Mi colega se ha cortado las rastas a escondidas, el solito, con sus tijeras de andar por casa, frente al espejo del cuarto de baño.
Supongo que se le escapó alguna lágrima o algún recuerdo o algún deseo, pero eso no me lo va a contar, ni falta que hace, porque ese momento es solo suyo.
Hace exactamente ocho años que me corté las mías, eran tan solo dos, y una de ellas adherida, pero eran mis rastas.
Mi colega piensa que ya ha vivido lo suficiente y que los años le han dado un ultimátum.
Que gilipollez.
Porqué es la clase de persona que te levanta cualquier lunes gris.
Un animal social, un trocito de película de los setenta.
Mi amigo vuela cometas porque al dejar resbalar el sedal entre las manos está proyectando su propio yo, que no es ni más ni menos que un alma que se resiste a permanecer anclada en una realidad que se le queda pequeña.
Claro que si...suelta carrete.
Vespas, cometas, rastas...
Al carajo con lo convencional, que la vida no son formalismos.
Ahora lo ves todo de color Violeta, violeta, violeta. Y es un color precioso.
Te queda mucho por hacer y me apunto.Me apunto a cualquier sueño que te apetezca porque nos forjamos con sueños y con cervezas oportunas y fresquitas.
Me apunto a los buenos ratos.
Me apunto a los ratitos de dudas y de miedo también, que para eso estamos los colegas.
En el fondo los dos sabemos que hay algo acojonante que está escondidico por ahí, esperando.
Tómatelo con calma.
Termoescud, guantes de invierno y parca.
Un perro pulgoso en el cófano.
La última caña en el bar donde aún te sirva la camarera más dócil.
Y la certeza de saber que la mujer que te aguarda es aquella que elegiste de entre todas las mujeres donde podías elegir.
Bien hecho...muchacho.
Pero no se te ocurra olvidar que fue ella la que te eligió a ti, no te engañes.
Te lo digo yo, que siempre fui el sobrante de los equipos del patio del colegio.Entiendo de esto.
Mientras ellos soñaban con ser Butragueños yo embestía molinos, gobernaba el Pequod y descendía al centro de la tierra.
Pasa del colesterol, cambia la bujía y prepara la mochila.
Nos vamos a vivir.
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