sábado, 23 de diciembre de 2023
Sombras
domingo, 17 de diciembre de 2023
África
Grandes felinosViajó a África para cumplir un sueño. Durante muchos años se formó en la universidad y en centros especializados para poder trabajar con los grandes felinos que habitan el continente africano. Consiguió una beca que supo le cambiaria la vida. Y vaya si se la cambió.La embajada española en Sudáfrica repatrió el cadáver del joven e inconsciente zoólogo que cometió la imprudencia de creer que los leones de la reserva no eran otra cosa que gatos grandes.
Un diamante es para siempreO al menos para treinta años y un día, que fue la condena que el tribunal internacional que juzgó sus delitos decidió aplicarle tras probarse con hechos fehacientes y testigos de cargo que aquel reo de la justicia había asesinado a un exportador de diamantes de Namibia, y le había arrebatado más de quince ejemplares de la mayor calidad.No se han encontrado aún las piezas sustraídas, y el preso sabe que no las encontraran nunca. Solo tiene que esperar, pero la espera merece la pena.
Diosa de ébanoAquella preciosidad de El Congo que le robó el corazón, llego a España apenas un año antes de que sus ojos se cruzaran con los suyos en aquel mercadillo de artesanía instalado en la plaza mayor del pueblo durante las fiestas patronales.La belleza de ébano que lo cautivó con su impresionante sonrisa y su mirada arrogante exponía piezas talladas en hueso. Eran casi tan bonitas como ella. Compró dos collares y una pulsera y le entregó sin dudarlo los treinta y cinco euros que ella le reclamó. Y su corazón.Cada mañana al despertar a su lado y verla dormir abrazada a él, da gracias a su dios, a los dioses a los que ella adora, y a quien quiera que sea el que maneja los hilos desde el mismo cielo que cubre África y Europa, por haberle concedido esa bendición hecha mujer.
domingo, 10 de diciembre de 2023
Tragicomedia
De entre las muchas cosas interesantes que se pueden hacer al visitar Salamanca, una de ellas es darse una vuelta por el huerto de Calisto y Melibea, a menos de diez minutos de la catedral, visita obligada también.
La celestina título por el que se conoce la tragicomedia de Calisto y Melibea, es una obra de Fernando de Rojas, quien estudió en la universidad de Salamanca, escrita a finales del siglo XV y que anuncia con fuerza la llegada del humanismo a España.
En su obra, el autor le da un protagonismo especial al huerto donde se reúnen los protagonistas para declararse su amor. El huerto es también la tumba de Calisto, pues en la intensidad de su amor por Melibea fallece al precipitarse al vacío desde lo alto de la escalera por la que trepaba para acudir al encuentro de la mujer que suponía su única razón de ser.
Para mi, lector insaciable y curioso, apasionado de las obras que tratan de explicarnos hasta que punto el amor condiciona nuestras vidas, amante de la naturaleza y esperanzado creyente en el poder de un corazón enamorado, este lugar simboliza demasiadas cosas.
Calisto declara en un momento de la obra algo que yo ratifico cambiando el nombre de quien para él simboliza el amor verdadero, por el de aquella que es mi ideal de mujer, y que me ha descubierto el verdadero significado del verbo amar (por discreción la llamaré Ella), hasta el punto de afirmar sin tapujos: "Ello soy, en Ella creo, a Ella amo".
Y es que el amor romántico, más allá del amor que sientes por familiares o amigos, es algo que todos los seres humanos deberíamos conocer para comprender hasta que punto el creador es infinitamente sabio, infinitamente bueno e infinitamente generoso. Y que en verdad existe y se lo pasa muy bien con nosotros.
El amor puede mover el mundo, darte la vida o llevarte a la muerte.
Desde la intensidad que me caracteriza y desde esa forma mía tan intensa de sentir y de vivir, no dudo ni un segundo que podría llegar a morir de amor, y que podría llegar a vivir mil vidas y perderlas todas para regresar una y otra vez junto a Ella, en distintos siglos, con distintos nombres y en distintos cuerpos, pero siempre con la misma luz en el alma que me guiará hasta ella, y con el mismo sentimiento en el corazón que hará que al llegar a su lado pueda reconocerla.
Imagino que más de uno pensará que soy un iluso, que no estoy muy allá de la cabeza o que simplemente soy un idiota, pero bueno....en el fondo lejos de molestarme que algunos puedan pensar así, los compadezco pues con tan solo uno de los besos que establecieron el sendero desde sus sonrientes labios hasta mi alma, ya se me vacunó contra la desesperación, la tristeza y el eterno vacío de una vida sin Ella.
Y eso es todo, amigos.
Si tenéis ocasión leed La Celestina igual me entenderéis un poco mejor. Y luego visitad el huerto de Calisto y Melibea, Merece la pena.
lunes, 4 de diciembre de 2023
Bicho raro
Hace poco tuve el placer de conocer al escritor y actor Sergio Villanueva, y charlar con él un buen rato para confirmar que son muchos los escritores que como yo, escriben mojando la pluma en el tintero del alma.
En el taller de orientación literaria que imparto semanalmente, dedico una de las sesiones a la literatura en la música, y con la ayuda de músicos de diferentes estilos con discos en el mercado y directos contundentes, les explico a los alumnos que la literatura está muy presente en las canciones que acompañan su día a día, y que esas letras que tararean haciendo los coros al equipo de música, la radio del coche o el teléfono móvil, habitualmente nacen de las emociones que embargan a los autores que las escriben acompañándolas de una linea melódica.
Aquí os deja un tema de Miguel Campello, cantante y compositor en El Bicho, un tema que cada vez que lo escucho me ayuda a abandonar la idea de que soy un bicho raro, porque perfectamente podía haberlo escrito yo, una de esas mañanas en las que amanezco y me doy cuenta de que ELLA no está.
Y se mueren de pena mis penas, porque como canta Miguel, al levantarme mancho las hojas de letras sin sentido, letras de lastima y pena, letras de olvido. Y en cada hoja emborronada de emociones formando palabras escritas la mañana deja de ser tan oscura como la noche, y ya no me duele la soledad, porque en esas hojas ya no estoy solo, la magia de la literatura la trae hasta mi y me permite abrazarla y besarle las sienes. Y los labios.
No creo que se me pueda tildar de bicho raro por amar en negro sobre blanco, porque a lo largo de la historia han sido, somos y seremos muchos los amantes que ofrecemos los sentimientos más hermosos en un poema, en una novela, en un relato, en una obra de teatro, en unas líneas que saben como la persona amada, huele como ella y sonríe como ella. En unas líneas en las que no existe la palabra adiós, en las que no hay despedidas, discusiones, mentiras ni abandonos. En unas líneas en las que se nos permite ser felices juntos y nuestro Dios bendice el amor que compartimos, lo permite, y nos otorga herramientas para hacer de la vida un lugar mejor, un lugar en el que sentirte vivo y renunciar a la muerte que es una vida sin ELLA. Y al leer esas líneas la persona amada está leyendo una traducción de ese idioma universal en el que se escribe el amor y sintiendo como esa emoción que ha desbordado el pecho de quien las escribe, consigue llegar hasta las puertas de su corazón y pedir asilo.
Alguien dijo una vez que si un escritor se enamora de ti nunca morirás, a lo que yo añado que si eres capaz de leer el amor en sus letras, nunca permitirás que él muera.