lunes, 12 de diciembre de 2016

APRENDIZAJE

Y no puedo evitarlo pero aunque se me pueda considerar anacrónico o chapado a la antigua, no entiendo el amor racional. No entiendo eso de la dependencia emocional y de la identidad personal. Siempre que he amado, lo he hecho sin miramientos y sin reservas, sin necesidad de marcar lineas rojas para que quedase bien claro hasta donde llegaba mi corazón y mi conciencia. ¿Cómo voy a delimitar semejante sentimiento? Creo que cuando se ama de verdad, se ama hasta la extenuación. Tu corazón se funde con el de la persona amada y si es un amor correspondido, se alcanza una comunión tal, que se identifica la fusión de las almas sin necesidad de convertirlo en un acto carnal. Aunque a estas alturas de la vida ya he podido comprobar la enorme diferencia entre follar y hacer el amor, mentiría si dijese que el resultado del acto es el mismo. Poco tienen en común, aunque se puedan confundir por personas que o no han amado nunca o solo conocen sucedáneos de amor o amor de baja calidad.Vale que básicamente se suda y se gime igual y se termina eyaculando, pero al hacer el amor, hay mucho más que riñonadas y arqueamientos de espaldas. Sin llegar a estos extremos, creo que se puede identificar sencillamente en un beso, o en un abrazo. Ese primer beso de amor que das siendo un adolescente, tiene más poder que el uranio empobrecido. Genera una potencia tal, que es prácticamente imposible separar tus labios de los de la chica que te hace perder el conocimiento con una sola mirada y no entiendes que cojones te está pasando, pero no querrías estar en ningún otro lugar ni con ninguna otra persona.
Hoy en día, los expertos en psicología, en conducta y en emociones, han convertido todo esto es algo académico, donde hay que cuantificar y racionalizar a más no poder, tratando de mantener la cordura y el justo reparto entre la pareja, para que no haya una parte perjudicada. Pero lo siento. El amor es un sentimiento tan salvaje e irracional, que llegas a mimetizarte por completo con la persona amada y sientes, respiras y vives por y para ella. Te das por completo y te darías mucho más si aún fuera posible, porque si amas con toda el alma, la implosión que sacude el interior de tu pecho provoca la caída de todos los esquemas y el caos más brutal en el espíritu. Un caos solo capaz de detenerse y volver a poner equilibrio, cuando aquella persona de la que te has enamorado, te mira a los ojos y te dice que te quiere.
Lo siento, soy un romántico empedernido y creo en el amor, a pesar de todo lo vivido y a pesar de todas con las que he compartido mi vida.
Ahora pienso en positivo y ya he comprendido que todas esas relaciones que consideraba fracasos, no han sido más que el aprendizaje para llegar hasta la persona definitiva, que colmará por completo mis anhelos y mis sueños. Y cuando llegue, sabré estar a la altura.
Puede que en el fondo a veces me deje llevar por el derrotismo y crea que en efecto, el amor no es lo que yo espero y que mis amigos más inteligentes tengan razón al desmontarme todos los argumentos y tratar de rescatarme del hechizo de una sonrisa perfecta pero el que nace lechón,muere cochino y renace más lechón que nunca.
Llamadme ñoño o cursi, o lo que queráis pero no concibo mayor felicidad que la de amar y sentirse amado.  Soy carne de cañon y volverán a romperme el corazón una y mil veces. Lo que nadie sabe es que he encontrado el pegamento ideal en el cariño y los abrazos de las buenas amigas.

 

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