domingo, 16 de junio de 2019

Por ser y estar

Mi norte va con ella.
Decir que es exquisita se queda corto, aunque ese es un término que la define bastante bien y describe a la perfección su generosidad, su carácter y su saber estar.
Mujer de lengua curiosa, de mente más curiosa aún y de alma intrépida que se resiste a la mediocridad de una sociedad que etiqueta y cataloga según los éxitos conseguidos, aunque hayan sido obtenidos a consta de otros. Ella lucha sus propias batallas y conquista baluartes y posiciones a fuerza de sacrificio, de inteligencia de esfuerzo y de un corazón noble y unos valores auténticos.
Siempre he dicho que en una relación, sea del tipo que sea hay tres factores sin los que todo quedará en nada, a saber, respeto, confianza y buena comunicación. Y con ella estos tres elementos se combinan como los extraídos de una emocional tabla periódica con la fórmula más antigua y más eficaz del universo: el amor.
Llevo toda la vida buscando mi particular  Santo Grial, el calid del que al beber siempre sentiré que renazco. Y lo he encontrado en sus labios.
Ya puedo guardar en el trastero el revolver, el sombrero y el látigo y centrarme en la arqueologia especializada en rescatar los besos y caricias que permanecen bajo toneladas de desilusiones, de ruinas y de vestigios de civilizaciones invasoras y ladronas que trataron de esquilmar las riquezas de lo que en su momento fue mi imperio.  Un imperio en el que no se ponía el sol.
Ella es por derecho la emperadora, la faraona, la reina y la única heredera de todos los cofres repletos de cuantas palabras hermosas haya escrito nunca, para aportar al tesoro que no pudieron robarme.
Gracias por haberte cruzado en mi camino. Por ser y estar.
Eres exquisita

jueves, 6 de junio de 2019

Asilo

Parece que siempre seré el eterno derrotado en busca de unos brazos donde pueda refugiarme de mi guerra interior, de los bombardeos de este corazón con la espoleta graduada a cero y de las oleadas de ataques del ejército de la decepción. 
Escapo de las incursiones de los comandos de operaciones especiales integrados únicamente por lágrimas y de los acertados movimientos sobre plano de ese cruel y sanguinario general en jefe conocido como desilusión.
Pero resisto.
Tendrán que arrancarme la esperanza de mis frías manos muertas. Tendrán que arrojar mi alma a una fosa común junto a las de otros eternos enamorados y cubrirla con cal.
He pasado muchos años sometido a un entrenamiento duro, casi inhumano, donde las más duras y atractivas instructoras me sometieron a todo tipo de pruebas, de vejaciones y de prácticas para debilitar mi cuerpo, minar mi moral y adormecer mis emociones.
Pero resistí.
Gané mis galones al mantener la sonrisa en todo momento, al convertir el agotamiento y el dolor en textos y poemas, al conseguir levantarme como un resorte con cada toque de diana que sonaba dentro de mi pecho con la salida del sol que brillaba en los "te quiero" adormecidos. 
Rendirse nunca fue una opción, no lo es y jamás lo será.
Lucho y lucharé por lo que me importa y a fecha de hoy, lo que más me importa es que me concedas asilo entre tus brazos.
Quiero habituarme a tu cuerpo desnudo, con la ilusión y la sorpresa de la primera vez que lo disfruté y volver a sentir esa emoción cada vez que se te caiga la ropa.
Quiero escribir siempre textos como este, pase lo que pase y le pese a quien le pese, me digan lo que me digan y me tilden de lo que me tilden. Porque soy así, siento así y así se lo hemos contado.
Volverme a cuadrarme y a llevarme la mano a la sien en un respetuoso saludo, cuando se ice la bandera de tus ojos.