miércoles, 27 de septiembre de 2023
Aprendiz de todo
jueves, 21 de septiembre de 2023
Como el escritor que soy
Amo como solo sabe amar un escritor.
Y te hago el amor en negro sobre blanco, en las páginas de una libreta y en el teclado de mi ordenador. Te deseo tanto que me quedaré sin tinta en la pluma y sin batería en el portátil, pero tu mirada y tu sonrisa, tú cuerpo y tus caricias, recargan ambas cosas. Nací para escribir con pasión cada segundo que me regalas y para convertir en textos y en versos la esperanza de una vida juntos, en la que no necesite escribirte, solo leer cada capítulo impreso en tu piel.
Me da igual quien haya escrito el prólogo de tu vida y los hombres de los anteriores capítulos. Aceptaré las críticas y toleraré el desdén de quien no sepa entender que eres el verbo más hermoso que puedo conjugar y que se hizo carne para regalarme el parnaso entre sus brazos. No me importa compartir páginas con otro del que sabrás despedirte.
Escribiremos juntos el final y firmaremos a dos manos cada ejemplar. Y se lo dedicaremos al destino agradecidos por habernos hecho coincidir otra vez.
Y es que es verdad, mi amor, si un escritor se enamora de ti, nunca morirás. Y además sabrá escribirte los momentos más felices, los amaneceres más radiantes y las noches más placenteras. Y repasará todo una y mil veces hasta que edite la obra perfecta junto a ti. Sin notas a pie de página, sin fe de erratas, y sin citas de otros amantes que pecaron de mediocres por no haberse fundido contigo.
Pero esconderé esta realidad hasta que la llevemos a imprenta y pasemos la censura de quien no comprenderá que nos hemos amado, nos amaremos y volveremos a amarnos en esta vida y en todas.
lunes, 18 de septiembre de 2023
Comité de recepción
Para ti que al igual que yo encontraste en los libros mucho más que letras hilvanadas con mayor o menor acierto.
Encontraste en ellos refugio, consuelo, apoyo y ayuda en los momentos más oscuros y, ese rayo de sol escrito en mayúsculas que ilumina el incierto futuro.
Al conocerte y hablar contigo, supe que además de esa obvia afinidad por todo lo relacionado con la literatura, y por ese común amor por los gatos y los perros y por todos los animales que habitan este planeta que nuestra especie se empeña en destruir, había una llamativa conexión también en lo emocional, pues aunque ningún experto en salud mental te haya puesto aún la etiqueta, no tengo la menor duda de que eres una de esas personas altamente sensibles que habitan un mundo feroz y despiadado con quienes tenemos las emociones a flor de piel y no comprendemos que vivir sea en tantas ocasiones sinónimo de sufrir.
Es por eso que al escucharte hablar de libros y autores, de lecturas fundamentales y de libros indispensables, te identifiqué en el acto como un miembro de mi clan, como una guerrera de las páginas en blanco y como otra naufraga existencial que se agarró a un libro para no perecer ahogada en el más triste y revuelto océano de lágrimas.
Por eso hoy te doy la bienvenida en negro sobre blanco. Esta es tu casa. Pasa y ponte cómoda. Espero que aquí encuentres al menos ratitos de evasión en los que sentirte a salvo, y lecturas diferentes, interesantes o al menos reconfortantes, aunque en ocasiones la necesaria catarsis emocional que encuentro en la escritura me lleve a relatar sangrientos crímenes, brutales rupturas y tristes despedidas.
A mi, escribir me ayuda a sacarme del pecho los peores demonios, y a realizar el más eficaz exorcismo cuando mi corazón se ennegrece, mi alma se pudre y mis ilusiones parecen tan perdidas como mi razón.
Pero también encontraras al Juan más romántico, al más esperanzado y al más tierno de los distintos juanes que habitan en mi. Y gatos...muchos gatos.
Sé que compartiremos mucha literatura y muchos y muy refrescantes momentos.
Gracias por venir.
sábado, 9 de septiembre de 2023
En esas noches difíciles
Me agarro a la música que me reconforta y que me ayuda a encontrar el sentido a mucho de lo que me desespera. Y no soy el único que utiliza las canciones como particular red de seguridad sobre la que caer cuando has perdido el equilibrio al caminar por el delgado cable de la vida, mi amigo el pianista Oscar Lobete , con quien comparto desde hace muchos años ya triunfos, sinsabores, pérdidas, ganancias, éxitos y fracasos, también se aferra a esas canciones que escucha durante las noches sin dormir.
Juntos diseñamos, desarrollamos y llevamos a cabo el espectáculo Canciones para una noche en vela, una suerte de recital/concierto/dramatización/revisión, de algunas de esas canciones que nos permiten salir adelante. Yo escribo un texto sobre lo que me inspiran las letras de esas canciones, sobre lo que puedo leer entre líneas al escucharlas y sobre lo que inmediatamente asocio con mi realidad al hacerlo, él, se desata sobre el teclado del piano imprimiendo a la melodía de estos temas lo que agita el interior de su pecho cuando tumbado en la cama las escucha una vez tras otra rezando porque salga el sol y la luz despeje las sombras que acechan su futuro.
Aquí os dejo el texto que había escrito para el nuevo espectáculo que estamos preparando y del que os avisaremos con tiempo cuando nos decidamos a estrenar.
Quasi es un tema que cuando escuché por primera vez me desordenó por completo corazón y mente y me llevo a pasar por muchos y muy distintos estados emocionales. Me habló de angustia, de miedo y de un amor equivocado y contraproducente, pero me inspiró luz pues lo asocié con belleza y con el más poderoso de los amores, que es el amor verdadero.
Hoy he decidido revisar el texto y buscar la verdad que se esconde tras él y que no conseguí que emergiera al escribirlo hace ya unos meses.
Digamos que esto que ahora comparto, fue el borrador de una duda, de un deseo, de un dolor.
Espero que os guste, y espero que el nuevo texto que nazca de la canción de Pablo y de lo escrito por mi en su momento esté a la altura de lo que sé que late oculto.
QUASI
Me pides que me vaya porque no quieres hacerlo mal, porque tienes miedo, porque crees que no sabes hacerlo mejor. No tengas miedo. No te asustes, no me vas a hacer daño. Lo único que me haría daño es alejarme de ti, por eso no voy a irme a ninguna parte, porque una vida sin tu presencia es una vida de tormento, y no quiero sufrir más.
Te asusta saber quién soy, pero no te preocupes, porque eso ya lo sabes y lo que realmente te intimida es ratificar que lo que sientes al mirarme es real. Soy yo, soy aquel que los hados eligieron para ti, acéptalo sin miedo. Del mismo modo, desde que te conocí no me costó ni un segundo darme cuenta de que eras tú, de que eras la que mi dios escogió para colmarme, para restaurar el equilibrio, para demostrarme que en efecto Dios es infinita bondad, infinito amor e infinita sabiduría. Amarte es el único fin de mi existencia y soy feliz al quererte y al saber que haga lo que haga lo haré por ti.
Dices que tienes el abrazo inevitable y no sé porque consideras un error acogerme de nuevo entre tus brazos, que son mi morada, mi refugio y el único lugar en el que me siento seguro. Tus brazos son la fortaleza de la que no quisiera tener que marcharme jamás.
Y no te confundas, no tienes el corazón insoportable, tienes el corazón lleno de vida, intenso, poderoso y sencillamente adorable. Y deslumbras con tu luz, una luz que se refleja en mi mirada azul, y que intento que ilumine cada palabra azul que no callo, hasta que sea capaz de conseguir que desaparezca por completo la oscuridad. Hasta que despeje de sombras un futuro incierto y peligroso, porque me aterra que no estés en él.
Si que sirves para amar, y puedes darme más y es que me das mucho más de lo que crees. Me lo has dado todo simplemente con respirar con tu respirar, me lo das todo con ser y con estar.
Bendito verbo to be.
lunes, 4 de septiembre de 2023
Puro teatro
Desde muy pequeño descubrí algo realmente cautivador en el mundo de la farándula y me infecté con ese veneno para el que no hay antídoto ni cura. Y el teatro pasó a formar parte de mi vida.
Al margen del teatro en colegio e instituto, con la edad me fui formando con talleres y cursos y me lancé a las tablas a pecho descubierto y con toda la ilusión y las ganas. Luego llegó el montar mi propia compañía de teatro y actuar bajo contrato. Como no sé hacer nada sin esgrimir pluma y tinta, yo mismo me ocupaba de crear los textos y libretos con los que entreteníamos al público y al ser un devoto de Federico García Lorca, me hice eco de aquella "Barraca" con la que llevó el teatro a las calles y plazas de muchos pueblos españoles. Ideé una iniciativa teatral similar para llevar el teatro a aquellos lugares carentes de espacios escénicos estables y actué en más de cien pueblos de la geografía española. Aquella aventura que tan solo duró dos años, me supuso recibir un premio a la ciudadanía del que me siento más que orgulloso y que al recoger dediqué en silencio al poeta andaluz fusilado una aciaga y oscura noche en la que la luna no quiso bajar a la fragua con su polisón de nardos.
Televisión española y Televisión Castilla y León, así como la prensa escrita, se hicieron eco de aquella iniciativa que me reportó tantas alegrías como penas, pues una vez más la tragicomedia de la vida me llevó a suspender funciones y a despedir de mi corazón y de mi alma a los miembros del elenco que trataron de adueñarse de mucho más que el atrezo y los beneficios que reportó esa hermosa idea.
Pero una vez superé la perdida y quemé las naves, me dejé llevar por el espíritu, fundé otra compañía y volvía pisar las tablas.
Tengo muchos y muy buenos amigos en los escenarios y tras ellos, y por fortuna en mi lecho se han cobijado distintas reinas de la escena. He amado y me han amado ( y si no ha sido así, fue su mejor actuación) aclamadas y reconocidas actrices teatrales, y una de ellas fue quien me enseñó el significado de importantes palabras, emociones y sentimientos, y quien me entregó el más importante de cuantos premios puede recibir un humilde cómico, la sensación de haber vuelto abrazado a su pecho hasta el mismo paraíso donde poco antes de conocerla, el productor celestial decidió prolongar la temporada y contratarme unas cuantas representaciones más.
Más allá de las metáforas, tengo la suerte de que junto a mi caminen día a día actrices, directoras teatrales, dramaturgas y programadoras con mando en sala, y que me regalen un cariño sincero y el mayor de los tesoros, que es su confianza. Espero saber aportar a sus vidas al menos la mitad de cuanto ellas aportan a la mía, aunque me esfuerzo en tratar de corresponder compartiendo con ellas cuanto puedo para contribuir a su felicidad cotidiana.
Vaya desde aquí mi aplauso y mi gran ovación para ellas, puesto en pie, y sin cesar el reconocimiento hasta que decidan los tramoyistas divinos volver a bajar el telón y hacerme abandonar la sala.
viernes, 1 de septiembre de 2023
Como en las películas
Tras tomar la bolsa con el salmón cortado en dos lomos limpios de piel y espinas que le entregaron en la pescadería del centro comercial, Laertes se dirigió a la linea de cajas para abonar la compra y fumarse un pitillo antes de subir al coche estacionado en el amplio aparcamiento que va desde la orilla del Pisuerga hasta la Avenida de Salamanca. De un rápido vistazo localizó la cola más pequeña de cuantas había en las cajas y rápidamente ocupó su lugar antes de que un matrimonio de mediana edad que portaba un carro de la compra repleto hasta los bordes se le adelantase.
Hay otras muchas grandes superficies en la zona y la mayoría con precios más competitivos, pero Laertes sabe bien que lo barato sale caro, y prefiere gastar un poco más de dinero, asegurándose la mayor calidad en los productos y el mejor trato y el más correcto del personal que lo atiende y asesora, cuando no localiza alguno de los ingredientes con los que elabora las recetas más complejas de la cocina creativa a la que se está aficionando.
El verano está tocando a su fin y de momento no tiene más trabajos a la vista que un asunto sencillo contratado un par de días antes, trabajo que lo llevará a eliminar un objetivo en la vecina ciudad de Palencia. Al parecer el mayor accionista de una lucrativa sociedad empresarial no ha encontrado mejor forma de imponer su modelo de negocio ni de hacerse con los títulos de uno de los integrantes del consejo de dirección. Todo está estudiado. Será un trabajo rápido. Eliminará al objetivo en el dormitorio de su chalé y tras ponerlo todo patas arriba y arramblar con joyas, relojes, dinero y todo lo que sea susceptible de poderse colocar en el mercado negro, hará creer a los investigadores del grupo de la Brigada criminal de la Guardia Civil, que quien realizó el asalto al chalé se vio sorprendido por el dueño y tuvo que ejecutarlo para evitar ser identificado en una posible rueda de reconocimiento. Como de costumbre ya ha cobrado por adelantado y en metálico los honorarios pro su trabajo y Laertes sonríe al pensar en el viaje que realizará al extranjero después de cumplir con el encargo. Lleva tiempo con el capricho de pescar en Noruega un salmón de esos que tanto le gustan, y esta es una muy buena época para hacerlo. Además y aunque no dejará ningún rastro sobre la autoría del crimen, abandonar España durante una pequeña temporada no le vendrá mal.
La eficacia de la cajera que atiende la caja en la que espera turno, hace que delante del rubio asesino de bigote de color solo espere ya un cliente y, la hermosa morenita ataviada con el uniforme de El corte Ingles (alma mater de la franquicia), esbozando una agradable sonrisa y despidiéndose con un correcto y educado, "gracias y hasta la próxima", entrega el tique de compra a la cliente que lo toma, lo introduce en el interior de la bolsa donde ha guardado lo adquirido y abandona el lugar apretando el paso. Son casi las tres de la tarde y aunque muchos clientes abandonan el local con prisas, el establecimiento se sigue llenando de personas ávidas de gastar allí parte de su salario.
El joven cliente albino que precede a Laertes deposita sobre la cinta transportadora una botella de vino de la Ribera de Duero, y cuando Cristina, que así se llama la atractiva empleada, marca el producto y abre la caja para proceder al cobro en efectivo, extrae del bolsillo del amplio pantalón de lino negro atado con cordones un pequeño revolver y en voz baja le pide a Cristina que deposite en una bolsa de plástico el contenido de la caja.
Por el acento y los rasgos eslavos, Laertes lo identifica como uno de los muchos jóvenes ex combatientes de las antiguas repúblicas soviéticas que tras verse obligados a participar en una guerra cruel y fratricida en la que perdieron a sus familias y amigos, emigraron a distintos países de Europa buscando oportunidades para rehacer sus vidas, pero que lejos de encontrarlas se vieron abocados a la delincuencia como medio de subsistencia. Y este no debe de ser de los más inteligentes, o quizás, está enganchado a alguna sustancia ilegal, pues parece actuar sin demasiada lógica y sin haber diseñado un plan para el atraco. Seguramente esto sea algo improvisado. Un profesional no robaría ni a esa hora, ni a una sola cajera. Dado el volumen de las transacciones esperaría al cierre del establecimiento para hacerse con la recaudación de toda la linea de cajas, y para apoderarse del dinero antes de que los empleados de la empresa de seguridad que realizan el traslado a la central acudieran a recogerlo.
Sabe que debería dejarlo estar y esperar a que aquel torpe delincuente abandonara el local a la carrera con el botín, pero al verlo tan nervioso y tan excitado, decidió intervenir para que no hiciera una estupidez y disparase el arma hiriendo a la simpática morena que ya estaba a punto de terminar su jornada laboral y merecía regresar a casa sin más que una historia que contarle a su novio o a su compañera de piso.
Antes de que el atracador se pudiera dar cuenta del movimiento, Laertes lo desarmó de un certero golpe en la muñeca que sostenía el arma y a continuación lo dejó primero sin respiración al propinarle un directo al plexo solar, para derribarlo después con una eficaz llave de aikido.
Los agentes de la patrulla de la guardia civil que se acercaron hasta el Hipercor al recibir el aviso y hacerse cargo del delincuente esposado por el vigilante de seguridad de la empresa privada que daba servicio al establecimiento, lo tomaron declaración en el mismo despacho en el que el encargado del turno de mañana trataba de calmar a Cristina, quien había pasado por un momento tan desagradable como sorprendente. Cuando terminaron con el papeleo y comprobaron que Laertes había servido durante años en las fuerzas especiales del ejército español, lo dejaron marchar felicitándolo por su acción, pero pidiéndole que para futuras ocasiones no actuara sin la seguridad de que nadie podría resultar herido. Obviamente desconocían el trabajo del sonriente cliente de ojos azules y tatuajes en los antebrazos, y que él mejor que nadie, sabía que había actuado de la mejor de las maneras posibles tras evaluar la situación.
Había salido ya a al exterior y encendido un cigarrillo con su fiable y plateado mechero de gasolina, cuando escuchó tras él una voz familiar.
—Gracias. Has sido muy valiente –le agradeció Cristina ofreciéndole la mano para que se la estrechara.
Por un segundo Laertes sopeso sus posibilidades de atraer hacia sus labios los de aquella bella mujer y besarlos, pero tras el reciente y mediático escándalo de Rubiales y la futbolista campeona del mundo no quiso exponerse a un malentendido y a una posterior denuncia, y simplemente contestó apretando con firmeza y dulzura la mano ofrecida
—No ha sido nada, Cristina. Me hubiera disgustado mucho que a ese imbécil se le disparase el arma.
—Te debo un café por lo menos, o una copa, que la verdad ahora mismo me sentaría mucho mejor. Si quieres te invito a un whisky escocés, que sé que es la bebida que compras de vez en cuando los fines de semana que coincidimos en el supermercado.–le dijo Cristina sorprendiéndolo.
Laertes aceptó de buen grado y tras apagar el pitillo se ofreció a llevarla en su coche.
Aquello parecía el principio de al menos una gran amistad. Aunque en su interior, el rubio asesino a sueldo con principios morales deseaba que se convirtiera en algo mucho más delicioso.