lunes, 13 de febrero de 2017

Varón caucásico



No debería olvidar que la vida marca y que con cada noche en vela, con cada pesadilla, con cada despertar sobresaltado, se consolidan los errores del pasado. En esta ocasión el pasado se había vuelto presente para tratar de terminar con su futuro.
Lo vio llegar a través de una rendija de la persiana de la ventana del salón, bajada por seguridad como el resto de persianas de la casa. 
Por la forma de mover los brazos al caminar, atravesando el jardín de la entrada, intuyó que bajo la chaqueta negra de cuero ocultaría el arma, en una de esas fundas sobaqueras. Chaqueta corta que no podía ocultar un arma de mayor tamaño que un revolver o una pistola automática. Seguramente llevase también otra pistola o un cuchillo en el interior de una de las botas de ante. Gafas de sol de moda, de rabiosa actualidad; grandes, ideales para pasar desapercibido de cara  a una rueda de reconocimiento.
Vaqueros oscuros desgastados pero no ceñidos, que le permitirían levantar la pierna lo suficiente para dar una patada a la puerta en caso de que se le resistiese la cerradura o para desarmar a su objetivo si sacaba el arma antes que él.
Debía de tener poco más de cuarenta años. Seguramente ex miembro de alguna unidad de las fuerzas especiales del ejército ruso. Su aspecto físico indicaba que dedicaba tiempo a cuidar su mejor herramienta de trabajo, su cuerpo. No mediría menos de metro noventa y pesaría unos ochenta kilos. Fuerte pero proporcionado y fibroso, no el típico culturista que te encuentras en los gimnasios de la trena. Cabello claro de impecable corte, no llamativamente corto, de largura justa para peinarse la raya.  Lo hizo muy bien. Discretamente había guardado el casco en el maletín del escuter que aparcó frente a la puerta del adosado. El suyo era un vehículo perfecto para abandonar al escena del crimen sin llamar la atención. El escuter le permitiría, además de pasar completamente desapercibido, sortear el tráfico con agilidad y rapidez y entrar por cualquier tipo de vía urbana donde desaparecer sin  que nadie reparase en él.
Sabedor de que el asesino profesional abriría la puerta principal de acceso a la vivienda en cuestión de segundos, corrió al dormitorio principal de donde rescató la Beretta de nueve milímetros de debajo de la almohada y le colocó el silenciador tras montarla con un gesto mecánico y retirar el seguro.
Se apostó tras la puerta de la cocina y lo esperó allí, entre tinieblas.
El sicario de la mafia rusa, con la que había contraído una deuda de juego que no pudo pagar a tiempo, cerró la puerta tras él sin hacer ruido y sacando de la sobaquera una "Eagle desert", que asustaba solo con su presencia, comenzó la búsqueda de su objetivo. No se había tomado la molestia de ponerle un silenciador para amortiguar el estruendo de los disparos de semejante artefacto.
Entonces, a través de la rendija de la puerta, vio que tras asegurar el salón y el cuarto de baño, se inclinó despacio sin apartar la vista del pasillo y sacó una navaja automática del interior de su bota izquierda. Seguramente esa fuese el arma con la que pensaba matarle, la otra era tan solo para impresionar y ordenarle que se pusiera de rodillas con las manos en la cabeza. Después le atravesaría el corazón o  le cortaría el cuello de lado a lado. O ambas cosas.
Con lo que no contaba aquel varón caucásico de letales intenciones, era con su formación como policía militar en el pasado y con que el también había hecho sus pinitos en el mundo del asesinato por encargo.  Dejó que el sicario se asomase a la cocina y tantease la pared buscando el interruptor de la luz. Entonces le colocó el cañón del silenciador en la nuca y apretó el gatillo dos veces. Los sesos del apuesto asesino se esparcieron por los azulejos de la pared y por las baldosas del suelo y al caer de bruces contra la mesita de la cocina, hizo un ruido sordo. Por precaución y seguridad, le disparó dos veces más, una en la espalda entre los omóplatos y otra en la masa informe en que se había convertido su cabeza.
Alea jacta est. La suerte estaba echada. 
´Sin prisa pero sin pausa, hizo acopio del dinero que le quedaba en casa, del que encontró en la cartera del difunto y de un par de buenos y caros relojes de pulsera y alguna joya para hombre, anillos, cadenas, gemelos... caprichos de un pasado más afortunado. 
En una bolsa de viaje de piel, introdujo los objetos de valor seleccionados, algo de ropa, munición y su neceser y tras cerrar bien la casa , bajó las escaleras que conducían al garaje, metió la bolsa en el maletero, se puso las gafas de sol del difunto que había abandonado en el suelo de la cocina, arrancó su pequeño y fiable utilitario y abandonó Madrid por la M30 en dirección a la carretera de Andalucia y de un futuro de clandestinidad y supervivencia, lejos de su vida, sus recuerdos y sus seres queridos.
Cuando atravesó el arco de bienvenida a Marbella, vestigio de los tiempos de Gíl, decidió que antes de buscar alojamiento en casa de algún amigo del pasado, acudiría a Puerto Banus a presentar sus respetos al capo local de la familia napolitana que había conseguido imponer las reglas de la "Camorra" sobre las de las mafias del este. No hacía mucho había intentado alejarse de aquella vorágine de delincuencia y peligro, pero su afición por la ruleta y por las pelirrojas de falda corta y escote largo, le habían devuelto otra vez al punto de partida.
Nada está escrito. Haría de su vida el más interesante de los best- sellers y algún día se lo dedicaría a la mujer adecuada, la que consiguiese retirarlo de aquello con un beso de amor, como en los cuentos de hadas.

 




sábado, 11 de febrero de 2017

Respuestas.

Tantas y tantas preguntas y, tenía las respuestas ahí mismo, delante de mis narices pero como acostumbraba a hacer siempre en el pasado, me empeñaba en mirar para otro lado.
Me he hartado de escribir sobre el amor, suspirando y maldiciendo por no haberlo encontrado pero ahora que sé la respuesta a mi eterna pregunta, me siento bastante gilipollas. La ignorancia es atrevida, como la juventud y aunque me empeñe en comportarme como un crio, ya no soy joven. Ignorante tan solo en según que cosas aunque en asuntos del corazón lo he sido hasta lo humánamente posible.
¿Que cojones es eso del amor y donde coño se esconde? 
No se esconde. Está tan cerca y es tan visible, que puede que tan solo se mimetizase con lo cotidiano y por eso me costase tanto reconocerlo.
La gran confusión, el error que me he obcecado en repetir hasta la saciedad,ha sido el haber querido identificar el amor según lo que muestran de él las películas. Eso no es más que un amor adulterado y manipulado en laboratorios donde se crean fórmulas carentes de espontaneidad y emoción y se trata de sustituir los ingredientes que faltan por grandes dosis de artificio.
El amor nace de la amistad y del cariño. Añadir deseo y contacto físico, tan solo es conseguir la mezcla a la que poder envasar y etiquetar bajo nombres tan diversos como "rollo", "noviazgo", "pareja", "matrimonio", "follamigos" o cualquiera de las variedades mediante las que identificamos los resultados y derivados  del amor.
El amor puro, el de verdad, es esa inmensa llamarada de afecto que te abrasa las entrañas y te pone el pecho al rojo vivo cuando sientes el cariño y el constante apoyo de tus familiares y amigos verdaderos. De hecho es curioso que psicólogos y psiquiatras califiquen las rupturas sentimentales como periodos de luto. El duelo por la ruptura de la relación con  alguien a quien querías, es intenso y duro de sobrellevar pero se queda muy corto al lado del dolor que te genera la muerte de un ser querido.
Ahora sé lo mucho que he amado a mi padre, reconozco el amor que siento por mi madre y por mis hermanos y por muchos de mis amigos y de mis amigas. Hay amigas a las que amo tanto, que como canta Pablo Milanés en este tema que encabeza la entrada, "la prefiero compartida antes que vaciar mi vida".
No hace mucho, una amiga escritora y orientadora sexual, me explicó que de una amistad sincera puede nacer el más hermoso de los amores. Y la creo sin reservas, porque hay personas en mi vida que no han sido, no son y seguramente no sean nunca mis parejas, que me llenan el alma, me  aportan lo más bonito tan solo con su presencia y me hacen querer ser mejor persona y ofrecerles todo lo bueno que puedo dar.
Ahora entiendo el dolor y la tristeza que se siente cuando te separas de un amigo al que tardarás en volver a ver y la frustración que te genera el no tener la posibilidad de pasar más tiempo con una amiga que está lejos. Ese dolor nace del amor, se alimenta del amor y es amor. El dolor que sientes cuando muere un ser querido, es también amor pero en su versión más amarga.
La solución está en dejar de buscar, perseguir y anhelar. El amor está a mi lado y me dan tanto, que me hace despertar cada mañana con una sonrisa en la boca y con ganas de recuperar lo perdido y lo olvidado.
Tengo que abandonar el egoísmo de querer poseer a la persona amada. Todos somos libres de elegir nuestro camino y de compartirlo con quien prefiramos. Tengo que abandonar la costumbre de confundir orgasmos con amor. Cuando van de la mano son increíbles y maravillosos pero una cosa no tiene porqué desencadenar en la otra, ni viceversa.

miércoles, 8 de febrero de 2017

Visto para sentencia

Antes de entrar en la sala, la letrada Elena Parranda, desconectó la luz del frontal de espeleólogo que se había ajustado sobre la frente e introdujo una batería extra en el bolsillo de la toga. Dada la naturaleza de "no muerto" de su cliente, el juicio debía celebrarse en ausencia de luz solar y aunque los juzgados de Plaza Castilla disponían de buena iluminación, salir a fumar un cigarrillo al exterior durante los recesos era de lo más peligroso e incomodo. Dentro de la prevención de riesgos laborales, el defender a personajes de ultratumba exigía cumplir con ciertos requisitos.
Atravesó la sala hasta ocupar su lugar en el estrado, despertando las miradas de los presentes y el interés de los medios de comunicación. La letrada Parranda, de hermosa e irresistible presencia física, se había ganado una bien merecida fama como abogada, al haber representado a otros escalofriantes personajes como  Jason (de viernes 13. El primer caso de "mooving" llevado al  cine) Alien (donde consiguió una gran victoria contra la aplicación injustificada de la ley de extranjería y la mala gestión del derecho de asilo) la niña del exorcista (claro ejemplo de discriminación por motivo de sexo) y Bárcenas ( acusado de la desaparición mágica de libros de contabilidad y millones de euros de la caja B de un partido político).
- Con la venia- comenzó la letrada- Hoy 8 de febrero de dos mil diecisiete, expongo ante la sala, los motivos que han llevado a mi cliente, Blad Tepes, más conocido como Blad Dracull alias "el empalador", o Drácula, a presentar demanda contra el señor Van Helsing por acoso, lesiones, homicidio en grado de tentativa, allanamiento de morada y lucro cesante.
Del mismo modo, solicito de su señoria la inmediata orden de alejamiento del demandado contra el demandante, pues entendemos que hay grave riesgo de que el demandado persista en su actitud.-
El letrado del Van Helsing, se levantó en el acto al escuchar la slicitud de la atractiva letrada pero el juez del tribunal, al intuir la protesta de la defensa del demandado, dijo sin levantar la vista de los documentos que tenía sobre la mesa:
-Desestimada la protesta. Protesta no a lugar. Ruego al letrado del señor Van Helsig, permita a la señorita Parranda terminar su exposición. El tiempo juega en contra del cliete de la letrado Parranda y si no he dictado sentencia antes de que salga el primer rayo de sol, habrá que interumpir la vista hasta mañana por la noche a primera hora tras el ocaso.-
-Gracias, señoría.- dijo la letrado Parranda- En el listado de pruebas acusatorias presentadas ante este tribunal, su señoría podrá ver, además de las grabaciones de las cámaras de seguridad del Castillo en Cuellar de mi cliente, la estaca con la que se atacó al señor Tepes, incautada por los agentes de la benemérita que acudieron a la llamada al 112; la cruz de hierro que el señor Van Helsing instaló frente a la puerta del garaje de mi cliente, impidiéndole el acceso o la salida del castillo por el mismo y, la ristra de cabezas de ajo con las que se vejaba y humillaba a mi cliente en cuanto el señor Van Helsing tenía oportunidad, al conocer la intolerancia al ajo de mi cliente, que le lleva a sufrir crisis alérgicas severas, con necesidad de antiestamínicos por vía intravenosa.
Mi cliente es además hemo dependiente, como acreditan los informes médicos que aportamos al tribunal. Con la venía, llamo al estrado al Doctor Minguez, cirujano cardiovascular de la clínica de la Princesa de Madrid, y experto en enfermedades de la sangre y sus afecciones y secuelas, que impiden a mi cliente llevar una vida normal,-
La vista se desarrolló durante toda la noche y pese a los continuos intentos de la defensa por desacreditar a los testigos de la acusación antes de que saliese el sol, el magistrado al frente del tribunal de lo contencioso administrativo, dictó sentencia a favor de Blad Tepes. c Van helsing fue condenado a indemnizar al demandante con la sangre de cien vírgenes (habría que buscarlas fuera de Madrid, dada la escasez de género en la capital) doscientos cincuenta mil euros en concepto de sanción y estableciendo una orden de alejamiento del demandante de quinientos metros. Así mismo el señor Van Helsing fue condenado en costas.
Esta ha sido otra victoria más de la letrada Parranda, quien se postula como candidata a asumir la demanda de la comunidad internacional, contra el señor Donald Trump, presidente de los Estados unidos de América, por megalomanía violenta y peligrosa ideocia.
Pero eso, es otra historia.


lunes, 6 de febrero de 2017

Disfraces



Antes de llamar al timbre, con un gesto mecánico e involuntario trató de ajustarse el gorrito verde con la pluma que acostumbraba a lucir en todas sus correrías, pero al encontrar tan solo el tacto del fijador de pelo con el que había domado su cabello tras salir de la ducha media hora antes, Peter recordó que lo había dejado en la casa del árbol, allá en Nunca Jamás.

Estuvo a punto de hundir el barco de Garfio presa de un brutal ataque de ira, cuando esté le reconoció que había convencido a Campanilla para que bebiese una pócima que le daría apariencia humana y podría pasar inadvertida en el mundo real. En lugar de castigar a Garfio por sus felonías, Peter le incautó una botella de esa pócima y tras inutilizar el timón del navío y cortar el aparejo del palo mayor, abandonó al capitán pirata y a su alcoholizada tripulación a su suerte.

Ya en la casa árbol, Peter le explicó a los niños perdidos que estaría fuera unos días. Que había encontrado a Campanilla y que la traería de vuelta a casa. Los explicó que hacer en caso de que surgiera cualquier problema, los abrazó uno a uno y tras espolvorearse con polvo de hadas, hizo un pequeño hatillo con su daga, una muda limpia, algo de oro y piedras preciosas del tesoro de Garfio y la botella de la pócima mágica. Sin perder la sonrisa, cacareó bien alto y emprendió su viaje hasta ese lugar llamado Nueva York, donde el viejo capitán, le había confesado que estaba ella. La confesión de la nueva identidad del hada y su lugar de residencia, le habían permitido regresar vivo a la tabla colocada en la borda antes de que el enorme cocodrilo terminase de ponerse el babero para disfrutar del festín con el que llevaba mucho tiempo soñando.

Peter ideó su plan instalado en un cuchitril de la gran manzana y tras apurar el contenido de la botella de un trago, partió en busca del complemento para su disfraz.

Cuando la actriz conocida como Marilyn Monroe, abrió la puerta, se encontró con el repartidor de la floristería que había llamado al telefonillo del edificio. Lo invitó a pasar y al velo moverse, con firmeza, seguridad e incluso algo de arrogancia, reconoció a la persona que se ocultaba bajo aquel disfraz.

-¿Peter? Eres tú ¿Verdad?-

Esto lo preguntó Campanilla, con la certeza de conocer la respuesta pero con la necesidad de que él se identificase y le explicara como había dado con ella y qué estaba haciendo allí.

-Soy yo, Campanilla. Garfio me lo ha contado todo y he bebido de la misma pócima que tú, para poder pasar desapercibido entre los humanos y tratar de convencerte de que vuelvas a casa. En Nunca jamás todos te echan mucho de menos. En Nunca Jamás las noches se han convertido en aburridas y los días en monótonos, desde que tú no estás. Vuelve conmigo, por favor.-

Mientras hablaba, Peter no pudo evitar mirarla de arriba abajo. Campanilla siempre había sido una  diminuta belleza con halitas, pero con ese disfraz de rubia sex simbol, estaba realmente arrebatadora.

Campanilla, interpretó a la perfección su mirada.

-Por lo que veo, al beber de la pócima, te has vuelto humano de verdad. Igual al hacerlo, has dejado de ser el eterno adolescente y has recuperado de golpe las necesidades propias de tu edad y de tu sexo. Veo que te gusto y me deseas y me parece que sería absurdo y ridículo no aprovechar este momento, Peter. Yo también siento el calor de las necesidades humanas y particularmente creo que te favorece mucho este look de joven y atractivo humano embobado ante la belleza de mi disfraz. –

No dió tiempo a seguir hablando. Peter arrojó sobre la mesa del salón de la vivienda el ramo de flores que le franqueó el acceso al edificio y se abalanzó sobre Campanilla, sintiendo un ardor tal en su interior que aún sin saber muy bien lo que estaba haciendo, la despojó del vestido mientras él mismo se desnudaba.

Campanilla lo recibió con pasión y al ayudarle a quitarse la camisa, comenzó a besarle los pezones con un ímpetu desaforado.

Yacieron en el suelo, en el sofá, sobre la mesa, contra la pared camino del dormitorio y varias veces en la cama.

Los gritos de placer de ella y los cacareos más salvajes de él, se escucharon en todo el edificio.

Por la mañana, al despertar del sueño que los encontró abrazados y exhaustos, Peter descubrió un nuevo y descomunal placer: el tabaco. Mientras compartía el cigarrillo con Campanilla, ambos llegaron a la conclusión de que ya no volverían a Nunca Jamás, de hecho no volverían nunca jamás. Con el trabajo de ella como actriz y la habilidad de Peter para las artes circenses, podrían mantenerse holgadamente en sus nuevas identidades y pasar el tiempo libre haciendo el amor.

Pero eso…ya es otra historia.




viernes, 3 de febrero de 2017

Pura

Aún soy pura, pero solo aquí. En el resto de los lugares donde se me permite presentarme, el ser humano no cesa en su empeño de corromperme. A mi, que soy fuente de vida. A mi, que soy capaz de potenciar el desarrollo de un cultivo con mis húmedas caricias y de horadar la firme roca con mi incesable beso.
Estoy aquí desde el principio de los tiempos y el ser humano nació en mi y de mi, como todos los seres vivos. El ser humano ha olvidado que está compuesto de mi en un setenta por ciento y que de no ser por mi presencia, tan solo sería un proyecto inacabado.
En este remanso de paz, donde corro fresca y pura y me doy a los árboles y al musgo, todavía conservo la ilusión de aquel principio, todavía creo en los finales felices y todavía sueño con un futuro en la Tierra, sin sequías ni hambrunas.
He recibido a demasiados hombres y mujeres en mi seno. He abierto mi pecho a su desesperación, a su coraje y a su falta de previsión en tantas ocasiones, que quizás sea por ello por lo que se me pretende castigar con vertidos, desechos y encierros temporales.
Se me ha juzgado por un injusto tribunal que ha osado sentenciarme a muerte y aunque se han construido demasiadas prisiones para privarme de la libertad, de todas me he terminado fugando. No hay máxima seguridad, ni guardias, ni esclusas ni muros capaces de soportar el empuje de mi ira.
Soy el agua, soy vosotros, soy lo que nace, vive y muere en mi. Lo soy todo y en ocasiones me dejo llevar hasta los cielos para volver a caer  sobre el planeta, mecida por los vientos que  me acarician, cuando soy esponjosa nube
El sol calienta mi cuerpo pero no es capaz de quemarme, no hay elemento capaz de derrotarme pues incluso el fuego, tan solo consigue hacerme ebullir enfadada para  terminar recibiédome de nuevo, tras renunciar a mi burbujeante enfado.
La luna juega a confundir mi camino y me hace dudar, avanzar y retirarme, pero hemos encontrado el equilibrio y hemos llegado a un acuerdo.
A veces soy incolora, inodora e insípida y a veces derrocho salero y huelo inténsamente a mundos sumergidos y a civilizaciones antiguas.
En cualquier caso, lo quieran o no, siempre estaré aquí.
Disfrutadme mientras podáis, mientras queráis y sepáis hacerlo. Después de beber en mi, de renegar de mi amistad y de escupirme contra el viento, ahogaré vuestra maldad en un abrazo eterno.
 .

miércoles, 1 de febrero de 2017

Cosquillitas.

El orgasmo lo alcanzó en pleno éxtasis de amor, como un agradable puñetazo de cosquillitas en la tripa y a los pocos minutos le sumió en un maravilloso letargo del que despertó por la ansiedad que le generó, el haberse dormido acariciando su espalda desnuda, sin haberse fumado el tan necesario pitillo de después.  Se pudo hacer a tientas con el paquete de tabaco que dejó en  la mesilla de noche tras desnudarse y logró alcanzar también el mechero de gasolina. Encendió un cigarrillo que bailó en su boca satisfecha e impregnada aún de su sabor.
Ella no fumaba pero era absolutamente transigente con todos sus vicios. Con todos. Su tierna y amorosa complicidad, habían ganado el corazón del poeta desde el día en que la conoció en la presentación de uno de sus poemarios. Al reparar en su enorme y sugerente sonrisa, supo que de alguna manera aquella rubia de mirada pícara, llenaría muchas de las páginas en blanco de su futuro.
Esta noche, al hacer el amor, ella ratificó cabalgando sobre él,la impresión que tuvo al verla en la cola para la firma de ejemplares. Sexualmente era una autentica diosa, Conocía todos los resortes para convertir el acto sexual en un placer del Olimpo tal, que inmediatamente comprendió aquello que escribió Fernando De Rojas siglos atrás: "Melibeo soy, en Melibea creo y a Melibea amo".
El primer beso se convirtió en la antesala de la experiencia más placentera que había vivido en sus cuarenta y dos años y había disfrutado de muchas y muy diferentes noches de placer.
Mientras se despojaban de  la ropa junto al lecho, sintió que el corazón le iba a estallar. Ella no dejó de sonreír en ningún momento, ni tan siquiera cuando comenzó a besar con dulce maestría su glande, antes de introducírselo en la boca. él correspondió el regalo de aquella felación con una glotona incursión entre sus piernas, que levantó gemidos y jadeos en do, sol  y re mayor y, para su sorpresa, una espontánea y risueña carcajada, cuyo significado no era otro que la forma con la que aquella encantadora mujer expresaba su placer más intenso. Despues de jugar con sus lenguas, él se hizo fuerte sobre ella y la penetró con una inusual mezcla de ansia y delicadeza, maridando con los más pasionales besos cada uno de los movimientos. Ella era profundamente húmeda y cálida y él tuvo que controlarse para que aquello no terminase demasiado pronto. Entonces ella tomo las riendas de la situación y decidió que domaría aquel potro desbocado y controlaría su encabritado galope.
Al tenerla a horcajadas como una hermosa amazona, la boca se le fue sola en busca de los rosados y duros pezones. Aquello era un verdadero menú degustación, de un chef celestial condecorado con toda una galaxia Michelín.  La galopada cesó en el momento en el que ella desmontó para ofrecerle su sexo en la más oferente de las posturas y él acudió solícito a la llamada, poseyéndola mientras acariciaba su nuca con los labios y la punta de la lengua. Poco mas pudo contenerse y tras casi una hora del sexo más glorioso, eyaculó perdiendo el conocimiento casi al instante.
Mientras recordaba aquello, el cigarro se consumió entre sus labios y una poderosa erección le indicó que jamás podría desengancharse de la potente droga que ella le había suministrado, siempre sonriendo. Apagó el pitillo, justo cuando ella se volvió hacia él y le acarició el miembro, deseosa de un segundo round. Sonriendo también, la besó de nuevo y la prometió que volvería al ring tantas veces como ella estuviese dispuesta a pelear por el título.
En la actualidad, ella suma más de doscientas victorias por KO y setenta y dos a los puntos y él es el eterno aspirante al cinturón de la federación internacional del amor.



lunes, 30 de enero de 2017

Respirando que es gerundio.

Necesito respirar, descubrir el aire fresco y decir cada mañana, que soy libre como el viento.
Aquel abril en el que se me permitió respirar, pude confirmar que después de nuestra voz solo se escucha el silencio.
"Has vuelto a nacer" me dicen continuamente y si, ha sido un parto doloroso y largo pero he vuelto a nacer y al médico divino que me azotó el trasero sujetándome por los pies, se le fue un poco la mano hasta que me hizo llorar y aún hoy a ratos, sigo llorando.
Nací después de treinta y nueve años de vivir a tope y consumir cada día como si fuese el último.
Aquel Juan que se quedó en el asfalto, era un buen tipo, pero extremadamente inconsciente. Su falta de responsabilidad y de sacrificio, le llevaron a donde le llevaron y lo realmente extraño es que no hubiese caído antes, durante una de aquellas juergas brutales con excesos sin mesura o víctima de un mal golpe en una pelea, una enfermedad venérea o reventado por la fuerza centrípeta de una vida acelerada.
Las cosas pasan porque tienen que pasar y si no frenas tu, te frena la vida. Y te enseña.
Ahora respiro y pienso, vivo y siento, lucho y venzo.
Ahora, soy un cachorrito de cuarenta y dos años que quiere jugar con todo y que mordisquea las zapatillas del destino. Ahora se me ha dado la opción de poder reinventarme y llegar a ser el que debería haber sido hace mucho tiempo. 
Se me ha regalado un tercer ojo en la frente o quizás con el golpe he podido abrirlo, pues debía estar cerrado a presión. Desde que volví a ver la luz, soy capaz de reconocer muchas cosas a las que hasta hora no daba la importancia necesaria. Veo el aura de amor que rodea  a los miembros de mi familia, el afán por ayudarme que emana  de mis amigos, el tremendo cariño que habita en el corazón de mis amigas y el amor. He aprendido a ver el amor, a reconocerlo y a no confundirlo con otras cosas mucho más vanales.
Por eso se va acercando el momento de olvidar el cambio, de dejar de sumerjirme en las peligrosas aguas del recuerdo y de agradecer esta oportunidad, de la única forma eficaz y consecuente: abandonando el rol de renacido.
Soy un nuevo Juan y creo que más maduro y un pelín mejorado, pero eso no me exime de cometer errores, de hacer cosas mal o de seguir equivocándome. La única diferencia es que ahora sabré cuando lo haga, cuando las cosas no sigan el camino correcto y cuando salpique a otras personas con el agua de los charcos en los que acostumbraba a meterme.
Y dicho esto, pienso hacer en mi vida real lo mismo que en mi vida literaria. Publicaré un nuevo libro para dar carpetazo al pasado. Un libro trabajado, reflexionado, corregido y del que podré sentirme orgulloso. Y lo demás no importa por muy divertida que pueda ser la trama. Y puede que aprenda a abstraerme de mi realidad cotidiana y ya no necesite ponerlo todo por escrito ni desnudarme en público constantemente.
Ese ojo que he conseguido abrir, me está permitiendo también reconocer lo excepcional de muchas personas y eso es genial, porque me abofetea el rostro con el guante de la certeza de que no soy nadie especial ni diferente. Hay muchos ángeles a mi alrededor, hadas preciosas y esforzados y valientes caballeros. Hay guerreras de la vida que a veces asustan al blandir sus espadas, pero que lejos de hacerlo para herirme con ellas, solo buscan defender el paso de sus puentes y asegurar la marcha en las encrucijadas del camimo polvoriento que es la existencia.
Vamos a por todo. Quiero que todos mis minutos sean minutos de minuto y medio. Quiero que todos mis momentos se conviertan en inolvidables.

sábado, 28 de enero de 2017

Cuentos.

Lucas, haciendo gala de los buenos modales que le caracterizaban, levantó la lona de la enorme tienda de campaña para que Re pudiese entrar sin tener que agacharse. Lucas había cogido la costumbre de llamar  Re a su compañera de proyecto. Re era la abreviatura perfecta de su nombre y además era la palabra italiana para Rey, y Lucas pensó desde que conoció a su compañera que era una reina.
La pareja de voluntarios se encontraba en un campo de refugiados en la isla griega de Lesbos. En el último año había aumentado hasta lo indecible el número de refugiados que se enfrentaban al Mediterráneo tratando de escapar de la guerra en Siria. Muchos morían por el camino, y los que conseguían pisar tierra sin minar, eran recluidos en campos de refugiados en lo que las autoridades europeas decidían de que manera podrían rentabilizar políticamente su miedo y su desesperación. Ya eran cientos de miles las personas que habían llegado a territorio europeo suplicando la oportunidad de construirse un futuro a salvo de los bombardeos, pero la humanidad como valor era un bien a la baja en detrimento de la rentabilidad económica de las circunstancias personales de aquellos ojos llenos de lágrimas y terror.
Por eso Lucas y Re se habían unido a Amnistía Internacional para tratar de aportar su granito de arena. No podían derribar las alambradas, no podían desarmar a los soldados de las fronteras, no podían diseñar caminos rectos y seguros hasta las nuevas oportunidades pero lo que si que podían hacer era compartir con aquella gente sus corazones. Y allá que se fueron sonriendo. Re tenía una sonrisa preciosa que le iluminaba el rostro y conseguía iluminar todo a su alrededor y Lucas tenía una capacidad especial para transmitir los sentimientos más hermosos y reconfortar a los que sufrían más que  él, que había sufrido mucho. Quizás por eso había desarrollado la habilidad de convertir el dolor y la desesperación en cuentos con final feliz.
Dentro de la tienda les esperaba otra compañera de la ONG, Ele. Ele había gestionado todos los visados y había preparado aquella actividad con la ayuda de su amiga Nika, una profesora de secundaria completamente enamorada de su trabajo y de sus alumnos, que se había propuesto llevar su alegría hasta los pequeños más necesitados.
Junto a Ele, sentados en el suelo, aguardaba un centenar de pequeños sirios con los ojos llenos de curiosidad y de agradecimiento ante aquella pareja tan blanca, tan rubia y tan rara, que acababa de entrar en la tienda. Ele les había dicho que vendrían a contarles un cuento muy bonito que les haría sonreír y olvidar el sufrimiento durante un rato largo. Realmente lo necesitaban. Y lo agradecían.
Lucas se instaló en una mesa de camping frente a los pequeños y sacó bolígrafo y folios para comenzar a escribir un cuento  a medida de las necesidades de esas víctimas de la sinrazón humana. Según fuese llenando los folios con palabras llenas de ayuda, se los pasaría a Re, quien los iría leyendo con su voz aterciopelada, cálida y suave, como el ronroneo de un gatito. Una traductora de Amnistía internacional traduciría simultáneamente sus palabras y entre los tres crearían un clima de paz y armonía tal, que los pequeños podrían distanciarse por un tiempo de explosiones, carreras, cuerpos mutilados y naufragios en alta mar.
Lucas comenzó a escribir rápidamente un cuentos sobre un ángel ingeniero que Dios había enviado desde el cielo para que tendiese puentes de esperanza entre las costas de África y Europa. La esperanza la transportaban en sacos pesados la cuadrilla de ángeles de la construcción que había acompañando al habilidoso ángel ingeniero y que, cuando se moldeaba para que tomase la forma adecuada y fuese ensamblada, desprendía un polvo de música celestial que llegaba a cubrir el estruendo de las explosiones.
Re fue leyendo el cuento con el abrigadito toque de su voz y Ele contempló la imagen de la felicidad, con sus verdes y acogedores ojos de musgo. Nika sonreía emocionada desde la tercera fila con una pequeña dormida en su regazo. Horas después, Nika les contaría que aquella niña no había podido dormir desde que bajó de la embarcación que la había trasladado hasta Lesbos, pues tenía trastornos del sueño tras haber visto morir a su madre y a su hermano. Si había conciliado el sueño era porque se sentía a salvo y segura mientras escuchaba aquel cuento del ángel que tendía puentes de esperanza.
La esperanza es una materia prima especialmente difícil de encontrar en el mundo por eso la habían tenido que traer desde el cielo.

viernes, 27 de enero de 2017

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Al fin llegó el día esperado y varios grupos de alumnos del instituto Nueve Valles, de Torrelavega, Cantabria , comenzaron a ocupar sus asientos en el autobús que los llevaría a conocer a los alumnos de otro instituto cántabro, con los que por medio de un acuerdo entre los profesores de ambos centros, habían comenzado una hermosa relación epistolar.
Cuando todos hubieron dejado en el maletero del gran autobús sus mochilas para el fin de semana y se hubieron instalado en las filas de butacas por orden de edad, los pequeños delante y los mayores detrás, el conductor cerró las puertas y arrancó. Mónica, la profesora de humanidades que había solicitado los permisos a Educación para esta primera fase del intercambio, puso un cd del Señor Mostaza en el equipo de música del vehículo y se sentó junto a uno de sus compañeros del departamento de orientación.
Muchos de los alumnos que formaban parte de la excursión, habían sido etiquetados en diferentes ocasiones pero ella sabía que en efecto, eran verdaderamente especiales, pero en el sentido más amable de la palabra y no peyorativamete.
Había mucho tráfico en la autovía del cantábrico y el tiempo estaba tan revuelto, que a los pocos kilómetros, se desató una violenta tormenta con gran aparato eléctrico.
Cuando el vehículo atestado de hormonas estaba atravesando uno de los túneles que unía los valles de la verde cordillera, la tierra tembló con gran estruendo y el chofer frenó con firmeza pero tratando de que la brusca maniobra no expulsara de sus sitios a los alumnos.
Los turismos que precedían al autobús resultaron sepultados por el desprendimiento que obturó la salida del túnel y la furgoneta que circulaba detrás terminó chocando violentamente contra ellos y estalló en llamas.
Rápidamente Mónica y el chofer se dispusieron a calmar a los jóvenes y a comprobar que no hubiese heridos entre los excursionistas. Pero la primera baja fue la de Ramón, el compañero de departamento de Mónica que en el momento del impacto se encontraba de pies en el pasillo intentando calmar a los chavales y por la inercia del frenazo, salió despedido cayendo por las escaleras de la puerta trasera con la mala fortuna que se rompió el cuello muriendo en el acto. Una de las niñas del grupo de los pequeños, se golpeó contra la cabeza de su compañero de asiento, rompiéndose los incisivos, cosa que le lleno la boca de sangre, dando a su herida un aspecto mucho más grave de lo que en realidad había sido. Jose, uno de los "mayores" que en el momento del impacto se encontraba charlando con los compañeros de los asientos inmediatamente delanteros al suyo, se dislocó un hombro al encontrarse en una postura demasiado escorzada.
El caos de la situación, las llamas de la furgoneta que ya habían calcinado al conductor de la misma y que amenazaban con hacer estallar el depósito del autobús y la poca luz que entraba por los huecos entre las grandes rocas que sepultaban la salida, convirtió aquella en la más dantesca de las escenas.
Mónica, con gran criterio, ordenó a los jóvenes que bajasen del autobús y el chofer rompió una de las lunas que hacia las veces de salida de emergencia, con el típico martillito que tantas veces había estado a punto de ser substraído por los viajeros que acostumbraba a llevar.
Al principio los chicos no quisieron bajar por entre los cristales rotos pero cuando las llamas comenzaron a hacer presa en el destrozado parachoques trasero, los chavales fueron saltando, ignorando cortes y desgarros en la ropa y las manos.
Hector, uno de los "mayores", etiquetado por parte del cuerpo docente del instituto y por muchos de sus compañeros como "alumno conflictivo" se descubrió como un joven resolutivo y eficaz y coordinándose con Mónica, ayudó a descender a los chicos con mayores problemas de movilidad y menos ágiles y tras saltar el último del autobús, aún tuvo tiempo de trepar hasta el techo del mismo, desoyendo al chofer, con la acertada intención de echar un vistazo para calcular las consecuencias de los desprendimientos y de las colisiones.
A los pocos segundos de bajar y reunirse con el grupo de jóvenes contusos y asustados, el depósito del autobús estalló cuando el combustible fue alcanzado por las llamas.
Mónica realizó un recuento de su grupo y confirmó que estaban los treinta alumnos. Tras escuchar las indicaciones de Hector sobre lo que había visto desde el techo del vehículo, calculó que tendrían que caminar aproximádamente medio kilómetro entre coches en llamas para alcanzar la boca opuesta del túnel y salir de aquel infierno. Dividió al grupo en tres, poniendo al frente de uno al chofer, de otro a Hector, quien estaba demostrando una madurez y una resolución formidables y capitaneando ella misma el tercero. Su grupo partió en primer lugar, a los dos minutos el grupo de Hector y a los cuatro de su partida, salió el grupo del chofer. De esta manera, espaciando un poco el recorrido de los grupos, podrían anticiparse a posibles desgracias y que el peligro que pudiese producirse de  posibles explosiones o nuevos desprendimientos, no alcanzase a todos los miembros de la comunidad escolar allí reunidos.
Fue verdaderamente difícil y un auténtico trabajo de grupo. Los muchachos se ayudaron unos a otros para sortear los escollos y Mónica sintió que su esfuerzo a lo argo del curso, había dado los frutos más hermosos. Los chicos se comportaron como héroes y cuando alcanzaron la salida, trepando por las rocas que la bloqueaban casi totalmente, respiró aliviada y satisfecha.
Que fácil es poner etiquetas a los alumnos y que daño puede hacer el no confiar en ellos y el no darles la oportunidad de demostrar lo que realmente valen.
Cuando estuvieron todos fuera y a salvo, comprobaron que ya había cobertura en los teléfonos móviles y llamaron a emergencias.
Fueron rescatados y puestos completamente a salvo en cuestión de minutos y en el hospital  donde se les realizaron curas de urgencia y pruebas de todo tipo, comprobaron en los informativos de una televisión de la sala de espera de traumatología, que aquel desastre natural producido en Cantabría, había dejado casi medio centenar de muertos al producirse un desprendimiento de rocas y la clausura de un túnel.
Como les había dejado apuntado de su puño y letra en un trabajo realizado en clase, un afortunado escritor que había acudido a visotarlos hacía unas semanas, nada está escrito. Nosotros somos los verdaderos escritores de la novela de nuestras vida y aquel día, Mónica, el conductor de la empresa de transportes y Hector y sus compañeros, habían escrito un best seller con final feliz.

martes, 24 de enero de 2017

Espíritus nobles.

Por su origen serrano y rondeño, mi amigo Marco podría haber sido perfectamente un bandolero, de los que con la culata del trabuco apoyada sobre el muslo, cabalgan por tierras hispanas.  Pero ante el feroz intrusismo de los miembros de la clase política y de los altos directivos de las compañías energéticas, prefirió no opositar para la cuadrilla nacional y decidió dedicarse a hacer felices a los niños.
Preocupado por el trato que le estamos dando al planeta tierra, ni corto ni perezoso compaginó las soluciones a la  salvaje destrucción del mundo, con su amor por los niños y su habilidad con los títeres y, se embarcó en un proyecto en el que mediante un espectáculo con títeres fabricados por él mismo, concienciaba a los más pequeños de la importancia de reciclar y no contaminar ni destruir el entorno.
Trabajando a diario con colectivos infantiles, fue descubriendo poco a poco que por mucho que la vida lo golpease, nunca podría derribarlo y se enfrentó a todas las pruebas a las que le sometieron los hados y salió victorioso. De alguna manera, Marco se resistía a perder la inocencia del niño que seguía viviendo en su corazón y en su espíritu curioso y aventurero. Entonces se descubrió como un payaso muy especial, que reia y hacia reir haciendo malabares con los problemas y estampando tartas en el rostro de las penas.
Y entonces la conoció a ella. Yolanda se animó a integrar la troupe de jóvenes faranduleros que habían hecho de la sonrisa de los más pequeños, la moneda de cambio en su mundo de ilusión. La rubia y tierna jovencita andaluza, se embarcó en los proyectos de Marco, aportando su empuje, su vitalidad y la belleza de sus ojos y de su corazón. Belleza esta que no tardó en conquistar a nuestro noble titiritero  y poco a poco, como en las películas de Sandra Bullock, el amor llamó a sus puertas.
Si antes de que comenzase este romance, todos y cada uno de los proyectos de "El andén mágico" iban cargaditos de amor y de buen rollo, ahora que ambos respiraban el uno por el otro, el público salía de sus funciones y espectáculos con algo renovado dentro del pecho. El amor, llama al amor y engendra amor. Cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da. Y ellos han dado tanto bueno, que les auguro un futuro espectacular, como pareja y como profesionales. Aunque me cueste reconocerlo, creo que los envidio. A fecha de hoy están viviendo el mismo sueño que viví yo hace apenas diez años pero estoy convencido de que el suyo no se tornará una pesadilla y el día en el que despierten, lo harán para abrazarse en el romántico lecho de globos y confeti, besarse y volver a dormir, con la satisfacción del deber cumplido.
Amigos, como se dice en el mundo del teatro: ¡Mucha mierda!