Un dos tres.
Cuatro cinco seis, salto a la derecha y trato de no pisar la raya que divide la calzada.
Las nubes son muy negras hoy, eso es que va a llover.
Siete ocho nueve, seguro que llueve.
Entonces me mojare, y puede que resbale, y caiga al suelo.
Tengo que tener mucho cuidado porque me puedo hacer daño.
Diez once doce, la desgracia te escoge.
Sé que si no quiero pasarlo mal, tengo que apartarme de los posibles charcos que se originen.
Trece catorce quince, la niña bonita no me quiere y no contesta a mis llamadas, seguro que ya está con otro.
Ese es otro charco que no puedo pisar, porque resbalaría y volvería a caerme.
Y ya estoy muy dolorido.
Dieciséis diecisiete dieciocho, doy dos pasos hacia atrás y me siento en el suelo.
No sé porqué sigo andando.
Se ha marchado, y estoy convencido de que ya no va a volver.
Diecinueve veinte veintiuno, estará durmiendo con alguno.
Cae la primera gota, moja mi frente y resbala hacia el suelo.
Se detiene en el zapato, veintidós veintitrés veinticuatro.
Ya no quiero contar más, mejor me tumbo aquí, y espero a ver qué pasa, quien pasa, porqué pasa.
lunes, 25 de octubre de 2010
martes, 12 de octubre de 2010
Callejones
Para llegar, sentarte y encender un pitillo.
Para subirte los cuellos del chaquetón y empezar a hacerte preguntas,y desechar las respuestas veraces, las que no te gustan.
Los callejones son fantásticos también para besar a una mujer a la que seguro no vas a volver a ver, o al menos no vas a volver a ver con los mismos ojos.
También se puede orinar, rápido, preciso, silencioso.
A un callejón te pueden arrastrar entre tres o cuatro, y golpearte fuerte en las costillas y en la boca. Arrojarte al suelo y patear tu espalda.
En un callejón los gatos tienen nombre de demonio babilónico o de político trasnochado, pero siguen teniendo nombre... y reputación.
Las pintadas hablan de cárceles olvidadas, de muchachas vejadas y de matones de quince años.
Desde una ventana diminuta arrojan el contenido de un orinal.
En un callejón puedes jugar a los dados y bailar con los trileros, comprar un revolver antiguo, mercadear con cocaína cortada con vaya usted a saber y escupir más lejos, más alto, más fuerte.
Por eso, cuando alguien me dice que estoy a punto de entrar en un callejón sin salida, sonrió y me acaricio los nudillos, porque se que se avecina un poco de sal, un sombreo de Indiana, una caricia de Sofía Loren.
Reniego de las grandes avenidas con bulevares, iluminadas como hospitales, plagadas de señores y señoras honorables que aprietan el paso al cruzarse con la sordidez de la vida real.
En un callejón puedes amar de verdad, rudamente, sin palabras bonitas, sudando y arqueando la espalda entre gruñidos y gemidos, vigilando a tu espalda y oteando entre las sombras.
No hay mayor belleza que la inesperada y es la puedes encontrar entre contenedores de basura y restos de vidas felices.
Nada como un buen safari por los callejones de tu ciudad.
Lo recomiendo.
sábado, 2 de octubre de 2010
Cada día peor.
Así estamos...cada día un poquito peor.
Viendo el telediario, me encuentro con la "bromita" que le han gastado dos universitarios americanos a un compañero de facultad.
Resulta, que estos "cachondos" ocultaron una web-cam en el dormitorio de su compi y retransmitieron on line, un encuentro sexual entre este joven y otro hombre.
El muchacho no ha podido soportar la presión y el escarnio y se ha suicidado.
Para descojonarse ¿verdad?
Era un estudiante de violín, de dieciocho años.
Un chaval que no había hecho pública su condición sexual, porque a nadie le importa una mierda si eres gay o hetero, que lo que cada uno hagamos en la cama es cosa nuestra.
Vivir en una sociedad como la yanki, que presume de libertades debe de ser horroroso.
Partimos de la base de que millones de americanos hipócritas como ellos solos, condenan la homosexualidad, la libertad de pensamiento, la libertad de credo...
Son, los mismos hijos de puta que experimentaron con enfermos mentales en Guatemala, inoculándoles enfermedades como la Sífilis o la Gonorrea, para estudiar los efectos de la penicilina.
Si es que tienen una guasa...
Que quieren que les diga, a mi este tipo de gente me da bastante asco, pero aún me da mucho más asco que se permitan el lujo de ir dando lecciones de moral por el mundo "liberando" países y "estableciendo" orden y democracias a golpe de caza-bombardero y refinerías de petróleo.
Este joven, gay, tímido y sensible (no por ser gay sino por su exclusiva dedicación a la música) se ha tirado al río Hudson, quitandose la vida y la parejita de "cómicos" que le han jodido la vida, seguiran despollandose en sus casas, con una amonestación verbal entre guiños de un juez republicano o de un gobernador con licencia para matar.
Puto país de mierda.
Cada día va a peor porque cada día tienen más poder y mas chulería y la comunidad internacional se aprovisiona de rodilleras para tirarse al suelo a comerle el pijo al "tío Sam"
Así nos va a ir a todos, como alguien no empiece a pararles los pies.
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