Supongo que al frotar mis patitas, nunca conseguí dar con los acordes oportunos y aunque siempre hubo una hembra cerca, por norma mi música solo atraía a Mantis religiosas y era espeluznante ver como comenzaban a sazonarme a su gusto mientras me besaban.
Pero he comenzado a dar clases de música y con todo lo que he aprendido durante estos últimos años( confusos y tristes pero muy enriquecedores), sé que compondré la melodía perfecta para atraer a la hembra idónea mientras los demás machos siguen tocando con la pedalera en modo distorsión y molestando al resto de la humanidad.
Conozco a un ángel que vive ligeramente preocupada porque dado el sofocante calor de estas noches y el atronador y lastimero "quejio" de los grillos, cree que el eterno enemigo, el maligno, el ángel caído,aquel al que Dios padre dijo: "No es no, Lucifer, ¿qué parte del no, no has entendido?", ronda cerca y está convirtiendo su comarca en una sucursal de aquel organizado y bien compartimentado infierno del que nos habló Dante. Lo que no sabe es que ella está a salvo de cuanto demonio pretenda acercarse y que somos muchos, los que desenvainaremos nuestras espadas de fuego en caso de que un diablo ose tratar de corromper su alma.
El cielo existe y aunque yo no he tenido la suerte de conocerlo, debe encontrarse allí donde se encuentre ella. Sé que si sigo mejorando y trabajando mis habilidades, un día me ganaré mi lugar en él. Como dicen los yonkis, "todo es ponerse".