siento muy afortunado al poder considerarme miembro de la familia de Eva y contar con Eva entre los miembros de la mía, aunque no compartamos apellidos, sangre ni el menor parecido físico. Eva al igual que su queridísima Ona, es una galga delgada y harto espigada, tranquilona, friolera y cariñosa con quienes no pretenden intimidarla ni invadir su espacio.

Hace poco más de un año lloré junto a Eva la muerte de su padre, a quien también pude considerar mi amigo y mi familia, y junto a Eva disfruto de las visitas de sus hijos y de sus nietas, con quienes siempre es buen momento para celebrar con un brindis que el destino haya querido cruzarnos en la dura estepa castellana.

Si estimáis en algo mi criterio literario, hacedme caso, leed esta novela, porque sé que me agradeceréis la recomendación.

sábado, 23 de noviembre de 2024

Il aqua. ¿Dove e il aqua?


 Ciao se utiliza en Italia tanto para decir hola, como adiós. Ella acostumbra a besar en italiano. Él maldijo no hablar ese idioma.

sábado, 16 de noviembre de 2024

¿Una escena de caza?



Malena García, arqueóloga y antropóloga doctorada en arqueología prehistórica por la Universidad Complutense de Madrid, lee con gesto de contrariedad el informe que sus compañeros, los doctores Analdi y Santamaría, han redactado para entregar por duplicado al Ministerio y a la Fundación que sostiene económicamente sus investigaciones.

Los dos eruditos y refutados arqueólogos afirman en el informe, que las pinturas rupestres descubiertas por la joven doctora García, pertenecen a un clan procedente de Anatolia asentado en Burgos durante el periodo antiguo del Neolítico en la Península Ibérica.

Analdi hace hincapié en la representación de una escena de caza, en la que indiscutiblemente las figuras antropomórficas que en círculo se ciernen sobre un enorme animal, protegen a una figura que representa a la mujer que aguarda junto a otra pieza cobrada la carne que los hombres llevarán a las cuevas. Sin duda alguna, los cazadores, los guerreros más valientes del clan, aplicaron las estrategias cinegéticas adquiridas al interactuar con el entorno y luchar por la subsistencia. También añade en su informe que el que las representaciones femeninas en las escenas de caza se coloquen en un lugar seguro tras el círculo de guerreros, evidencia la separación de tareas y no deja lugar a dudas de que desde las primeras comunidades la mujer tenía la importante misión de ocuparse de gestionar y preparar la carne de la caza y gestar, alimentar y criar a los niños que sostendrían y ampliarían los asentamientos.

Malena enciende un pitillo y se prepara un café solo sin azúcar al que añade un largo chorrito de orujo blanco. Hace frio en Burgos y en la tienda de campaña que le sirve de oficina durante las excavaciones, el calor del infiernillo sobre el que prepara una cafetera tras otra y, el orujo blanco regalo de uno de sus mejores amigos en la zona, le ayudan a soportar las condiciones climatológicas. Y las lecturas como la que acaba de dejar sobre la mesa.

Le hierve la sangre al ratificar que en su campo todas las publicaciones de peso y la inmensa mayoría de las teorías que luego se estudian en las facultades donde se preparan los futuros arqueólogos y las futuras arqueólogas, están redactadas por personas que han sido incapaces de evolucionar con los tiempos y, que de alguna manera aún viven en la prehistoria, pues rechazan de facto la idea de que ya en el pasado la mujer hubiera desarrollado iguales habilidades que el hombre.

Desfiladero de Pancorbo año 5476 A.C

Ha sido una cacería demasiado peligrosa y, eso ya lo había avisado al ver que las huellas del oso que salimos a buscar no eran idénticas a las que vi en la nieve unos cientos de metros más allá del rio. Si uno se fijaba bien, podía darse cuenta de que eran un poco más grandes que las del oso que le arrancó la vida a Nagal. Estaba claro que había dos enormes machos en el mismo territorio, pero la mayoría de los cazadores se rieron de mis advertencias durante la asamblea del fuego, y no quisieron escuchar mi consejo. Si lo hubieran hecho, Nagal habría vuelto a la cueva con sus hijos y seguramente Ninalu no estaría envuelto en pieles, sudando las fiebres que le produjeron las enormes heridas que le causaron las zarpas del más viejo de los dos machos, y no habría regresado a hombros de quienes lo pudimos sacar de allí tras arrancarle al borde de la muerte de las mandíbulas del gran oso.

No podemos permitirnos el lujo de perder dos cazadores en cada partida. Las cinco cazadoras que fueron entrenadas por la gran sacerdotisa del rayo y yo misma, cobramos tantas piezas como nos es posible y alimentamos al clan durante las nieves, pero hasta que los hombres no admitan que estamos más que preparadas, y no entiendan que da igual lo que tengamos entre las piernas para cerrar el círculo de lanzas ante los osos, los lobos, y los más fieros animales del bosque, corremos el peligro de debilitarnos como grupo, y si otros clanes nos atacan para robarnos el fuego o los víveres no podremos defendernos.

Vima, el marido de Nula, nuestra líder, ha comenzado a pintar en las paredes de la cueva la historia de cómo los guerreros murieron por no haberme escuchado y le dan la espalda a mis consejos. Esto servirá para que nuestros hijos y nuestras hijas no olviden que ante las garras de las fieras todos somos iguales, y para que escuchen siempre los consejos de quien esté más capacitado para dirigir la cacería, sea hombre o mujer.

viernes, 15 de noviembre de 2024

La última nota


 La guerra en Ucrania aún sigue destrozando vidas y sueños, pero ya no es noticia.

Este es mi particular homenaje a esos sueños que nunca se cumplirán y a esas vidas cercenadas por la guadaña de la sin razón.


La última nota

Anhelina tiene once años, aunque estos últimos años quisiera borrarlos de su existencia.

Sus padres no llegaron a verla al piano en el teatro Lsya Ukrainka. El misil que destrozó la casa terminó con sus vidas e ilusiones. 

 Se ha escapado del refugio y se ha colado en el Lesya por una grieta para dedicarles a sus padres un concierto a la luz de la luna en el aniversario de su muerte.

Interpreta un nocturno de Chopin cuando una bomba cae sobre el teatro, estallando en do menor. Ahnelina muere y es entonces, solo entonces, cuando escucha los aplausos de sus emocionados padres. 

 


domingo, 10 de noviembre de 2024

No me dé consejos, gracias, se equivocarme solo.

Este relato nació anoche como post en RRSS al haberme revuelto e inspirado la imagen del cartel de un concierto en un bar, en el que se apreciaba una gatita punki con chupa de cuero y tachuelas. Y de aquellos barros estos lodos.


Prejuicios.

"Esa gatita te romperá el corazón" fue la frase que se acostumbró a escuchar en bucle desde el primer día en que se los vio juntos por las calles de Valladolid.
—Y el alma, no te quepa duda—se atrevió a contestar con verdadero enojo cuando se hartó de recibir avisos de quienes no podrían siquiera soñar con disfrutar de un gramo de las toneladas de amor que ella le regaló con su primer beso.
Pero por desgracia dos y dos siempre serán cuatro, y en efecto, le rompió el corazón y le destrozó el alma, pero no como todos hablan esperado, sino al haberle enseñado lo que quería decir eso de "hacer el amor"; y al haberle mostrado hasta donde puede llegar un corazón al que se le ha inyectado tanto cariño y tanta pasión, que no pudo más que reventar en mil pedazos el día que las circunstancias la separaron de él y al saber que la perdería para siempre, tan solo deseó la muerte.
Mientras exhaló su postrer aliento la siguió amando y tuvo la inmensa fortuna de que su sonrisa fuera la última imagen que el cerebro le permitiera disfrutar antes de desparramarse por la pared junto a la sangre y a los trocitos de hueso que la bala con la que decidió suplir su ausencia incorporaron al cóctel del suicidio del atormentado y roto poeta.
—Era la crónica de una muerte anunciada—se atrevió a decir en una velada poética uno de quienes más envidiaron la suerte del difunto, y que rezó por un día llegar a verlo sufrir por Ella desde que lo encontró una tarde entrando en el teatro de la mano de aquella felina y deseada preciosidad .
Lo que no añadió fue que el mismo habría dado todas sus vidas por haber podido dormir junto a Ella tan solo una noche. Pero claro...los artistas queman en hogueras privadas las páginas en las que escriben sus miserias.

Cuan fácil es ver la paja en el ojo ajeno. Cuantas vigas necesitaban los amantes para construir puentes entre sus corazones. Que difícil se lo pusieron los hados.

 

sábado, 9 de noviembre de 2024

Escapar de la libertad


 Ayer asistí gratamente sorprendido a la interpretación de Mario Casas en la nueva cinta del director Rodrigo Cortés, quien me ganó para sus adeptos con El amor en su lugar. 

Que el nuevo trabajo de Cortés me gustase no me sorprendió en absoluto, con los precedentes que había sentado, y mucho menos al leer el reparto de nombres del cine y el teatro español que lo acompañaban en este proyecto. En Escape disfruté una vez más del grandísimo José Sacristán, de la inconmensurable Blanca Portillo, del incombustible Guillermo Toledo y del soberbio Juanjo Puigcorbé.

José Maria Pou y Ana Castillo volvieron a demostrar su capacidad para ocupar por completo las escenas en las que intervienen, aunque cómo devoto y fiel admirador del impresionante talento del que para mi ha sido y sigue siendo el mejor actor que ha parido este país, Don José Sacristán, no me hubiera atrevido siquiera a insinuar que un actor como Mario Casas pudiese tan solo llegar a esta a su sombra. Y tras haberlo visto en otras películas como Grupo siete,  en las que comenzó a demostrarme que era un buen actor, ayer el jodio estuvo más que a la altura. Me quito el sombrero ante su interpretación en esta cinta.

Y me quito el sombrero ante el trabajo de Rodrigo Cortés, que desde lo filosófico, los surrealista y lo metafórico ahondó en el que quizás es el trauma con el que aún peleo cada noche y que aún me lastra y me impide terminar de levantarme, el sentimiento de culpa.

El protagonista de esta película, no consigue librarse de la culpa que se nutre de su dolor ni del dolor que se nutre de su  culpa y eso le lleva a la obsesiva necesidad de evitar cualquier responsabilidad y a negarse a tomar decisiones por pequeñas que sean, llegando incluso a exigir que se le diga cuando debe respirar. Se juzga con dureza, pero entiendo la dureza de su juicio y comprendo que dicte contra si la más dura sentencia que es la de renunciar a la razón y al ego. Empatizo con el castigo y de alguna manera envidio su fortaleza para erigirse en el verdugo que ejecuta la sentencia.

La película me fascinó, pero me revolvió por dentro hasta el infinito y más allá, pues me devolvió la idea de que los errores que cometí en el pasado, me llevaron a perder en el asfalto al Juan que era y desencadenaron el último combate entre mi padre y la pálida señora, con el triste resultado que cada mañana al despertar se me presenta una pesadilla más.

Pero el  divino tribunal que juzgo mis actos impuso la condena que creyó conveniente y creo que o ya la he terminado de cumplir, o estoy a punto de ello, pues siento haber recuperado una condicional libertad de la que no quiero escapar.

La vida sigue, a pesar de todo, y aunque nunca dejará de dolerme, creo que he encontrado el camino del perdón, y el Juan que comienzo a ser no tiene nada que envidiar al que fui.

viernes, 1 de noviembre de 2024

Cuando hace falta


 Acabo de leer la última hora de la Generalitat valenciana sobre el número de fallecidos por la DANA y el recuento oficial lo eleva a la escalofriante cifra de 202, y esto aún no ha terminado porque sigue habiendo muchos desaparecidos y ya sabemos lo que eso quiere decir. Ojalá todos aquellos a los que aún no se ha encontrado aparezcan o den señales de vida. Yo, particularmente y debido a mis circunstancias personales soy un tipo de naturaleza optimista, aunque de un tiempo a esta parte la vida me está enseñando también a afrontar la realidad y a plantarle cara a lo que ha de venir, aunque me asuste o me rompa el alma, por lo que esperaré acontecimientos y rezaré por quienes aún no han dado señales.

Esta mañana he conseguido hablar con mi amiga Judit, una preciosidad vallisoletana con un corazón enorme, un coraje impresionante y un alma sensible y hermosa, que hace ya años estableció su hogar en Valencia junto a mi tocayo Juan, un tipo tan afortunado como encantador con el que me tranquiliza saber que mi amiga construye su futuro.

Dada la condición energética, deportiva y amante de la naturaleza de esta pareja de amigos, crearon una empresa de ocio y tiempo libre con actividades de diversa índole y al ver las primeras imágenes de esta catástrofe el corazón me dio un vuelco pues los imaginé como siempre al aire libre. A mi boda acudieron en una furgona acondicionada y mi miedo era el que una riada los hubiera alcanzado dentro del vehículo y los hubiera llevado de un lado a otro ahogándolos o estrellándolos contra un muro.

Esta mañana Judit me ha escrito y tras el subidón inicial de ver su mensaje, lo he leído con calma y he ratificado lo que siempre pensé de ella, que es una chica tan inteligente como bonita. Al tener aviso de las alertas y de las previsiones no lo dudaron, suspendieron los compromisos empresariales, avisaron a sus empleados y abandonaron la zona de mayor riesgo.

Supongo que los padres de Judit, su hermano y todos sus familiares y amigos no dudaron en ningún momento que ella sabría afrontar las circunstancias, pero cuando la naturaleza se revuelve para sacudirse del lomo a los molestos humanos, muchos de nuestros congéneres más válidos caen también. Por desgracia aquí nadie se libra por que sí.

Ahora toca mantener alta la esperanza recurrir a la fe y no abandonarse a la amargura y a la desesperación. Hay que reconstruir lo destruido y levantar lo caído. Hay que restablecer la vida en los lugares que parecen exentos de ella y hay que conjurarse como nación para ayudar a cuantos han perdido todo.

No es momento para que los políticos se arrojen mierda, tal y como acostumbran a hacer con cualquier excusa. Si necesitan enfangarse, que cojan una pala, se pongan unas botas y vayan allí a despejar los caminos de lodo, y a quitar el barro de los hogares de quienes confiaron en ellos al entregarles sus votos.

Además de la espantosa tragedia humana, material y económica, no podemos olvidarnos de los miles de animales que han sufrido el más atroz de los miedos y que no cuentan con mucha ayuda, pues la inmensa mayoría de las protectoras de animales y de los refugios han desaparecido bajo las aguas y muchos de los cuidadores no se encuentran en condiciones para seguir con su encomiable labor.

Por eso desde este blog pido a los lectores que aportéis cuanto podáis para colaborar con asociaciones, oenegés, voluntarios de todo tipo y cuantas maneras tengamos de ayudar a nuestros asustados y desafortunados compatriotas, de dos o de cuatro pata.

Contad conmigo, Aquí  me tenéis.

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