lunes, 26 de febrero de 2018

Relatista

Este es mi último relato escrito para el encuentro de relatistas "Los jueves de ceniza" que se celebra en la Casa-Museo de José Zorrilla el tercer jueves de cada mes.
Sobre el motor de creatividad que nos da la organización, hay que escribir un relato siguiendo unas sencillas directrices.
Animo a todos los que gustéis de escribir relatos a participar. En cada sesión seleccionan tres de los recibidos y se corrigen públicamente por Índigo crea,los creadores de esta iniciativa. Podéis encontrar la información al respecto en su página web.

Una furtiva lágrima
 
Dejó el corazón en el coche aparcado en batería frente al hotel donde había concertado el encuentro que llevaba semanas diseñando.
Antes de bajar del vehículo, el agente Luis González, Lu para los amigos, amartilló el arma y le quitó el seguro. Aquellos dos tipos sospechosos que simulaban jugar una partida de ajedrez en la mesa de la terraza de la cafetería no habían conseguido engañarlo. La disposición de las fichas en el tablero, evidenciaba a simple vista que al menos uno de ellos no tenía la más mínima idea de cómo librar una de esas batallas de ingenio y paciencia infinita.
González espero a que se alejase de la trayectoria de las balas la joven, madrugadora e inoportuna mujer que se acercaba empujando una silla de bebé y una vez dedujo que estaría a salvo, descendió de su viejo Citroen.
Como había previsto, los dos pésimos actores que habían enviado para eliminarle trataron de sacar sus armas, pero el eficaz agente del CESID no les dio opción a ello. Mientras avanzaba hacia la terraza, disparó dos certeros proyectiles que se alojaron en las frentes de ambos sicarios, acabando con sus vidas en el acto. El silenciador que le había colocado al cañón de la automática se ocupó de amortiguar el ruido de las detonaciones y, la calma que se disfrutaba en ese pueblo de la serranía segoviana no se vio en absoluto alterada por el rápido tiroteo. Iba a regresar al coche para pedir por radio que desde la central se ocupasen de tranquilizar a los agentes del cercano puesto de la Guardia civil, cuando encontrasen los cadáveres y diesen la voz de alarma, pero algo estuvo a punto de echar definitivamente al traste sus planes de aquella mañana. Y del resto de mañanas de su vida. La camarera del establecimiento, una rubia y menuda mujer de agraciado rostro, extrajo una escopeta de cañones recortados de debajo del
mandil dirigiéndola hacia él con muy aviesas intenciones. González apuntó con esmero y consiguió desarmarla de un único disparo que le atravesó la mano derecha. Entre sus principios no estaba matar mujeres hermosas, por muy peligrosas que estas fueran.
Comprobó que no hubiese más personas en las inmediaciones del tranquilo y apartado hotel rural donde se había organizado la reunión y tras asegurarse de que ese round había concluido, sacó su teléfono móvil de prepago e hizo una llamada a la persona que lo esperaba en la habitación doscientos once de “La sierra encantada”. Al segundo tono, una voz de hombre con marcado acento ruso contestó impaciente.
—Empiezas a retrasarte, Gonzalez.— El veterano agente secreto español disimuló la risa irónica que le provocó la respuesta a la llamada y dijo— Al menos voy a llegar. Seguro que no tienes ni idea de lo que ha pasado aquí abajo con el comité de bienvenida que me habíais preparado. Ella es francamente guapa. Con lo jodido que está el trabajo en este país, no os habrá resultado sencillo hacer que la contratasen en la cafetería de un pueblo de cuatrocientos treinta habitantes. Seguro que se le da mejor atender mesas que eliminar objetivos. Lo mismo que a los dos payasos que hacían como si jugasen al ajedrez. La KGB nunca se caracterizó por las puestas en escena de sus operativos.
—La KGB hace años que dejó de existir, González. Estás tan obsoleto como tus conocimientos.
—No creas, Yuri. Aún sigo en forma. Subiré a tu habitación en tres minutos. Te agradecería que, si piensas acabar conmigo, no me hagas perder el tiempo. Tengo muchas cosas que hacer hoy. En dos horas debo estar en los juzgados de Plaza de Castila firmando el divorcio y te aseguro que le tengo mucho más miedo a mi futura ex, que a todos los sicarios soviéticos, maten bajo las siglas que maten.
—Los españoles no dejaréis nunca de sorprenderme, González. Sube ya. Te pasaré el usb con los archivos sobre nuestra participación en “el proces” y trataré de explicarte el porqué de nuestra injerencia en la soberanía del territorio español.
—Perfecto entonces. Voy para allá.
El agente González cambió el cargador de su Pietro Beretta de nueve milímetros y accedió sonriente al hall del hotel donde se encontraba la recepción. Preguntó al amable recepcionista por la ubicación de la habitación doscientos once y subió a cumplir con su cometido, asegurándose primero de que no le hubiese seguido nadie.
Mientras subía las escaleras hasta la segunda planta, no pudo evitar pensar en el numerito que lo esperaba en la sala tercera de los juzgados de lo civil. Se había prometido que dejaría en el coche todo lo personal y que acudiría limpio de distracciones a su cita, pero, aunque dejó el corazón y los recuerdos de su matrimonio sobre el asiento trasero del automóvil, no había podido librarse por completo de la rabia y la angustia que le producía saber que había vuelto a equivocare al elegir y, que Carolina tampoco era el verdadero amor de su vida. Bueno…ella se lo perdía. En breve dispararía dos balas sobre el bueno de Yuri, una en el corazón y otra entre las cejas. Al hacerlo, le dedicaría con cariño la primera de ellas a Carolina. La que debía haber premiado su infidelidad y que se abstuvo de haberle regalado al encontrarla en la cama junto al enlace del CESID con la embajada francesa. De pequeño lo enseñaron a respetar a las mujeres y prefirió acabar con aquel gabacho de ojos turbios un par de semanas después, arrojándolo a las vías del metro al paso del convoy de la línea seis, la circular, de forma que pareció un fatídico accidente. Un buen amigo que dirigía la empresa que se ocupa de la seguridad en el metro de Madrid, avisado con antelación del futuro desgraciado suceso, se aseguró de que la cámara que vigilaba el anden en sentido Méndez Álvaro, estuviese desconectada. Favor con favor se paga.
Una vez hubo recogido el dispositivo USB, escuchado las explicaciones sobre la organización de aquel fallido proceso de independencia de Cataluña y eliminado al responsable de la trama de desinformación universal sobre la supuesta opresión del estado español sobre la nación catalana, el mortífero e impecable Teniente coronel de inteligencia militar Luis González, encendió un cigarrillo con su mechero de gasolina, abandonó el hotel, se sentó al volante y condujo raudo y melancólico hacia su nuevo estado civil. Una lágrima le resbalo por la mejilla durante el trayecto. Hay que ver, cuan irónica es la condición humana.

martes, 20 de febrero de 2018

La belleza

Es una condición inherente a las personas de alma limpia y clara. Y no tiene nada que ver con el aspecto físico, simplemente las buenas personas son hermosas a ojos del resto de los mortales, o al menos de los que tenemos ojos para ver, oídos para oír y corazón para sentir. Por que hay muchas personas que ni ven, ni oyen, ni sienten ni padecen.
Me duele sobremanera ver que la sociedad actual está sufriendo una peligrosa involución y abundan aquellos (y aquellas, por supuesto) que no solo no son capaces de reconocer esa belleza de la que hablo, sino que además, al intuirla, prefieren hacer lo posible para que no florezca ni luzca llegando incluso a destruirla. Y esto va mucho más allá de la denominada "violencia de género". Esto viene de la terrible y acelerada pérdida de los valores fundamentales que se están sustituyendo por otros valores más actuales, surgidos de la ausencia de virtud que nace del consumo sin límite y la necesidad de adorar los becerros de oro de la fama, las efímeras modas y los absurdos bienes materiales.
Me aterra ver como algo tan necesario como el respeto, la sinceridad y la generosidad, se sustituyen por cosas como la competitividad, el egoísmo o la avaricia. Lo que prima hoy en día es triunfar a toda costa, tener más cosas y mejores que los demás y ser admirado.  Y por desgracia, cada vez más gente confunde el ser admirable con ser admirado.
Pero para fortuna de todos, aún hay personas que comparten con los demás su bondad, su nobleza de espíritu y su belleza. Aún hay personas dispuestas a sacrificarse por las demás, anteponiendo a su placer y a su felicidad, la de los seres queridos y a veces ni tan siquiera queridos, simplemente la de los seres cercanos. Y eso hace que recupere la fe en el ser humano. Yo, que había decidido acudir a la ciencia para que me transformase en un gato o en cualquiera de esos seres sin malicia a los que llamamos animales. Algunos matan, sí. pero matan para alimentarse o para defenderse, no para arrebatar a su víctima sus posesiones ni su dignidad. Eso solo lo hacemos nosotros.
Y que no se confunda nadie. El golpe en la cabeza fue fuerte, si, pero no me ha vuelto loco y no me siento ni mejor que nadie ni el conocedor de los secretos del universo. No pretendo darle a nadie lecciones de moral porque soy tan humano como el que más y cometo los mismos errores que todos. Tan solo digamos que ahora soy más consciente de la cantidad de belleza que hay a mi alrededor y de como algunos pretenden acabar con ella. Y eso me lleva a desear cosas que no debería ni pensar, pues no me corresponde a mi juzgar ni impartir justicia.
Hoy me ha dado por aprovechar este púlpito en la red, para invitar a todos aquellos (que si...y aquellas) que me leen, a que traten de conducirse por una máxima tan antigua como el tiempo y que dice : no hagas a nadie lo que no quieras que te hagan a ti. Yo trataré de aplicarlo a cada momento y estoy convencido de que si lo hiciésemos todos, al poner el telediario no me llevaría los berrinches que me llevo; al igual que al hablar con algunas personas a las que adoro y con las que me siento muy impotente ( se ruega evitar chistes fáciles) al no poder ayudarlas a mejorar sus vidas, porque están pagando las frustraciones de personas sin un alma a la altura de lo que ellas merecen.
Y si...os garantizo que seguiré metiendo la pata, equivocándome casi a diario y cagándola de la forma más estúpida pero os garantizo también que aunque eso no sirva de excusa, nunca lo haré movido por el deseo de causarle mal a nadie.
A veces sentarme en silencio con un pitillo en la boca y escuchar esta canción, me reconforta y me ayuda a recuperar la esperanza.

viernes, 16 de febrero de 2018

Con la luz de frente.

Subió el volumen del reproductor de música portátil y a través de los auriculares, la versión del Somewhere over the rainbow que hizo el tristemente desaparecido IZ le acompañó durante el tramo más duro de su ruta por  la montaña.
Sí, en algún lugar bajo el arcoiris, el mundo es realmente maravilloso, aunque a veces se presente como el peor de los infiernos y estar vivo duela. A esta conclusión  llegó tras haber sopesado todos los acontecimientos de su vida y haberle concedido a cada uno de ellos, la importancia que realmente tienen. 
Ahogarse en un baso de agua se convirtió en una costumbre demasiado peligrosa y arrastrase entre tinieblas sin decidirse a encaminar sus pasos hacía la luz que lo esperaba en el horizonte, fue la rutina en los días en los que todo se le hacía difícil e insoportable. Pero un día esa luz brilló con más fuerza que nunca y lo atrajo hacia ella. Y según se fue acercando a la luz que lo abrazó con su haz en la distancia, volvió a identificar las formas de lo que le rodeaba, los colores antes imperceptibles y los rostros ocultos en la sombra. La luz del faro que consiguió orientarle, lo deleitó con la belleza de todo lo que permanecía a su alrededor, ahora perfectamente reconocible, cercano y cotidiano.  Y descubrió el placer en el camino. Ya no temía andar, ya no temía poner un pie delante del otro y vivir. Ya no  temía a los peligros reales o imaginarios que le acechasen a lo largo del sendero. El mundo se presentaba repleto de arco iris, de cielos estrellados, de puestas de sol sobre el océano y de amaneceres que no eran otra cosa que la perfecta metáfora de toda una vida por delante. Su vida, la vida que solo él podría vivir, que solo él podría conquistar y que solo él podría convertir en el perfecto volumen de  relatos de aventuras con final feliz. O en la historia de amor que siempre había soñado escribir y para la que no había conseguido encontrar la protagonista adecuada que llenase junto a él las páginas de días y noches llenas de felicidad, de cariño y de pasión.
Un suave brisa le acarició el rostro mientras al son del tema que interpretaba el orondo cantante hawayano, volvió a sentirse feliz y agradecido por ser y estar. 
Por ser y estar. Cuantas veces había dedicado ese agradecimiento a personas que le llenaron el alma."Gracias por ser y estar". "Bendito verbo To be". Siempre le gustó jugar con las palabras y descubrir en ellas el perfecto aliado para enfrentar el sufrimiento. Ahora aquella luz que lo trajo de vuelta, le iluminó también muchas certezas, entre ellas, que las palabras servían también para expresar la alegría de un corazón contento y no solo para llenar páginas con dolor.
El mundo es suyo. El mundo le pertenece y lo está esperando con los brazos abiertos para que en tanto de rosa y azucena se muestre la color en su gesto y en tanto su mirar, ardiente, enhiesto lo acompañé en el camino, pueda alcanzar cuantas metas se proponga. Y celebrar todos y cada uno de sus triunfos, concederse las medallas necesarias y conseguidas con tesón y, escribir con letras de oro su nombre en la portada del tomo que le  reservó el destino para ser impreso en calidades de lujo.
Al terminar la canción sonrió, encendió un pitillo y con un brillo en los ojos que denotaba la más sincera alegría, volvió a poner la misma pista del cd se levantó con un dedo las gafas de sol y miró fijamente a la luz del faro que lo alumbraba. Calculó las jornadas de camino que lo distanciaban de él y pletórico de fuerzas y henchido de versos en el pecho, continuó la marcha.

domingo, 11 de febrero de 2018

La metafunción.

Tras realizar los ejercicios de respiración y expresión que aprendió en la escuela de arte dramático cuando estudió el método, Sebastián Lanzas, el actor de moda entre los críticos internacionales, cogió el texto de la función que se estrenaría aquella misma noche en el Teatro Real de Madrid y se dispuso a darle una última vuelta. Cuando lo llamaron para ofrecerle el papel y leyó la obra, supo que ese personaje lo habían escrito para él y a pesar de lo que le supondría darle vida, aceptó sin dudarlo ni un segundo.
Decidió repasar una de las escenas que más le sobrecogieron el alma cuando interiorizó su papel, porque parecía la transcripción fiel de un episodio reciente de su vida.
Se plantó en medio del escenario de la sala de ensayos, miró fijamente al vacío y comenzó a pasar el texto.
 
Y si, aún recuerdo aquel ayer, cuando estabas junto a mi. Tu me hablabas del amor y de otras muchas mentiras que se te daban genial llevar a escena, interpretando con increíble maestría cada uno de los actos. Incluso los más carnales. Y tus monólogos cargados de sentimiento y de pasión. ¡Que gran actriz! No sé como es posible que todavía no hayas viajado a Hollywood. Allí tienes el futuro asegurado. A los americanos les encanta vivir las mentiras.  Siguen convencidos de que son los dueños del mundo. Tan convencidos de ello como lo estabas tú de tenerme completamente a tus pies. Y así fue durante un tiempo, hasta que conseguí levantarme y mirarte a los ojos. 
Sin maquillaje, sin el vestuario para cada escena  y sin el atrezzo con el que conseguiste adornar el escenario donde cosechabas aplausos y grandes ovaciones de un más que confundido público, no eras más que alguien encasillado en el eterno personaje de frívola, embustera y traidora.
Si realmente vas a irte hazlo ya, No me amenaces más con ello. Si crees que él será quien llenará tus días y alegrará tus noches, no lo dejes escapar. No insistas en conservar lo nuestro. porque ya no es solo nuestro. Ahora es también suyo y no estoy dispuesto a compartirlo con él. No finjas quererme, no pretendas convencerme de que lo que sientes por mi es amor. No lo es. Es lástima y prefiero darte asco que darte pena. Te lo pondré fácil. Voy a ayudarte a abandonarme, ya que veo que no eres capaz de hacerlo, que esta vez no sabes cuando tiene que bajar el telón. Te odio, te deseo que la vida te pague como te mereces, Y que ya que has nacido para vivir el Teatro, que cada día sea la reposición del drama más doloroso que puedas interpretar. y que te coma por dentro. Que el personaje más desgraciado se adueñe de todo tu ser y que sienta y respire en ti. 
Y que él comprenda que no habrá libreto en el que ambos consigáis ser felices. Simplemente alcanzaréis migajas de verdad entre bambalinas y tendréis que racionároslas porque esas verdades mínimas y caducas, no os llegarán para alimentaros, tan solo para manteneros vivos en vuestra mentira.

Cuando Sebastián terminó de ensayar la escena de la despedida, buscó en la agenda el teléfono del autor y lo llamó mientras encendía un cigarrillo.
-Si, dígame- Contestó una voz juvenil al otro lado del teléfono.
-Hola Arturo, buenos días. Soy Sebastián Lanzas.
-Hola Sebastián, buenos días. Ya me ha llamado el director del teatro. Hemos quedado allí una hora antes de que se abran las puertas al público, para organizar como será el coctel de después.
-Muy bien, Arturo, pero no te llamo por eso.-dijo Sebastián con algo de enojo- Lo que quería era preguntarte algo que llevo mucho tiempo queriendo saber. ¿Alguien te contó mi vida y mi divorcio de Marisa? Además de lo que ha salido en las revistas y en los programas del corazón ¿Te han contado la verdadera razón de nuestro divorcio? Creo que no has jugado limpio, Arturo. Creo que has manejado mucha información sobre mi vida y has convertido lo más doloroso de ella, en una obra de teatro.
-La vida es puro teatro, Sebastián- dijo Arturo con cierta ironía-Tu ego de artista no te permite ver que la trama de esta obra, es la más antigua del mundo. Se ha escrito y se ha escenificado millones de veces a lo largo de la historia de la humanidad y por todo el planeta. Si te sientes representado en el personaje que vas a llevar a escena, enhorabuena. Así conseguirás un nuevo premio Max y te encargarán que lo representes en la futura versión cinematográfica. Haz de tu desgracia y de tu dolor la inspiración necesaria para levantar al público de sus butacas.
-No pienso prostituir mi alma, Arturo. Llama al teatro y suspende el estreno. Búscate a otro que esté dispuesto vender su corazón por una buena crítica, un premio y unos cuantos ceros en su cuenta corriente.
En vez de colgar, Sebastián arrojó con fuerza el teléfono contra la pared, destrozándolo con el golpe.
Antes de saltar por la ventana y estrellarse contra el suelo, encendió otro cigarrillo. Total, en su afán de matarse lentamente tan solo había conseguido que se estropease un poco el cutis. nada que no pudiese solucionar con la crema adecuada o con el cirujano plástico oportuno.
Los titulares de todos los medios que se hicieron eco de la noticia, coincidieron en que aquel fue un suicidio por desamor. Nunca supieron que realmente aquello fue un crimen pasional. Los recuerdos dolorosos empujaron a Sebastián por la ventana.

lunes, 5 de febrero de 2018

Y lo demás son chorradas

O cuentos. Y sé que no crees en los cuentos, aunque escribas el tuyo cada día al despertarte para ir a trabajar con una sonrisa en el rostro. Pero no por sonreír crees ser una princesa a la que el príncipe azul terminará persiguiendo con un zapatito de cristal en la mano. ¡Que turra, por Dios! ¡Pero si esta desparejado y además ni te sirve, ni te gusta! Tú eres más de calzado cómodo para ir a currar y de llamar a las cosas por su nombre y no disfrazarte de lo que no eres, para asistir a un baile y camelarte al más guapo. El físico te da más o menos igual (a ver, que no es lo principal pero también ayuda, que tonta no eres) y lo que te pone realmente, es la limpieza de corazón, el buen uso de la cabeza y el que un hombre, príncipe o no,  sea capaz de conseguir sus objetivos con esfuerzo y sacrificio. Y no creerse alguien especial por ello. Al fin y al cabo eso es lo que llevas haciendo tú toda la vida sin colgarte medallitas ni toisones de oro.
Hermanastras celosas y rabiosas las hay por todas partes pero en el fondo no es culpa suya, sino de aquellos que las convencieron de que lo merecían todo por derecho de nacimiento. Por eso cuando ven a una mujer como tú, se sienten atacadas al saber que el verdadero derecho a ser feliz es tuyo, que te lo llevas currando mucho tiempo y has puesto los medios, aunque la vida te haya sacudido una y otra vez. Has descubierto que el amor, como canta Macaco, es el único camino. Y es un camino que igual ahora mismo ya no pensabas volver a recorrer, por haberte encontrado en él con dragones, ogros, hechiceros y demás subproductos de la fantasía. Pero también te has encontrado conmigo, que sé que este es el veredero camino. El que hay que recorrer en presente y no en pasado ni en futuro, simplemente colocando un pie delante del otro  apartando la maleza, esquivando a las serpientes y mandando a tomar por el culo a las fieras que pretendan arrancarnos la vida a mordiscos.
El amor es algo maravilloso pero hay que tener mucho cuidado, porque se ha convertido en un producto gourmet al que le han salido muchas imitaciones de baja calidad de esas que se venden en el todo a cien. Prefiero ahorrar o pedirle un crédito a mi alma. Si quieres estaría genial que avalases ese crédito y si lo necesitas, yo avalaré el tuyo. Aunque creo que tú vas sobrada de efectivo emocional y te puedes dar el capricho de adquirir el amor más exclusivo, el de denominación de origen, el de pata negra.
Y lo demás son chorradas, o cuentos. 
Había una vez no hace tanto ni en un país tan lejano, una hermosa mujer que decidió echarle coraje a la vida y que despidió a su hada madrina. Y un trovador que se había estancando en cantarle a las penas y a las mujeres equivocadas.
Y fueron felices y se hartaron de chuletillas y de pan tumaca, maridado todo ello eso sí, con el tinto oportuno.
Continuará (el the end es un rollo)