martes, 2 de junio de 2015

No se si meter ropa de invierno o de verano

Una vez te dije que contigo iría al fin del mundo y que si iba de tu mano, me parecería un lugar cojonudo.
Lo cierto es que dándole vueltas me han surgido un montón de preguntas como por ejemplo: que se pone uno allí, si hay que llevar pasaporte o vale con el DNI y si hay viajes organizados o cada uno llega por sus propios medios.
Ese crucero que podría pagarme con el euro que me dieran cada vez que he escuchado lo de "poco a poco", creo que no recala en esas costas, pero todo es saber buscar camarote en el barco adecuado.
Hay uno que me da muy buen rollo, un tal Titanic, creo que lleva hasta una orquesta dispuesta a animar la travesía hasta el último momento, suena bien.
Imagino que eso de "contigo al fin del mundo" es una frase excesivamente manida , que se utiliza casi como comodín en determinadas circunstancias y que ha perdido su valor original.
Para mi es una forma de decir muchas cosas pero principalmente, una que está por encima de las demás: "contigo no necesito otro mundo que no seas tú, que eres mi paraíso particular"
A fuerza de recorrer senderos y realizar misiones de exploración constantes he descubierto todo tipo de mundos, algunos con muy buena pinta y luego auténticos infiernos y otros en los que podría haber vida humana tal y como se conoce aquí pero cuya raza autóctona no admitía más que al hombre como esclavo o como alimento y claro, opté por salir corriendo.
Alguien dijo una vez que el infierno es la imposibilidad de la razón y como frase para citar no está nada mal pero mi infierno tengo más que claro que es una vida sin poder amarnos.
Ahora es cuando mi legión de detractores se frota las patitas y me cuelga el cartel de "superñoño" pero he llegado a un punto en que me la pela.
Que se le va a hacer, para mi desgracia soy de esos que creen en el amor aunque el hijoputa de Cupido muy buena puntería no debe de tener porque a mi me ha cosido a flechazos pero a ellas con suerte las ha rozado lo justo para que se puedan poner otro pendiente.
Ahora estoy bastante combativo y se me han hinchado las amígdalas.
Sé que en algún lugar no muy lejano debe de estar aquella que me colme pero igual se esconde sabedora de que tengo gato y no pienso renunciar a su compañía nunca o igual y ojala, esa eres tú pero aún no lo sabes y por mucho que te de el pálpito prefieres ignorarlo.
No pasa nada, si te he querido tantos años sin resultado puedo quererte al menos otros mil con igual fortuna.
El caso es pedir el cambio al entrenador y salirme un rato a la banda para recuperar el aliento y todo lo perdido por el camino.
Espero que venga el médico del equipo con su maletín repleto de calmantes, pomadas y cualquier cosa que me quite este dolor que ya empieza a ser insoportable.
Tus besos eran un bálsamo pero visto que ya no tengo receta y que sin ella no puedo conseguirlos, tiraré de cualquier sucedáneo homeopático para que al menos me sirva de placebo.
Renuncio a salir de nuevo al campo.
Durante la primera parte me ha ido bastante como el culo, de repente perdí el conocimiento por la carga de uno de los defensas del equipo contrario, uno italiano, un tal Piaggio alias "el avispa", seguro que por lo mucho que se pica siempre y desperté tras el descanso con muchas de ganas de jugar y feliz por ver que no se había terminado el partido y se me daba la oportunidad de jugar una prometedora segunda parte.
Lo he intentado con todas mis ganas, he corrido la banda, he tratado de regatear al adversario pero me han detenido constantemente y me han dejado en fuera de juego en demasiadas ocasiones.
Ahora solo quiero irme contigo al fin del mundo o a donde sea. Sería feliz incluso en el famoso apartamento de los concursos de la tele, ese de Torrevieja, Alicante.
Cualquier sitio si al despertarme puedo besar tu cuello y acariciarte el cabello.
Lo único es que seguramente tendrán que sacarme en camilla del terreno de juego porque soy de los que ponen todas las ganas en cada partido y el último me ha dejado muy tocado.
No pasa nada, como dice el psicólogo del equipo "esto no es un juego individual, pensad en el compañero y pasad la pelota" así que trataré de no aferrarme al balón
Estoy dispuesto a sentarme contigo ante la pizarra y estudiar bien la jugada, te lo juro.
En cualquier caso no hace falta que lo grite la grada, ya te lo digo yo, te quiero.
Tranquila pequeñita, sé quererte en la distancia, lo he perfeccionado con el tiempo.

 



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