Ya he escrito en más de una ocasión que el pueblo argentino tiene una especial sensibilidad a la hora de transmitir sentimientos a través de la música, el cine o la literatura. Gardel me ha acompañado a lo largo de mi vida formando parte de la banda sonora de algunos momentos memorables ya que a mi padre le gustaba mucho y entre las muchas cosas que aprendí de él, estuvo el disfrutar de las melodías y las letras de los tangos. Este tango habla del dolor que sufre alguien para quien el tiempo pasado fue mejor y que se siente rodando cuesta abajo. Si bien es cierto que hablar del pasado como el sumun de la felicidad es algo demasiado manido en diferentes expresiones artísticas, yo además puedo apuntar que es un error de base. El pasado en el momento de suceder era presente y por desgracia nos cuesta conjugar el presente continuo en aquello que nos llena el alma pero si consiguiéramos prolongar los momentos felices en el tiempo, viviríamos el futuro con otra ilusión y relegaríamos al pasado únicamente aquello que nos hace sentir desgraciados. Yo no soy aquel que fui y aunque a veces añoro a ese Juan que ya no está, he conseguido darme cuenta de que ahora tengo la oportunidad de aprender de mis errores de antaño y tratar de construir un nuevo Juan más consecuente con sus ideas y sentimientos. Mirar atrás y llorar es demasiado fácil porque lo que realmente supone un esfuerzo es mirar hacia adelante y sonreír. Seguramente la vida aún me reserve mucho dolor, igual más del que pueda imaginar pero también me reserva cosas increíbles, personas fabulosas y puede que incluso ese amor que siempre he soñado y que me he empeñado en encontrar en lugares y corazones vedados. Dice siempre un amigo mio "hacia atrás ni para coger impulso" y aunque llevo oyéndolo años es ahora cuando lo entiendo. Las cosas suceden porque tienen que suceder y su única función es que aprendas de ellas, de las meteduras de pata, los desengaños, las situaciones incómodas e incluso de los accidentes porque si no frenas tú, te frena la vida pero eso no quiere decir que tengas que sentarte en la cuneta y ver los días pasar, si no que tienes que caminar con el sol de frente, el viento a la espalda y la ilusión por bandera. Igual el hecho de perder a una pareja de la que creías estar enamorado no es más que una parte de ese proceso de formación que desembocará en llegar a la persona que te reserva el destino con los deberes hechos y las respuestas aprendidas para que todo sea mágico y especial. Puede que despertar un día sin fuerzas y limitado física y psicológicamente sirva para que aprendas de nuevo a valerte por ti mismo y a valorar lo que realmente merece la pena. Que se te vayan los seres queridos forma parte de este trato y todos nos iremos más tarde o más temprano, lo importante es lo que dejemos en el recuerdo de los que se quedan. Gardel canta que embozada bajo el ala del sombrero apenas puede esconder una lágrima incontrolable pero para nuestra desgracia el sombrero pasó de moda y ahora vamos a cara descubierta. Si lloramos es porque somos humanos y a nadie se le ocurre tratar de esconder la sonrisa (excepto cuando es inoportuna por circunstancias especiales) así que no tengamos miedo de sentir. Yo mismo me encuentro en un fase en la que dedico mucho tiempo a pensar y a buscar la explicación de sucesos que únicamente se presentan porque forman parte de la vida y tengo la inmensa suerte de poder sentarme ante un teclado, abrir mi alma y echar demonios fuera o compartir la felicidad con aquellos que me leen y con aquellos que han decidido acompañarme en este viaje, cogerme de la mano y apartar las ramas para que no vuelvan a sacudirme en el rostro. Meditar es bueno pero vivir es mucho mejor.
No pude liberarme de este sentimiento tan intenso hasta que me deleité con la visión de tus ojos glaucos y tu cuerpo inerte. Es cierto, el rencor se adueñó de todo mi ser, de mi voluntad y de mi cerebro. Quizá si me hubiese ejercitado más en el perdón y en olvidar tu infame conducta todo habría sido diferente pero no pude, traspasé gustoso la linea roja que tracé yo mismo hace ya muchos años y esperé mi momento con la sana y única intención de arrancarte la vida. Tu me arrancaste la dignidad, la autoestima, la confianza en mi mismo, el valor, tantas cosas que al poner tu vida en el plato vacío de la balanza y sopesarlo, aún ganabas en la transacción. Una vez más te salias con la tuya a mi costa pero esta vez pagaría gustoso lo necesario para cerrar el negocio de una vez por todas. De todo lo que me arrebataste quizá lo que más me dolió ver como te llevabas fue mi corazón, porque además no lo querías para nada, únicamente me lo quitaste para que no lo tuviese yo y no pudiese disfrutar nunca de él ni cedérselo a nadie. Te vi destrozarlo con tus afiladas garras y arrojar los pedacitos sanguinolentos a la basura y aquello terminó de darme las fuerzas necesarias para empuñar el cuchillo. No te puedes quejar, te he apuñalado con un cuchillo precioso, hasta en eso sigues siendo afortunada y muy especial; para matarte no valía cualquier arma, no podrías morir bajo el filo de la hoja de un arma vulgar. Por eso limpié con esmero tu sangre de la daga, no quería que emponzoñaras algo tan hermoso. Hicimos el amor por última vez, bueno...que coño, follamos por última vez. Te quedaste dormida mientras cometí la osadía de encender un cigarro, odiabas que fumase en la cama pero mira por donde, el tabaco mata aunque yo sabía que estabas exenta de morir de un cancer. Cerré los ojos mientras apuraba el cigarrillo hasta el filtro, ya que si hago algo prefiero hacerlo bien y no dejarme nada en el tintero. Tras apagar la colilla en mi propio muslo izquierdo soportando el dolor como pude y conteniendo un grito a duras penas, extraje la daga de su escondite debajo de la almohada. Una vez que la liberé de la vaina de cuero, apreté con fuerza su empuñadura de marfil y con delicadeza retiré la sábana que cubría tu hermoso cuerpo desnudo. Coloqué mi mano izquierda sobre tu boca, como hacias tu conmigo cuando me acercaba al orgasmo para que los vecinos no anotasen otro coito satisfactorio en el cómputo de la comunidad. Al sentir mi mano en tu boca abriste los ojos un segundo, momento en el que clavé la daga en tu pecho buscando atravesarte el corazón y partírtelo en dos como habías hecho con el mio. Ya no te ríes ¿no te parece gracioso? Repetí la operación tantas veces que terminé extenuado, matar cansa. La cama se llenó de sangre que manaba a borbotones de tus heridas, ansiosa por unirse al resto de fluidos que analizaría la policía para justificar su decisión de que aquello había sido un crimen pasional. Ya no había pasión entre nosotros, solo actos mecánicos. El último acto de pasión verdadera fue apuñalarte hasta la muerte pero no creo que ningún juez encontrara en ello atenuante ni eximente, al contrario, además no me apetece explicárselo. Que me ejecuten, mi vida la convertiste en una mierda y estoy cansado de vivir. Joder...hace años que despareció la pena capital, asco de sociedad moderna. Si tengo suerte me matarán en la cárcel al negarme a convertirme en el juguete de algún preso o encontraré la forma de ahorrarle dinero al estado tragándome mi propia lengua o algo así. De lo que estoy seguro es de que no volveré a verte. Si me espera una eternidad en el infierno espero que ese infierno sea del rollo del descrito por Dante en la "Divina Comedia" , muy organizadito eso si, pero más poblado que un hotel en Benidorm en agosto. Tú dedícate a aparecerte a los futuros inquilinos de esta casa y dales la paliza a ellos, a mi déjame en paz de una puta vez. Puede que cometan la insensatez de hacer un ritual de exorcismo pensando que eres el diablo pero lo que no sabrán nunca es que el diablo se separó de ti tras pocos meses de matrimonio, porque eras demasiado mala. No sé que viste en mi, no soy tu tipo ni de lejos. Lo último que viste si lo sé: mi sonrisa al apuñalarte y mis pupilas azules ¿qué es poesía? preguntaste clavando tu pupila en mi pupila azul,. y ¿qué es poesía? me preguntas, poesía es verte morir.
Uno nunca no se da cuenta de hasta que punto es jodido perder la memoria y haber olvidado tantas cosas. He tenido la suerte de haber podido meterme un buen atracón de recuerdos durante estos cinco últimos días. A veces tumbado en la cama intento recordar cosas puntuales y no soy capaz, cosa que me desespera y me enerva sobremanera pero he descubierto el truco. He estado cinco días fuera. Puede que como periodo vacacional sea algo escaso pero a mi estos cinco días me han dado mucho. Para empezar el subir a un avión yo solito ya de por si era una prueba de fuego (una más) y puedo decir con algo de orgullo que la he superado, ya que el miedo a volar es lo único que tengo en común con M.A y mira que he volado. Al haber vivido en Inglaterra y en Italia, el avión era la manera más rápida de acercarme a mi tierra y a mi gente y me he comido los nervios muchas veces porque el fin casi siempre justifica los medios. Siempre he volado acompañado, bien a Génova, a Atenas, a Estambul, a donde fuera que me llevara el destino, he intentado tener siempre a alguien a mi lado por si las turbulencias querían amargarme el trayecto. Esta vez ha sido un vuelo cortito, poco más de una hora me ha llevado llegar hasta donde me esperaba el cariño y la amistad con diferentes rostros y diferentes nombres. Al pisar Barcelona recordé súbitamente mis dos últimos viajes a la ciudad condal: el primero pletórico de energías y con la muchacha de sonrisa más hermosa que haya visto nunca y el segundo buscando el abrazo y el cariño de una buena amiga que vive allí para tratar de superar uno de los desengaños amorosos que más me han dolido. Esta vez quería superar otras muchas cosas y esta buena amiga me esperaba de nuevo para darme su calor. Junto a ella me he trasladado a otra localidad de la costa catalana donde por avatares residen otros muy buenos amigos que lo son desde hace ya un porrón de años. Me hago mayor, manejo cifras demasiado grandes. Al llegar allí con Begoña y encontrar a Noe y a Campu recuperé un ejército de buenos recuerdos de forma tan brutal que casi perdí el equilibrio. Cerré el círculo al ver a otra buena amiga a quien la vida ha llevado también a residir en esa zona. Ver a Carmen ha sido maravilloso puesto que como compartí grandes experiencias con ella en Italia, no sabía muy bien que hacer con tantos recuerdos que me llegaban por todas partes. Quizás una de las cosas de las que más he disfrutado ha sido conocer a la pequeña Adriana, sobrina de mi amiga Noe que estaba allí con sus padres y que con tan solo un añito me ha dado una verdadera lección de vida. Adriana ha comenzado a dar sus primeros pasos mientras yo estaba con ellos. Sin miedo ninguno, siempre sonriendo y mirando fijamente a la vida. Tantas ganas de vivir en un cuerpecito tan pequeño y tanta alegría para derrochar constantemente, han sido un bálsamo, como abrazar a mis amigos y compartir con ellos mi primer baño en el mar desde que al rascar mi boleto me salió un "Sigue jugando". Si a ese estado de felicidad le añado el que como dice la canción arriba colgada "Entre miles de recuerdos sobreviven los más bellos", no podéis ni imaginar la de sensaciones que me han sacudido estos días. He recuperado recuerdos espectaculares que no se donde coño los almacenaba mi disco duro después de ese reseteo salvaje al que me he visto sometido pero me da igual, porque no se han ido del todo. No sé donde podrán estar algunas carpetas de archivos pero sé que no se han eliminado y ya irán volviendo todas. Este viaje me ha venido fenomenal y no solo para desconectar un poco de mi rutina diaria, si no para enfrentarme con algunos miedos absurdos, para disfrutar de la mirada franca y sincera de mis amigos y para demostrarme que si se quiere, claro que se puede. Soy un tipo de 41 años con toda la vida por delante y aunque siempre echaré de menos a algunas personas me consta que soy el hombre más rico del mundo, porque tengo muchos y muy buenos amigos. A veces me pregunto que he hecho bien para recibir tanto cariño y aunque no termino de dar con la respuesta me quedo con el premio. Que ciego he estado tantos años al no ser capaz de ver la suerte que tenía. Creo que en el lugar del accidente junto a la Vespa destrozada se quedaron mi bastón y mi perro lazarillo. Me paso el día con las gafas de sol puestas ya que el brillo de tantas personas no deja de deslumbrarme.
Me he empeñado en no creerlo durante demasiado tiempo pero ha llegado un momento en el que ya no he podido mirar hacia otro lado ni ignorarlo cerrando los ojos porque la técnica de la avestruz tampoco funciona para esto. El amor duele, estar enamorado es estupendo, siempre y cuando te enchufen al goteo de anestésicos mediante una vía a la vena y puedas arrastrar el gotero de un lado a otro. Me he dado cuenta de que es amor de verdad cuando noto como se me inflama el corazón y comienzo a sentir ese dolor de tu ausencia o imaginar un futuro en el que no estás. Sé que solo puede ser amor cuando la única cura posible llega de tus labios, con el roce de tus dedos o en ocasiones con el poder analgésico de tus ojos clavados en los mios. Han sido muchos años construyendo castillos preciosos en la arena de mi playa pero siempre llegan las olas de la realidad a desbaratarlo todo y tan solo queda una masa informe en la orilla. Con cada construcción me he dejado el alma en los planos, ideando unas estancias confortables donde pasar el resto de mi vida junto a ti y levantando siempre la torre del homenaje más alta y esbelta que llevara tu nombre. Te he idealizado hasta concederte la categoría de deidad, con ser mi reina no era suficiente porque siempre sentía que me quedaba corto y no sabes hasta que punto te he venerado. He rezado ante tu imagen cada noche, he abierto mi pecho a tus pies y he confesado constantemente el pecado de mi vulgaridad porque nunca creí estar a tu altura. Tú y siempre tú has impregnado todos y cada uno de mis textos, fueran del género que fueran, coloreándolos con decadente romanticismo, cosa que me ha granjeado el desprecio y la burla de demasiados lectores pero eso siempre me dio igual porque sabía que mientras yo me ganaba el cielo de tu sonrisa, ellos se condenaban al infierno eterno de no poder escuchar siquiera tu voz. De repente una mañana amanecí enfermo de plena consciencia y supe que lo nuestro era imposible. No soy más que un miserable humano y no me he ganado el privilegio de formar parte de tu séquito. Caí de la cama entre arcadas y convulsiones y traté de despejar esos negros nubarrones pero en el gris de mi cielo nunca volverá a brillar tu sol. Se acerca el invierno. Solo me queda intentar reponerme, limpiar la sangre que mana por mi nariz y esperar la vida en un mundo futuro, donde pueda sentarme a la derecha de la que será mi verdad y mi gloria. Me duele reconocer todo esto, me duele renunciar a tu credo, me mata esta falta de fe pero prefiero ser un pagano de ti, que predicar embustes. Puede que a partir de ahora comience a gozar del libre albedrío o puede que decida ser un nuevo mártir y entregar mi vida en el circo y que me devoren las fieras ante un público de bárbaros. En cualquier caso y abandonando las metáforas ya, esta noche he descubierto que lo mejor es quererte en la distancia. Que jodidamente cruel es el subconsciente que te envuelve la realidad en sueños y te la presenta en una nebulosa pero consigue que te llegue el mensaje.
Una de las primeras lecciones que recibí al aprender a montar a caballo, fue la de no soltar nunca las riendas ni sacar los pies de los estribos. Perder el control sobre la montura era la opción más efectiva para terminar en el suelo y caer desde la silla en pleno galope se presenta siempre muy poco apetecible. No hablemos de las consecuencias de una caída así. El antiguo arte de la equitación siempre se me resistió, no como a ti, que en una vida pasada debiste de ser la más consumada amazona. A ambos nos han gustado siempre los caballos pero tu optaste por hacer de ellos tu medio de vida. Hoy el diario para el que trabajo, me ha encargado escribir la crónica sobre tu espectacular acción de anoche, en la que junto a otros compañeros de la unidad de caballería de la Policía Nacional desplegada para garantizar la seguridad de la peregrinación del Rocío, participaste en el enfrentamiento con un grupo de narcotraficantes. La operación se saldó con tres muertos por arma de fuego, un policía herido de gravedad y dos detenidos. Aunque a poca gente le importará, yo no puedo pasar por alto el que tu caballo fuera abatido por los disparos de los narcotraficantes durante el tiroteo que se produjo en las inmediaciones de la concurrida caravana de peregrinos. "La agente Cristina Justo, llora a su montura caída en acto de servicio" reza el pie de foto que acompañará a la crónica. En la imagen se te ve arrodillada junto al precioso "hispano-luso" tordo que yace en el suelo con dos heridas de bala en el pecho. Estás preciosa de uniforme. Una mano acariciando la frente del caballo y la otra sosteniendo tu arma reglamentaría. La rubia coleta asoma por debajo de tu casco y la expresión de tu rostro refleja la inmensa pena de haber visto caer al animal, que valientemente saltó el pequeño muro de piedra tras el que se parapetaron los delincuentes. Esta es la primera vez que se produce un suceso de este tipo durante la romería. Nunca había sucedido algo así aunque es sobradamente conocido por todos que durante esta peregrinación, la cocaína circula a raudales entre muchos de los que se suman a la caravana por aquello de "El polvo del camino" y la fiesta aparejada al evento. Tuvisteis la pericia o la poca fortuna de identificar a los miembros de un conocido clan que pensaba operar durante la romería, tratando de pasar desapercibido entre el inmenso gentío y los grupos de devotos almonteños para colocar su mercancía pero no contaron con que en tu unidad había un antiguo agente de narcóticos que harto de su trabajo en el grupo anti-droga, solicitó su ingresó en la unidad de caballería y estando allí de servicio, reconoció a un traficante que había arrestado en el pasado por menudeo y que tras cumplir condena, había escalado puestos en la jerarquía del "cartel". Al acercarse a identificarlo, el delincuente sacó su arma y lo abatió hiriéndolo de gravedad y al hacerlo, las detonaciones atrajeron al resto de compañeros del policía herido que respondieron al fuego y entonces aquello se convirtió en una batalla en toda regla, al unirse al fuego cruzado el resto de miembros de la banda allí presentes. Los peregrinos cesaron de inmediato los cánticos y bailes, se refugiaron bajo las carretas y en cuestión de pocos minutos la efectividad del entrenamiento de la policía en acciones de este tipo puso fin rápidamente al enfrentamiento, con los consabidos resultados. Según los testigos una heroica agente (tú, para ser más exactos) saltó el murete de un pequeño chalé desde donde los narcos disparaban contra efectivos policiales y como si fuera la protagonista de un western de Clint Eastwood, derribó con su arma reglamentaría apuntando desde la silla de montar a dos delincuentes, terminando así con el peligro pero por desgracia al saltar, su caballo fue alcanzado por los proyectiles disparados por los posteriormente abatidos narcotraficantes. España comienza a parecerse demasiado a algunos países donde estas cosas suceden a diario y eso no me gusta. Tenemos la suerte de contar con unos excelentes cuerpos de seguridad del estado pero es gracioso, si supieran de tu cleptómano pasado puede que no te impusieran la condecoración para la que has sido propuesta. Me refiero claro a aquella ocasión en que me robaste con premeditación, alevosía y nocturnidad. No creo que valga lo suficiente para que se considere robo en vez de hurto pero me da igual, es mi corazón. Al comenzar a escribir mi artículo miles de recuerdos me vinieron a la cabeza. No sabes hasta que punto estaría dispuesto a sacar los pies de los estribos de esta vida tan vulgar y anodina, a soltar las riendas de un futuro que se me presenta de lo más insustancial y a galopar para siempre agarrado a tus crines. Mi único miedo radica en que ya sufrí una caída por no montar adecuadamente y no descansar tras cabalgar demasiado tiempo seguido y ahora temo volver a caer. Todos los jinetes saben que cuando caes del caballo lo mejor es volver a montar lo antes posible pero aún a riesgo de que me consideres un despreciable cobarde, tengo mucho miedo Cristina, ya conozco las consecuencias de una mala caída. Mañana la noticia saldrá en la primera página con la foto a todo color y siempre guardaré un ejemplar en mi mesilla de noche, orgulloso de haber cabalgado un tiempo contigo.
He vuelto a ver Gladiator. Sé que muchos se llevarán las manos a la cabeza, se mesarán las barbas o afilarán las patillas de sus gafas de pasta para intentar clavármelas luego en el cuello mientras repiten una y otra vez que no es una película digna para pasar a los anales de la historia del cine. Me da igual, por no decir que me la pela (que está muy feo). Para mi Gladiator es una buena película porque me recuerda a un hombre bueno que vivió según los principios que transmite la historia que cuenta este film. Me voy a permitir el lujo (por favor intelectuales del mundo, no me odiéis por ello) de citar una oración de "Máximo" el protagonista: "Antepasados yo os honro, intentaré vivir con la dignidad que me habéis inculcado". Y sé que no va a ser fácil. A veces tienes que comerte la dignidad y tragarte demasiadas cosas para satisfacer las ansias de los espectadores de este fenomenal coliseo en el que nacemos, crecemos, algunos se reproducen y todos morimos. Intento llevar de la forma más digna posible esta "segunda temporada" que los productores han decidido concederle a la serie que es mi vida pero no es sencillo, ni mucho menos. En este circo los leones y los tigres aparecen de la nada para intentar despedazarte y las únicas armas con las que puedes hacerles frente son la ilusión, el trabajo y las ganas de seguir. A veces, casi siempre que lo necesitas realmente, los amigos cierran filas junto a ti y te protegen con sus escudos pero no vas a vivir constantemente dentro de la formación. Para mi sorpresa y aún sin conocer el motivo, han sido muchos los que han roto sus lanzas por mi y más de uno me ha cedido su espada cuando me he visto desarmado por los acontecimientos. Trato de entender que se espera de mi, que es lo que debo hacer para ser merecedor de tanto y doy fe de que no temo salir a la arena las veces que haga falta pero sé que un día terminarán inclinando el pulgar hacía abajo y ya estará todo concluido. Citando de nuevo a "Máximo" (para que pueda hacer el que así lo desee, la mofa y escarnio correspondientes) "Lo que hacemos en vida tiene eco en la eternidad". Esta es una gran verdad y hay muy diferentes maneras de dejar constancia de tu paso por aquí. Puede que con tratar de ser un hombre bueno sea suficiente, no lo creo pero por intentarlo no pasa nada. No voy a empezar con delirios de grandeza, no preocuparse. No creo que esté llamado a grandes cosas. No soy Napoleón, ni el mesías ni lo flipo tanto. Solo soy un tipo bajito con suerte al que le han vuelto a repartir cartas. No creo tampoco que vaya a transcender por mi excelente literatura. Me parece que por ahí tampoco va la cosa. "Cenizas y polvo" eso es lo que somos y en lo que llega mi momento intentaré al menos hacer lo necesario para dejar el mejor de los recuerdos. La persona con la que vi esta película, mi padre, así lo hizo, dejando una huella muy especial en todos los que le conocieron. Tampoco aspiro a tanto, pero si poder el día de mañana encontrar la manera de ver está película con mi hijo. Mi padre y yo compartimos también citas de obras de Machado, Shackespeare y algunos más. Eso tengo muy claro que si puedo también se lo mostraré a quien vaya a perpetuar mi apellido, si es que soy capaz de ello (creo que sabré hacerlo, he visto en muchas películas como se hace)y si el planeta aún resiste para entonces y no nos lo hemos cargado. "Ten un hijo" dicen mis amigos que ya han sido padres "te cambia la vida". Igual es porque ese cambio no me parecía el adecuado por lo que jamás tuve uno. Ahora tampoco es que me hayan entrado prisas (para nada) pero ya no tengo miedo y he encontrado la razón de la paternidad. Ojalá el día de mañana ese hijo me recuerde como yo recuerdo a mi padre.
Como para mi siempre será el caso, al menos en cuanto a la impresión de una obra literaria. Este libro de la foto, es un ejemplar que me regalaron de sorpresa mis queridísimos amigos Noe y Campu hace ya unos cuantos años, cuando decidieron reunir una serie de correos electrónicos que habían recibido desde Italia, donde estuve estudiando con una beca Erasmus. Aquellos correos fueron el germen de este blog. Yo era (y creo que sigo siendo) un analfabeto funcional y un tipo de lo más analógico pero con una necesidad salvaje por escribir y contar a quien quisiera leerlo, todo lo que vivía y experimentaba pero eso si, a través de textos con mi filtro particular y las aportaciones de mi imaginación a la realidad. Escribía dos o tres veces por semana unos correos donde me auto erigí en el reportero más dicharachero de aquella parte de Italia donde residía y por medio de unas "crónicas" o relatos les hacía llegar mis vivencias a muchos familiares y amigos a través del mail. Fue otra de mis amigas quien me preguntó porqué no me abría un blog y al desconocer de que se trataba aquello y como hacerlo, tuve que esperar a mi regreso a España para ponerme manos a la obra (con ayuda en cuanto a la informática, eso si). La mejor de las sorpresas llegó cuando mis amigos me hicieron entrega de este único ejemplar que se habían currado ellos mismos en cuanto a maquetación y edición, titulándolo con mi nombre de guerra de cuando entre otras cosas, pinchaba música en diversos garitos de la noche italiana, e incluso en un programa de radio local: DJ "Juantierasmus" (no porque tuviese nada en contra de estas becas, si no porque la cursé con casi 30 años ,me fui allí con la que entonces era mi novia, que estudiaba la misma carrera que yo y consiguió una beca idéntica a la mía y, decidimos convivir con italianos y no con otros estudiantes españoles, cosas estas que sumadas a mi necesidad de trabajar allí para ganar el dinero con el que me costeaba mis caprichos y vicios, me alejaba mucho del estudiante de Erasmus prototípico). Este libro cuenta con un prólogo que he releído esta mañana y casi me ha hecho llorar (y sin casi) pues está escrito por los mismos amigos que lo editaron y cuenta con una alta dosis de cariño y de exaltación real de la amistad (esa exaltación que nace del corazón y no del exceso de alcohol). El leit-motiv de los textos comprendidos en este ejemplar es el humor. Una vez pasadas por el tamiz de mi forma de ser de aquellos tiempos, las vivencias personales llegaban a España casi como monólogos del club de la comedia. La vida da muchas vueltas, hoy me falta mucho de aquel desparpajo pero conservo la amistad y el cariño de aquellos amigos que ya entonces me demostraban con cosas como esta cuanto me han querido siempre. Y yo a ellos, como escribí no hace demasiado "Es mejor decir las cosas, más aún si las sientes". No me avergüenza lo más mínimo. Hoy por hoy tengo que agradecerles entre otras cosas el que al imprimir aquel ejemplar despertaran en mi el deseo de trasladar mis creaciones literarias al papel impreso y un afán de superación en cada texto escrito, que en la actualidad sigue vigente. Por eso estoy tan pesado con "Temporada de setas" quiero que el resultado final esté a la altura de lo que esperan todos los lectores a los que de una forma u otra llegan mis historias. Puede que salga en octubre como había prometido, puede que más tarde. Ya no tengo prisa para nada en esta vida. Las prisas son un feroz enemigo y no acostumbran a desembocar en nada bueno. Noe...Campu...muchas gracias one more time, nos veremos pronto.
Esta cosita tan linda es Sasha. Sasha ya no está aquí, físicamente al menos.Sé que nadie se va del todo, de alguna manera su esencia, su energía y su recuerdo vivirá para siempre junto a las personas que la querían. Esta perrita estaba en la flor de la vida pero siempre hay algún desgraciado que se permite el lujo de ir arrancando flores de jardines donde no debería siquiera poner un pie. Desde su prepotencia (algo por desgracia inherente a su condición humana) este personaje decidió envenenar a Sasha, envenenando de paso la vida de dos personas que la echarán siempre de menos. Creo firmemente en la justicia poética o en la justicia divina, llámese como se prefiera. Estoy convencido de que a todo cerdo le llegará su San Martín de una forma o de otra así que lo siento amigo pero probarás tu propia medicina y terminarás sufriendo, no obligatoriamente por un veneno(espero que sea algo mucho más lento y doloroso) la vida elegirá sus propias armas con las que pagarte hazañas como esta. Los animales no son ni juguetes ni mercancía ni mucho menos objetos de los que uno se puede desprender a voluntad. Ya de por si el término "mascota" me resulta algo peyorativo. Lo he escrito alguna vez: "Gatete" no es mi gato, más bien podría decirse que yo soy su humano. Los animales son excelentes compañeros de vida porque aunque todos tienen sus cositas (como nosotros. El que no sea un poco "friki" que levante su espada láser) de lo único que carecen es de esa prepotencia mediante la que el Ser Humano ha llegado a convencerse de que es la mejor especie y de que tiene derecho de nacimiento para esquilmar seres vivos, recursos naturales y todo cuanto se le antoje. Según la Biblia Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, pero permitidme que discrepe un poco.Aunque soy cristiano creo que Dios podría perfectamete tener aspecto de Cocker o de Gran Danés, incluso de gato persa. Soy un ferviente seguidor del "gatolicismo". He tenido la inmensa fortuna de convivir con animales desde que era un nño pequeño y desgraciadamente he llorado la muerte de muchos de ellos pero al menos eran lágrimas de pena y no de rabia contenida. Si viviésemos en el salvaje oeste, la edad media o en la California actual, este tipo de acciones seguramente provocarían que aquellos que compartían su día a día con el animal asesinado, tirasen de pistola o de M16 y le dieran al "superheroe urbano" un poquito de lo que se merece para encima terminar de joderse la vida y acabar en prisión o con la conciencia reventada, pues quitar una vida no es algo baladí, incluso la de alguien que merece desaparecer del mundo. Desde aquí condeno las acciones de este tipo, acciones que considero repulsivas y deleznables. Los animales merecen todo nuestro respeto y deberíamos aprender mucho de ellos y de su conducta pues superando el instinto natural que los lleva a tratar de alimentarse a toda costa por si llegan vacas flacas y de aparearse para perpetuar sus genes, no tienen la codicia, la falsedad, la envidia y otras de esas lindezas que tenemos que ir sorteando a diario. Su cariño suele ser sincero e incondicional y vale, hay algunos perros agresivos y peligrosos pero eso puede ser por que sus "amos" no han sabido tratarlos correctamente, educarlos para vivir en sociedad o quererlos cuando necesitaban sentirse parte de una manada o un grupo familiar. Estoy absolutamente convencido también de que Sasha ha sido una perra muy feliz y de que se habrá llevado unos recuerdos tan buenos como los que ha dejado. Tras un parón necesario en el blog, hoy vuelvo con una entrada muy diferente a lo que acostumbro a escribir pero tan necesaria como este paréntesis que me he visto obligado a hacer por necesidades específicas. Desde aquí todo mi apoyo y mi cariño a Laura y a Ginés, quienes convivieron con Sasha y se esforzaron en darla todo el amor y los cuidados que la perrina necesitara. Todo mi desprecio a la persona que decidió envenenar animales como demostración de su superioridad o por el motivo que haya sido, que desde aquí digo que no está justificado de ninguna manera.
Con harto dolor de mi corazón he decidido frenar un poco tanta publicación en este blog. Necesito de toda mi energía literaria para volver a enfrentarme con "Temporada de setas" esa novela que verá la luz en poco más de un par de meses. Releyéndola desde una perspectiva nueva, que me han mostrado dos de las pocas personas que la han leído, cuyas críticas ( siempre constructivas) sé que me van a servir de mucho, me he dado cuenta de que no he dotado a los personajes de toda la humanidad y el sentimiento que acostumbro a imprimir a los protagonistas de mis textos, así como de que he caido en el error de frivolizar excesivamente con algunos de los sucesos y de las personas que describo. El personaje principal, un policia de permiso, se queda en algo estereotípico y carente del alma que quería que le definiese, aunque por otro lado le haya dotado de muchos de mis defectos para convertirlo en un alter-ego, enamoradizo, inseguro y con placa. Al margen de los típicos fallos formales o de estilo, que siempre se descubren al pasar el filtro editorial (si realmente tu editor o editora se preocupa por tu trabajo) he caído en la cuenta de que aún estoy a tiempo de tratar de que sea algo más que la novela que me demostró que estaba recobrándome cerebralmente de mi lesión. Vale, es cojonudo haber podido terminar una novela cuando hace un año no se sabía si tan siquiera iba a ser capaz de hablar, leer o muchísimo menos escribir. Ese subidón emocional ya lo he disfrutado y por física pura, todo lo que sube tiene que bajar y ha llegado el momento de agradecer de verdad esta oportunidad que se me ha dado y solo podré hacerlo trabajando sin parar hasta que esté realmente orgulloso del producto final. No quiero parecer arrogante ni presumido pero de alguna manera sé que tengo cierto talento y no voy a dejar que las prisas por publicar a toda costa y las endorfinas producidas por la superación personal echen por tierra una historia que incluso estas críticas recibidas me han confirmado que es buena, interesante y atractiva. Desde hace unos meses estoy trabajando también en "Colgado de la cuerda oportuna", la que será mi segunda novela pero al igual que con el blog, voy a hacer un pequeño paréntesis para dedicarle todas las ganas, la ilusión y el esfuerzo a "Temporada de setas". No creo que vaya a salirme de los plazos establecidos. He reconocido docenas de veces que para mi, escribir es una necesidad vital pero más allá del alimento existencial, quiero que escribir sea también un trabajo en toda regla y sin sacrificio no hay beneficio. Puede que en ocasiones al ganar algún certamen literario, mi ego y mi vanidad hayan recibido el premio por mí pero os juro que ese no es el fin que persigo, para nada. No es que vaya a borrar lo escrito ni mucho menos, solamente trataré de mejorar las páginas de la novela aportando cosas que me he dejado dentro y se que son necesarias para que quizás el día de mañana alguien se la recomiende a sus amigos o incluso a sus alumnos. Nunca seré García Marquez, Umberto Eco ni Miguel Delibes, tan solo quisiera que no se me colocara en la lista de los "quiero y no puedo". Además por el hecho de haberse concluido en un momento como el que he pasado, quiero que sea especial y quiero que allí donde esté, mi padre, incansable y exigente lector, pueda sentirse al fin orgulloso de mi. Hasta luego, espero volver con la satisfacción del deber cumplido. .
"Extraña distancia, que no logro reducir" Imagino que se trata de una distancia de seguridad para evitar la segura colisión que podría terminar con víctimas mortales. "Tan lejos, tan cerca, dos labios que no se llegan a unir". Llevo años soportando las coñitas cariñosas de mis amigos sobre mi fijación con este artista pero Macaco es mucho más que un cantante cojonudo, es pura filosofía, es el rapsoda de mi vida. "Sentir a kilómetros que te quería a centímetros de mi, pero no logro llegar a ti" Parece ser que efectivamente va a haber una continuación de aquellas "Canciones para una noche en vela" con el piano de mi amigo Oscar Lobete y me va a ser muy difícil no escribir sobre las letras de este muchacho que suena en mi cabeza durante el 90% de mis noches en vela. Lo bonito de este espectáculo es la sinceridad con la que abordamos todos los temas seleccionados y creo que eso es lo que más atrajo al público en aquellas funciones de hace ya mas de dos años. Oscar con su piano y yo con mis textos quisimos trasladar al público lo que realmente significan determinadas canciones para nosotros. Hace ya tiempo que cogí la costumbre de acompañar las entradas de este blog con temas musicales que de alguna manera me removían las entrañas y se convertían en la música de fondo de mi día a día. Lo que viene siendo el videoclip más real, que nunca llegará a rodarse. Que nadie se confunda, no me dedico a escuchar una y otra vez cada canción para ver que me inspira, eso es absolutamente innecesario ya que cada día mi estado anímico es el DJ que pincha en el equipo de música de mi casa y a veces se marca unas sesiones realmente sorprendentes. Estoy contento, ayer cumplí un añito más y veo que me he convertido en un tipo de 41 años que se pasa el día a la gresca con su Peter Pan interior para ver quien controla realmente su vida. Generalmente gana él, pero en días como hoy consigo imponerme y mandarle a darse una vuelta por Nunca Jamás a ver si se liga un hadita o una sirena, puesto que Campanilla ha encontrado a un niño perdido que la necesita mucho más que Peter. Por eso en estos días donde tomo plena conciencia de la realidad de los acontecimientos puedo sonar algo más triste pero para nada, es solo que al librarme durante un rato de esa inmadurez y esa despreocupación, caigo en que echo de menos alguna cosas y busco la manera de recuperarlas. Soy un tipo muy afortunado rodeado de gente maravillosa que me hace sentir alguien especial y eso me llena el alma de satisfacción, de responsabilidad y de orgullo. Puede que jamás vuelva a besar los labios que me descubrieron el verdadero sentido de la vida pero sé que llegarán otros que me van a descubrir muchas cosas interesantes y los espero con ilusión y sin prisa ninguna. Las prisas son malas consejeras, lo sé por experiencia.