miércoles, 29 de octubre de 2025

Buscar el gremio. Puntada sin hilo.


 Tal y como Ulises le había explicado, Pinacho recibió la llamada de Salomé, citándolo en un lugar ajeno a SVAE para evitar posibles encuentros indeseados con clientes que pudieran interesarse por el desconocido y echar por tierra futuras tapaderas.

A las 20,30, puntual como un soldado prusiano, Iván se personó en el concurrido bar de la cercana población de Tudela de Duero, donde lo aguardaba ya Salomé disfrutando de una cerveza de importación acompañada de una original tapa cortesía de la casa, consistente en un rollito de cecina relleno de confitura de tomate, aliñado  con aceite de oliva y orégano.

—Está bastante rico—afirma la agente secreta mientras lo besa en ambas mejillas aparentando ante el gentío recibir a un amigo de toda la vida—.La casa lo ofrece hoy con la consumición, en este sitio son así de generosos.

—Da gusto que haya lugares en los que aún se cuide al cliente—responde Pinacho haciendo un gesto a la camarera que al verle levantando la mano se acerca solicita y sonriente—me tomaré un Jesús Yllera acompañado de una de estas delicatessen—indica a la empleada de la barra, quien asiente con la cabeza y se retira en busca de una copa y de la botella del tinto elegido.

—Veo que tienes buen paladar para los vinos—dice Salomé mientras apura el contenido de su jarra y hace un gesto a la camarera señalando que tomará otra—pero yo soy más de buena cerveza. Es algo que siempre agradeceré a los belgas, sus buenas cervezas. Eso—añade—y los comics de Tintín.

—Imagino que él fue quien te inspiró para introducirte en este mundo de misiones secretas, aventuras y cosas que parecen otra cosa y en realidad esconden mucho más de lo que permiten ver, ¿No?

—Bueno—responde la discreta y eficaz agente de inteligencia—no creo que necesites que te explique la de vueltas que puedan dar las cosas, ni lo complicada que llegan a ponerse las circunstancias más absurdas, en cualquier caso perdóname, Pinacho—se disculpa con seriedad—,pero no estamos aquí para hablar de mi vida. En la mochila guardo la documentación necesaria para sostener vuestras identidades de cara a la reunión con los narcotraficantes que se ocultan tras la eficiente empresa de telefonía e internet que les sirve de pantalla para su novedoso e inteligente sistema de distribución. Nogueira y tu podréis ocupar mi lugar y el de Charly, aunque claro—remata con gravedad—esto solo nos servirá una vez, a partir de ahí seremos Charly y yo los que deberemos tomar las riendas si os descubren. Ya hemos pensado la historia que les contaremos a nuestros "clientes" si todo se va al carajo y encontramos vuestros cadáveres con un agujero de bala en la nuca tirados en una cuneta.

—No te preocupes, Salomé—dice Iván sonriendo de medio lado como una tintorera antes de morder a su presa—los cadáveres que se encontrarán en la cuneta no serán los nuestros, te lo aseguro. Mi querida compañera tiene casi tanto carácter como tú, y no te quepa duda de que venderá cara su piel.

—Pues venga—dice Salomé concluyendo la reunión—coge tu la mochila como si fueras un caballero ayudando a una dama a llevar peso y salgamos de aquí.

—Sabes que eso hoy en día casi se podría considerar machismo ¿verdad?—ironiza el inspector de homicidios obedeciendo la sugerencia.

Los dos servidores públicos de azarosas vidas y complicadas circunstancias, pero idénticos objetivos abandonan el local y se despiden en la calle con dos besos, uno por mejilla.

—Una vez hayáis leído los protocolos creados para atender esta misión, confirmadme que todo está correcto, que los habéis interiorizado y que los seguiréis sin apartaros un ápice de lo escrito en ellos —. Solicita la agente mientras se da la vuelta y emprende camino hacia su coche.

Iván asiente con la cabeza aunque Salomé ya no puede ver el gesto de conformidad y, sonríe pensando que cuándo se siente con Clara a preparar la misión y lean los protocolos, ratificarán que esta eficaz agente de El faro del norte nunca da puntada sin hilo ni deja un cabo suelto. 



viernes, 24 de octubre de 2025

Y ayuda a hacer de ellas algo mucho más digno

 


Mañana presentaremos en sociedad el libro de relatos, canciones y poemas que la editorial Suseya ediciones ha decidido publicar como reconocimiento a una iniciativa que nació de la afirmación que acostumbro a repetir tras haberla ratificado en mis propias carnes, la literatura salva vidas.
A raíz de cierta catastrófica desdicha que ahora no viene al caso, decidí crear un taller literario en el que a lo largo de distintas sesiones y con la colaboración y la inestimable ayuda de algunos talentosos y muy especiales amigos, los integrantes del taller fueran poco a poco dándole forma a su pasión literaria y a su necesidad de escribir, que es lo que distingue a un verdadero escritor de todos los demás.
El poder sanador y catártico de la literatura se hizo evidente a lo largo de unos cuantos meses, de poco más de un año en el que mis alumnos y yo nos conjuramos para permitir que los libros fueran la más eficaz medicina para combatir nuestras dolencias y nuestros males y al ver que había aún alguna bacteria emocional que se nos resistía, trabajamos la elaboración de las más efectiva vacuna en negro sobre blanco. Y ha tomado forma con 142 pags y pasta blanda y mañana se presentará en sociedad en el mismo maravilloso espacio que acogió generosamente todas las sesiones del taller, La bien pagá espacio escénico.
Parafraseando a cierto hedonista y campechano monarca que añora su patria desde el exilio, me llena de orgullo y satisfacción ver el resultado de mis aportaciones en la creatividad de mis alumnos y el cómo ellos han crecido literariamente trabajando distintos estilos y esforzándose en ofrecer lo mejor de ellos mismos.
Y como no podía ser de otra forma, esa relación de aprendizaje se fue transformando poco a poco en cariño y amistad.
Y mañana lo celebraremos con familiares, amigos y lectores en general.

martes, 14 de octubre de 2025

Voluntad de Dios


El santo oficio lo dejó muy claro en el edicto que promulgó para que no quedara duda alguna de que aquel que osase prestarme ayuda o cobijo, sufriría el peor de los tormentos antes de ser ejecutado en la vía pública a ojos de cuantos quisieran comprobar la grandeza de Cristo. 
El tribunal de la inquisición que juzgo mis crímenes me condenó a morir en el potro sin opción alguna a defender mi vida y mi honor, ni a probar ante Dios y los hombres, que jamás renuncié a mi fe ni adoré otro dios que no fuera el Cristo que predicó el amor como forma de vida, y la igualdad entre los hombres sin importar la pureza de su sangre. Y que si di muerte a un hombre, lo hice en el intento de salvar la vida de aquella a quien desgraciadamente tuve que llorar a pesar de mi crimen.
Me llamo Pedro de Aduza y mi único delito ha sido enamorarme de la más hermosa criatura que creó Dios nuestro señor, y que al decidir que viniera a este mundo del vientre de una hebrea, me supuso hacerme merecedor de la ira de quienes nunca conocieron ni conocerán el amor que Cristo predicaba, ni el perdón que quiso enseñarnos al bendecir a aquellos que le dieron muerte en la cruz.
Soy natural de Orbaneja, en el reino antiguo de Burgos,  y esta Villa que acogió un hospital templario, también albergó una aljama en la que judíos y mozárabes se reunieron para comerciar y asentar los lazos de unión y conocimiento que habrían de enriquecer las tierras de mis padres y de mis vecinos.
Cuando una mañana al ir a por agua a las fuentes, por casualidad vi el brillo en los ojos de Rebeca, casi me despeñé por las laderas de la cascada, deslumbrado por su luz. Pero me rescató la enorme sonrisa que me regaló al percatarse del traspiés que me produjo contemplar tanta belleza y que a punto estuvo de dar con mis huesos en tierra muchos metros más abajo.
La amé y me amó, nos descubrimos, nos reencontramos y nos amamos de nuevo, pues no me cabe duda de que Dios nos ha bendecido con tanto amor que no alcanza tan solo para una vida, sino para multitud de ellas. Y es por ello por lo que disfruta permitiéndonos cruzar nuestros caminos una existencia tras otra. Pero en esta vez nos tocó además sufrir, y tuve que ver como mi amada rebeca se quitó la vida en lo más profundo de la cueva del agua, antes de que aquel odioso esbirro a quien di muerte con mis propias manos, la alcanzase para conducirla a la pira por orden de los enviados del santo oficio, acusada de brujería por alguna vecina envidiosa de su belleza y de su natural habilidad para sanar heridas.


Los pocos días que pudimos resistir escondidos en la cueva, fueron para mi los más dichosos, y tantos besos nos regalamos y con tantas caricias nos cubrimos, que esta noche oscura en la que la nieve todo lo cubre, no tengo siquiera frio, pues su recuerdo me calienta el alma.
Maldigo el momento en el que abandoné la cueva en busca de un pan con el que alimentarnos, pues debieron ver mis movimientos y aquello nos llevó a la ruina.
Pero a pesar de todo, sigo creyendo en mi Dios que es todo amor y todo misericordia, y sé que me permitirá reencontrar a Rebeca en mi próxima vida, por lo que estoy ya deseando abandonar esta envoltura y volver a nacer donde Él disponga para llegar de nuevo a sus labios.
Es voluntad de Dios que nos amemos, y yo lo obedezco agradecido de haberme bautizado en las aguas de la verdadera fe.

 

jueves, 9 de octubre de 2025

La misma novela

 

 Una hater que frecuenta este blog(o un hater, no lo sé la verdad, pues se ampara en el anonimato) y que debe de amarme en secreto y tocarse a escondidas pensando en mi dado que al parecer me odia y le horripila cuanto escribo, pero no deja de visitar Laespinilla y de escribir comentarios aún sabiendo que hay un filtro mediante el que le privaré siempre de esos segundos de gloria que desde su mediocridad persigue, me acusa de escribir siempre la misma novela. Y mira tú por donde, esta vez no va del todo desencaminada, pues tras Incluso lo bueno, presentaré Inocentes y, lo cierto, es que aunque están ambientadas en épocas y continentes muy distintos, ambas hablan de amores supuestamente imposibles o al menos muy complicados, y narran las peripecias de oficiales de caballería que se debaten entre las necesidades y obligaciones del servicio y sus principios morales y sus emociones y sentimientos.

Inocentes además incorpora algo nuevo en mis novelas y creo que eso puede culminar con el antes y el después que me propuse al comenzar Incluso lo bueno, y que aunque no logré llevarlo a cabo en ella al cien por cien, sí es evidente la diferencia con el resto de mis novelas anteriormente publicadas.

Mis protagonistas masculinos ya no son yo, ya no se parecen a mi, no hablan como yo y no frecuentan mis bares, beben mis vinos , disfrutan de mis manjares preferidos y besan a quien yo beso, o quisieran besar.

El decurión de la caballería de las legiones de Roma, es un hombre de tez morena y cabello oscuro, parco en palabras, poco dado al ocio y mucho menos al vicio, y absolutamente neófito en los lances amorosos.

Una vez más estoy disfrutando lo indecible al documentarme sobre cuanto describo y cito al narrar las vicisitudes de un soldado romano destinado en la Judea del año cero, y una vez más, espero ofrecer a los lectores una novela con rigor histórico y de lectura ágil, entretenida e interesante.

En unos meses (ya en 2026) tras su conclusión y el correspondiente trabajo editorial, la lanzaré al mercado para que seáis vosotros quienes podáis juzgarla, si así lo queréis.

Creo que esta vez he dejado que mi corazón escriba y rubrique cuantas páginas conforman esta historia, pues como dije en la presentación de Incluso lo bueno, si aquí el amor forma parte de la novela, en Inocentes, la novela forma parte del amor.

Así que ahora a trabajar y a intentar hacerlo lo mejor posible, porque ya sabéis:  Todo termina llegando.