Solo escribo para contaros que ya he recuperado el valor y no temo enfrentarme a según que recuerdos.
Os debo esto a muchos de vosotros...y de vosotras of course.
Escribir como podéis apreciar, cada vez es más necesario para mi y como me dijo mi neurólogo, la literatura me ha salvado la vida. Mola.
Voy a hablaros de lo vivido, aunque trataré de no deleitarme con algunos detalles que no proceden aquí.
Ha sido muy duro, mucho, pero la vida consiste en enfrentarse a las cosas de la mejor forma posible.
Tuve un accidente de moto en un momento en el que no entendía bien las cosas y en el que mi vida se me antojaba desgraciada. Que equivocado estaba.
Un día me desperté dolorido y confuso y resulta que despertaba de un coma y no etílico precisamente.
A raíz del golpe y para mi fortuna perdí la memoria, el acojone de verdad llegó al escuchar que antes del coma estuve en muerte clínica y durante unos minutos me habían desahuciado y no del piso.
Nunca he sido de correr, ni tan siquiera con una moto, soy más de Mus.
Resulta que me la pegué porque mi cuerpecico serrano (como un buen jamón) no pudo soportar el ritmo al que le sometía y agotado por el exceso de curro y de vida social, sufrí un desvanecimiento de apenas un segundo con la mala fortuna de perder el control de mi "Halcón milenario" (la única moto que alcanzaba "velocidad absurda") y al hacerlo introduje la rueda delantera en el separador del carril bici, a escasos 600 metros de mi casa.
Aunque llevaba un casco precioso de Vespa, de poco me sirvió, ya que en el impacto rompí el casco, me rompí la nariz, los dientes, la órbita del ojo, el maxilar y una costilla. Anda que si no llevo casco la preparo y aunque alguno lo piense no lo hice para asegurarme una serie de cirugía plástica, me podían haber puesto de paso la nariz de Brad Pit, pero me recolocaron mi pimiento berciano..
Las fracturas me la refanfinflan, aunque dolorosas lo peor fue la hemiplejía lateral que se me generó a raíz del golpe.
Cuando descubrí que no podía mover ni brazo ni mano izquierda, amén de la pierna, me entró el mayor de los agobios, al temer que no podría volver a escribir.
Ahí es donde entró en juego mi queridísima Teté, mi fisioterapeuta cañón.
Al darme el alta en el hospital me trasladaron en silla de ruedas a casa de mis padres. De hecho tenían que atarme al respaldo porque perdía el control sobre mi equilibrio y me iba al suelo, a por setas supongo.
Me acojoné y no quería ver a nadie, pero Teté me hizo currar de lo lindo y nunca he dado un paso para atrás, yo como un legionario, que hay que salir de la trinchera, pues se sale silbando.
Además de la recuperación física me tocó la recuperación cerebral y entre neuróloga, terapeuta ocupacional y logopeda me devolvieron al mundo.
Mi pedradita particular sigue aquí eso si y ya le dije a la logopeda que nunca pronuncié la R, así que no debía tomárselo como nada personal, bastante que consiguió que recuperara la voz, que con mi tamañito y la voz pitufada solo veía posibilidades laborales cantando la lotería de navidad.
El caso es que me diagnosticaron una lesión "Difusa axonal" como al piloto este, Bianchi, que al parecer deja un 90% de muerte directa y muchos vegetales y según los médicos ha sido milagroso, pero no soy merecedor de milagros, se que ha sido por el cariño y el apoyo de toda mi gente que me mandaba constantemente su energía.
Mi florecilla y Campanilla no me dejaron a solas y siempre encontré en ellas una sonrisa y mucho ánimo, aunque temí quedarme solo, pero gracias a Dios, no lo estoy y me he encontrado con unas caderitas de escándalo.
Creo que mi suerte continua.
Sin el tremendamente cariñoso apoyo de mi familia, no hubiera ido a ningún lado y es sorprendente la de cosas que damos por sentadas y que descubrimos realmente al pasar por algo así.
Mi vida es suya y se han volcado.
Lo peor es haber perdido mi padre durante el proceso de recuperación, pero me consuela saber que se fue tranquilo por mi parte.
Tras superar el bajonazo y gracias a la paciencia y al cariño de las personas con las que trabajo, volví a ponerme las pilas, aunque entre otras muchas cosas, ahora he aprendido a delegar.
Ya estoy bien, dentro de lo que cabe claro y tan solo me queda un escaner cerebral en diciembre para confirmar que todo ha ido tan estupendamente como parece.
Yo me siento bien y estoy más prolífico que nunca y he recuperado la sonrisa y el humor y ya disfruto de nuevo de la vieja guardia (siempre a mi lado) y de mis Vesperdidos (os quiero chicos)...y del amor.
Este es mi renacimiento y la verdad es que por tamañito paso por bebé, aunque la barba no ayuda.
Con esto cierro esta temporada y como le dije a mi queridísima psicóloga, no estoy enfadado por el accidente, estoy agradecido. Ahora entiendo la vida y la aprecio en lo que vale, que es mucho.
Vuelvo a escuchar música a todas horas y mi gato y yo, somos tremendamente fans de los Cosmics Birds, a cuyo bateria encontré por sorpresa en el hospital y a quienes hice inaugurar con su nuevo cd el que es mi nuevo hogar.
No he querido hablar de esta experiencia hasta hoy. No me atrevía y me aterra dar pena a la gente, no quiero dar pena, soy muy feliz.
Muchísimas gracias a todos por estar ahí.
Estoy con una novela muy avanzada y prometo no introducir en ella referencias a todo esto,lo juro y nunca incumplo una promesa.
Prometo quedarme unos años más.
2 comentarios:
Es un verdadero placer seguir teniéndote, mamón. Me gustó mucho poder verte y abrazarte en Vesperdidos, además, sigo degustando cada entrada que haces en tu blog, a ver si puedo hacer un copia pega de algunas de tus frases majestuosas y encontrar el amor.
Abrazo gordo. Iván del Bosque.
Iván doy fe de que sabes expresarte más que correctamente y de que no tendrás problema para conseguir a quien ames.
Con tu permiso para mi eres otro Vesperdido ya y como tal te agradezco el apoyo y todo la energia recibida de vosotros.
Para mi también fue u placer poder volver a darte un abrazo.
Y los que nos que nos quedan!!!
Cuidate mucho y cuidado con la moto (perdón, pero ahoa me preocupan estas cosas)
Un abrazo grande.
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