miércoles, 30 de julio de 2025

Buscar el gremio. Nuevos protocolos.


 Iván comprendió que la nueva estrategia de Ulises era ese "que todo cambie para que todo siga igual" que leyó una vez en la novela El Gatopardo, de Lampedusa.

La gente de la organización había informado a Salomé de que se diseñarían nuevos protocolos para todos los trabajadores de la empresa y todos, absolutamente todos, llevarán un arma oculta bajo la ropa o no, deberían aplicarlos evitando pensar al hacerlo, como Charlie se empeñaba en recordarles en cuantas formaciones recibían.

Iván y Clara habían recibido órdenes de mantenerse atentos a las señales que se originasen en SVAE, dado que la actualidad política y social del país estaba alcanzando cotas de delincuencia y corrupción nunca vistas antes y que para el asombro y el bochorno de cuantos honrados ciudadanos aún se resistiesen a reconocerlo, rozaban con el natural transcurrir de la administración en aquellas repúblicas bananeras que tanto habían ridiculizado los largometrajes de los más exquisitos directores americanos y europeos.

—Parece que al seguir uno de los nuevos protocolos atendiendo a una administración de fincas, Alma ha informado a Salomé de un movimientos sospechoso en Aldeamayor golf —dice Clara a Iván tras colgar el teléfono.

—Pues tu me dirás, compañera—responde Iván mientras cierra el archivo del expediente del de Runara que ha redactado en el ordenador de su despacho en comisaria—¿Y qué es lo que se espera de nosotros ahora?—pregunta satisfecho por la redacción del informe que acaba de terminar y que le estaba resultando bastante engorroso dadas las circunstancias del dichoso apagón nacional.

—Pues nos toca irnos a Aldeamayor echando virutas. Alma detectó que tras revisar el nuevo protocolo que utilizó uno de los tramitadores en prácticas, el vecino que llamó conseguiría las llaves de acceso para facilitar el paso al profesional que debía acudir al cuarto de comunicaciones de la urbanización con la excusa de instalar la fibra en un chalé de la nueva fase. Pero sospechó al darse cuenta de que esa nueva fase la lleva otra administración de fincas, no aquella por la que había entrado la llamada.

—Si los amigos de lo ajeno consiguiesen instalar un troyano en la red general, podrían hacerse con la información bancaria de todos los vecinos de la urbanización y desvalijar sus cuentas en cuestión de minutos.

—O  acceder a créditos bancarios utilizando los datos personales de aquellos a quienes pudiesen hackear el ordenador.

—Nos han jodido con la ciberdelincuencia de los cojones—bramó Iván mientras comprobaba que su arma llevaba un cargador completo y una bala en la recámara, como acostumbraba cuando salía a atender algún asunto turbio.

—Pero bueno, jefe, no te preocupes—le chincha Clara—Primero tienen que conseguir introducir el virus y si no pillamos tráfico los cogeremos con las manos en la masa.

Y dicho y hecho. En cuestión de poco más de 20 minutos una bala de 9mm disparada por la Pietro Beretta del inspector Iván Pinacho atravesó el cráneo del tirador que trató de hacer lo propio al ver las placas, y extraer un arma del interior de su mono de operario de Orange con extremada pero no suficiente rapidez. El otro delincuente que en ese momento manipulaba un pequeño ordenador portátil conectado a la red, levantó las manos y obedeciendo la tajante orden de Calara, entrelazó los dedos detrás de la cabeza y se arrodilló sumiso, no pudiendo evitar orinarse encima al percatarse de que su socio había desparramado por todo el cuarto trocitos de hueso y restos de masa encefálica.

—Joder...lo he vuelto a poner todo perdido—ironizó Pinacho—vamos a pedir que los de SVAE contacten con alguna de las empresas de limpieza para las que atienden gestiones.

—Deja deja, que a saber a quien nos envían los malos si interceptan la llamada, y solo he traído un cargador—ríe Clara.

—Bueno. Vamos a llamar a los compañeros para que se hagan cargo de este estropicio y del señor Google. Si quiere—pregunta Iván al detenido con tanta sorna como mala leche—pido que le traigan unos dodotis.

El humillado informático que había cometido el error de vender sus habilidades a la persona incorrecta, tragó saliva y logró contener las lágrimas evitando derrumbarse delante de aquella pareja de maderos que le habían jodido el fin de semana y seguramente los próximos cinco años y un día.


sábado, 26 de julio de 2025

Y pienso conseguirlo


 Me he propuesto ser feliz, ya veis que tontería, que cosas tengo. 

Sé que no va a ser nada fácil, pero soy un tipo muy tenaz cuándo algo se me mete entre ceja y ceja, y esto ya no es porque crea ser merecedor de ello o no, es simplemente porque he descubierto que durante muchos años y un par de vidas, he equivocado los deseos y he despilfarrado oportunidades y medios persiguiendo quimeras y caprichos que realmente no me iban a aportar esa felicidad deseada. Pero ahora he visto la luz, he descubierto mi camino, he comenzado a recorrerlo y he sido capaz de disociar lo que quiero de lo que amo, lo que necesito de lo que me ayuda a resistir y lo que puedo aportar de lo  que creía ser capaz de conseguir.

Estoy aprendiendo mucho sobre el famoso y ya algo manido Ikigai, y realmente creo que encontré el mío y comencé el sendero. 

También logre interiorizar algunas de las esenciales enseñanzas que todos los lectores debemos se capaces de extraer de El principito. Y además de esforzarme en mirar con el corazón, ya que lo esencial es invisible a los ojos, aprendí a amar a una rosa, no solo a querer las más hermosas flores en mi jardín.

He descubierto que soy capaz de perdonar, y de perdonarme. Que el rencor y el odio tan solo me hacen daño a mi, y he conseguido bajarme de esa escalera de ego que me llevaba a sufrir ante los comentarios y ataques de trolls y haters. De hace un tiempo a esta parte me rio con sus intentos de joderme la moral y la vida, y me descojono de que pierdan el tiempo en intentar arrojarme su inmundicia. Sé que ciertos "desconocidos" enviarán comentarios dañinos a este post, pero ya aprendí a eliminarlos sin leerlos siquiera. Y soy mucho más feliz desde entonces.

Las personas de mi entorno, hombres y mujeres, amigos y amigas, parejas, familiares, compañeros y compañeras de trabajo, educadores y jefes, me están dando tantas lecciones de vida, de amor, de capacidad y de voluntad, que me castigo por haber sido un completo gilipollas y no haberme detenido a aplaudir tantos y tan buenos ejemplos y a tratar de imitarlos. Pero ya está.

Vamos a por ello, a por la vida que un día soñé y decidí escribirme.

A por todo. Vamos. 

Avanzo.


martes, 15 de julio de 2025

Tan real que asusta.


 Tres para un mus 

 No me siento ni con mucho un delator y aunque sé que “Roma no paga traidores” en esta ocasión, el único traidor ha sido él. Javi era mi mejor amigo desde primero de EGB pero hay cosas que un amigo no puede tolerar y creo que aunque ha sido una medida algo drástica, a la larga me lo va a terminar agradeciendo.

La policía lo ha detenido hace menos de diez minutos y se lo ha llevado al calabozo, acusado de un delito de malos tratos y de violencia de género. Javi no ha opuesto resistencia, él solo debe sentirse “muy hombre” cuando sacude a Marta. Si soy sincero, creo que lo que más le ha molestado ha sido que se lo llevasen esposado delante de todo el mundo.

He llamado a la policía y lo he denunciado porque creo que, si no lo hubiese hecho yo, Marta no lo habría hecho nunca. Llevan saliendo más de cuatro años, se conocieron en COU y lo suyo era la crónica de una muerte anunciada. El capitán del equipo del cole y la estudiante más guapa que además cantaba en el grupo que montaron los del coro del colegio. Típico de película americana. Al principio las cosas iban muy bien. Salíamos todos juntos y aunque yo pasaba algo de apuro por esa costumbre tan suya de comerse los morros a todas horas, lo achaqué a ese amor de juventud tan lleno de pasión y de hormonas. Los problemas comenzaron al llegar a la universidad. Los tres nos matriculamos en la misma facultad de Derecho y Javi empezó a gastarle a Marta bromas despectivas y machistas, como que se alegraba de que se hubiese decidido por Derecho ya que le vendría muy bien que alguien le planchase correctamente la toga.

Lo que comenzó como una serie de bromas de mal gusto, se terminó convirtiendo en el leit motiv de las conversaciones de Javi, con la silenciosa complicidad de Marta, que prefería restarle importancia a la humillación pública antes que perder a su chico. Marta se apuntó a un curso de cooperación con los refugiados, donde se impartían conocimientos específicos para trabajar con este colectivo, donde la mujer era el sector más débil y más castigado por las calamidades que acompañaban a la búsqueda de una vida mejor y de un futuro para sus hijos. Javi se volvió un celoso compulsivo y no soportaba que los compañeros de Marta, la llamasen por teléfono o la acompañasen a casa después de las clases. Un lunes, Marta llegó a la facultad con gafas de sol y al quitárselas en el aula, pude observar que, aun habiéndolo intentado, el maquillaje no podía ocultar el moratón de la mejilla derecha. Le pregunté que le había pasado y sin mirarme a los ojos, me dijo con voz temblorosa que se había dado un golpe contra la mesilla de noche al despertarse y cambió rápidamente de tema. Luego vino lo del Facebook. Ella siempre había sido muy activa en las redes sociales, subiendo fotos de sus viajes y sus fiestas y actualizando constantemente el estado en su muro del Facebook. De repente dejó de escribir y de compartir fotos. Tenía más de mil contactos o “amigos”, como se denomina a los contactos en esa red social, pero del día a la mañana, hizo una limpieza y se quedó tan solo con familiares, amigas y los pocos chicos que tenían también amistad con Javi. No tardó en volver a golpearse con la mesilla de noche, en el labio. en la ceja… Las cosas cambiaron muy deprisa. Ya no salíamos nunca en pandilla y solo quedaban ellos dos para ir al cine, a cenar y cosas por el estilo, pero en pareja. Eso sí, Javi no se perdía una juerga y al aparecer él sólo, justificaba la ausencia de Marta diciendo que tenía que estudiar mucho, porque las chicas, subrayar en colorines sí, pero entender bien los artículos del código penal ya era otra historia. Cuando Reyes(la novia de Carlos, el delegado de clase) le afeó el comentario y le dijo que las mujeres eran tan válidas como los hombres, para estudiar Derecho o cualquier otra carrera, Javi le contestó de muy malos modos que no tenía más que buscar en la historia de la humanidad a las mujeres constructoras, descubridoras, conquistadoras, inventoras y demás. Que su ausencia no era algo casual. Que tan solo destacaban algunas modistas, cantantes de ópera y escritoras de novela rosa.

Javi dejó de caerme bien y eso me dolió muchísimo, ya que desde que éramos niños, nos hemos querido mogollón.

Esta mañana se han desencadenado los acontecimientos, al darme cuenta de que me había dejado el libro de Constitucional en el coche y volver al parking a por él.

Al bajar las escaleras hacía el segundo sótano, he visto a Javi discutiendo con Marta y justo cuando me estaba acercando a poner paz, Javi le ha dado un bofetón con el dorso de la mano con tal fuerza, que Marta ha perdido el equilibrio y ha caído hacia atrás, golpeándose en la cabeza contra la barandilla de las escaleras. Mi querido ex amigo la ha dejado allí llorando y se ha ido a la cafetería de la facultad a tomarse un botijo y a buscar a tres para un mus. Yo he tratado de convencer a Marta de que lo denunciase, pero ella se ha enfadado mucho y no he tenido más remedio que seguir mi código moral y mis valores, sacar el móvil y llamar a la policía nacional.

Marta está hecha polvo y tiene miedo de la presión social y de que en su entorno la consideran imbécil o lo que es peor, culpable del trato que recibía por parte de su novio. En estos años, he aprendido a valorar y a respetar la cálida amistad de Marta y si no lo hubiese denunciado, no sería su amigo.  He tratado de convencerla de que pida ayuda profesional y de que la dependencia emocional no es positiva, pero me temo que cree que he vendido a mi amigo y que he traicionado su amistad. No la culpo por ello, vivía la peor de las mentiras. A veces el silencio es el cómplice habitual de los maltratadores y hay que aprender a levantar la voz y a gritar “basta ya”.

martes, 8 de julio de 2025

De todo se aprende


 Cuando son varias las personas de tu entorno que no cumplen con tus expectativas al resultar no ser como pensabas, y ves que vas de una decepción a otra y que las desilusiones se amontonan en el cofre de tu alma, llega el momento de pensar bien, de analizar la situación, recapacitar y asumir que el problema es únicamente tuyo por haberte entregado en exceso, por haber dado siempre más de lo que se te pedía y por haber creído que al comportarte así,  estabas cimentando amistades verdaderas, relaciones sanas y unos vínculos eternos.

Pero no.

Ha llegado el momento de empezar a mirar por uno mismo, a trabajar por conseguir esa felicidad tan ansiada que erróneamente tratabas de obtener para los demás ignorando la propia y llegando incluso a sacrificar cuanto la vida quiso regalarte por compartirlo con quien ni supo agradecerlo ni lo mereció.

Y no es egoísmo, es supervivencia. 

Toca hacer un verdadero esfuerzo para cambiar la actitud, pues cuando tu naturaleza es la de castigarte por no conseguir la felicidad ajena te resultará jodidamente difícil alcanzar la tuya. Y con esto no pretendo considerarme mejor persona que nadie, ni tan siquiera una buena persona. Conozco mis limitaciones, mis innumerables defectos y mis recurrentes fallos, pero también sé que si me empeño en ello y me agarro a lo bueno que me enseñaron y me inculcaron mis padres, mi calidad humana mejorará, y solo así desarrollaré el criterio acertado para poder ofrecerme sin reservas y sin fisuras a las personas que realmente lo merezcan. Al resto de las personas con las que la vida me cruzó muy a mi pesar,  no les deseo ningún mal, tan solo que sean muy felices, pero muy lejos de mi. Y punto.

Pero bueno...se acercan tiempos en los que el sol iluminará nuevas metas. A por ellas, cueste lo que cueste , pase lo que pase y le pese a quien le pese.