viernes, 1 de febrero de 2013

Vacío


Apenas he tenido tiempo,
Ya ves, para llorarte.
 Se me escapan los días uno tras otro, en sandeces cotidianas que me ocultan que te has ido, que ya no estàs. 
Quizás por eso me obligo a ocuparlo todo, todo. 
Pero siempre hay un ratito en el que vuelves a mi cabeza y entonces sencillamente dejo de respirar, porque noto tu ausencia en los pulmones.
Respiro a bocanadas el vacío que has dejado en mi. 
Tengo el corazón completamente lleno, abarrotado de vacío, que incongruencia. 
Pero es tan cierto como que apenas duermo. 
Yo y mi absurda manía de abrir puertas y ventanas.
Una cosa es que entre luz ...y otra bien distinta es que se vaya la poca que alumbraba esas noches tristes. 
Tu no estás y vuelven los monstruos. 
Las pesadillas se pasan en cinemascope, sesión doble, sin cortes, sin pausas publicitarias. 
Y me descubro en un rincón del dormitorio, abrazándome las rodillitas, apretando los párpados para no abrir los ojos, para no ver que vuelvo a estar sólo. 
Por no levantarme dejo que el cd repita en bucle la misma música una y otra vez. 
El gato me observa desde lo alto de la estantería, como el Cuervo de Poe. 
El frío se acomoda en tu lado de la cama y llega un momento en el que sin querer, apoyo la cabeza en el hombro de tu recuerdo. 
Me va a costar no haberte querido lo suficiente, estuve a punto, muy cerquita de hacerte feliz, a escasos cien besos. 
Me va a costar acostumbrarme a que tu tampoco me quisieras lo bastante.
Sea como sea, llevaré tu sabor en mi especiero y aderezare con él una de las historias más hermosas que he vivido, aunque no fuera de amor, aunque fuera de cariño y ternura o de deseo y amistad.
 Te extraño.
Y se que tu a mi también.
 Ambos nos dejamos llevar por el mismo río que ahora nos separa. 
Espero que seas la mujer más feliz del mundo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

en el florero que guarda la chispa:
los encendedores fuera de uso
a falta de gas o de piedra.
en ese lugar definitivo de desesperación;
donde terminan los botones de colores, descosidos
e impares que nadie cose.
o quiza donde van a parar,
misteriosamente,
las agujas, imprdibles o alfileres
que nadie encuentra y todos pierden
má alla de los objetos con destino,
en el espacio del sueño,
cuando la noche cae:
yo tambien voy al misterio
improbable de luz,donde me recojo,
perdidamente cotidiana, en la sombra
L.E.T.

Anónimo dijo...

espero que mi poema te acompañe,
Lucía

lacantudo dijo...

Me acompaña, Lucia.
Te agradezco que compartas aquí estos versos.

Anónimo dijo...

El verso me da miedo, no así la prosa, somos tú y yo tan diferentes, que se puede apreciar con tan sólo un vistazo, mas tan igual es en ocasiones nuestro dolor que ni mirándome una y otra vez y comparándome contigo salgo de mi asombro. Me encantó tu libro y me encanta como plasmas el dolor, lo siento. Te deseo muchos más con ese olor, el del papel. Abrazo.

Lacantudo dijo...

Hay lectores que me piden que escriba textos alegres y divertidos.
Otros disfrutan más de aquellos en los que me muestro tal cual sufro.
No escribo más que lo que experimento y la vida es dolor y placer en partes casi iguales.
Se sufre más profundo cuando puedes evocar lo sublime de una experiencia feliz.
Vivo y amo como escribo.
A golpes,por impulsos y entregandome en cuanto hago.
Me alegro mucho de que te gustara el libro.
No se si somos tan distintos.
No se quien eres.
Que rabia.

Anónimo dijo...

Es verdad, lo dejé como anónimo, soy Iván del Bosque... Abrazo.