lunes, 5 de febrero de 2018

Y lo demás son chorradas

O cuentos. Y sé que no crees en los cuentos, aunque escribas el tuyo cada día al despertarte para ir a trabajar con una sonrisa en el rostro. Pero no por sonreír crees ser una princesa a la que el príncipe azul terminará persiguiendo con un zapatito de cristal en la mano. ¡Que turra, por Dios! ¡Pero si esta desparejado y además ni te sirve, ni te gusta! Tú eres más de calzado cómodo para ir a currar y de llamar a las cosas por su nombre y no disfrazarte de lo que no eres, para asistir a un baile y camelarte al más guapo. El físico te da más o menos igual (a ver, que no es lo principal pero también ayuda, que tonta no eres) y lo que te pone realmente, es la limpieza de corazón, el buen uso de la cabeza y el que un hombre, príncipe o no,  sea capaz de conseguir sus objetivos con esfuerzo y sacrificio. Y no creerse alguien especial por ello. Al fin y al cabo eso es lo que llevas haciendo tú toda la vida sin colgarte medallitas ni toisones de oro.
Hermanastras celosas y rabiosas las hay por todas partes pero en el fondo no es culpa suya, sino de aquellos que las convencieron de que lo merecían todo por derecho de nacimiento. Por eso cuando ven a una mujer como tú, se sienten atacadas al saber que el verdadero derecho a ser feliz es tuyo, que te lo llevas currando mucho tiempo y has puesto los medios, aunque la vida te haya sacudido una y otra vez. Has descubierto que el amor, como canta Macaco, es el único camino. Y es un camino que igual ahora mismo ya no pensabas volver a recorrer, por haberte encontrado en él con dragones, ogros, hechiceros y demás subproductos de la fantasía. Pero también te has encontrado conmigo, que sé que este es el veredero camino. El que hay que recorrer en presente y no en pasado ni en futuro, simplemente colocando un pie delante del otro  apartando la maleza, esquivando a las serpientes y mandando a tomar por el culo a las fieras que pretendan arrancarnos la vida a mordiscos.
El amor es algo maravilloso pero hay que tener mucho cuidado, porque se ha convertido en un producto gourmet al que le han salido muchas imitaciones de baja calidad de esas que se venden en el todo a cien. Prefiero ahorrar o pedirle un crédito a mi alma. Si quieres estaría genial que avalases ese crédito y si lo necesitas, yo avalaré el tuyo. Aunque creo que tú vas sobrada de efectivo emocional y te puedes dar el capricho de adquirir el amor más exclusivo, el de denominación de origen, el de pata negra.
Y lo demás son chorradas, o cuentos. 
Había una vez no hace tanto ni en un país tan lejano, una hermosa mujer que decidió echarle coraje a la vida y que despidió a su hada madrina. Y un trovador que se había estancando en cantarle a las penas y a las mujeres equivocadas.
Y fueron felices y se hartaron de chuletillas y de pan tumaca, maridado todo ello eso sí, con el tinto oportuno.
Continuará (el the end es un rollo)

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