No soy un revolucionario...faltaría más. Soy demasiado bajito y me falta valor. En cuanto las tropas cargaran sobre nosotros, fingiría un angina de pecho o un parto prematuro, me escondería bajo los cuerpos de la muchedumbre pisoteada o saldría corriendo como el correcaminos.
Los disparos me dan cosica y el olor a pólvora me desagrada más que el de coliflor cocida.
Además...la sangre sale fatal de las ropa blanca, y a mi el blanco me sienta realmente bien.
No obstante, me pido el papel de agitador, que va mucho más acorde con mi personalidad.
Ha llegado el momento.
Lo estamos viendo en Egipto y en Túnez y si además, lo canta Macaco, tiene que ser verdad.
Hay mucha gente cansada de deslomarse y pasar hambre, para que el gobernante de turno (y su familia y amigos, of course) se forren a costa de sus sufrimiento.
Es el momento de que el pueblo le ponga ruedas a todos esos fulanos y los largue del país.
Sin violencia, a ser posible.
Al fin los ejércitos empiezan a cerrar bocas, ya que hoy por hoy, lejos de ser elementos de represión, se están posicionando al lado de sus hermanos para facilitar y asegurar la transición a la democracia.
La de punkis que van a tener que meterse la lengua en el orto.
Y es que es normal, los soldados también tienen madre, hijos, hermanos y mascotas, y a nadie le gusta que los suyos pasen un mal trago.
En Egipto y en Túnez esta sucediendo, quizás es la hora de que el resto de los países que tragan con la misma mierda, se harten de tanta corruptela, de tanto traje a medida, de tanta bajada de pantalones, de tanto subastar deudas, bajar pensiones, cerrar empresas.
Puede que sea la hora de fletar un "Estrella polar" del tamaño del Queen Mary y llenar los camarotes de políticos "sucios", banqueros sin alma y ladrones de sueños, para fletarlo alegremente y hundirlo después en alta mar.
Se iban a poner ciegos los escualos, no iban a tener dinero bastante para comprar Almáx y Omeprazol.
No hace falta poner bombas ni que mar cajeros, no hace falta asaltar palacios, saquear comercios, agredir periodistas.
Es tan sencillo como salir a la calle a gritar "Ya está bien" y demostrar que la unión hace la fuerza.
Somos poderosos porque somos suficientes, bastantes, demasiados.
Hay que aprender de lo que está sucediendo aquí al lado, tomar nota y aprovechar el ejemplo.
Lo único que me da miedo, es que en España solo sale la gente a la calle para celebrar as victorias de Futbol, o para reivindicar el humo en los bares.
Lo demás, parece que nos da igual.
No soy un revolucionario, pero si lo fuera, se iban a enterar.