La guerra en Ucrania aún sigue destrozando vidas y sueños, pero ya no es noticia.
Este es mi particular homenaje a esos sueños que nunca se cumplirán y a esas vidas cercenadas por la guadaña de la sin razón.
La última nota
Anhelina tiene once años, aunque estos últimos años quisiera borrarlos de su existencia.
Sus padres no llegaron a verla al piano en el teatro Lsya Ukrainka. El misil que destrozó la casa terminó con sus vidas e ilusiones.
Se ha escapado del refugio y se ha colado en el Lesya por una grieta para dedicarles a sus padres un concierto a la luz de la luna en el aniversario de su muerte.
Interpreta un nocturno de Chopin cuando una bomba cae sobre el teatro, estallando en do menor. Ahnelina muere y es entonces, solo entonces, cuando escucha los aplausos de sus emocionados padres.
2 comentarios:
Precioso... y triste.
Me alegro de que te haya parecido bonito. Y sí...es triste, pero por desgracia muy probablemente haya sucedido algo así, o parecido a lo que he tratado de transmitir. Este relato y todo lo que en él se narra es producto de mi imaginación, pero mucho me temo que perfectamente podría estar basado en hechos reales.
Todas las guerras son espantosas.
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