sábado, 20 de diciembre de 2025

Entre tus dedos


 Aquellos que me leen con asiduidad saben de la importancia que en mi vida tienen muchas de esas canciones que voy encontrando por el camino y que conforman la BSO de mi existencia.

Algunos sabéis también que el destino me llevó a vivir una temporada en Italia, y que allí aprendí el idioma de Dante, cosa que me permitió entender muchas de las letras de esos temas que versionados nos llegaron a España tiempo después en otras bocas y con otras voces, con otro sentimiento, y con otra intensidad, pero con el mismo trasfondo emocional.

Y esta canción, que muchos asociaréis a Laura Pausini e incluso algunos podéis asociar con Armando Manzanero, es una de esas baladas escritas con el alma y compuestas afinando el  corazón pulsando la cuarta cuerda en el tercer traste. 

Sencillamente es de esas canciones que parecen hablar de ti y narrar tu realidad más triste.

Para mi desgracia he permitido que se me escaparan muchas historias entre los dedos sin ser consciente de que al enamorarme entregué mis posibilidades de alcanzar aquello que suplicaba me concediese el destino. Alguna vez me dijeron eso de "podemos ser amigos", y yo parafraseando al autor de esta canción, grité mentalmente, "amigos para qué, maldita seas. A un amigo lo perdono, pero a ti te amo".

Estoy seguro de que en muchas ocasiones parecieron banales mis instintos naturales, pero lo que tengo más que claro es que ni por asomo creo eso de que por cada hombre hay una mujer como Ella. Me niego a creer que existan muchas mujeres cuya sonrisa pueda abrirte las puertas del paraíso como si en su rostro resplandeciese la llave que abre al celestial cerradura.

Y mis problemas no se llaman Tú. Como mucho y jugando con las palabras y con mi más profunda realidad, mis problemas y mis mayores bendiciones se llaman y se llamarán Ella. Lleva siendo así mucho, mucho tiempo, muchos, muchos siglos, muchas, muchas vidas.

Alguna vez me ha mirado a los ojos y sin hacerme ver en que he fallado, me ha dicho, "lo siento, no te quiero", antes de partir rompiéndome el alma. Pero alguna vez también, me ha mirado a los ojos, me ha acariciado el rostro y me ha dicho un "te quiero" tan sincero, que con él ha rubricado de inmediato cuantos folios haya llenado y vaya a llenar hablando de nuestra historia de amor, mojando la pluma en el tintero del pecho al sentarme a escribir en vidas pasadas, en esta vida y en futuras existencias, pues moriré y naceré de nuevo con el único fin de aprender de mis continuos errores, hasta conseguir que un día dejen de ser irreparables, y se nos permita ser felices juntos.

Ahora mucho me temo, me toca tan solo seguir aprendiendo de las equivocaciones y seguir asumiendo las consecuencias de mis errores. Y publicando en cada novela los finales que no soy capaz de alcanzar en la vida real.

No es que sea un tipo romántico, es que se me ha creado para sentir, amar, disfrutar y sufrir de esta manera y os aseguro que esto no siempre es bueno, pues cuando duele, me duele más que a nadie.

domingo, 7 de diciembre de 2025

Yo no lo pedí

 


Pero mi Dios, que es todo amor, todo generosidad y todos sabiduría, supo desde el principio de los tiempos que, aunque no se  lo pidiese, siempre le agradecería  el concederme una vida tras otra para reencontrarme con Ella y poder amarla, o al menos intentarlo. 

Fracase en el intento de se feliz a su lado o no, el hecho de tener una oportunidad tras otra a lo largo de los siglos para entregarla mi corazón es un acto de generosidad y misericordia tan grande y hermoso, que solo mi Dios puede comprenderme cuando caigo de rodillas cada noche agradeciéndole que pase lo que pase y, le pese a quien le pese, una vida tras otra naceré de nuevo sosteniendo con fuerza el extremo del hilo rojo que Ella sostiene con fuerza también allí donde esté.

Hemos vivido, hemos muerto.  hemos sufrido, hemos reído. Hemos compartido mil y un amaneceres besándonos al despertar abrazados,  mil y una noches de placer sin límite , miles de horas de angustia y sufrimiento, y miles y miles de lágrimas y de heridas en el pecho.

Y todo ello, todo, me ha convertido en el que hoy conocéis, y en el que un día volverá a dejaros sonriendo y confundiendo a cuantos contemplen mi cadáver, pues ignorarán que esa sonrisa tan solo evidencia que la muerte para mi, no es más que la antesala de una nueva e intensísima historia de amor a su lado. Y de una nueva trama para un nuevo libro, pues necesitaré de mucho libros para recoger una historia de amor entre las mismas personas siempre, pero siempre con nombres distintos  y en tantos momentos históricos diferentes.

Quizás es por eso que el amor es divino y no humano, aunque se nos conceda la posibilidad de conocerlo y experimentar con él. 

Amo, luego existo, vivo, luego escribo, siento, luego hilvano las emociones que conforman mi vida con el más resistente hilo rojo para bordar un tapiz de tinta y letras que recoja la única verdad que rige mi nueva existencia: eres tu, lo sé.

Y por eso sueño con llegar a ser el mejor Juan que pueda llegar a ser, pues es ese el que Ella merece y no otro.