Mostrando entradas con la etiqueta consejos de Polonio a su hijo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta consejos de Polonio a su hijo. Mostrar todas las entradas
lunes, 22 de marzo de 2010
Titiriteros
No hace mucho, mi padre, siempre desde el cariño (me consta) me dijo al respecto de popopopo, que debería hacer únicamente cosas que me dignificaran.
Me pasé la tarde dándole vueltas al tema y aunque creo que entendí perfectamente la intención de sus palabras y la reflexión que habría hecho sobre el tema, esta es una de las pocas veces que no estoy de acuerdo con el.
Y os diré por que.
Los que me conocéis, sabéis que por avatares de la vida, terminé montando una inmobiliaria.
Es un trabajo muy duro, aunque algunos no se lo crean.
En el sector inmobiliario, no hay segundos premios. Puedes tabajar mucho en una operación, negociar durante meses, sortear todo tipo de escollos y dejarte los nervios tratando de hacer las cosas como Dios manda, pero en el último momento se puede ir todo al carajo por culpa de un arranque de orgullo en cualquiera de las partes, vendedora o compradora por un capricho de la suegra del comprador o porque el banco en el último momento, decide no conceder un préstamo o un sinfín de impedimentos más.
Hay que soportar plantones, sin ir más lejos no me he ido de puente porque un cliente me explicó que por trabajo, solo podía visitar una vivienda el sábado a mediodía y aquí estuve esperándolo como un pasmarote durante media hora.
Ni se presentó ni me atendió al teléfono ni lo ha hecho todavía.
Hay también que sopotar todo tipo de desplantes y de salidas de tono, de cualquier gañán con cuatro duros que se piensa que eres su siervo eternamente.
Por no hablar de clientes que te puentean, que te engañan, que se niegan a pagar los trabajos realizados etc.
Lo que peor llevo, es que algunos amigos, incluso parientes, terminan tratándote como " el de la inmobiliaria".Es descorazonador, os lo aseguro
Sin embargo, cuando voy a actuar, con el coche cargado de bártulos y la risita floja que producen los nervios, me siento absolutamente libre, feliz.
Hago una buena labor, el público se mete por completo en la representación y hay un algo especial que se adueña del teatro, del parque o de donde quiera que hayamos montado nuestro espectáculo.
Es cierto que no llevo traje, de hecho, cuando voy a actuar, llevo unos vaqueros y una camiseta de la compañía. Me ensucio las manos montando los hierros del teatrillo de títeres, o me arrastro por el suelo en calzoncillos, durante una performance, pero creo que en ningún momento pierdo la dignidad.
El público se rinde a sus propias emociones, algo se despierta en ellos y generalmente, al terminar, nos regala con su aplauso,que es una de las mejores formas de reconocimiento que existen.
En la mayoría de las ocasiones actuamos para niños y francamente, nunca he sido niñero, de hecho me dan un poquito de grima aunque no dejan de sorprenderme porque se ilusionan y disfrutan como si se encontraran ante la experiencia más alucinante de sus vidas.
Y eso llena.
Me siento absolutamente realizado, yo escribo las obras y junto a mi, actúan, mi mujer, mi hermana y mis mejores amigos.
¿Qué más puedo pedirle a la vida? Tengo tantas cosas que compartir con ellos, que cualquier momento se puede convertir en un buen recuerdo, al margen de que hace del matrimonio y de la amistad, algo vivo que evoluciona constantemente aportando ilusión y compañerismo con cada nuevo montaje.
Creo que hoy por hoy, tenemos que empezar a dejar de lado algunos convencionalismos.
La gente desconfía de las corbatas y los maletines y yo, soy un señor porque me han educado de la mejor forma posible, me ponga un tres piezas o una camiseta de popopopo, y eso se nota.
Se que mi padre hubiera querido que fuera abogado como él, por mi, por darme las mejores oportunidades y asegurarme un porvenir y se lo agradezco, pero yo se que de alguna manera, algún día podré cumplir todas sus expectativas, simplemente tratando de ser la mejor persona posible, lleve el pelo largo, corto o la barba por las rodillas.
Soy un titiritero y me enorgullezco de ello.
De todas formas, si alguien quiere aprovechar la oportunidad, tengo una promoción de apartamentos de uno y dos dormitorios con garaje y trastero a un precio excelente.
Besos para todas y abrazos para la mayoría.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)