Hoy me voy a dejar de terapias, ejercicios literarios, pruebas de estilo y demás historias, para desearos a todos, queridos lectores, felices fiestas y un año nuevo cargadito de buenas noticias.
En estas fechas es lo suyo, aunque no veo porque no podemos desearnos felicidad en cualquier día del año, en cualquier estación, en cualquier momento.
Parece que la navidad nos hace sentirnos mejores personas y nos purga de todo lo malo.
Esta noche me acostaré con la misma triste cantidad en mi cuenta corriente, las mismas deudas y los mismos agobios. No me ha tocado la lotería.El premio gordo ya me tocó el 14 de abril de 2014 y al parecer ya no optó a más premios, con ese debería tener suficiente.
Cómo dicen por ahí, hablar de dinero empobrece las conversaciones y hay personas tan pobres que solo tienen dinero, así que enhorabuena a los que compraron el décimo acertado y, a los demás, sabed que la esperanza es lo último que se pierde y a veces y sin venir a que, la vida nos sonríe con un "sigue jugando".
Sé que debo considerarme muy afortunado y que no puedo ni debo quejarme, aunque haciendo mi particular balance de pérdidas, este año ha sido un verdadero desastre ¡¡¡Que empiece ya el 2016 por favor!!!
Hoy me decía una buena amiga que en mi cazuela tengo todos los ingredientes para cocinarme una vida genial, que solo tengo que encender el fuego y ponerme a ello.
Sé que tengo la suerte de contar con muchos y muy buenos amigos, con una familia maravillosa, con un gatete adorable y con ciertas habilidades para luchar por mi porvenir.
Aquellos que se fueron simplemente tenían que irse, es ley de vida y a todos nos llegará el momento, aunque lo que sí que podemos hacer en su memoria, es tratar de llenar ese vacío que han dejado y no permitir que nos pueda la tristeza, ellos querrían vernos felices.
Mi nueva vida está llena de sorpresas, la primera y la más grande es haber conocido a la persona en la que me he convertido y que aunque no me cae del todo mal, me cuesta un poco adaptarme (el chico es majete pero demasiado reservado y melancólico, nada que ver con el Juan de antes).
Dentro de mi balance de pérdidas he de contabilizar también la pérdida de mi natural disposición a buscar el amor y a vivir en pareja. Creo que ahora trataré de hacer las cosas mejor y no volveré a engañarme ni a confundirme, ni a engañar ni a confundir, aún con la mejor intención y sin ánimo de fastidiar a nadie, mucho menos a ellas.
También tengo un balance de ganancias (como cualquier empresa) y he ganado un montón de cosas, empezando por un cambio salvaje de la visión de la vida que me lleva a comprender las cosas desde otro punto de vista y con algo más de criterio.
Ahora le concedo la importancia que merecen a palabras como familia o amistad, a verbos como soñar, recordar, compartir, acertar o escribir ; a sentimientos como el cariño, la alegría y la confianza y a las demostraciones sinceras en forma de sonrisas, abrazos, lágrimas y besos.
Durante este 2015 que está a puntito de largarse por donde ha venido, he aprendido un montón de cosas. Alguna de estas cosas me ha confundido y descolocado sobremanera, pero no por ello quiere decir que hayan sido malas o negativas, simplemente que tenía que pasar por ellas aunque no estuviese aún preparado para adquirir esos conocimientos.
No soy ni mejor ni peor persona, creo que únicamente soy diferente y en cuanto me acostumbre a quien soy ahora, trataré de dar lo mejor de mi mismo.
Tengo muchos retos y muchas responsabilidades por delante y prometo dejarme la piel en conseguir hacer de esta "segunda temporada", la mejor de la serie.
Lo dicho queridos lectores, seáis quienes seáis y estéis donde estéis: Feliz todo, incluida la navidad.