domingo, 5 de febrero de 2012

El lobo Feroz

Resulta ser una muchacha adorable con la falda muy corta y la sonrisa de dos por dos.
No come abuelitas, más bien se alimenta de tipos con barba.
Los lobos ahora venden libros y suspiran por tiempos mejores.
Hoy he conocido al lobo feroz pero no me ha dado miedo, que va...me ha resultado un animal muy simpático.
Mi lobo se ha venido arriba cuando una dj francamente atractiva ha puesto a girar el "respect" de Aretha.
Mucho ritmo, pocos mordiscos.
-¿Donde vas con tu cestita?
- A ver si la noche le saca ventaja al día y mandamos a la vieja a un asilo, junto con todas las cosas que hacen de mi una persona mayor.
Mi lobo se abraza a su pareja y despista al leñador.
Yo me calo la gorra de flores y disfruto del momento, que es realmente agradable.
En la puerta del garito, una de las mujeres a las que más he querido me niega el saludo y simula ser ciega, sorda y muda.
Yo simulo ser de hierro.
Al fondo, donde pastoreamos los crápulas, mis amigos bailan agarrados, restregando cebolleta y terminando las estrofas con acento americano.
La barra es territorio comanche para un tipo de mi estatura.
Salir de fiesta es genial.
El bosque de neones y cemento se satura de navegantes deseosos de olvidar lo que hicieron ayer y lo que no van a hacer mañana, ni pasado, ni ninguno de estos días.
Una morena con sombrero y vestido ajustado. Una pelirroja que se contonea poderosa. Yo escribiendo mensajes en busca de cariño.
Luces, música, retales de otras fiestas.
Mi lobo campa a sus anchas por los cañones de esta sierra que no es más que el territorio donde todo huele a risa.
Es perfecto, si tienes los ojos muy grandes para verte mejor, las orejas muy grandes para oírte mejor y el valor suficiente para pedir la última.
Es perfecto, si atinas con la palabra oportuna en el mensaje de texto, reclamando algo bonito.
La "cocacola" tiene más de cola que de coca.
Era un jarabe para tísicos y ahora viaja en casi todos los vasos de este bar.
Me gusta bailar cuando estoy de buen humor y esta noche es idónea para romperme la cadera.
Y me ha hecho mucha ilusión conocer a mi lobo.
Joder...si lo pienso bien, me doy cuenta de que estamos casi todos los personajes de cuento: el Lobo Feroz, Campanilla, el ·Príncipe Patoso, la bruja malvada, el rey que se da de ostias con el marco de la puerta cuando llega de tajada y la princesa que hoy no puede salir porque está hecha polvo después de un día más que difícil.
Tengo que sentarme a escribir un cuento donde al final me case con todos.
Y tengamos siete millones de alegres pastorcitos.
Todos con los ojos azules, el bigote bicolor y las entendederas de goma espuma.
Me ha gustado salir hoy. Me he sentido entre familia.
Un beso, "Lobo", un placer ponerte rostro.
A partir de ahora "Caperucita" será un cuento muy amable.
Como la historia de todos mis fracasos.
Vestidos de rojo, confiados y frágiles.

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