jueves, 25 de enero de 2024

Ahora es ahora


 Acostumbro a alimentarme de recuerdos, creyendo que cualquier tiempo pasado fue mejor, y puede que ese sea mi error más recurrente.

Si bien es cierto que en otro tiempo disfrutaba al máximo de cada segundo, de cada éxito, de cada caricia, de cada abrazo y de cada palmada en la espalda, esa misma intensidad que me llevaba a tratar de ponerme el mundo por montera, fue la que llevó a la vida a frenarme, porque yo no supe hacerlo.

Ahora casi diez años después de aquel punto de inflexión que marcó mi vida, he aprendido que ahora es ahora, y que el pasado no es más que el aula donde acudir a refrescar las sesiones de aprendizaje, porque en eso consiste vivir, en aprender.

Ayer, charlando por wasap con el músico Mark Markfeel, un chaval con todo por conquistar que ya está mostrando sus cartas y haciendo que la banca sude cada jugada, le dije algo que algunos ya habréis oído/leído alguna vez, que el único consejo que doy a la gente que quiero cuando la veo acelerada es , "Frena. Si no frenas tu, te frenará la vida de la forma que sea. Con un accidente, un infarto, una crisis mental, pero sabrá frenarte".

Estoy aprendiendo a despojarme de innecesarias mochilas, de lastres que frenan mi crecimiento personal y que tan solo me llevan a lamentarme cuando debería ser el tipo más agradecido del universo conocido.

Se me ha dado otra oportunidad y debería no solo agradecerla, sino aprovecharla al máximo. 

Aprender de los errores y hacer de las experiencias un manual y una guía de viaje, no es más que optimizar vivencias y rentabilizar alegrías, sufrimiento, esfuerzo, ilusiones perdidas y batallas ganadas. 

Ya son cinco los libros publicados y hace poco más de un mes  he presentado una novela a concurso, por lo que esta no verá la luz hasta el fallo del jurado, acabo de terminar otra que se publicará el próximo mes de marzo y he retomado la que creo que con el esfuerzo, el trabajo y la dedicación necesaria, podrá convertirse en mi mejor novela. O no. O yo qué sé. Estoy escribiendo relatos con los asistentes al taller que imparto, "La literatura salva vidas" y dramaturgia y escenas teatrales. No sé si algún día la literatura será mi única dedicación, puede. Ojala. Lo que si que sé con absoluta certeza es que soy escritor. Más allá de que pueda hacer de mi prosa mi medio de vida, de que gane premios o de que publique libros, soy escritor porque por encima de cualquier otra cosa necesito escribir. Necesito contar cosas (para muestra este blog)y quiero hacerlo de la mejor y la más correcta forma. Escribir como catarsis personal es solo una de las caras de esta moneda, la otra es esa necesidad de mostrarle al mundo otros mundos, otras realidades, otros desenlaces para los sucesos cotidianos. La emoción, el sentimiento, la pasión y  el conocimiento se mezclan bien y se agitan en la coctelera del pecho para servirlo frio y con una rodaja de naranja (nunca con aceituna). 

Encabezo esta entrada con el video promocional de lo que fue un espectáculo precioso nacido de mi alma y de la de mi amigo Oscar Lobete, pianista internacional, virtuoso del teclado y compositor con acierto. En aquellos tiempos llevamos a escena el resultado de nuestras noches en vela, de aquellas noches en las que todas las canciones de amor hablaban de mi y lloraba tarareando sus letras en voz baja. El amor. Otro de esos pesos que me impiden salir a flote.

En más de una ocasión me he declarado el tipo más enamoradizo del universo conocido y desde que descubrí eso de las mariposas en el estómago a los 15 años, he ido fracasando una vez tras otra, he creído amar y ser amado docenas de veces y he tenido la suerte y la desgracia de ser correspondido en mis pretensiones. Pero curiosamente fue hace muy poquito tiempo cuando descubrí lo que era el amor y lo que significaba realmente hacer el amor, y tan intensísima emoción se convirtió en otra ilusión perdida, pero me enseñó que amar no solo lo cura todo y sana, sino que el amor verdadero también duele. 

Si a todo esto le sumamos mi diagnosticada condición de PAS, apaga y vámonos.

En cualquier caso estoy aprendiendo, avanzo y no quiero ni puedo dejar de intentar seguir el camino correcto. Ahora es ahora, y el pasado no ha de volver, así que pelearé con todas mis fuerzas para hacer de los recuerdos mi particular caja de herramientas en la que encontrar lo necesario para arreglar cuanto desperfecto surja en la maquinaria de mi cerebro o para realizar las necesarias chapuzas en el alma y que no se venga a bajo.

Vivir es un presente continuo, y mi presente promete. 

No hay comentarios: