He crecido con el cine de este genial newyorkino que tan pronto se marca un solo de clarinete, como presenta una película impresionante o abarrota las portadas de la prensa sensacionalista con sus escándalos familiares.
Dado el excelente gusto musical y cinematográfico de mis progenitores, desde muy pequeño el Jazz y Woddy Allen marcaron ambos territorios en mi casa y poco a poco fui devorando la filmografia de este judío de mi estatura. Mis padres compraban todas sus películas y luego comencé a poder pagarme el cine y aprendí a escoger su cine sobre las películas para adolescentes o la acción y el amor de segunda categoría.
Ayer fui a ver Café Society con unos buenos amigos y creo que incluso antes de salir de la sala, dije en voz alta: Sencillamente, me ha encantado.
A esta película, escrita y dirigida por el señor Allen, no le falta ni le sobra absolutamente nada. No voy a hacer spoiler de ese pero si os diré, que el guión es de esos que uno sueña con firmar algún día, que los personajes están impecáblemente construidos y dirigidos, que los actores, todos, bordan sus papeles y que la ambientación es soberbia, por no hablar de la B.S.O.
La trama es inteligentísima y durante toda la película y para mi desgracia me sentí muy identificado con el protagonista.
La cinta nos da una visión muy especial del amor, que tan pronto es maravilloso, como el peor de los castigos,al ver que responde al egoísmo de los amantes por encima de los designios del corazón.
Es cierto que el amor te embruja, te atrapa y que en ocasiones no puedes arrancarte ni del pecho ni de la cabeza, a la persona amada, con las consecuencias que eso conlleva cuando la relación con esa persona termina.
No sé a que Dios, se le ocurrió la brillante idea de dotarnos de la capacidad de amar, sin dejarnos un manual de instrucciones de uso.
No suelo hacerlo, pero os recomiendo esta película con la certeza de que os va a gustar, ya que combina muchas temáticas del cine norteamericano y además es un interesante documento metacinematógrafico, al hacer un recorrido por el interior del mundillo del espectáculo de Hollywood.
El mundo de los gangsters y el de las creencias religiosas también tienen su espacio, así como el brillante ingenio y el sarcástico humor de Woody Allen.
No os vais a arrepentir de verla, os lo prometo.