sábado, 7 de febrero de 2015

Otro buen día.

Y en esas estamos, disfrutando de otro día maravilloso.
Lo está siendo por dos sencillas razones, primero porque puedo levantarme y hacer planes y segundo porque el hecho de haberlos trazado con precisión, me ha acercado más a una buena amiga a quien le han cuadrado y de paso hemos terminado coincidiendo con más gente estupenda.
Solo la certeza de que las cosas irán bien ya de por si lo maquillan todo con el color adecuado y los ojos te resaltan en el rostro, los labios toman forma, las bolsas desaparecen y los pómulos te señalan como alguien feliz.
Lo bueno de la vida es el perfecto tratamiento de belleza al que te sometes de lo más contento y sin darle la más mínima importancia.
 Somos así de  básicos y cuando uno se encuentra de buen humor, la ropa parece sentarle mucho mejor frente al espejo, el pelo adopta la caída adecuada e incluso el cuerpo se nos antoja no perfecto, pero si al menos consentido por los cánones estéticos del momento.
En cualquier caso todo sienta mejor, está más de moda y es más ponible.
El tema es que en un día como el de hoy te vas a tomar uno de esos vermús canallas al sitio donde los vermut son canallas por antonomasia y saben absolutamente deliciosos y además coincides con otras muchas caras conocidas y canallas y disfrutas de cada trago y de cada bocado de aquello con lo que te obsequia el establecimiento al pedir cada consumición.
Lo mejor es el haber charlado un rato con Alex, el joven camarero que atiende la barra del piso superior del local.
Alex tiene casi veintena y media y podría ser mi hijo o por lo menos tener la edad del posible hijo que podría haber nacido de no haber sido prudente en mis primeros escarceos.
Este chaval te sirve con absoluta corrección lo mismo un vino tinto que un cóctel o una caña y te das cuenta de que aunque algunos lo puedan pensar, no forma parte del local, si no que aporta al local todas su ganas, su trabajo y su empatía.
Según él mismo me ha comentado, curra para disfrutar de aquello que a su edad es difícil de conseguir sin desprenderte de algunas otras cosas: independencia total y absoluta.
Estudia algo tan absolutamente actual como diseño gráfico y aunque ya en su momento se dio un paseo por el mundo administrativo, es consciente de que hay que aportar algo más actual a los conocimientos si quiere tener alguna oportunidad.
El muchacho tiene la cabeza muy bien amueblada, atiende siempre con una sonrisa en el rostro y ha tenido la inteligencia de adquirir un trabajo en el local oportuno, con unos compañeros que a su vez son jefes  y sabe que mientras cumpla, siempre sacarán la cara por él.
Si el ambiente en el local ya es bueno entre los clientes, entre los trabajadores es mucho mejor y eso influye casi tanto como lo delicioso y variado de las tapas con las que te obsequian al pedir una consumición.
El día ha comenzado fenomenal, con buena música y mejores brebajes y aperitivos. Si a esto le sumas una buena conversación y una cara bonita, las previsiones se disparan a lo cuasi perfecto.
Como decía mi amigo "Campu" cuando nos sentábamos a disfrutar de cualquier cosa juntos: "si así vivimos los pobres, como vivirán los ricos".
"Campu" siempre fue un cerebro privilegiado, por algo es ingeniero de telecomunicaciones, yo simplemente tuve la oportunidad de compartir con él años de vida y de adquirir parte de sus conocimientos y la aproveché lo mejor que pude.
Alex es joven si, pero lo suficientemente astuto como para irse a casa a descansar después de terminar su turno y prepararse en cuerpo y mente para afrontar el siguiente.
Da gusto conocer a gente así, te reafirma en la idea de que el Ser humano es un animal inteligente y con raciocinio.
La única putada, es que este tipo de ejemplos cotidianos, te llevan a replantearte la vida y a tratar de organiza mejor las cosas, a optimizar los recursos y a  sopesar las consecuencias de cada acto irreflexivo.
Pero bueno, no hay mal que por bien no venga y sigo en mis trece, hoy ha sido un buen día.
Esperemos que el futuro no sea más que una sucesión de días como este.
Si es así firmo ya, si no firmo de todas formas, ya haré por encontrar el camino.
Creo que como el resto de la humanidad aspiro a ser feliz aunque ya de por si, esa búsqueda de la felicidad se pueda casi relacionar con el egoísmo.
Si ese es el silogismo, no hay problema, el hombre es egoísta por naturaleza, Juan es un hombre, ergo Juan es egoísta por naturaleza.
No me importa ser egoísta si en mi camino no me llevo nada ni a nadie por delante, nunca podría ser feliz a consta del sufrimiento de cualquier otro y creo que esta reflexión es el mejor legado que puedo transmitir a las generaciones venideras.
Eso si quieren escuchar la chapa de un carroza, claro.


 

2 comentarios:

Alex Summers dijo...

Muy buen cliente, gran hombre, superior persona.

lacantudo dijo...

Tu que me miras con buenos ojos y eso es de agradecer.
Soy un tipo de lo más normal, con mis inquietudes y mis miedos como todos, grande no, un metro y sesenta y poco y como persona creo que me pusieron el listón demasiado alto, aunque trato de estar a la altura de aquel que me dío la vida.
Cuando uno está bien con los demás, solo puede escribir cosas como esta. Creeme, soy absolutamente sincero en cuanto digo, hago y escribo.