Me agarro a la música que me reconforta y que me ayuda a encontrar el sentido a mucho de lo que me desespera. Y no soy el único que utiliza las canciones como particular red de seguridad sobre la que caer cuando has perdido el equilibrio al caminar por el delgado cable de la vida, mi amigo el pianista Oscar Lobete , con quien comparto desde hace muchos años ya triunfos, sinsabores, pérdidas, ganancias, éxitos y fracasos, también se aferra a esas canciones que escucha durante las noches sin dormir.
Juntos diseñamos, desarrollamos y llevamos a cabo el espectáculo Canciones para una noche en vela, una suerte de recital/concierto/dramatización/revisión, de algunas de esas canciones que nos permiten salir adelante. Yo escribo un texto sobre lo que me inspiran las letras de esas canciones, sobre lo que puedo leer entre líneas al escucharlas y sobre lo que inmediatamente asocio con mi realidad al hacerlo, él, se desata sobre el teclado del piano imprimiendo a la melodía de estos temas lo que agita el interior de su pecho cuando tumbado en la cama las escucha una vez tras otra rezando porque salga el sol y la luz despeje las sombras que acechan su futuro.
Aquí os dejo el texto que había escrito para el nuevo espectáculo que estamos preparando y del que os avisaremos con tiempo cuando nos decidamos a estrenar.
Quasi es un tema que cuando escuché por primera vez me desordenó por completo corazón y mente y me llevo a pasar por muchos y muy distintos estados emocionales. Me habló de angustia, de miedo y de un amor equivocado y contraproducente, pero me inspiró luz pues lo asocié con belleza y con el más poderoso de los amores, que es el amor verdadero.
Hoy he decidido revisar el texto y buscar la verdad que se esconde tras él y que no conseguí que emergiera al escribirlo hace ya unos meses.
Digamos que esto que ahora comparto, fue el borrador de una duda, de un deseo, de un dolor.
Espero que os guste, y espero que el nuevo texto que nazca de la canción de Pablo y de lo escrito por mi en su momento esté a la altura de lo que sé que late oculto.
QUASI
Me pides que me vaya porque no quieres hacerlo mal, porque tienes miedo, porque crees que no sabes hacerlo mejor. No tengas miedo. No te asustes, no me vas a hacer daño. Lo único que me haría daño es alejarme de ti, por eso no voy a irme a ninguna parte, porque una vida sin tu presencia es una vida de tormento, y no quiero sufrir más.
Te asusta saber quién soy, pero no te preocupes, porque eso ya lo sabes y lo que realmente te intimida es ratificar que lo que sientes al mirarme es real. Soy yo, soy aquel que los hados eligieron para ti, acéptalo sin miedo. Del mismo modo, desde que te conocí no me costó ni un segundo darme cuenta de que eras tú, de que eras la que mi dios escogió para colmarme, para restaurar el equilibrio, para demostrarme que en efecto Dios es infinita bondad, infinito amor e infinita sabiduría. Amarte es el único fin de mi existencia y soy feliz al quererte y al saber que haga lo que haga lo haré por ti.
Dices que tienes el abrazo inevitable y no sé porque consideras un error acogerme de nuevo entre tus brazos, que son mi morada, mi refugio y el único lugar en el que me siento seguro. Tus brazos son la fortaleza de la que no quisiera tener que marcharme jamás.
Y no te confundas, no tienes el corazón insoportable, tienes el corazón lleno de vida, intenso, poderoso y sencillamente adorable. Y deslumbras con tu luz, una luz que se refleja en mi mirada azul, y que intento que ilumine cada palabra azul que no callo, hasta que sea capaz de conseguir que desaparezca por completo la oscuridad. Hasta que despeje de sombras un futuro incierto y peligroso, porque me aterra que no estés en él.
Si que sirves para amar, y puedes darme más y es que me das mucho más de lo que crees. Me lo has dado todo simplemente con respirar con tu respirar, me lo das todo con ser y con estar.
Bendito verbo to be.
3 comentarios:
Aunque sea y esté con otro?
Si. Aunque sea y esté con otro.
Cuando se ama de verdad aprendes a sufrir en la distancia lo de que el destino se dedique a jugar con las ilusiones, pero no renuncias a la emoción y al sentimiento porque a veces no puedes, ni quieres hacerlo.
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