Esta entrada no es más que al ampliación de un muy necesario microrrelato que escribí y colgué en mi página de Facebook(Juan Pizarro new) el pasado día 26 de enero. El relato habla metafóricamente de la ejecución de un reo que voluntaria e inconscientemente se coloca ante los fusiles del pelotón y, que consiente una vez más en vendarse los ojos. Está metáfora explica que al beber y ponerte al volante habiendo ingerido alcohol , tu mismo te estás colocando la venda que cegará tu visión y te llevará a estrellarte contra ese paredón repleto de agujeros de bala que es la carretera. El protagonista fue ejecutado pero por avatares de la vida, por suerte o porque no era su momento, no recibió el tiro de gracia y consiguió recuperarse y volver a la lucha. El que tenga oídos para escuchar, que escuche. De todo se aprende y si la experiencia y la inconsciencia del protagonista de este texto puede aportaros una lección de vida, aprovechadla. Las cosas pasan. No solo les pasan a los demás. Inconsciente Antes de ser ejecutado saludó uno a uno a los miembros del pelotón con quienes había compartido las últimas copas de vino. Permitió que se le colocase la venda de efluvios alcohólicos y de forma chulesca, casi teatral, se enfrentó al momento y con solo cinco palabras pronunciadas entre risas, firmó su sentencia de muerte: "No os preocupeís,voy bien". El motor rompió el silencio de la noche con sus detonaciones Para su fortuna, no le quitaron el casco, olvidando darle el tiro de gracia. El ofical que mandaba el pelotón se apiadó de él y apartó el cañón de su sien, perimitiéndolo vivir. Y contra todo pronóstico, vive.
La canción que encabeza la entrada, habla de caminar con un fantasma. Por suerte el reo del micorrelato volvió literalmente de la muerte y se materializó de nuevo, con todos sus defectos y sus escasas virtudes. Pero las segundas oportunidades nunca son gratuitas y sabe que como parte de la deuda contraída, tiene la obligación de dar ejemplo y asumir sus responsabilidades, aunque hacerlo a veces cueste mucho y requiera de valor y sacrificio. Tiene la inmensa fortuna de contar con mucha gente a su lado dispuesta a ayudarlo. Y eso no se paga con dinero. Ni con sangre.
Acostumbro a perderme entre los razonamientos y entre los argumentos que segrega mi cerebro cuando trata de imponer la razón de la evidencia al insistente y poco consciente deseo del corazón. Y no. No sé que hago aquí, en esta oscura salita de pensar que se haya dentro de mi, a medio camino entre la realidad de mi psique y la laguna de metáforas que se oculta tras mi pecho torturado, donde apenas hago pie y constantemente nado desesperado, tratando de alcanzar la orilla,la salvación,la tierra firme de una amor correspondido y carente de artificios. Pero ese amor se distancia más y más y con cada brazada que doy, nervioso y deseoso de llegar a él,me alejo. Las aguas de la laguna y su fondo arenoso y turbio, esconden los cadáveres de todas las historias de amor que creí serían eternas y maravillosas y no eran otra cosa que sospechósamente hermosos lodazales poblados por caimanes que devoraron mi ilusión y mi esperanza, mutilando mi cariño entre sus enormes y despiadadas fauces. Y no los culpo. Tienen que alimentarse para sobrevivir y la culpa fue tan solo mía por creer que podría nadar entre ellos sin resultar herido. Me he perdido y una corriente traicionera me ha devuelto a aguas profundas, Pero he encontrado una tabla a la que agarrarme, un oportuno salvavidas que me librará de que se encharquen mis pulmones y pierda el conocimiento entre labios embusteros y traidores. Me he agarrado fuerte a mi deseo de ser feliz y de cuidar de mi mismo. y ahora me mantengo a flote y no tengo miedo, porque no volverán a tirar de mis pies hacia el fondo, ni a arrancarme la carne a bocados Ya no. A lo lejos, mientras nadaba perdido, vislumbré la luz de un faro que me llamaba a la vida y a la plenitud emocional y respiré tranquilo, cambié mi rumbo y nadé hacía la luz. Según me acerco a la orilla de Ítaca, las aguas se tornan cristalinas y transparentes, cálidas y seguras. No hay criaturas que pretendan saciar su apetito conmigo ni pecios hundidos vestidos de algas, moluscos y coral. Los restos del pasado más sombrío y desagradable se han transformado en juguetones delfines que nadan junto a mi. No tengo miedo. La luz me guia y se refleja en mis empapados cabellos y en mi piel arrugada por el agua, convirtiendo la desorientación y la angustia en necesario y útil aprendizaje. De todo se aprende y todo sirve, incluso lo más doloroso.Precisamente las experiencias negativas son las que más te fortalecen cuando consigues superarlas y relegarlas al cofre de lo que no ha de volver. ¿Te apetece un bañito?
En esta imagen puede verse al presunto culpable de haber desaprovechado todas las oportunidades que le ofreció la vida, en compañía de sus abogados: su padre y su hermana Alejandra. Estos formidables y concienciudos letrados han conseguido evitar una y otra vez que el jurado popular reunido por el tribunal eterno, emitiese un veredicto de culpabilidad, sostenido por las evidencias presentadas por el ministerio fiscal que además de aportar pruebas de todo tipo, consiguió el testimonio de muchos y muy variados testigos presenciales. La defensa que preparó su padre como letrado con más experiencia en la abogacía y el derecho paternal, se fundamentaba no solo en la extensa jurisprudencia a la que agarrarse, también en todos y cada uno de los eximentes que si no eran suficientes para exonerar de toda culpa a su cliente e hijo, si al menos conseguirían ablandar los corazones de los miembros del jurado. Este ha sido el último pleito que llevó y ganó su padre, tras haber rebatido y desmontado los argumentos y las pruebas de la fiscalía y además, haber presentado un alegato final digno del más soberbio y hábil leguleyo. Tras la sentencia del divino tribunal en el que se ponía en libertad al reo, condenándolo no obstante a la realización de trabajos para la comunidad, su padre apenas pudo disfrutar de la victoria pues reclamaron su presencia en las más altas instancias y lo nombraron asesor de la sala número uno del tribunal apocalíptico, final y universal. Antes de presentarse en su nuevo puesto, desde donde abogar e interceder por cuanto inocente solicitase ayuda, se ocupó de transmitir a su pupila e hija los conocimientos adquiridos en su larga vida llevando la toga y su templanza, su saber estar y sus adecuados e intraicionables valores morales, su ética profesional y personal y su código deontológico grabado en el alma con letras capitales. El ya liberado del implacable peso de la justicia, a la que todos tendremos que rendir cuentas en algún momento, sabe que puede respirar tranquilo, pues en su hermana y abogada, reconoce incluso con los ojos cerrados, la dulce paciencia de su padre y encuentra en ella la seguridad que tanto ansia para llevar una vida digna y libre de sobresaltos, demandas y pleitos. Juicios tengas y los ganes, dice la maldición popular.
Y dentro de esa pureza que me has ayudado a conseguir, saneando el lodazal en que se estaba convirtiendo mi pecho torturado, he encontrado alguna explicación a preguntas eternas, con respuestas obsoletas o terriblemente confusas y dispersas. Hay que tener un cuidado extremo para no permitir que algún desaprensivo, convierta tu alma en ese pantano de la desesperación en el que Atreyu estuvo a punto de perder a Artax y donde uno puede sumergirse entre angustias y penas, sin aferrar la cuerda que te lanzan las personas que te quieren. ¿Qué es el amor? preguntas clavando tu pupila en mi pupila azul. Princesa...amor eres tu. Amor es todos y cada uno de esas gestos cómplices que unen a dos personas con un lazo invisible pero fuerte y resistente. Amor es la sonrisa que despierta una llamada de teléfono o un simple mensaje, cuando todo parece perdido. El amor del que yo hablo, nada tiene que ver con los culebrones que parecen rodarse tan solo para ayudarte a dormir la siesta en el sofá del salón, al término del telediario. En una de mis últimas relecturas de esa impresionante obra filosófica y atemporal, que es "El principito" me deleité sobre manera con la diferencia entre querer y amar que nos presenta la conversación que mantiene el joven príncipe con una de las rosas. El amor brota cuando descubres que darías cualquier cosa y harías cualquier cosa por alguien a quien deseas ver feliz por encima de todo. Un hijo, una madre, un hermano, un amigo o una pareja. Da igual. El amor implica respeto, sacrificio y una siempre disponible voluntad de ayudar a respirar a quien necesita aire porque su vida comienza a ahogarlo. No dudes ni un solo segundo en que en el momento en el que alguien antepone su ego, sus necesidades y sus deseos a los de la persona amada, ha dejado de amarla para quererla. Y además quererla mal. Cuando sientes dentro de ti que lo que te va a hacer realmente feliz, es ver a la persona amada cumpliendo sus objetivos, ganando sus batallas y sonriéndole al destino, solo entonces comprenderás que has comenzado a amar de verdad. Y eso no hay que traducirlo en noches de pasión o en contacto de ningún tipo. A veces eso sobra por completo. Por supuesto enriquece y alimenta, pero no es una condición obligatoria. Moriría de nuevo por verte completamente feliz y renacería otra vez en el paraíso de tu plenitud y tu sonrisa. Sin vergüenza, sin pudor, sin pretensiones, puedo afirmar con certeza que te amo. Y lo más hermoso de todo es que el amor verdadero, ese del que han escrito millones de versos los espíritus atormentados conocido como poetas, no necesita ser correspondido. Pero si tu también me amas, a mi, me estarás confirmando que además de que la vida tiene un sentido, Dios existe.
Tras varias horas acostado en su cama, consiguió conciliar el sueño dándole vueltas a algo que le tenía muy intrigado desde hacia tiempo. Cierto problema en su memoria a largo plazo le impedía recordar los primeros labios que besó. Se supone que el primer beso no se olvida nunca, pero él tenía serías dificultades para recuperar y ordenar recuerdos. Vuelta tras vuelta, pitillo tras pitillo, bostezo tras bostezo, consiguió devolver a su cabeza y a su corazón, los recuerdos de muchos y muy distintos labios de mujer. Desde los tímidos y casi culpables labios de una adolescente en las playas de Málaga,hace ya demasiados años, hasta los carnosos y apasionados labios de una preciosa mujer recién divorciada, quien había atesorado años de pasión contenida por no entregarla a quien no la merecía. Pasando claro está, por algunos labios esquivos que en contra de toda posibilidad, había conseguido alcanzar. Y entre estos recuerdos, rescató los de docenas y docenas de mujeres de todas las edades que habían acompañado sus besos con cariñosas caricias, intensos abrazos, sonrisas lascivas, promesas de amor eterno y otros tipos de mentiras oportunas. Hubo un tiempo en el que alcanzar tan preciado, húmedo y dulce regalo de una muer, era casi una obsesión y con cada ruptura, con cada abandono,con cada herida infligida a su habitualmente indefenso y desnudo corazón, descubría que al menos el destino le reservaba la posibilidad de descubrir otra boca, otro tacto, otra oportunidad para encontrar el oxígeno necesario en esa común y sumamente infravalorada demostración de cercanía entre dos almas. Al despertarse a la mañana siguiente y encender aún entre tinieblas uno de los pitillos que lo terminarían quitando de en medio, trató de hacer un repaso y de encontrar las respuestas a las preguntas que llevaban semanas atormentándolo: ¿Quien? ¿Cuando? ¿Donde?¿Cómo? pero sobre todo y por encima de todo, ¿Porqué? Lo que tenía más que claro es que aquel primer beso, lejos de ser un hermoso regalo del amor adolescente, había sido la primera dosis de una droga que lo estaba matando muy lentamente y para la que no existía cura, antídoto, ni forma de desintoxicación. Y además, no quería dejarla, estaba agradecido por haberse enganchado y sabía que siempre habría alguien dispuesto a aliviarle el mono, aunque fuese con una dosis adulterada o de mala calidad. El síndrome de abstinencia tenía fácil remedio y consistía en hacer la llamada oportuna y en estar dispuesto a agachar la cabeza, renegar de sus principios y romper una promesa hecha a sí mismo en un reciente pasado doloroso, donde se juro no volver a entregar sus labios a quien no los valorase. Lo más duro para él, era saber que aún no había degustado el beso perfecto, el roce de los labios con los que sueña y para los que todavía cree no estar capacitado y no ser merecedor. Puede que ese beso no sea más que una leyenda, mitología carnal, fe y esperanza. Puede que aunque ya está plenamente seguro de los labios donde nacerá, lo que realmente le asuste sea no disfrutar jamás de esa miel que se le antoja ambrosía de los dioses. Pero aún así, reza cada noche con soñar que lo consigue, que la besa, que acaricia su nuca y sus mejillas mientras se pierde en su boca, se sumerge en ese océano de aguas cálidas y seguras que es su alma y pierde el conocimiento con el roce de su lengua. Todo llegará, todo termina llegando y no solo lo bueno, también lo perfecto.
Vivir en un sueño no siempre es lo que te cuentan en las películas de Disney. A veces las serpientes de los sueños que canta Silvio Rodriguez consiguen escapar de su onírico terrario y tratan de engullirte en el mundo real, convirtiendo tu vida en una pesadilla espantosa. Ahí es cuando decimos eso de "estoy viviendo una pesadilla". Pero de todo se despierta, incluso de los sueños más horrorosos. Y todo se puede alcanzar, incluso el más hermoso de los sueños. La vida es tan curiosa y el destino tan caprichoso que, cuando menos te lo esperas, descubres estar inmerso en un sueño del que no quisieras despertar nunca, porque de repente ha aparecido alguien que colma tu pecho, alegra tu espíritu y alimenta tu alma. Y ahí es cuando decimos eso de "me parece estar viviendo un sueño". Una muy acertada pluma escribió hace varios siglos que la vida es sueño y hoy descubro que como Segismundo, apurar cielos pretendo ya que me tratan así. ¿Qué delito cometí, contra vosotros naciendo?. Aunque si nací, ya entiendo que delito he cometido. Oh...mísero de mi, oh infeliz. Pero ya está. Se acabó. He devuelto a las serpientes al terrario del que escaparon, he podido abrazar al onírico ángel que me acompaña y he recuperado mis fuerzas y mis ganas de vivir. Y de soñar. Los sueños se cazan con cebo de ilusión, cartuchos de esperanza y podencos portugueses o felinos amaestrados. Todo radica en localizar la presa, asegurarte de que no vas a derribar la equivocada y no cejar en el empeño de cobrar el sueño ansiado. La fuerza de voluntad, el espíritu de lucha y el sacrificio continuo, son las mejores y más precisas armas con las que salir de montería. Os invito a una partida de caza en el coto privado al que se llega cerrando los ojos tras una dura jornada en el mundo real. Merecerá la pena, os lo garantizo.
Hay silencios que son gritos hacia adentro. Hay silencios que si se midieran en los decibelios que aturden el alma, reventarían el sonómetro. Tanto tiempo sin abrir la boca. Tanto tiempo sin llegar a pronunciar las palabras correctas, las preguntas acertadas. Tanto tiempo sin conseguir aullar lo que le estaba devorando por dentro. Y sin embargo llegó el momento. Todo termina llegando, incluso lo bueno. Y al fin puede levantar la voz. El chorro de agua fría que mana del grifo a presión de su conciencia lo despeja y lo devuelve a la realidad de una existencia olvidada. Hoy vuelve a sentirse vivo, pase lo que pase y le pese a quien le pese. Ha dejado de ocultarse en el silencio y en las sombras de un pasado atormentado. Vuelve a salir a la luz, vuelve a expresarse sin miedo, vuelve a donde le corresponde estar y de donde fue expulsado sin motivo aparente y no se atrevió a protestar aceptando su destierro y alimentándose de quejas y reproches que no pudo o no quiso presentarle a nadie. Pero hoy le ha prometido a sus sueños que va a pelear por cumplirlos, que se terminó lo de vivir entre lágrimas, que ya está bien de agachar la cabecita y asentir balbuceando innecesarias disculpas. La vida da muchas vueltas, demasiadas quizás, pero ahora toca reivindicar su ilusión y combatir sus temores. Encontró la luz, descubrió un resquicio entre las tinieblas que lo envolvieron de repente y no le permitieron hallar el camino, el verdadero camino, pero lo identificó y a través de él, escapó de la peor de las condenas. Alguien dijo una vez que el infierno es la imposibilidad de la razón y la razón rige su decisión. Y por primera vez el destino está de su lado y ya ha comprendido que todo es posible. Escribe con el dedo sobre la arena de la playa del olvido una declaración de intenciones donde como desafío, ratifica en verso sus demandas. Se asegura de tener abundante munición de palabras del calibre de su corazón y, tras comprobarlo, aguarda sin miedo al enemigo que antes lo asustaba como a un niño abandonado en el bosque y al que ahora espera con la impaciencia de un tiburón que ha olido sangre cercana. Para todo hay un antes y un después y en este momento se encuentra disfrutando de saber que su después se ha convertido en ahora y ya nadie podrá volver a hacerlo callar. El antes ya no importa. Ha dejado de ocultarse en el silencio. No volverá a esconderse nunca más, ni volverá a girar el rostro, ni a bajar la mirada. El valor siempre estuvo ahí. Se autoconvenció de que solo tenía que creerlo y tomar cuanto necesitaba y cuanto le correspondía por derecho. Y así lo hizo.
Y ahí estaba él, erguido contra todos. Dejó de tener miedo del silencio y de darle voz al miedo. Una voz que solo podía oír él y que llevaba años escuchando en su cabeza. Una voz que le pedía que saliera corriendo al encontrar según qué demonios de su pasado más reciente y, que le gritaba una y otra vez que era demasiado pequeño para afrontar las circunstancias de una vida convulsa. Pero ayer consiguió mandar callar a esa voz interior y disfrutó del silencio, dejó de temerlo y lo llenó con canciones, con odas a Berenice y con risas de contraltos. Ayer, la luz de su faro iluminó los peligrosos arrecifes y le salvó de un naufragio seguro, o de volver a atarse al timón, esperando zozobrar de nuevo. Pero esta vez consiguió esquivar los escollos y llegar a puerto seguro, donde lo esperaban los mejores amigos, los abrazos más sinceros y los labios más ardientes. Desde el puesto en se que se hizo fuerte, sonrió con desprecio a los demonios y los retó a un singular combate, confiando en sus posibilidades. Todo ha cambiado. Ya no es pequeñito, eso se acabó. Ahora es grande, valiente y capaz de enfrentarse con lo que la vida quiera ponerle por delante. Se terminó caminar agachando la cabeza. Se terminó lo de esconderse detrás del burladero de unas gafas de sol. Tiene unos ojos hermosos y muy vivos. Que los luzca. Canta la copla española que el valiente ha sido valiente, hasta que el cobarde ha querido y ayer abandonó en el perchero su traje de cobarde y se vistió de bravura y de fuerza. Ayer aguanto los vientos huracanados que arreciaron cuando menos lo esperaba pero no salió corriendo a ponerse a salvo en lugar seguro. Simplemente afianzó los pies en la tierra y no se doblegó. Fue como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie. Resistió. Y hoy quiero enviarle desde aquí mi más cordial enhorabuena y darle la bienvenida a un mundo que le pertenece por derecho y que lo echaba mucho de menos. Le ha costado mucho, demasiado, pero ya es fuerte.
El eterno aprendiz de escritor se descubrió renegando de la navidad y de los buenos deseos que recibía constantemente en el teléfono, en las redes sociales y en el correo electrónico. Comenzó un relato sobre un personaje, alter ego de su propia realidad,que tras sufrir una serie de catastróficas desdichas, amaneció una mañana llorando al ver que despertaba de un sueño, pero seguía estando vivo en el mundo real y no en ese mundo onírico donde los errores no suelen tener consecuencias. En su relato, el protagonista, asqueado de la sociedad, de su suerte y del horror de los tiempos en los que vive, decide buscar un atajo y quitarse de en medio. Pero cuando comenzaba a escribir la parte del suicidio, el aspirante a novelista descubre que no hace mucho perdió a una persona muy querida en plena flor de la vida y que vivir, nunca es fácil y bastantes posibilidades hay de viajar con la parca de forma natural, como para adelantar camino y abandonar la lucha. Por lo que rompió los últimos folios y decidió darle una nueva oportunidad a su alter ego, escribiéndole un futuro en el que siempre habría esperanza. Se levantó del escritorio, encendió un pitillo y se sirvió un café con leche, que saboreó entre calada y calada, pensando en lo erróneo de su planteamiento inicial. La vida es un regalo y aunque durante los casi cuatro últimos años había pensado demasiado en devolverlo, la catarsis literaria le había llevado a replanteárselo todo de nuevo. Fue haciendo un análisis de todas sus circunstancias, de sus victorias y sus fracasos y de los pros y los contras de seguir al pie del cañón. Su mayor triunfo, había sido el vencer a la muerte, aunque ni él, ni los médicos supieron como lo había conseguido, cuando todo ya estaba perdido. Puede que hubiera sido suerte, puede que le hubiesen ayudado desde algún lugar que ni se atreve a imaginar o puede que tan solo la energía de todos los que se conjuraron para rescatarlo, le hubiese traído de vuelta. En los contras anotó el haber perdido el amor de su vida pero según lo escribió, lo tachó con una sonrisa, porque siempre que se enamoraba, pensaba estar haciéndolo del verdadero amor de su vida y, realmente ese amor no había llegado aún, o al menos no se había decidido a decirle -Hola, soy yo y te he encontrado.- Sumó a los contras, la perdida de la vida que se construyó previamente a aquel desastre que lo cambió todo, pero también lo tachó al darse cuenta de que ahora tenía la oportunidad de construirse una vida nueva, completa y sustentada sobre todo lo aprendido del pasado y, no sobre la inercia de una velocidad excesiva que realmente no conducía a otra cosa que a estampanarse contra el asfalto. En los pros anotó las palabras amistad y familia. De estos años de continua recuperación, esfuerzo personal y sacrificio absoluto aprendió el verdadero significado de ambas palabras y, se emocionaba al recordar los rostros de felicidad que encontró junto a él, al regresar del coma al que le había llevado su exceso de compromisos. Supo que el amor de una madre, de un hermano, de aquellos con los que compartía sangre, adn y apellido, realmente es un artículo de lujo al que hay que proteger y cuidar por encima de cualquier cosa. Como al amor y la entrega de los verdaderos amigos. Los que están junto a ti y no dudan en conceder las oportunidades necesarias para que un día dejes de defraudarlos y sepas agradecer el maravilloso obsequio de su amistad. Se sentó de nuevo frente a un folio en blanco y decidió escribir la lista de las personas a les que se sentía verdaderamente agradecido por ser y por estar. Y eran muchas, tantas que llegó a pensar que igual se estaba equivocando pero no, solo en el apartado de "grandes amigas" escribió unos cuantos nombres que merecían su lugar en ese folio por derecho propio. En el de verdaderos amigos, escribió algunos menos, los justos. Los necesarios Los que se habían ganado el puesto por sus actos, su cariño y la sinceridad de sus palabras. Poco a poco comenzó a recuperar recuerdos de navidades pasadas,en las que su padre, seguía junto a él y le orientaba en el vasto océano de responsabilidades en el que le estaba enseñando a navegar sin miedo. Nunca podría olvidarlo. Nunca dejaría de quererlo. Y en ese océano de responsabilidades y reglas, donde en ocasiones se formaban impresionantes huracanes y tormentas de temores y dudas, descubrió también al faro que con su luz, lo llevaría a tierra firme cada vez que las cosas pareciesen llegar a hundirlo. Ese faro con forma humana, le sonreía al compartir un bombón y al aceptar el vino con el que maridarlo. Y al enseñarle que aquella que habría de acompañarle hasta el final, llegaría cuando menos lo esperase. Una vez terminó de hacer el listado de personas a las que agradecer su permanencia entre los vivos y su deseo de ser la mejor persona que pudiera llegar a ser, encendió el ordenador, abrió el word y tras elegir la opción de "nuevo documento en blanco", seleccionó la tipografía adecuada, le dio el tamaño correcto, optó por la cursiva y escribió en mayúsculas: GRACIAS A TODOS. FELIZ NAVIDAD
El rubio druida venido del norte, se apiadó de la hembra de lince ibérico que, con una de sus patas traseras aprisionada por el cepo que habían colocado unos cazadores de la aldea cercana, se había abandonado a su suerte y renunciando ya a toda esperanza se estaba dejando morir, sin apenas respirar. -No sufras más, hermoso animal- le dijo con dulzura el druida mientras le liberaba de su trampa. El frío de las montañas del norte había golpeado con dureza al lince que sin poder ponerse a cubierto, había pasado la noche a la intemperie y temblaba de frío y seguramente de fiebre. -Ve hacia el calor, lo necesitas- susurró el druida mientras le administraba unas gotas de la poción de los deseos de urgencia, que siempre llevaba en un pequeño odre atado al cinturón. El milagrosamente recuperado felino, comenzó a correr en dirección al sur y sus patas parecían no tocar el suelo en la mágica carrera. Según iba dejando atrás las montañas y el frío, su pelo atigrado iba cayendo y sus enormes orejas puntiagudas, así como sus útiles y necesarios bigotes desaparecieron dando lugar a un agraciado rostro de mujer. La transformación que se originó en el animal tras haber bebido la poción dio lugar a una bella mujer de piel muy blanca y cuerpo menudo, que corriendo a cuatro patas a una velocidad de vértigo, alcanzó una playa de blanca arena bañada por un tranquilo mar azul. El sol del mediodía, iluminaba con la cálida luz de sus rayos aquella playa y el hechizado animal sintió un calor y un bienestar muy especiales. Al llegar a la orilla frenó su vertiginosa carrera y se iguió adoptando la forma completa que le había regalado el druida con su poción. Al ver su cuerpo reflejado en el las aguas cristalinas descubrió a una rubia mujer como las que habitaban las aldeas de su territorio de caza. Pero aquella humana era ella y, dando un paso adelante sintió el agua en sus pies. El agua no estaba fría como en el lago de su territorio. Esta vez la sensación era muy agradable y además el calor que producía el brillante sol le invitó a adentrarse un poco más en el mar. Después del relajante baño volvió a la orilla y tumbada sobre la arena, se secó tratando de comprender aquello. Pasó el día en aquella playa disfrutando del calor y de la sensación de libertad y cuando el sol comenzó a ocultarse, fue recuperando paulatinamente su forma natural. Los pescadores de aquella playa gaditana, aseguraron siempre que en la noche de San Juan, una hermosa hembra de lince ibérico recorrió la playa de un extremo a otro, cojeando de una pata y sonriendo como si con su sonrisa, quisiera hacerlos partícipes de una mágica historia.