Así se titula el libro de Corrado Augias (sobre aquel artista tan especial que fue Modigliani) que cierta personita me regaló el día del libro.
Es una edición en italiano y ella, sabedora de que quiero practicar y no olvidar este idioma y además, siendo una apasionada de la vida y obra de este artista, eligió el libro perfecto.
Modigliani llevó una vida muy dura en París, donde se trasladó para crear y compartir experiencias con grandes de su época como Toluse Lutrec o Picasso, ahí es nada.
Hombre de innegable magnetismo y atractivo, tuvo una serie de romances que terminaron en su matrimonio con una jovencísima estudiante parisina, de familia burguesa acomodada.
Impresiona leer que a la muerte del artista, su joven esposa, embarazada de su segundo hijo se quitó la vida.
No se puede dudar que esta pareja vivió una impresionante historia de amor y eso que Modigliani se destrozó la salud a base de alcohol y excesos y en ocasiones (según mi apreciación de lo leido en su biografia) estando evadido mentalmente y refugiado en los efluvios del alcohol, ninguneó e incluso ignoró a su amada.
Pero hay algo que está por encima de los malos momentos en la vida de una pareja y eso es el amor.
Me he obcecado durante años en encontrar el amor en diferentes mujeres con escaso éxito puesto que aunque en todas hallé algo que me transportaba a otro mundo y me mantenía en éxtasis, a la larga se fue apagando la llama.
Creo que no es necesario llevar las cosas al extremo como hizo Modiagliani pero desde luego no hay que ponerle límites a los sentimientos.
En ocasiones las cosas se presentarán difíciles en la pareja apareciendo diferencias de opinión, de necesidades vitales o de gustos y aficiones.
Todo eso es algo superfluo si hay amor verdadero y aunque asusta el saber que puedan surgir enfrentamientos y momentos desagradables, quedará solapado por algo que te hace volver una y otra vez a los brazos de la persona amada y que aún tratando de identificar exactamente lo que es y buscando ponerle nombre, no das con la definición exacta.
Modigliani simboliza lo más intenso de la vida. Modigliani vivió, amó y murió fiel a su necesidad creativa y navegó por los océanos más peligrosos y bajo las peores tormentas, pero nunca echó el ancla ni se quedó varado junto a un arrecife o en un puerto seguro.
No pretendo dar lecciones sobre nada y menos sobre el amor.
Lo único que he aprendido de la vida de este artista son dos cosas que espero interiorizar y no olvidar nunca: A)Los excesos se terminan pagando siempre y pueden destruir tu vida innecesariamente. B) Nadie puede decirte quien está hecho o no para ti y quien será tu pareja perfecta o por el contrario quien te hará sufrir.
Aún tengo que caerme y levantarme muchas veces y estoy dispuesto a ello, siempre y cuando no olvide ponerme el casco.
Vivir es disfrutar pero también sufrir y asumir riesgos.
No creo en los escritores malditos, siempre he renegado de ese concepto y considero un absurdo el tener que destrozarse la mente y la razón para crear la obra adecuada pues si no nace directamente de uno mismo, forzarla es impostar y adulterar lo escrito y de alguna manera es matar la sinceridad.
En fin...creo que me impresiona demasiado lo que leo. Eso es lo maravilloso de leer y este es una adicción de la que espero no tener que desengancharme nunca, de hecho cuando por circunstancias no he podido acceder a libros o bucear en blogs he experimentado un auténtico "mono".
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