Digo que es una lástima porque si lo hablara, entendería lo que quiero decirla con esta canción.
Mira que cuando vivía en Italia a este cantante lo llamaban "il fattone" (el drogata) y yo creo que lo es como yo, un yonki de las emociones.
Una vez mi florecilla me dijo que yo necesitaba estar enamorado para vivir y como de costumbre acertó en su razonamiento. De hecho siento que estoy vivo cuando me enamoro, de otra forma me falta algo, me falta la vida y fue al perder el amor de mi florecilla cuando sucedió todo, cuando mi Vespa decidió echarme un cable y sacarme de aquí, porque la quise y mucho, pero ahora que se me ha concedido esta segunda oportunidad resulta que ha venido con un amor muy especial y generoso que entre otras cosas hermosas y que demuestran su generosidad, me ha dicho que no deje de querer a quien quiero y es curioso, porque no soy capaz de hacerlo.
Antes de que me diera por purgarme el espíritu a base de puñetazos y cabezazos literarios escribí que el amor en mi, no se crea ni se destruye, simplemente se transforma.
Te sigo queriendo florecilla, y te querré siempre, como dice la canción que he colgado en esta entrada " la vida sigue, sin nosotros dos" como pareja.
Estuviste a mi lado cuando todo se volvió oscuro y para mi eras un "lugar seguro" y lleno de luz.
Simplemente aprendí que el amor no se puede suplicar, adopta formas como el cariño o la amistad y se que en ti tengo ambas cosas a raudales y tú las tendrás en mi toda la vida, o lo que me dure esta nueva vida.
A las personas que quiero solo deseo verlas felices, ya me conoces, estaría dispuesto a cualquier cosa para garantizar la felicidad absoluta de aquellas que durante un periodo de tiempo decidistéis formar parte de los títulos de crédito de mi película.
No puedo evitar teneros a todas presentes y se que esta mujer que ahora me colma, lo entiende como lo que es, a igual que mis lectores.
No pretendo más que añadir personas estupendas a mi tránsito por este mundo y cuando decidan que ya han recorrido su tramo del camino conmigo, no quiero olvidarlas ni dejar de quererlas, de hecho durante la caminata pueden vaciar mi cantimplora de sentimientos porque se que encontraré un fuente donde rellenarla.
¿Qué me paso el día escribiendo sobre estas cosas?
Pues si, pero os aseguro que podría escribir sobre casi cualquier cosa y de hecho esa es mi forma de ganarme el pan diario, pero de alguna manera tengo la necesidad de regresar a este sendero una y otra vez y caminar de la mano de alguien.
Las mujeres no son historias para mi, simplemente son las artesanas que van construyendo mi historia y mi florecilla es una de las mujeres más creativas a las que he amado.
¿Qué soy un ñoño?
No amigos, simplemente he descubierto lo que supone perder la oportunidad de volver a estar enamorado y ahora me ha cambiado la visión de la vida y considero esto como el regalo más acertado que podían hacerme, aunque a mala leche puedo recuperar mi repertorio de insultos, blasfemias y vulgaridades.
No penséis que me aprovecho de lo vivido, ha sido algo espantoso y cada noche doy gracias por seguir aquí y quisiera olvidar todo el sufrimiento que he pasado, que os aseguro que ha sido muchísimo y muy intenso, pero ahora ya pasó y me quedo con lo bueno de esto, que lo tiene también.
Lo bueno ha sido despertar del coma con la sensación de haber encontrado lo que había perdido y doy fe de que no quiero volver a perderlo.
Quizás un día me decida a escribir sobre esta experiencia, pero a día de hoy aún me faltan fuerzas y valor.
De ambas cosas me están surtiendo mis amigos y toda la gente que me quiere y os aseguro que ahora recibo los mensajes de forma mucho más clara.
Ojalá todos pudieseis descubrir esta nueva percepción de la vida que yo estoy descubriendo, aunque por supuesto sin pasar por un trance semejante. No quisiera que nadie tuviera que vivir algo así, aunque si quiero que aquellos que tengan la desgracia de pasarlo, al menos tengan también la suerte que he tenido yo y se queden para volver a sentirse tan vivos como yo me siento ahora.
Y para poder sentarse a un teclado y escribir una declaración de intenciones como la que estoy escribiendo ahora: no te olvidaré nunca.
Vuelvo a querer y de una forma muy especial, porque además de una mujer increíble y preciosa, para mi es un sinónimo de "vida".
Florecilla, que suerte saber que formas parte de mi jardín y no que adornas mi sepultura.