domingo, 2 de noviembre de 2014

Como un cachorrito

La verdad es que es del todo metafórico, ya que de repente me he convertido en un cuarentón, y yo con estos pelos.
Pero me enseñaron que es de bien nacidos ser agradecidos y como este blog sirve también para transmitir lo que a veces no se decir de mejor forma y además se que eres lectora asidua, te has ganado por derecho tu hueco en la Espinilla, "Teté".
Nos conocemos desde hace años y sabía de tus habilidades como fisioterapeuta, dado que rescataste al bueno de Isidoro de las secuelas de aquel ictus y nada hay que decir de los progresos del bueno de mi amigo Curi, a la vista están, por eso cuando te presentaste en casa de mis padres para hacerte cargo de mi recuperación, mi alegrón fue doble, ya que sabía que no podían haber elegido mejor y además, esa sonrisa tuya lo ilumina todo.
Al principio me sentía como un potrillo recién nacido en el jardín del chalet, tratando de no perder el equilibrio y caer dando mis primeras carreras, pero allí estaba a mi lado la yegua más bonita del mundo, vigilando mis movimientos y enseñándome a galopar de nuevo.
Corrías a mi lado y me pedias que comenzara una y otra vez recordándome a Clint Eastwood en "Million Dollar Baby", pero en terriblemente atractiva.
Luego comenzaste a darme caña en la piscina y cuando estábamos en el agua, yo me sentía como una pequeña gacelita cruzando el Nilo detrás de su mamá, tratando de llegar rápido a la otra orilla sin que me devoraran los cocodrilos.
Suena a chorrada, pero aquellos ejercicios en la piscina se me presentan como otra metáfora de la vida, ya que el peligro acecha por todas partes y hay que ser lo bastante ágil para esquivarlo y sobrevivir que en esta piscina de la vida los cocodrilos campan a sus anchas por doquier.
Con el mayor de mis respetos a todos los escritores del mundo, yo por encima de cualquier otra cosa me siento escritor y aquella maldita hemiplejia que me provocó el accidente me dejo muy tocado el lado izquierdo por lo que me desesperaba pensar que nunca recuperaría las habilidades en el teclado y ahí también estuviste estupenda, haciéndome ejercitar brazo y mano con pesas y ejercicios para vencer aquello.
Lo cierto es que desde que he podido volver a escribir, se que en gran parte te lo debo a ti.
También me ayudaste con este cerebrito mío, poniéndome ejercicios y haciéndome currar más allá de gimnasio y piscina y hay algo que  me hace feliz por encima de todo lo demás, el que mi padre antes de dejarnos, me viera nadando un largo tras otro con peso en ambas manos, así que se que se fue tranquilo por mi.
El hecho de que ayer nos viésemos lejos de ejercicios, bicicletas estáticas y demás, y pudiésemos compartir unas birras (aunque de momento las mías sin alcohol) fue cerrar el ciclo que comenzó a cerrarse hace pocos días, cuando en el hospital me dieron el alta definitiva de las secuelas físicas.
Además de alegrarme el día me diste un buen consejo. Cuando te conté que ahora me he vuelto más tímido y me da incluso miedo hablarle a aquella que me vuelve loco, me abriste los ojos con algo que por la noche me confirmó mi gran amigo Luis: deja que lleguen las cosas y todo llegará.
Ya no tengo prisa ninguna y soy un tipo bastante feliz, aún con ciertas penas que me van a acompañar durante toda esta nueva vida, pero gracias a ti, vuelvo al cuadrilátero y estoy preparado para el combate.
Yo era un cachorrito cuando me desperté con tu presencia y ahora vuelvo a ser un felino grande y rápido con ganas de reinar en la selva.
Es muy difícil no quererte mucho, "Teté".

sábado, 1 de noviembre de 2014

Te he asesinado y lo siento mucho, florecilla

 

Pues si, es lo que tiene esto de escribir, que no puedo evitar que en la novela en la que ando enfrascado el personaje de la mujer de la que se enamoran hasta la saciedad tanto el "bueno" como el "malo" lo haya inspirado en tu persona dado que era muy sencillo escribir sobre ciertos sentimientos si directamente abría la espita del recuerdo y dejaba que fluyera.
Lo malo es que en esta novela he comenzado a bucear en un género me encanta, el policiaco y claro, mi alter ego se ve envuelto en una serie de crímenes. No os cuento más que si no luego no va a tener gracia ni interés alguno.
El caso es que al escribir sobre tu muerte, todo lo sencillo que me resultaba escribir sobre quererte ha dado un giro tremendo y aunque yo soy de los que escriben casi sin levantar las manos del teclado ni un segundo (excepto para fumar) hoy me he descubierto deteniéndome y meditando las palabras, porque me daba mucha pena acabar con tu vida de forma imaginaria, espero no sobrevivirte en la vida real, me daría mucha pena  (fíjate, casi lo consigo)
Ha sido duro, muy duro y he tratado de que no sufrieras lo más mínimo, pero he tenido que enfrentarme a una agonía dolorosa y tremenda, dadas las circunstancias de tu muerte y si pretendo que mi novela sea fiel a la realidad, no puedo escaquearme de ciertos datos porque si no, no tendría credibilidad ninguna.
En cualquier caso prometo escribirte vivita y coleando en futuros textos, feliz, sana y con la vida resuelta que es lo que te mereces y te deseo desde el corazón.
Creo que voy a aprovechar este momento de ira literaria para ahogar la frustración y la pena cepillándome con mi 38 a otro de los personajes, un tiro en la cabeza le va a venir fenomenal y además que coño, a mi me vendrá casi mejor.
Esto es un poco chorrada, pedirte perdón por darte muerte figuradamente, pero mi sentimiento de culpa y mi tristeza son reales y como dice la canción que he colgado arriba, "solo quedan las ganas de llorar, al ver que nuestro amor se acaba".
Mira tu por donde me aficioné a este tema hace unos pocos años en plena crisis sentimental.
 Una vez escribí que cuando quiero hacerme daño hago introspección. Ahora cuando quiero sufrir me pongo esta canción y dejo que fluya.
De todas formas esto es algo puntual, que ahora mismo estoy muy contento y de muy buen rollo, disfrutando de todo lo que se me presenta, así que a ver si salto de capítulo ya  y me deleito con cosas más agradables que no impliquen matar a ninguno de mis amores.
Podría escribir sobre mi pequeñita y que cada capítulo sirva una vez más de homenaje a su belleza,
Voy a recargar el arma.
Besos.

viernes, 31 de octubre de 2014

Estelas

Lo que más agradezco de hablar italiano es poder entender la letra de canciones como esta, que son una preciosidad y seguramente este tema pase a formar parte de mi repertorio para el próximo espectáculo que montaré con mi pianista de confianza, el genial Oscar Lobete.
En esta canción he encontrado frases muy similares a las que podían haber salido de mi boca en más de una ocasión, entrecortadas, cuando la inminencia del adiós era algo muy doloroso.
Supongo que lo más hermoso termina por quedarse dentro y con suerte puede inspirarte una letra como esta, un cuadro, e incluso un relato escrito con el corazón.
El ser tan enamoradizo implica que por un lado, me volveré a ilusionar y por otro volveré a sufrir, pero en cualquier caso ese sufrimiento al despedirme será compensado por el resto de momentos en común.
Como dice la letra, " puedes olvidar todos los malentendidos y todos los porques que mataron nuestra felicidad" .
"seré la sombra de tu sombra, de tu mano, la sombra de tu perro".
Hay que joderse, habiendo amor de por medio hasta sufrir por el, es bonito.
Una vez en una peli escuché una frase chorras que se me grabó, pero con la que no estoy muy de acuerdo: "Todo termina mal, si no, no terminaría".
Imagino que el guión no lo escribió ningún filósofo griego, pero me resultó de lo más nihilista y yo que soy de naturaleza hedonista y positiva, la recibí como un bofetón de esos "a rodabrazo" que diría Ernesto Sevilla.
En cualquier caso los que me lleváis tiempo leyendo sabéis que cada nueva historia de amor me inspira los textos más chulos e incluso al terminar desapareciendo dejan una estela de lo más poética.
Vale que soy más romanticote que una obra de Goethe, pero joer, he jugado al Rugby, me he metido en muchas broncas como todos los chicos de mi generación e incluso hice la "mili" voluntario y en la Policía Militar. Todo eso más que demostrar que soy un tipo duro, demuestra que no soy el más listo, ni mucho menos.
Ahora solo peleo con mis recuerdos cuando siento que podía haber dado más de lo que di o haber sido la persona que ella necesitaba.
No obstante ya me conocéis, no pierdo la esperanza y se que llegará la persona adecuada, de hecho estoy en ello :)
Sirva este texto como de costumbre, de homenaje a su belleza.

lunes, 27 de octubre de 2014

Mitológicamente siempre tuyo.

No os preocupéis, no me ha dado por creerme Hércules ni Jasón, pero como siempre me ha gustado la mitología griega más que una modelo de ropa interior, hoy no he podido evitar encontrar ciertas similitudes con una de las leyendas que más me han apasionado siempre: La de Orfeo.
Vale, yo no soy un cantor como él, capaz de detener el curso de un río o de que incluso le escucharan emocionadas las rocas, a  mi como mucho cuando me pongo a cantar, me tiran unas cuantas piedras.
El caso es que en la mitología griega Orfeo quería tantísimo a su esposa, Eurídice, que cuando esta fallece, presa del desconsuelo realiza un viaje en su busca al inframundo y apiadándose de él, Hades y Perséfone al oír su voz, le permiten que se la lleve de vuelta con la única condición de que no podrá mirarla hasta haber salido de allí y claro, Orfeo cantaba de mimo pero no dejaba de ser un hombre y dice la leyenda que al fijar su vista en ella (no dice en que parte de su anatomía, pero me hago una idea) Eurídice desaparece de nuevo y se queda más solo que la una.
A ver, mi analogía es a la inversa, el que se fue en busca de un ramito de asfódelos (la flor de los muertos para los griegos) fui yo, que aunque soy más de ir a setas, el hecho de regalar flores siempre me gustó y mi Eurídice particular se merece cualquier cosa.
Fue ella quien se dio un pirulo por mi inframundo adosado y con vistas al mar, apretando mi mano mientras yacía en coma en la cama del hospital y aunque tuvo la delicadeza de no cantar (será porque ponerse a cantar coplas en la habitación del hospital como que no quedaba bien) si que me hablaba constantemente y fue el sonido de su voz lo que hizo que se apiadasen de ella aquellos que parten el bacalao y la permitieron traerme de vuelta.
Obviamente  no fijó su mirada en mi anatomía, cosa absolutamente comprensible dado lo ridículo del camisón que me pusieron allí, que me pasaba el día con el culo pajarero y está claro que era mucho más agradable mirar a cualquier otra parte.
El caso es que desperté junto a ella y heme aquí, dispuesto a disfrutar lo que pueda y más de esta segunda temporada. Además resulta que te dejas un dineral en los peajes del inframundo, porque lo del Caronte ese es un robo, pero como tiene el monopolio pues nada, no te queda otra que aflojar la pasta.
Luego está lo del perrito ese de tres cabezas, el "can Cerbero" ese, que tiene nombre de portero de futbol en buena época, aunque este más que parar balones lo que hace es vigilar la entrada al inframundo, que claro, muy bien pensado lo del animalico este, con tres cabezas, me lo imagino chuperreteándote la cara, oliéndote el culo o mordiéndote los tobillos, no sabían nada los griegos estos.
La pena es que Eurídice tiene su propio club de fans y una vida más ajetreada que la Pantoja, siempre de sarao en sarao.
Yo de todas formas la estoy muy agradecido y la he pedido que me grabe unas cintas con su voz para llevar siempre encima por si las moscas, que mola mucho más darle al play en un "loro", que tiren de desfibrilador de esos, que menudo numerito más desagradable.
El caso es que Eurídice se ha debido de liar con Julián Muñoz, así que nada, yo dientes dientes, que les jode.
Ahora ando tratando de conquistar a mi nueva Eurídice, pequeñita y hermosa.
Sirva esta paranoia mía de homenaje a su belleza y como se que es lectora de este blog, aprovecharé para decirla que bien sabe que yo iría a cualquier lugar detrás de ella, incluso sería capaz de hacerme todo el camino cantando.

jueves, 23 de octubre de 2014

Alquimia de interior en la frecuencia adecuada

No se que será lo que tiene la radio, pero ejerce una influencia fenomenal en la gente que trabaja al micro.
Ya cuando conocí a mi queridísima Eva Moreno en Cadena SER, me di cuenta de que era una mujer excepcional y con el tiempo se convirtió en una gran amiga, de hecho para mi es una hermana, ya que con ella he compartido un montón de cosas y la quiero tanto que desde que ha emigrado con el bueno de Borja a Costa Rica, noto un vacío en mi interior.
El caso es que por avatares de la vida he ido a parar a Castilla y León es. Radio y allí he conocido a Bea, otra periodista de las ondas, que al igual que Eva, es una mujer muy inteligente, hermosa a rabiar y un ángel conmigo.
He ido atando cabos y creo que es la emisión de ondas lo que ejerce esa especie de alquimia que convierte en oro el corazón de las personas, ya que Eva y Bea lo demuestran solo con sonreír, pero si me fijo bien, veo que incluso las colaboradoras del programa acusan el mismo efecto, ya que Laura, mi querida mediadora, es también una chica para quitarse el sombrero en todos los aspectos, tierna, sensible, inteligente, buena y muy guapa.
Mi amiga Sonia, amiga y psicóloga también es una mujer fantástica, increíblemente sagaz y hábil en lo suyo  y ha hecho mucho por mi y siempre la estaré agradecido.
Lo mejor de esta alquimia modulada es que con tan solo encender la radio y ajustar la frecuencia, todas ellas entran en mi casa a través de las ondas y sus voces forman parte del hogar.
Imagino que para que esto funcione la materia prima ya era estupenda de por si, y el hecho de conectar con miles de oyentes a través de la emisora es lo que hace de unas grandes personas unas personas increíbles.
Solo espero que produzca en mi un efecto similar y he de decir que ya voy notando algunos cambios dentro de mi interior, va desapareciendo el plomo de mi corazón.
Ahora me descubro constantemente emocionado con todo y siento que las cosas buenas de la vida, como la amistad o el amor se reciben de una forma más intensa e inundan mi ser.
Espero también que este sea un efecto doble y que lo que yo pueda dar a los demás también se multiplique, ya que me siento tan agradecido por todo y tan feliz de estar aquí y de poder disfrutar de los míos que haría lo imposible por tratar de aportar algo de felicidad a las vidas de mi gente.
Puede que me haya vuelto demasiado ñoño, pero hay experiencias que te cambian la visión de todo y aprendes a valorar lo que realmente importa.
Lo que más agradezco es el hecho de poder sentarme al teclado y escribir fluidamente como en los viejos tiempos, de hecho ahora mi tiempo libre, cuando no estoy liado con el curro lo dedico a esto casi por entero, con mi gato sobre el regazo y un buen disco sonando en el estéreo.
Vaya usted a saber si Marconi no era algo nigromante o si todos aquellos que han intervenido en la evolución de la Radio no realizaban sortilegios o rituales para dotar a todo este tinglado de algo más allá que la comunicación pura y dura.
En cualquier caso, lo que me llevo de este mundillos son un montón de personas con una humanidad desbordante y amistades de esas que van a durarme para siempre, se encuentre donde se encuentre el The End de mi" para siempre".
Llegue  cuando llegue ya no tengo miedo a irme, se que al partir alguien muy querido me irá a recoger a la terminal de llegadas y podré seguir disfrutando, aunque en otro lugar.
De todas formas no tengo el menor interés por marcharme de nuevo, menos mal que en mi ultimo viaje solo tenia un billete de cercanías y en seguida estaba aquí de vuelta.
No quiero dejaros, no quiero alejarme de ella y quisiera terminar mi novela antes, bueno, igual podría escribir unas cuantas, y que sirvan de homenaje todas ellas a mis pequeñas florecillas.
Os prometo que en la novela en la que ando liado hay un crimen y algo de mal rollito, aunque también y como no podía ser menos se me ha colado una historia de amor.
Sorry.




miércoles, 22 de octubre de 2014

Mis monstruos

Hoy por sugerencia de mi amigo Carlos, escritor y bloguero, autor del blog "mismediasmentiras" cambio el tamaño de la letra en este blog.
Si así resulta más fácil leer las entradas yo encantado, aunque el fondo de las mismas y la calidad de los textos ya es otro cantar, para eso no hay una herramienta en el ordenador, pero bueno, gracias a Dios aún no me han sugerido que cambie mi estilo.
Hoy voy a hablaros de algo que me ha sucedido esta noche al despertarme a eso de las cinco de la mañana.
Me han despertado unos ruiditos dentro del armario, como si algo arañase la puerta por dentro, yo, pensando que en un despiste me había dejado al gato encerrado dentro, me he levantado a abrirle la puerta y para mi sorpresa al hacerlo lo que he encontrado dentro nada tenía que ver con mi querido minino compañero.
Unos seres monstruosos de reducido tamaño pero fiera apariencia, me miraban fijamente a los ojos, como en actitud de reproche.
Obviamente me he asustado una barbaridad y  adoptando la postura de defensa aprendida en mis tiempos de artes marciales, he preguntado balbuceante y en voz bajita -¿quienes sois, que queréis?
Uno de aquellos seres peludos, contrahechos y de afilados colmillos, al parecer el jefe del grupo me contesto y al hacerlo pude identificar algo de bondad, incluso de cierta pena en su voz
-Has escrito mucho sobre nosotros Juan, somos los monstruos que vivimos en tu armario. Sabemos que a raíz del accidente perdistes la memoria, pero no pensamos que te fueras a olvidar de nosotros tan fácilmente.
-Pero si no nos conocíamos (exclamé con  un hilillo de voz) Cierto es que he escrito hablando de vosotros, pero nunca os mostrasteis, sabia que en ocasiones andabais por ahí, pero excepto por la ropa descolocada y algún pelo, jamás tuve pruebas de vuestra existencia.
- Bien sabes que desde hace unos años convivimos contigo, nos alimentamos de tus desgracias, de tu tristeza y de tus miedos, aunque últimamente nos tienes preocupados. De hecho hubo casi una semana durante la que temimos que tendríamos que buscarnos otro hogar, ya que no despertabas de tu sueño allá en el hospital donde te llevaron.
Además ahora no tienes miedo y excepto por lo de tu padre, apenas estás triste. Nos estamos quedando en los huesos y mira chico, hemos pensado que lo mejor que nos puede pasar es que te vuelvas a enamorar, así cuando te lleves uno de los palos que sueles llevarte nos daremos un atracón de lágrimas y de suspiros.
- Pero si he pasado un miedo horroroso (refunfuñé mosqueado) no podéis ni imaginaros lo que ha sido esto, además como me dijo hace unos días una mujer a la que siempre querré "para ti, es necesario estar enamorado. No sabes vivir sin estarlo", así que chicos, lo siento pero creo que ese es mi estado natural.
-Pues ponte a ello de una vez( gritó un monstruo muy delgadito y de ojos claros, oculto bajo una de mis americanas) ya estás tardando que tengo un hambre espantosa.
-Bueno, no te preocupes chiquitín porque creo que en breve te vas a poner las botas, un poquito de paciencia por favor.
He conocido a una chica maravillosa aunque creo que me llevaré uno de mis "palos" como decís vosotros, ya que creo que una vez más no estoy a la altura de ellas. Al principio las hago gracia y resulto hasta interesante, pero con el tiempo se terminan cansando de mi necesidad de cariño y de tanta sociabilidad.
O doy de una vez por todas con aquella que esta hecha para mi y que me querrá siempre, o seréis carne de endocrino y os vais a dejar el sueldo en consultas y productos dietéticos.
- Bueno bueno, que nosotros no tenemos cánones estéticos y preferimos comer hasta hartarnos aunque luego nos sobren unos kilitos. Para eso los humanos sois muy ridículos con vuestros complejos.
-Pues ni preocuparse chiquillos, que fijo que en menos de lo que pensáis os vais a dar un buen atracón, así que un poco de calma y os cierro que me vuelvo a la cama. Adiós buenas noches y dejadme dormir por favor, que si no descanso mañana me faltará valor para llamarla o ir a verla.
- Buenas noches, descansa (canturrearon jocosamente a coro)

Y ya veis queridos amigos, lo absurdo que puede llegar a ser mi cerebro y aunque llevo un pastillero colgado del cuello con medicación para casos como este, en los que puedo llegar a participar activamente de los sueños, he decidido no tomarme la pirula por no olvidar lo sucedido y poder escribirlo al levantarme.
Y aquí os lo dejo, en forma de cuento prácticamente.
La vida es un cuento, a veces con final feliz y otras tan parecido a la cruda realidad, que no sabes donde empieza una cosa y termina la otra.


Bueno pequeñita, sirva este cuento de homenaje a tu belleza, que ya podía haber aprendido a pintar en vez de a escribir, para hacerte un retrato de esos rollo "la maja desnuda".
Con mucho cariño y un beso muy grande.

martes, 14 de octubre de 2014

Cuando todo era bonito

Es triste que alguien te hable así de su relación y creo que lo más triste es asociarla a muchas de las que he vivido, que en sus primeras fases eran el no va más de la perfección en la pareja y con el tiempo se deterioraron hasta terminar convirtiéndose en pasado.
Me resulta llamativo que una amiga como esta cuya historia ha dado lugar a este texto, recuerde tiempos relativamente cercanos, como "la fiesta del amor".
A mi me han invitado a unas cuantas de esas fiestas, e incluso habría acudido gustoso a una en su honor, abrazado a su cuerpo tan joven y tan bonito.
El amor, en su nacimiento es lo más parecido a una celebración, ya que desbordas alegría y satisfacción y yo soy de los que piensa que el amor puede durar para siempre, si consigues dar con la persona adecuada, el resto serán historias muy bonitas en unas ocasiones, muy duras en otras, pero siempre como capítulos de una serie, en los que cada uno guarda relación con los anteriores y aunque estén precedidos por otros y  sean seguidos por algún capítulo más, tienen su identidad propia.
Lo cierto es que el amor muchas veces duele al ir apagándose, como una llama que trata de combustionar oxígeno a toda costa y abrasa todo lo que tiene al rededor.
No hay que perder la esperanza, únicamente escuchar esa voz interior que te avisa mientras te detienes a reflexionar o al irte a dormir, de que algo está comenzando a deteriorarse.
Si hay una solución, pelea por encontrarla, pero no te obceques en mantener el fuego a toda costa, porque en el intento puedes quemar tu vida, e incluso achicharr tu ilusión.
Es cierto que en los primeros estadios del enamoramiento todo es bonito e incluso el amor maquilla muchos desperfectos ya propios o de la persona amada.
El desamor nace al reconocer las carencias que hasta cierto día se atribuían a otro tipo de factores, nunca a la pérdida de esa batalla.
De repente suena la corneta tocando retirada y aunque duele mucho dejar al compañero caído y ponerse a salvo, el Ser humano es un animal y por instinto, va a luchar para sobrevivir.
No hay que martirizarse ni culparse de que aparezcan sentimientos encontrados, el cariño seguirá muy presente en todos los actos y el afecto no se va a marchar así de repente.
Cuando se ha amado, uno siempre se supedita a la persona a la que amaba y de alguna forma trata de absorber todo el impacto del golpe de la separación, porque las separaciones suelen ser así, traumáticas, aún sabiendo que a corto o medio plazo será lo mejor para ambos.
Hay que llorar las pérdidas, del mismo modo que hay que saber que cuando terminen las lágrimas, se abre un futuro de sonrisas y de esperanza.
Lo más duro será contemplar ese inmenso y perfecto arcoíris construido con recuerdos de todos los colores que brillara en lo alto del firmamento durante demasiadas jornadas quizás.
Lo más bonito es haber querido y haberse sentido querido, todo lo demás es parte de la trama y como en una buena novela, el final conlleva las páginas más apasionantes pero al tiempo que disfrutas de la lectura, sufres al ver como disminuye el grosor de lo pendiente y al leer "Fin", te embarga la tristeza.
Muchas veces he tratado de releer mis novelas favoritas, aunque ya conocía el final y carecían de esa emoción con la que me entregaba al deleite del lector satisfecho en la primera ocasión.
De todas formas yo sería capáz de escribir un final diferente y más amable y perfecto para la mayoría de ellas, estoy convencido.

Sirva este texto de abrazo en la distancia y de homenaje a lo que ha de llegar.
Y a tu belleza.

domingo, 12 de octubre de 2014

Baladas

Eso era lo que me había dado por escuchar últimamente, hasta el día de hoy, en el que he decidido tratar de frenar un poco tanto romanticismo y tanta ñoñería, y para ello he puesto en mi equipo el cd con la sesión que se marcó mi amigo Luis Manaya durante la presentación de mi libro hace un par de años.
Musiquita canalla y guerrillera de esa que hace que se te muevan los pies y el alma.
Pero no noto cambio alguno dentro de mi.
Creo que a raíz de despertar del coma tras el accidente he cambiado de forma más o menos radical mi visión sobre la vida.
Ahora en primer lugar, acostumbro a preguntarme por que motivo me he quedado yo, cuando se han ido personas infinitamente más justas, sabias y necesarias para la humanidad. Supongo que algo me espera en el futuro y trato de prepararme para ello, aunque no se muy bien si mi misión será salvar el planeta de una invasión alienígena o batir el record mundial de comer nachos con queso, vaya usted a saber, en cualquier caso me enfrentaré a lo que haya de venir con la mayor dignidad posible.
El caso es que esta tremenda ñoñería que me embarga tiene su lógica. He descubierto que siempre he sido un ferviente admirador de las mujeres, incluso de aquellas que me han dado caña y he tenido la inmensa fortuna de haber compartido todo tipo de experiencias con ellas. Obviamente soy un tipo muy enamoradizo y eso no lo iba a cambiar un accidente de moto, por grave que este fuera.
Ahora mi vida vuelve a cobrar sentido desde que he podido abrazar a la mujer a la que he querido más que a todo y desde que he vuelto a besar algunos de los labios más bonitos y ardientes que se me cruzaron a lo largo del pasado y han vuelto a cruzarse en el momento más oportuno.
He descubierto la ternura y el cariño en mujeres a las que ni tan siquiera me hubiera atrevido a mirar hace unos años y no se de donde he sacado el valor suficiente para hacérselo saber. aún con cierta timidez  y todo ello me afianza en la idea de que el ser tan enamoradizo lejos de destrozarme la vida, me reporta innumerables beneficios, pues cuando se quiere como yo quiero, ya no solo el corazón, si no todo el cuerpo experimenta una increíble cura y recuperación que culmina en el renacer tipo Ave Fénix al darme cuenta de que es recíproco.
Imagino también que la creatividad se alimenta de la inspiración que se recibe con cada sonrisa, con cada palabra amable o con cada gesto de la persona que te atrapa con un guiño de ojos.
Antaño los escritores "malditos" eran aquellos que alimentaban a su inspiración a base de botellas de absenta o de cualquier tipo de licor, así que sinceramente, por mucho que me gusten algunos de los escritos de estos señores, considero que ese tipo de avituallamiento para la inspiración adultera lo creado y lo exonera de una autoría real o sincera.
Casi que me quedo con lo de ser un romanticote empedernido, al día siguiente no te duele la cabeza ni tienes que arrepentirte de haber meado fuera del tiesto constantemente.
Y ya no hablemos del cutis, nada que ver.
Creo  que el amor rejuvenece al que lo padece, le tersa la piel y le ilumina ojos y sonrisa.
Menos cremitas y más cariño, que amen de ser más efectivo, te ahorras un pastizal tremendo.
Me parece a mi que el que nace lechón muere y renace cochino, como en el refrán castellano.
En cualquier caso aprovecho para comunicaros que voy a comenzar una nueva novela, ya que mi primer experimento con ese género terminó en abandono y frustración y ahora me encuentro con fuerzas y ánimo suficiente.
Creo que voy a pasar del argumento original que relataba la apasionante historia de amor entre un zombi antropófago bielorruso y una bailarina de claqué tailandesa y me voy a centrar un poco en algo más cotidiano o por lo menos en algo menos siniestro (si, ya se que el claqué da muy mal rollito)
Os iré contando, porque lo que no pienso abandonar es este blog, eso bajo ningún concepto.
Sirva mi novela de homenaje a todo lo que hubiera querido decirte en su momento y no pude.
Y a tu belleza.

lunes, 6 de octubre de 2014

Vivir para contarla

Así tituló García Márquez al compendio de sus relatos autobiográficos, abriéndonos su universo particular y de paso quedándose con el nombre más chulo que se le puede poner a una autobiografía.
Lo cierto es que leer biografías de personajes ilustres es como invadir su intimidad de alguna forma, aunque también sirve para sentirlos más humanos  y de alguna manera incorporarlos al entorno más cercano, aunque nunca hayamos tomado un café juntos.
Una de las autobiografías que siempre me ha apasionado es la del genial poeta Antonio Machado, en verso y bajo el título de "Retrato", Machado la incluyó en su "Campos de Castilla", regalándonos algunas de las frases autobiográficas más sinceras y descarnadas y consiguiendo un respeto y un cariño aún mayor entre sus admiradores.
Si yo hubiese escrito una autobiografía y la hubiera titulado "Retrato", seguro que me hubiera salido un retrato como el de Dorian Gray que escribió el irlandés Oscar Wilde, y mi biografía hubiera ido envejeciendo mientras yo me obcecaba en seguir siendo el eterno adolescente, hasta que el ordenador hubiera cascado con los años y entonces al perderse mi biografía, me hubiesen devorado los años en el acto.
Ya puestos a citar a autores, otro de los títulos que no me importaría plagiar para una autobiografía sería el de Jorge Semprún "La escritura o la vida", ya que solo en el título uno puede darse cuenta de lo terriblemente importante que es para el autor la expresión mediante la literatura.
Creo que para mi, el hecho de sentarme cada día a escribir se ha convertido más que en una rutina en una especie de suerte o de bendición, ya que ante un folio (o en mi caso una pantalla) en blanco, no hay distinciones de ningún tipo, todos somos igual de libres para escribir aquello que necesitemos o queramos escribir.
Cierto es que la autobiografía ha de ser el género literario más honesto y menos imaginativo, porque si dependiese de mi imaginación o de mis deseos, y no tuviera que ceñirse a la verdad, escribiría sin dudarlo que un día te diste cuenta de que me amabas con locura y tras casarte conmigo, me diste una vida de felicidad plena y envejeciste a mi lado hasta que llegó el ocaso que por fuerza ha de llegar.
También omitiría escribir sobre mis fracasos, mis errores o los momentos más tristes de mi vida, reconvirtiendo el desastre en una abrumadora victoria y la definitiva ausencia de mis seres queridos en una escapadita de fin de semana.
Pero entonces ya no solo estaría engañando a los posibles lectores de mis memorias, también me engañaría a mi mismo, ya que lo que dota de identidad a una vida no son solo los aciertos, también y en gran medida los fallos.
Quizás el libro biográfico que más me gusta es el "Maus" de Art Spiegelman, quien en forma de comic o novela gráfica (como más os guste) escribió sobre las vivencias de su padre, un judío superviviente de los campos de exterminio.
Es impresionante como te puede llegar a lo más hondo una historia como esa, en la que los personajes son ratones o gatos, dependiendo a quien represente, alemanes o judíos.
De todas formas no me voy a sentar a escribir mi vida aún, ya que por fortuna he vuelto a poner el contador a cero y aunque este verano he cumplido los cuarenta (si...son los nuevos veinte o eso dicen) creo que si tengo relativo cuidado aún daré mucha guerra todavía, en el buen sentido claro, que soy muy poco beligerante.
Además mi vida esta siendo salvo en algunos momentos puntuales, de lo más normalita y aunque he tenido la gran suerte de conocer a personas increíbles y enamorarme de alguna de ellas, por lo demás nunca he participado en ninguna expedición como Amundsen o Scot, no he inventado el submarino ni he desarrollado ninguna vacuna, soy más de cositas cotidianas y carentes de proyección histórica ni repercusión mediática.
No cambiaría ningún premio Nobel por uno solo de tus besos, eso seguro, ni renunciaría a una noche contigo a cambio de poner mi nombre en un trozo de tierra, un rio o un asteroide.

Este es mi particular homenaje a algunos de mis escritores favoritos.
A la vida.
Y a tu belleza.

jueves, 2 de octubre de 2014

El mañana nunca muere


Eso lo he aprendido con los años.
El mañana inevitablemente, terminará llegando y eso es digno de celebrar, aunque ya mañana  no seré solo para sus ojos.
Hace mucho tiempo que la espía que me amó, dejó de enviarme cartas con olor a perfume francés desde Rusia con amor y aunque era una agente con licencia para matar, se conformó con destrozarme el corazón.
Se supone que estoy al servicio de su majestad, pero no es cierto. Estoy al servicio de cada historia de amor que se me cruza en el camino, pero nada es para siempre, ni siquiera los diamantes son para la eternidad.
El mundo, sobre todo este mundo sin ella, nunca es suficiente y que os voy a contar, esta fue una historia de amor muy especial. Nació entre los dos una atracción maravillosa que derivó en  alta tensión y claro, en cuanto me acarició el cuello con la punta de su lengua no pude evitarlo y me puse de lo más octopuss,( para que hablar de ello) no voy a presumir de ser el hombre de la pistola de oro, pero otra de las cosas que me ha enseñado la vida es que solo se vive dos veces, así que me dije: "muere otro día" y sin poder remediarlo y a lo felino, gasté una de mis vidas aferrado a su cintura.
Ella que tenía la misión de neutralizarme, en cuanto divisó aquel panorama para matar lo vio todo demasiado fácil y decidió neutralizarme de la forma más femenina y cruel, pero eficaz, abandonándome cuando más la quería.
Me he dejado una fortuna entre lo perdido en el casino Royale y lo que me ha soplado por sesión mi psiquiatra, el Doctor No, con lo que ahora, además de estar completamente solo, me he quedado sin un céntimo.
Creo que ella bautizó a esta operación como operación trueno y en efecto, sufrí tanto al perderla que me recuerdo llorando y deseando la muerte, hasta tal punto que en mi desazón me tatué el antebrazo con una frase en su honor: "vive y deja morir" resumiendo lo que siento desde el día en el que descubrí su juego, ya que no la deseo ningún mal, todo lo contrario, espero que viva feliz muchos años, pero a mi me gustaría irme ya porque una vida sin ella a mi lado no me interesa lo más mínimo.
Ahora mismo estoy deseando que caiga la noche, porque una noche cerrada es lo más parecido a la muerte en vida, con su oscuridad sepulcral y su silencio, pero madre mía, aún quedan horas porque cuanto sol hace.

Este es mi homenaje a las novelas de Ian Fleming que se adaptaron al cine acompañándome durante casi toda la vida.
Y a tu belleza.